Decisiones éticas en el sector público

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Por: Límberg Chero lchero@pucp.edu.pe

La ética en el sector público es un ámbito multifacético que implica navegar por dilemas morales complejos inherentes a la prestación de servicios públicos. Un elemento central de este marco es un enfoque estructurado para la toma de decisiones éticas, que se puede resumir en un proceso de cuatro pasos: (1) identificar la suposición predeterminada, (2) asignar la carga de la prueba, (3) participar en la exploración casuística y (4) aplicar conclusiones al caso actual. Este proceso ayuda a los funcionarios públicos a hacer juicios morales sólidos al aclarar las condiciones bajo las cuales es permisible desviarse de los supuestos éticos predeterminados.  

Entorno legislativo e instrumentos de rendición de cuentas

El panorama ético del servicio público está fuertemente influenciado por los marcos legislativos y los instrumentos de rendición de cuentas diseñados para defender la integridad. Estos instrumentos deberían proporcionar la base para la conducta ética y el aliento a los servidores públicos para actuar en el interés público. Dada la naturaleza del país se debería apuntar a un marco modular, adaptable a la naturaleza, el tamaño y el propósito diversos de las organizaciones dentro del sector público. Esta flexibilidad permitiirá la combinación de enfoques basados en el cumplimiento y la integridad, lo que permite a las entidades adaptar sus prácticas éticas a circunstancias y riesgos específicos. Hoy en día tenemos en el país herramientas que apuntan en ese sentido, como el marco del Gobierno Abierto en el Perú, el Modelo de Integridad Pública del Perú y el Sistema de Control Interno para entidades del Sector Público del Perú, ahora, que estén plenamente coordinadas, es otro tema de gran discusión.   

Palancas de influencia

Además del apoyo legislativo, los gerentes de las entidades públicas tienen varias palancas de influencia a su disposición para promover la conducta ética. Estas palancas incluyen mecanismos informales, como fomentar valores y fomentar el diálogo, en ese sentido pueden ayudar los códigos de conducta, así como instrumentos formales exigidos por la legislación, como el código de ética en la función pública. Lograr un equilibrio entre estos enfoques es crucial para crear un entorno propicio para el comportamiento ético. Este equilibrio requiere una comprensión del contexto único de cada departamento y el perfil de su personal.  

A pesar de los marcos establecidos, persisten los desafíos para garantizar que todos los empleados del sector público se adhieran a los estándares éticos. Un número significativo de personal en organizaciones del sector público carece de una sólida formación en ética del servicio público, lo que puede socavar los objetivos generales de la gobernanza ética. Además, a medida que las entidades públicas experimentan una reestructuración continua, mantener un marco ético que se adapte a las circunstancias cambiantes es esencial para mantener el espíritu de servicio público. Por lo tanto, debería ser responsabilidad del rector evaluar constantemente la efectividad de las palancas que emplea para influir en la conducta ética en un entorno dinámico. Lo más cercano que tenemos al rector de estos temas hoy en día en el Perú es la Secretaría de Integridad Pública del Perú de la PCM.

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21 thoughts on “Decisiones éticas en el sector público

  1. La planificación estratégica en la gestión pública enfrenta desafíos éticos significativos debido a la alta rotación de funcionarios, la resistencia al cambio del personal designado, y la falta de un compromiso real con la capacitación.
    1. Temporabilidad de los funcionarios: La gestión pública está marcada por ciclos políticos que generan cambios constantes en el personal directivo. Esto impide la continuidad de estrategias de integridad, ya que cada nueva administración introduce su propia agenda, dejando de lado los procesos anteriores.
    2. Resistencia al cambio del personal nombrado: Muchos servidores públicos con estabilidad laboral rechazan la digitalización y automatización, pues estas herramientas reducen la discrecionalidad en los procesos y exponen ineficiencias. Esta resistencia obstaculiza la modernización y la transparencia.
    3. Capacitación superficial: Un alto porcentaje del personal asiste a capacitaciones únicamente para obtener certificados, sin aplicar realmente el conocimiento adquirido. Esto genera un cumplimiento formalista de requisitos de formación, pero sin impacto en la mejora del servicio público.
    Recomendaciones para fortalecer la ética en la planificación estratégica
    • Evaluación constante del marco ético: La Secretaría de Integridad Pública debe implementar mecanismos de monitoreo real sobre la formación ética y su impacto en la gestión.
    • Vinculación de incentivos a la capacitación real: Es necesario reformular los procesos de formación, vinculándolos a evaluaciones de desempeño y mejoras en la gestión.
    • Uso de herramientas digitales para reducir la discrecionalidad: La transformación digital debe implementarse por obligación normativa, no solo como una opción, con indicadores de cumplimiento.
    • Estrategias de liderazgo y cultura organizacional: No basta con normas; Es crucial que las autoridades lideren con el ejemplo y fomenten una cultura ética basada en resultados y compromiso.

  2. Excelente publicación de la situación actual de nuestro país y aquellos desafíos que venimos enfrentando y la importancia de seguir capacitándonos como servidores públicos a fin de brindar un servicio de calidad a la población en general.

  3. Efectivamente, hay todo un acervo normativo y sistemas funcionales en la gestión publica, sobre la institucionalización de la conducta, ética e integridad publica (gobierno abierto, sistemas de control interno, secretaria de integridad publica, código de ética, etc.); aun así, la institucionalización de la corrupción persiste, la posición del Perú en el Índice de Percepción de Corrupción se ubica en el puesto 127 de 180 países (transparencia Internacional) basado en indicadores de soborno, desvío de fondos, abuso de poder, corrupción estructural, nepotismo, acceso a información publica y otros, como también la Contraloría General de la Republica, reporta estimación del costo de la corrupción en el Perú que incluye al gobierno nacional, gobierno regionales, locales y según tipo de gasto (inversión, abastecimiento y RR.HH.), y otros órganos del Estado, por aproximadamente 25 mil millones de soles que representa casi el 13% del presupuesto publico del 2023 y de otra forma de datos, entre 12 y 15% de tasa de incidencia, es decir, entre 12 y 15 soles por cada 100 soles se perdían por corrupción e inconducta funcional, y la lista de funcionarios públicos procesados cada vez mas extenso (incluido ex presidentes); hay varios factores que coadyuvan, como débil y limitado servicios de control según tipo, en las entidades publicas, escasa participación ciudadana en los sistemas de control y de acceso a la información y transparencia publica. Podemos decir, que la solución o la mitigación de conductas anticorrupción y antisoborno no esta en la abundancia de normativas preventivas y coercitivas, hay que trabajar mas en el largo plazo (planeamiento estratégico y la ética publica), para profundizar los valores y la ética en las mentes de los niños, en las escuelas, así como la IA puede contribuir en llenar los espacios de los sistemas de control.

  4. El artículo ofrece un análisis relevante sobre la toma de decisiones éticas en el sector público, resaltando la importancia de contar con un proceso estructurado que orienta a los funcionarios en la resolución de dilemas morales. La propuesta de un enfoque en cuatro pasos brinda un marco claro para evaluar la legitimidad de desviarse de los supuestos éticos tradicionales, lo que resulta esencial en un contexto donde las decisiones pueden tener u

    Asimismo, el texto destaca la influencia de los marcos legislativos y los instrumentos de rendición de cuentas en la promoción de la integridad en el servicio público. La idea de un modelo modular y adaptable es relevante, ya que permite a las entidades ajustar sus estrategias éticas según sus necesidades y riesgos específicos. No obstante, el desafío radica en lograr una coordinación efectiva entre las diversas herramientas existentes en el país, como el Gobierno Abierto y el Modelo de Integridad Pública.

    Otro punto clave es la combinación de mecanismos formales e informales para fomentar la ética en el sector público. Si bien los códigos de conducta y la normativa son fundamentales, la promoción de valores y el diálogo dentro de las organizaciones resultan igual de importantes. Sin embargo, el artículo también señala una preocupación crítica: la falta de formación ética entre muchos servidores públicos, lo que puede debilitar los esfuerzos para fortalecer la gobernanza.

    En conclusión, el texto pone en evidencia tanto los avances como los desafíos pendientes en materia de ética pública en el Perú. La necesidad de capacitación, la adaptación constante a los cambios organizacionales y la mejora en la articulación de las estrategias existentes son aspectos claves que deben abordarse.

  5. LITERAL OBSERVO QUE EL PERÚ ESTÁ COLOCANDO A DISPOSICIÓN, HERRAMIENTAS NECESARIAS, PARA IMPLEMENTAR Y CONCIENTIZAR EN CUANTO A ÉTICA, LA INTEGRIDAD EN LOS SERVIDORES PÚBLICOS, LO MISMO QUE ES UNA MEDIDA EXTRAORDINARIA.
    ACTUALMENTE A NIVEL DE GOBIERNO REGIONAL, SE HAN CREADO LA OFICINA DE INTEGRIDAD INSTITUCIONAL, ELLO DEBE DE SEGUIR REPLICÁNDOSE EN LAS UNIDADES EJECUTORAS, PARA UN MEJOR CONTROL E INTEGRIDAD DE LOS SERVIDORES EN SU CONJUNTO, CREO QUE ES UN PROYECTO EN EJECUCIÓN MUY AMBICIOSO, HAY MUCHOS VALORES QUE SE TIENEN QUE REFORZAR, INCLUSIVE DESDE LOS QUE VIENEN DIRECCIONANDO NUESTRO AMADO PAÍS.
    EL SER INTEGRO COMO CUALIDAD FUNDAMENTAL DE LA ÉTICA, Y LA ÉTICA ES LA CIMA DE UN SER HUMANO, PORQUE IMPLICA ACCIONAR CON PRINCIPIOS Y VALORES MORALES QUE GUÍAN NUESTRA CONDUCTA, A PERSONAS QUE ESTAMOS PARA SERVIR A NUESTRO PAÍS ES LO QUE REQUIERE NUESTRA PATRIA, PARA CONSTRUIR RELACIONES DE CONFIANZA, PROMOVER LA JUSTICIA QUE ACTUALMENTE NO LA HAY, EL BIENESTAR GENERAL, LOGRANDO CONSTRUIR EL DESARROLLO DE UNA SOCIEDAD JUSTA Y EQUITATIVA.

  6. la etica en el sector publico, implica dilemas morales a la prestacion de servicios publicos, es un elemento central y estructurado para la toma de decisiones en el sector: como Identificar, asignar, participar, aplicar el proceso de los funcionarios publico; Y hacer juicios morales aclarando las condiciones de las supuestas falta.

  7. En el marco legislativo y los mecanismos que se da en las rendición de cuentas son esenciales para fortalecer la ética en el sector público.
    Pero su efectividad depende de la, organización, coordinación y aplicación en el presente.
    La flexibilidad del marco normativo es clave para adaptarse a las particularidades de cada entidad. Sin embargo, sin una supervisión eficaz y una cultura organizacional ética, su impacto puede verse limitado.

  8. Es cierto, hay que incidir enfaticamente en escoger las mejores palancas de influencia para que los actores o el personal internalice la ética como norma y principio para que tome las mejores decisiones eticas y realice sus actividades bajo este enfoque, logrando ser cada vez mas consistente esta tendencia en la conducta en la gestión pública.

  9. Es importe la ética en el sector público para la toma de decisiones éticas, considerando los cuatro pasos: identificar la suposición predeterminada, asignar la carga de la prueba, explorar casos similares casuística y aplicar conclusiones al caso actual. Este proceso ayuda a los funcionarios a tomar decisiones morales sólidas y aclarar cuándo es permisible desviarse de los supuestos éticos establecidos.
    Los instrumentos de rendición de cuentas son fundamentales para promover la integridad en el servicio público. Los cuales deben ser flexibles y adaptables a las diversas organizaciones del sector público, combinando enfoques de cumplimiento e integridad. Utilizando herramientas como el marco de Gobierno Abierto, el Modelo de Integridad Pública y el Sistema de Control Interno buscan el mismo objetivo, aunque su coordinación sigue siendo un tema de debate.
    Los gerentes públicos cuentan con normas y herramientas formales como el código de ética para fomentar valores y diálogo para promover la conducta y equilibrar estos enfoques considerando el contexto único de cada organización y su personal de las entidades públicas.
    A pesar de los avances, persisten desafíos, como la falta de formación en ética entre los empleados públicos y la necesidad de adaptar los marcos éticos a entornos dinámicos. La Secretaría de Integridad Pública de la PCM en Perú tiene la responsabilidad de evaluar constantemente la efectividad de estas herramientas para mantener la gobernanza ética en un sector público en constante evolución.

  10. comentario
    :La ética en el sector público está muy bien estructurado y toca puntos clave: el proceso para la toma de decisiones éticas, el marco legislativo, las palancas de influencia y los desafíos existentes.
    Un aspecto que podrías reforzar es la necesidad de una cultura organizacional que vaya más allá del cumplimiento normativo. Si bien las herramientas como el Gobierno Abierto y el Modelo de Integridad Pública son fundamentales, la verdadera sostenibilidad de la ética radica en un cambio cultural que promueva la integridad como un valor compartido, no solo como una obligación.
    Además, sería interesante vincular la importancia de la formación continua en ética, adaptada a cada contexto institucional, y sugerir mecanismos específicos, como talleres participativos o sistemas de mentoría ética, para fortalecer estas capacidades.

  11. COMENTARIO
    La ética en el sector público está muy bien estructurado y toca puntos clave: el proceso para la toma de decisiones éticas, el marco legislativo, las palancas de influencia y los desafíos existentes.
    Un aspecto que podrías reforzar es la necesidad de una cultura organizacional que vaya más allá del cumplimiento normativo. Si bien las herramientas como el Gobierno Abierto y el Modelo de Integridad Pública son fundamentales, la verdadera sostenibilidad de la ética radica en un cambio cultural que promueva la integridad como un valor compartido, no solo como una obligación.
    Además, sería interesante vincular la importancia de la formación continua en ética, adaptada a cada contexto institucional, y sugerir mecanismos específicos, como talleres participativos o sistemas de mentoría ética, para fortalecer estas capacidades.

  12. La ética en el sector público es una tarea compleja que requiere una combinación de marcos legislativos sólidos, herramientas de rendición de cuentas bien implementadas, y el liderazgo que promueva y mantenga una cultura ética dentro de las organizaciones. El enfoque estructurado de toma de decisiones éticas y la adaptabilidad de las estrategias son pasos esenciales para enfrentar los retos éticos y promover la integridad en el servicio público. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas depende en gran medida de la capacitación continua, la evaluación constante y la colaboración efectiva entre todos los actores

  13. Las decisiones éticas en el sector público son clave para fortalecer la confianza ciudadana y garantizar una gestión justa y eficiente. Estas decisiones deben basarse en principios como la transparencia, la equidad y la rendición de cuentas.

    Algunos aspectos a considerar en la toma de decisiones éticas incluyen:
    1. Imparcialidad y justicia: Las políticas públicas deben beneficiar a todos los ciudadanos sin discriminación ni favoritismo.
    2. Uso adecuado de recursos: Los fondos públicos deben administrarse con eficiencia y sin malversación.
    3. Transparencia y acceso a la información: Las decisiones deben ser públicas y justificadas para evitar la corrupción.
    4. Conflictos de interés: Los funcionarios deben evitar situaciones donde sus intereses personales influyan en sus decisiones.
    5. Responsabilidad y consecuencias: Las acciones tomadas deben considerar su impacto a largo plazo en la sociedad.

    En el caso peruano, la ética en el sector público enfrenta desafíos como la corrupción y la burocracia, lo que resalta la importancia de fortalecer los valores en la gestión pública. ¿Tienes en mente algún caso concreto que quieras analizar?

  14. Las Oficinas de Integridad, se estan creando e instalando rápidamente, y porque el tiempo apremia; pero es necesario verificar el equipo que los conforman

  15. comentarios sobre el texto:
    1. Claridad en la exposición del proceso ético: La sección sobre la toma de decisiones éticas presenta un enfoque estructurado y lógico.
    2. Ejemplo práctico aplicado al sector público usando el proceso de toma de decisiones éticas en cuatro pasos:
    Caso: Adjudicación de una obra pública y conflicto de intereses
    Un funcionario del área de contrataciones de una municipalidad está evaluando propuestas para adjudicar la construcción de una carretera. Uno de los postores es una empresa en la que trabaja un familiar cercano del funcionario, lo que podría representar un conflicto de intereses.
    1. Identificar la suposición predeterminada
    La suposición predeterminada en el sector público es que los funcionarios deben actuar con imparcialidad y transparencia, evitando cualquier situación que comprometa su objetividad. En este caso, el principio ético de imparcialidad indica que el funcionario no debe tomar decisiones que puedan beneficiarlo personalmente o generar un conflicto de intereses.
    Conclusión
    Este proceso de toma de decisiones éticas permite evaluar cuándo es apropiado desviarse de la participación en un proceso sin comprometer la integridad. Aplicar estos pasos de manera sistemática ayuda a garantizar que los servidores públicos actúen en el mejor interés de la sociedad y fortalezcan la confianza en

  16. Comportamiento Ético
    Es un equilibrio que requiere una comprensión profunda del contexto particular de cada departamento y del perfil del personal que lo compone.

    Desafíos y Consideraciones
    A pesar de los marcos normativos establecidos, persisten desafíos significativos para asegurar que todos los empleados del sector público se adhieran a los estándares éticos. Una proporción considerable del personal en estas organizaciones carece de una formación sólida en ética del servicio público, lo que puede debilitar los objetivos fundamentales de una gobernanza íntegra. Además, en un contexto de constante reestructuración de las entidades públicas, resulta esencial contar con un marco ético flexible, capaz de adaptarse a las circunstancias cambiantes y de preservar el espíritu del servicio público. Por tanto, recae en el rector la responsabilidad de evaluar continuamente la eficacia de los mecanismos utilizados para fomentar una conducta ética en un entorno dinámico. En el caso del Perú, la instancia más cercana a este rol rector actualmente es la Secretaría de Integridad Pública de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM)

  17. El texto presenta una visión clara y estructurada sobre los desafíos y enfoques para fortalecer la ética en el sector público, destacando la importancia de contar con un proceso sistemático de toma de decisiones éticas y un entorno normativo que respalde la integridad. La mención de herramientas como el Gobierno Abierto, el Modelo de Integridad Pública y el Sistema de Control Interno muestra que existen avances normativos importantes en el Perú; sin embargo, también se evidencia una brecha significativa en la articulación y coordinación efectiva entre estos instrumentos. Además, se resalta acertadamente el papel de las palancas informales —como el liderazgo ético y los valores organizacionales— que, junto con los marcos legales, son fundamentales para consolidar una cultura de integridad. Un punto especialmente crítico es la necesidad de fortalecer las competencias éticas del personal público, lo cual requiere una inversión sostenida en formación y sensibilización. Finalmente, la referencia al rol rector de la Secretaría de Integridad Pública de la PCM pone sobre la mesa la urgencia de fortalecer su capacidad de articulación y liderazgo en este tema transversal para la buena gobernanza del Estado.

  18. El texto plantea una visión completa y acertada sobre la ética en el sector público, pero también deja claro algo que suele olvidarse: tener normas, marcos y manuales no garantiza conducta ética. Tener un mapa no significa que se llegará al destino si el conductor no sabe manejar… o no quiere hacerlo.

    La estructura de toma de decisiones éticas en cuatro pasos es útil, pero requiere más que técnica: requiere voluntad y carácter. Y ahí está el verdadero talón de Aquiles del sector público. Puedes tener el mejor código de ética del mundo, pero si quienes lo deben aplicar lo ven como un trámite más, todo el sistema se convierte en una fachada decorativa.

    Sobre el entorno legislativo, se reconoce bien la necesidad de flexibilidad y adaptación. Eso es clave. Sin embargo, como se menciona, las herramientas como el Gobierno Abierto o el Modelo de Integridad no están del todo coordinadas. Y en ese desorden se cuelan las ineficiencias y, peor aún, las malas prácticas.

    Las palancas de influencia son potentes, sobre todo las informales. Pero requieren liderazgo real. Porque fomentar valores y diálogo suena bonito, pero solo funciona si quien lidera da el ejemplo. En ética, el “haz lo que digo y no lo que hago” es veneno puro.

    Finalmente, el diagnóstico es claro: falta formación, falta coherencia, y falta evaluación continua. La Secretaría de Integridad Pública tiene un rol importante, pero necesita más dientes y más músculo institucional para ser verdaderamente efectiva.

    En resumen: hay herramientas, hay intención, pero falta ejecución decidida y ejemplar. La ética en el sector público no puede ser un eslogan, debe ser una práctica diaria, incómoda a veces, pero innegociable. Porque al final, sin ética, no hay Estado que funcione.

  19. El texto plantea una visión completa y acertada sobre la ética en el sector público, pero también deja claro algo que suele olvidarse: tener normas, marcos y manuales no garantiza conducta ética. Tener un mapa no significa que se llegará al destino si el conductor no sabe manejar… o no quiere hacerlo.

    La estructura de toma de decisiones éticas en cuatro pasos es útil, pero requiere más que técnica: requiere voluntad y carácter. Y ahí está el verdadero talón de Aquiles del sector público. Puedes tener el mejor código de ética del mundo, pero si quienes lo deben aplicar lo ven como un trámite más, todo el sistema se convierte en una fachada decorativa.

    Sobre el entorno legislativo, se reconoce bien la necesidad de flexibilidad y adaptación. Eso es clave. Sin embargo, como se menciona, las herramientas como el Gobierno Abierto o el Modelo de Integridad no están del todo coordinadas. Y en ese desorden se cuelan las ineficiencias y, peor aún, las malas prácticas.

    Las palancas de influencia son potentes, sobre todo las informales. Pero requieren liderazgo real. Porque fomentar valores y diálogo suena bonito, pero solo funciona si quien lidera da el ejemplo. En ética, el “haz lo que digo y no lo que hago” es veneno puro.

    Finalmente, el diagnóstico es claro: falta formación, falta coherencia, y falta evaluación continua. La Secretaría de Integridad Pública tiene un rol importante, pero necesita más dientes y más músculo institucional para ser verdaderamente efectiva.

    En resumen: hay herramientas, hay intención, pero falta ejecución decidida y ejemplar. La ética en el sector público no puede ser un eslogan, debe ser una práctica diaria, incómoda a veces, pero innegociable. Porque al final, sin ética, no hay Estado que funcione.

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