Participación: ¿Proyectos al servicio de personas o personas al servicio de proyectos?

Como consultores de proyectos es importante preguntarse: ¿qué es para mi el desarrollo?, ¿qué entiendo por participación?, ¿es para mí la participación un fin en sí mismo, o es un medio para lograr mis fines predeterminados?, ¿qué implicancias éticas tiene cada posición, u otras que esté promoviendo?, ¿qué ideas esenciales tiene la perspectiva de “participación cómo fin en sí mismo”?, ¿cómo se evidencia esta posición en un proyecto de desarrollo?

Fotografía tomada de este sitioNici Nelson y Susan Wright concuerdan que la participación puede ser vista como un medio “para lograr los objetivos de un proyecto (de desarrollo) de manera más efectiva, eficiente y económica” (Nelson 1995, 1). La participación, sin embargo, puede ser vista también como un fin del proceso de desarrollo, “donde la comunidad o los grupos establecen un proceso de control de su propio desarrollo” (Ibíd.)

Jacqueline Lane (1995) describe ‘participación como un medio’, como un medio de mejorar la efectividad de un proyecto a través del uso de la información local. La participación en este caso es vista como un insumo en los proyectos de desarrollo y los logros de objetivos predeterminados son considerados como más importantes que la participación en sí. Este tipo de participación tal vez pueda ser reconocida con un aspecto positivo cuando se quiere reconocer el éxito de un proyecto (de acuerdo a predestinadas metas del proyecto) y puede producir rápidos resultados.

En contraste, ‘participación como un fin en sí mismo’ ocurre cuando participación “incrementa la autoestima, confianza y el sentido individual de poder. La participación también se puede ver como una necesidad básica humana, en este caso debemos considerar a la participación como un proceso continuo” (Lane 1995, 183). De acuerdo con Lane, la concepción de participación se entiende como un proceso largo cuando es visto como un fin en sí mismo. Lane afirma que ese largo proceso de participación permite a los miembros de la comunidad influenciar en todas las decisiones en todos niveles, a fin de lograr la esencia del desarrollo. Ella menciona que: “la única manera de asegurarnos que los individuos tengan la oportunidad de atacar las raíces que causan el subdesarrollo es hacerlos capaces de influencias en todas las decisiones, en todos los niveles que afectan sus vidas” (Lane 1995, 191). Además, la participación se puede ver como un proceso que combina las decisiones de la comunidad con la implementación de proyectos eficientes. En este caso, la participación es vista como un fin en sí misma con determinados objetivos, en suma, es la combinación de las dos previas concepciones de participación. Sin embargo, en tanto que la última palabra todavía descanse en un foráneo, las personas locales no experimentaran ni asumirán la responsabilidad lo cual es necesario para que sean independientes. Por esta razón, Fowler demanda que la sostenibilidad de un Proyecto de desarrollo depende “en alcanzar un punto de control conjunto sobre las intervenciones desde el cual los agentes externos comiencen un proceso de retirada” (Fowler 2000, 22, citado por Johansen, 2003, 35).

Robert Chambers hace una distinción entre tres maneras de usar la participación. La primera manera es usarla como una etiqueta cosmética, “para hacer que cualquier cosa que es propuesta luzca buena” (Chambers 1995, 30, citado por Johansen, 2003, 37). La intención de ello es obtener buena voluntad y recursos de agencias de donantes y gobiernos, al describir un proyecto como participativo en planes, políticas y reportes. La realidad, sin embargo, puede ser una tradicional aproximación de desarrollo impuesta de arriba hacia abajo.
Otras dos maneras de usar la participación son: (1) Como un ejercicio práctico en que “‘ellos (las personas locales) participan en ‘nuestro’ proyecto” (Chambers 1995,3); y (2) como un proceso de empoderamiento a través del cual las personas locales hacen su propio análisis y toman sus propias decisiones, en suma, “‘nosotros’ participamos en ‘su’ proyecto, no ‘ellos’ en ‘el nuestro’”.

La comprensión de participación como un ejercicio práctico se relaciona con la participación como un medio, dado que existe la posibilidad que la participación termine cuando las metas planteadas son logradas. La ultima visión de participación – entendida a la participación como un proceso de empoderamiento – se relaciona con la participación como un fin en sí mismo. En este caso participación se puede entender como un proceso continuo (Lane 1995) que va a lo largo del tiempo, frecuentemente sin objetivos predeterminados de los consultores de desarrollo. De acuerdo a Chambers, este es el tipo de participación que es reflejado como parte del ‘paradigma de las personas’ el cual soporta un proceso de desarrollo abierto, diverso, local y descentralizado con una fuerte participación comunitaria.

A manera de conclusión, las actividades de desarrollo no se pueden clasificar simplemente entre aquellas que promueven una participación como un medio o como un fin en sí mismo. En la dinámica de los proyectos de desarrollo, ambas posiciones se van relacionando, secuenciando, apoyando entre sí, entre otras relaciones. Ello de acuerdo a las condiciones propias de los proyectos, el perfil de los participantes y a la capacidad de los consultores, entre otros factores. Sin embargo, considero importante reflexionar y clarificar los principios que orientan la intervención de desarrollo, específicamente, en el tema de participación.

Referencias
Chambers, R. 1995. ‘Paradigm Shifts and the Practice of Participatory Research and Development’, in S. Wright (ed.), Power and Participatory Development. Theory and Practice: Intermediate Technology Publications.

Fowler, A. 2000. The Virtual Spiral: a Guide to Sustainability for Non-Governmental Organizations in International Development. London: Sterling.

Lane, J. 1995. ‘Non-Governmental Organizations and Participatory Development: the Concept in Theory Versus the Concept in Practice’, in N. Nelson (ed.), Power and Participatory Development. Theory and Practice: Intermediate Technology Publications.

Nelson, N. 1995. ‘Participation and Power’, in N. Nelson (ed.), Power and Participatory Development. Theory and Practice: Intermediate Technology Publications.

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Acerca del autor

Carlos Alberto Tirado Taipe

Spanish teacher & educational researcher. A university lecturer, happily married. Interested in student teachers; teacher education; student voice; university role; arts-informed methods. carlos.tirado.taipe@up.ac.za

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