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Los niños, en contraste a los adultos, presentan cambios continuos debido al desarrollo de sus huesos. El desarrollo de la cara dependerá no solo de la genética, sino más bien de la capacidad para poder respirar y masticar apropiadamente y de la postura frecuente de la boca a lo largo del reposo. Si estas funciones son efectuadas de forma inapropiada se generará una perturbación del desarrollo, tanto de los dientes como de la cara. Por tal razón, es necesario efectuar un conveniente diagnóstico y tratamiento protésico maxilar a una edad temprana para eludir un inconveniente futuro en el desarrollo facial de los pacientes.

La prótesis maxilar es una rama de la odontología que se hace cargo del tratamiento y prevención de los desórdenes óseos (huesos) y funcionales de los maxilares (maxilar superior y quijada), en pacientes con dentadura temporal o bien mixta, esto es, a lo largo del periodo de repuesto dental, antes que el desarrollo del pequeño haya finalizado. Su objetivo es alentar al hueso para orientar la dirección de su desarrollo, mejorando la función y la estética de los dientes y de la cara. Asimismo es llamada prótesis funcional, dentofacial o bien dentomaxilar.

A diferencia de la ortodoncia, que se ocupa particularmente de corregir las malposiciones dentales con brackets o bien férulas alineadoras, la ortopedia maxilar en niños se hace cargo de progresar el aspecto facial, empleando aparatos que aparte de actuar sobre los dientes actúan asimismo sobre los labios, lengua, encías, paladar, piso de la boca, ATM (articulación temporomandibular), guiando el desarrollo y desarrollo facial, alterando las funciones de masticación, deglución, respiración y fonación.

La primera visita al ortodoncista debe efectuarse entre los seis y siete años de edad, en tanto que generalmente están presentes en boca los primeros molares permanentes, que son los que determinan la mordida. No obstante, de existir un inconveniente severo ya antes de esa edad se va a deber llevar al pequeño a la consulta para un diagnóstico y un tratamiento precoz.

Durante el examen clínico del pequeño se va a poder determinar si existe exceso o bien deficiencia de desarrollo de los huesos maxilares y algún hábito funcional como: respiración bucal, empuje lingual, deglución atípica (malposición de la lengua al tragar), chuparse los dedos,  labios o bien otros objetos, morderse las uñas, entre otros muchos. Hoy en día hay una gran pluralidad de aparatos protésicos. Estos pueden ser fijos o bien removibles. El aparato a usar dependerá de cada caso particularmente.

El mantenimiento de una función normal va a hacer que sean estables los resultados alcanzados. La duración del tratamiento va a depender del inconveniente que presente el pequeño y concluye cuando el profesional lo determine.

 

¿Por qué razón es esencial  realizar este tratamiento de forma temprana?

Al diagnosticar y solventar los inconvenientes funcionales a lo largo de la infancia, se restituye el equilibrio facial y postural de manera exitosa. Se mejora la estética y la autoestima del pequeño. Los dientes, al estar alineados, se limpian mejor y son menos propensos a las caries, a los inconvenientes de las encías y a las fracturas. Se disminuye la posibilidad de dientes permanentes impactados (que no consiguen salir por medio de las encías). Se evita la necesidad de hacer extracciones, se reduce el tiempo de un tratamiento de ortodoncia más tarde y en ciertos casos hasta pudiese no requerirse. Se evita la necesidad de cirugías de los maxilares en la edad adulta.

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