Cuando Bob Pierce, fundador de World Vision escribía en su diario: “Que mi corazón se quebrante por las cosas que quebrantan el corazón de Dios”, me gusta la referencia que hace Richard Stearns (actual director de WV USA) al referir que:
“Pierce batallaba por mantener el nivel de quebrantamiento y de cuidado requerido por proseguir año a año en esta obra de amar a los pobres. Su oración era un clamor a Dios, para que Dios quebrantase se corazón una vez tras otra. Bob sabía que no podía amar a los hijos de otra persona del modo en que Dios lo hacia”. Solo Dios podía suavizar su corazón y el nuestro de modo que podamos ver el mundo en que Dios lo ve.
El peor pecado hacia nuestros congéneres no es odiarlos, sino ser indiferentes a ellos; esa es la esencia de la inhumanidad. George Bernard Shaw.
Existe un término, “Fatiga de compasión”, acuñado por la periodista Susan Moeller, la cual refiere que “tenemos menos empatía por personas que viven en países lejanos que la que tenemos por los nuestros. Nuestra compasión se relaciona si las personas son cercanas a nosotros socialmente, geográficamente, étnicamente, etc”. Ello es alentado por la sobrecarga de mensajes, imágenes, historias, etc a las cuales “nos acostumbramos”, pero no dejan de corresponder a, por ejemplo, 26,500 niños que mueren cada día por causas evitables producidas por la pobreza.
Ante ello, compartamos, informémonos y seamos solidarios
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