Una buena noticia para la justicia peruana

Ayer primero de diciembre, el CNM hizo público el nombramiento de Jorge Luis Salas Arenas como nuevo juez supremo de la República, en reemplazo del recientemente fallecido Jorge Solís Espinoza (ver nota de prensa, acá).

En verdad, después de tiempo el CNM demuestra un buen criterio, eligiendo a alguien que ocupará dignamente el lugar dejado por el juez Solís. Tuve el honor de conocer a Coco Salas durante el tiempo que trabajé con la Asociación de Jueces por la Justicia y Democracia, y siempre fue uno de los asociados más activos, transparentes e integradores. Es una persona siempre dispuesta a escuchar y a aprender, y desde que lo conozco su preocupación es cómo mejorar la administración de justicia, como hacerla más democrática pero también más eficiente, y sobre todo cómo hacerla más cercana a la población.

Fiel a sus principios, Coco ha participado, por ejemplo, en el programa Jueces Transparentes de la CAJ (ver perfil aquí); también ha sido un activo profesor en la Academia de la Magistratura (acá) y uno de los principales impulsores de la reforma procesal penal en la zona sur del país, especialmente en Arequipa, su tierra natal. Pero desde que lo conozco, uno de los temas que más lo apasiona es la racionalización de la carga procesal, donde ha hecho aportes que lamentablemente aún son poco conocidos y difundidos (ver uno de sus ensayos sobre el tema, aquí).

Con respecto a la reforma procesal penal, Coco viene haciendo varios aportes más allá de su interés en una adecuada capacitación a los jueces y fiscales, aportes que reflejan su sincero compromiso hacia el sistema acusatorio, del que ha sido (y seguramente seguirá siendo) uno de sus principales promotores. Entre ellos se encuentran sus reflexiones sobre los límites racionales del proceso acusatorio (ver aquí), sobre el control constitucional en sede judicial (acá), o sobre temas puntuales como el tratamiento del peculado por apropiación de bienes judicialmente depositados o sobre la conducción temeraria (ver acá).

Conociendo su carácter, sé que Coco no será un juez de perfil bajo en la Suprema, sino que luchará duramente porque las cosas en el Poder Judicial cambien para bien. Coco tiene mucho por aportar, y tiene por fin el lugar adecuado para que sus ideas sean escuchadas. Por ello, saludamos su designación y le deseamos la mejor de las suertes. El Poder Judicial tiene ya un nuevo juez supremo que se merece ese nombre.

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