Archivo por meses: junio 2009

Los felices

Me he sentido fracasado ya inumerables veces
ante los otros, los neutros, los felices
los felices quienes con su antojadiza sonrisa
me hechan en cara el ser como soy
el ser quien, o tal vez que, soy
los felices quienes nunca andan solos ni mal acompañados
los que me andan repitiendo lo que hago mal
con sus miradas reprochatorias y sus genios amortiguados
los que me dicen lo mal que visto y lo mal que vivo
los felices, si, mis muy queridos y dulces amigos
a quienes yo intente emular alguna vez y logré
sin exito alguno copiar sus formas mas no sentirme
igual a ellos, nunca

Les admiro, confieso, por andar cargando sus pesadas cruces
si es que alguna vez cargaron, claro está, algo similar
y seguir sonriendo, radiantes, felices, mis muy bienamados
felices, cuanto los detesto

Oh!
Alguien llama, es mi amada, vuelvo el rostro y soy un feliz
un feliz miembro de los felices, mi odio se borra, mi sonrisa se ilumina
y sigo mi marcha, feliz, aunque sea por una última vez Leer más »

El cuervo

– ¿No tienes otra cosa que ponerte? Pareces un cuervito
– No, sólo tengo ternos

Debo, tal vez, empezar a presentarme y decirles que no soy otro, que no soy diferente, que soy el mismo, el de las poesías vagas y el de la mente austera, aquel que cuándo se le busca desaparece, aquel que dice estar escuchando y que esta sordo hacia mucho tiempo, en fin soy yo otra vez, sólo que con un nombre nuevo y con un espíritu añejo, el del saquito de un abuelo que nunca lo usó y que ahora es parte, parte de mí

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¿Qué olvido cuando olvido?

“Ojerizas ajenas inundan mis ojos
tirria inanimada consume mi boca
furia demente se empoza en mis manos
un golpe errado

Nunca, yo nunca te haría daño
Muerdo mi cólera y rompo en llanto”

Los fantasmas del pasado se reúnen ante ti y el peso de la culpa se hace enorme y se asemeja a una roca que ya no puedes más cargar pues su peso promete hundirte en la tierra, tus manos sangran, ya no puedes soportarlo, ya no puedes mantenerte más en pie y renuncias, mas los fantasmas no te atacan, los fantasmas no te increpan, ni se regocijan con tu sufrimiento, te tienden la mano, te asisten, te ayudan, te socorren, no llores, no tienes porque llorar, esta no es tu culpa, repiten, es mi culpa, mi culpa.

Olvide tal vez cómo era que se sentía la libertad, la tan ansiada libertad a la que cada vez que alcanzo aborrezco más que nada, me he vuelto esclavo de mi mismo, esclavo de mi conciencia, de mis iras contenidas y mis sonrisas disfrazadas en miradas frías.

El pasado no ha cambiado en nada, sigue manteniéndose estático, esperando a ser evocado, evocado nuevamente, y es en estos momentos cuando mi mente es más frágil, cuando mi alma se quiebra ante los demonios que acosan mi espíritu y que buscan, nuevamente, ser oídos y obedecidos.Pero mi alma se rebela, se subleva, víctima tal vez de un conjuro díficil de deshacer que me mantiene en un limbo entre mis infiernos impersonales y los cielos arrebatados, mas me doy cuenta que soy un humano, como cualquier otro, que también llora y se deprime. EUREKA! Estoy deprimido, cansado, aburrido, no es novedad sólo que esta vez el pasado se hace más nítido y mi mente empieza a divagar en un gran templo sostenido por 10 pilares de mármol blanco, mis creencias son humanas, mi mente es humana, mi espíritu es humano, soy tan común y vulgar como todos y como ninguno, soy simple, idéntico a mi mismo y a nadie más, aunque a veces creo que me empiezo a cansar de este juego y de esta máscara, la verdad se hace evidente, a pesar de los años, los muchos años atrás en los que empecé a jugar, ya va siendo hora del final.

¿Qué olvido cuando olvido?
Nada, yo nunca olvido, nunca

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