Un relato cuenta que se acerca un discípulo al maestro y le dice:
-Maestro, quiero contarte que una persona estuvo hablando de ti con malevolencia.
El maestro lo interrumpe diciendo:
-¡Espera!, ¿ya hiciste pasar a través de las tres barreras lo que me vas a decir?
-¿las tres barreras? – preguntó el discípulo.
-Sí- replica el sabio-. La primera es la verdad: ¿ya examinaste cuidadosamente si lo que quieres decirme es verdadero?
-No…, sólo lo he oído decir a unos vecinos.
-Pero al menos lo habrás hechos pasar por la segunda barrera que es la bondad; lo que quieres decir, ¿es por lo menos bueno?
-No, en realidad no. Al contrario…
-¡Ah¡- interrumpió el maestro-, entonces vamos a la última barrera: ¿es necesario que me cuentes eso?
-Para ser sincero, no. ¡Necesario no es!
-Entonces – sonrió el sabio maestro-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario,… ¡sepultémoslo en el olvido! (Wolk 2009, 62)
Referencia de texto: Wolk, L. 2009. Coaching. El arte de soplar brasas. Buenos Aires: Gran Aldea Editores – GAE.
Referencia de foto, acá
Deja un comentario