Para finalizar la fase activa de la sesión de tratamiento de masaje a los pies, debe hacerse un ejercicio final llamado respiración plexo solar.
El terapeuta tiene ambos pies, las manos colocadas a lo largo de la parte exterior, alrededor de la mitad de cada pie. Descansar los dedos en el pecho de cada pie, pone sus pulgares en los puntos reflejos del plexo solar en la suela. En la medida en que el paciente toma una respiración profunda, el terapeuta aplica presión firme en ambos reflexiones del plexo solar, levantando al mismo tiempo, suavemente, con los pies en la dirección del paciente, que luego se expira y, ya que deja salir el aire lentamente, la presión en el reflejo del plexo solar se alivia y pies se descargan de nuevo suavemente. Esta secuencia se repite cuatro o cinco veces, para permitir que el terapeuta puede supervisar la respiración del paciente y para proporcionar una completa relajación en la medida en que el tratamiento llega a su fin.
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Los minutos finales de la sesión se utilizan para hablar de lo que se ha logrado y lo que debería suceder a continuación. Esta es una oportunidad para intercambiar experiencias: cómo se sintió al paciente durante y después del tratamiento, y lo que el reflexólogo llegó a conocer acerca de la salud y cualquier desequilibrio en la energía del paciente. Sesiones de tratamiento futuras se pueden planificar si es necesario, y el terapeuta también le explicará que las respuestas al tratamiento se podrían desarrollar en las próximas horas o días. También puede ser útil para el paciente para tomar notas sobre los efectos del tratamiento.
Los efectos secundarios
Cada persona reacciona de manera diferente, pero se puede considerar los efectos secundarios comunes: una leve náuseas, secreción nasal, sinusitis desaparece, y la necesidad de vaciar la vejiga o el intestino con más frecuencia que las toxinas son eliminado. Algunas personas se sienten cansadas durante un día o más después del tratamiento, sin embargo otros se sienten con más energía. Cualquiera de estos efectos por lo general desaparecen en 24 a 48 horas, por lo general una señal de que el tratamiento está funcionando.
“La crisis de curación”
A veces da una recaída temporal o “crisis de curación”, por lo general en forma de tos o sarpullido, tomada como una señal de que el cuerpo está libre de toxinas, sino que también puede indicar un exceso de tratamiento. Esto debe tenerse en cuenta y ser conscientes de ambas señales.