Nunca, en mi más de medio siglo de vida, imaginé un escenario donde un presidente… sea capaz de burlarse tanto de la gente… o sea tan incapaz que todo lo que hace sea, precisamente, para burlarse de la gente.
Lo que está pasando nos va llevar a un momento que México no tuvo: Una dictadura, o un periodo de terrorismo, o una etapa de narcoviolencia extrema… que, quizá, nos haga madurar y hacernos pasar de ser un país consumidor de telenovelas, adorador de una mediocre selección de fut (posicionada, extrañamente, en un buen ranking mundial)… ¿coincidencias?
Nunca había odiado tanto a un presidente.
A veces creo que he caído en esas campañas de odio dirigidas por aquellos que no tuvieron los ENORMES BENEFICIOS que Peña Nieto ha otorgado a sus COMPADRES y círculo cercano de amigos. Pero día con día me pregunto, ¿realmente es tan estúpido o tiene una inteligencia superior –digamos, extraterrestre- para mover al país a un punto de destrucción social a cambio de beneficios para una microélite política?
Algunos países latinoamericanos alcanzaron un tipo de madurez enorme como consecuencia de vivir sometidos a regímenes monstruosos; Chile y su despunte económico, Argentina y su posición cultural (les guste mi comentario o no, yo he conocido esas realidades). Perú, (mi Perú –soy mexicano-, que cómo extraño) ahora es un país chic y de moda… y acá… ¡ufff! Me pregunto si esto que vivimos ahora: Un dólar megacaro, una inseguridad de terror, una corrupción inaudita, nos llevará a un momento como el que ahora viven otros países.
Peña Nieto, el PRI (y los demás partidos políticos), Televisa y el narco, al final de cuentas, vienen a ser lo mismo para este país.