La historia del jardín y la catarata.

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El jardín de la casa, siempre ha sido el lugar favorito de mis menores hermanos y yo para jugar. Sin embargo, el resultado de pasar tiempo allí era que nuestros zapatos se ensuciaran y dado la cercanía con la sala esta terminara llena de barro y gramas de pasto. Nosotros, solo habríamos la gran mampara y ya estábamos en la sala listos para huir hacia nuestras habitaciones.

 

Por más que mi papá trató de arreglar el jardín sembrando rosas, flores, etc, incluso trayendo grass para sembrar, este no quedaba como él imaginaba. Mientras tanto las tardes de juegos de mis hermanos seguían ensuciando la sala.

 

Además, las grandes cantidades de agua que se necesitaban para mantener verde el jardín, ocasionaba que el parquet del comedor se levantara por las filtraciones. Razón por la cual tuvimos que cambiar varias veces el piso.

 

En el 2011, mis padres decidieron hacer una carata en el jardín de la casa a fin de decorarlo y mejorar la apariencia del mismo, en donde el grass nunca pudo mantenerse verde por mucho tiempo.

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La construcción demoró aproximadamente 6 meses, durante ese tiempo no se nos permitió acercarnos y había un montón de personas entrando y saliendo con material de construcción. Mis hermanos y yo andábamos aburridos, nuestro lugar de juegos había sido invadido.

Hasta que llegó el día, en el que retiraron las bolsas de la manpara de la sala y ¡Wow! Quedó una grande y bella catarata, la cual combinaba muy bien con la decoración de la casa.

 

La catarata permitió que se rediseñara todo a su alrededor, mis hermanos y yo persuadimos a mi papá para que se olvidara del grass natural y obtara por el grass sintético.

 

Mi hermano le comentó a papá que si lo hacía no íbamos a ensuciar la casa al salir con nuestros zapatos a la sala, se ahorraría agua y ya no se invertiría tanto en el mantenimiento del céped. Al parecer le pareció muy buena idea, porque la semana siguiente compró el césped y lo colocó.

 

 

A mi parecer la vista era completa, pues había una hermosa catarata por la que corría agua al lado de un jardín y uno podía echarse, jugar o correr sobre el nuevo césped. Cuantos recuerdos tengo de aquel lugar en donde mis hermanos menores y yo solíamos jugar. A veces pienso el día en el que tenga el mío propio y pueda tener cesped en mi propia casa.

 

Ahora la catarata es prendida cada vez que hay una reunión familiar en el comedor y los invitados pueden luego pasear por el jardín.

 

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