Para Facundo
Hay algunas ocasiones en las cuales uno no puede dejar de clamar, de protestar frente al destino. Toda muerte es dolorosa, pero hay algunas que causan mayor dolor y a un mayor número de personas. Facundo Cabral no debió morir, no lo dejaron cantar su última canción. Al igual que Lennon, le quitaron la oportunidad de seguir hablando en un mundo de mudos, de mostrarnos la verdad en un mundo de mentiras, de buscar la justicia en un mundo injusto, de cantar a la vida en un mundo que cada vez más cercano a la muerte. Y a todos los que disfrutamos de su voz, nos quitaron la oportunidad de sentir como la vida adquiría color cada vez que tomaba su guitarra y dejaba salir esa voz gruesa pero siempre amable, siempre cercana, siempre sincera…Adiós, maestro.