Inkarri Islam

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Por OSCAR QUISPE Y AMET AGUIRRE-Diario Perú21.
Edwar Quiroga Vargas es director de un centro de estudios islámicos en el Perú: el Inkarri Islam, como ha bautizado la fusión entre la cosmovisión andina y la religión musulmana, es una organización vigilada tanto por las agencias antiterroristas internacionales como por la Dircote.

Quiroga Vargas mantiene relaciones con miembros excarcelados de Sendero Luminoso y recibe apoyo económico y asesorías provenientes de Irán.

En la universidad Micaela Bastidas hay discípulos del activista de Hezbolá en el Perú

Ministro de Educación se reunió con ellos

Según Infobae.com: Uno de los discípulos del Sheij Suhail Assad, Edwar Husain Quiroga Vargas, un converso que estudió con Mohsen Rabbani en Qom (2009), fundó el Partido de Dios, que también es el nombre de Hezbolá en árabe. Inkarri Islam, el instituto cultural islámico chiíta de Quiroga Vargas en el departamento de Apurímac, cerca de Cusco, ha sido sospechoso de reclutar lugareños para Hezbolá. Quiroga Vargas fue también uno de los principales partidarios de la campaña del ex presidente marxista peruano Pedro Castillo.
Información obtenida por EXPRESO prueba nexo entre organización islamista libanesa y el etnocacerismo. Existen fotografías y registros fílmicos que dan más luces sobre presencia de personajes polémicos en nuestro país.
Por MARÍA TERESA GARCÍA/PACO INCIO- Diario EXPRESO.
Continúan llegando a nuestra redacción las pruebas abundantes de la innegable presencia de la organización criminal Hezbolá en la región Apurímac y en otras partes del país. Esta vez no solo son dichos de nuestros informantes, son fotografías en las que aparece el ministro de Educación, Jaime Saavedra, al lado de alumnos de la Universidad Nacional Micaela Bastidas (UNAMBA). En mayo de este 2016 se realizó una reunión en el centro vacacional de Huampaní (Lima) entre un grupo de alumnos de la UNAMBA y el ministro Saavedra, sin que llame esto mucho la atención de la opinión pública. Sin embargo, lo que Saavedra, al parecer, no sabía es que se trataba de presuntos discípulos de Edwar Quiroga Vargas, representante en el Perú de la organización islamista Hezbolá. Una fuente de total credibilidad reconoció a los estudiantes que acudieron a este encuentro, que tenía por finalidad explicar las bondades de la Ley Universitaria a los seguidores de Quiroga, con quien incluso van a rezar a la mezquita. La fuente, que prefirió guardar el anonimato, identificó en las fotos a Ángel Manuel Pampas Ortiz (Ingeniería y Minas), Liz Camacho Zúñiga (Ciencias Políticas y Gobernabilidad), Max Aguado Peña (Ciencias Políticas y Gobernabilidad), José Valencia Cabrera y Samuel Retamozo Alvarado, también de Ingeniería y Minas. Este último (Retamozo), según la fuente, usurpa el cargo de presidente de la Federación de Estudiantes de UNAMBA, ya que no ha sido elegido a través de las elecciones estudiantiles y tampoco existe la federación. Además, ingresó a la UNAMBA en el 2010 y pese a tener acumulados 14 semestres sólo cuenta con 90 créditos. Entonces, ¿a qué se dedica en la universidad?
¿Y ANTAURO HUMALA?
Otra fuente puso a disposición de EXPRESO la información que prueba el vínculo entre Hezbolá y el etnocacerismo. ASPRET, que es una organización supuestamente destinada a defender los derechos de los quechuas, está dirigida por Eddy Villarroel Medina (Sacha), reservista de Ejército Peruano, etnocacerista. Aparentemente tuvo un adoctrinamiento, pasando por Almostafa Open University de Teherán. Teniendo en cuenta la participación de Edwar Quiroga Vargas, representante en el Perú de la organización islamita Hezbolá en ASPRET, las visitas ocasionales de Suhail Assad, el uso de la organización para el trabajo misionero chiita y los miembros del personal que son probables conversos al islam, todo hace indicar que ASPRET está financiado, al menos en parte, por Irán con el dinero que fluye a través de Assad a Vargas. ASPRET es la fachada de “Guardianes de la Revolución de Irán” (CGRI), el cuerpo militar de élite que se encarga desde 1979 de preservar los valores de la República Islámica. La mayor actividad iraní se encuentra en la región montañosa del Centro y del Sur, es decir en Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Cusco y Puno, lugares donde Hezbolá ha efectuado incursiones significativas casi sin ser detectado por la debilidad del Estado en esas zonas. La fuente indicó que con la ayuda de Assad se inició un centro cultural peruano-iraní en Apurímac. Desde allí se ha organizado viajes de un número desconocido del peruano a Qom, ciudad de Irán, para la formación política, religiosa y otra. Su proselitismo data del 2012 y ha captado a unos 120 reservistas etnocaceristas, algunos de los cuales fueron reclutados y enviados a Irán a través de Quito, Caracas o La Paz. La mayoría de estos reclutas pertenecen a las comunidades indígenas remotas con resentimiento significativo hacia el Occidente, entre ellos hay más de 60 conversos al islam. El vínculo entre Edwar Quiroga y el etnocacerismo es Guillermo Bermejo Rojas, alias “Che“, preso por intentar un atentado contra la embajada de EE.UU. en Lima, vinculado a las FARC en Colombia y “Alfaro Vive” en Ecuador.
¿Quién es Edwar Quiroga Vargas (a) “Hosseini” o “Yaku”?
Según él es hijo de agricultores y obreros de étnico híbrido, una mezcla de estirpe inca-hispano. Nació en la Comunidad Campesina Suncho, Abancay, región Apurímac. Es un político con ideología “etnosocialistainkaiko” (Sumak Kawsay). El público objetivo son civiles, militares retirados a mitad de carrera y exreclutas de tendencias socialistas identificados con la “revolución bolivariana”. Para ello utilizan actividades culturales o de apoyo a comunidades indígenas. Entre diciembre de 2011 y febrero de 2012 fue a Teherán el primer contingente peruano para ser entrenado en la República Islámica de Irán. En septiembre de 2012 se coordinó un segundo viaje.

EN UN VIDEO
Asimismo, existe un video al que ha accedido EXPRESO y muestra el grado de afinidad de los llamados “musulmanes latinos” con el Hezbolá. Se ve al sedicioso activista libanés-argentino Suhail Assad presentando a su tocayo Quiroga Vargas, y a su costado aparece Alfredo Sumi Arapa, el esposo de Hilda Huayhua Mamani, la misma que gracias a la Sunedu ostentó el cargo de decana de la Facultad de Educación en la UNAMBA. Con ellos aparecen otros profesores de ideología marxista que son apoyados económicamente por el Hezbolá y que sin ninguna vergüenza se muestran seguidores de sus tendencias. Nos referimos a Carlos Rivelino Sánchez Acostupa y Teodoro Arenas, este último quien también enseña en la misma facultad de Educación. Al costado de Assad está Heberaldo Ramos Huaccharaqui, etnocacerista al lado del radical Antauro Humala y consejero del Gobierno Regional por Alianza por el Progreso. Desde hace años, Quiroga Vargas entra y sale de la UNAMBA como si fuera su casa, hasta que en diciembre de 2015, la anterior administración universitaria, dispuso a los vigilantes que cualquiera que ingrese a predicar fe religiosa o política debe recabar un permiso de las autoridades. Hoy con Adolfo Leonardo Prado Cárdenas, “rector interino”, sus instalaciones son tierra de nadie.

Redes sociales y democracias débiles

Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
En el Perú y el resto del mundo, las instituciones democráticas han perdido credibilidad. El modelo de democracia representativa parece ya desgastado. Esto desde que un nuevo actor modificó el ecosistema político: las redes sociales, algunas con influencers con más seguidores que muchos partidos. Pensadas inicialmente como herramientas de democratización de la información e interconexión ciudadana, se han convertido en espacios caóticos donde la verdad, la manipulación y el grito conviven sin advertencia.
En 2015, el semiólogo italiano Umberto Eco lanzó una advertencia que hoy suena a profecía: “Las redes sociales le han dado el derecho de hablar a legiones de idiotas”, dijo al recibir el doctorado honoris causa en la Universidad de Turín. “Antes opinaban solo en el bar, sin dañar a la comunidad. Ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel”. Hoy, la frase de Eco es reivindicada como una advertencia temprana sobre el empobrecimiento del debate público y el surgimiento de una cultura de opinión irresponsable e ignorante.
Los algoritmos privilegian la emoción sobre la razón, lo viral sobre lo verdadero. Así, la política se transforma en un espectáculo deplorable, y los ciudadanos en fans y fanáticos, más que en votantes informados. Los likes en las redes, además, dan satisfacción instantánea a los usuarios, son disparadores de dopamina, un neurotransmisor clave en el cerebro que, entre otras, da placer, mientras los políticos suelen regalarnos tragos amargos.
Un informe de Freedom on the Net (2023) sostuvo que el 47% de los países analizados reportaron campañas masivas de desinformación en redes sociales. En democracias consolidadas como Estados Unidos, Brasil o India, el uso coordinado de redes para polarizar, difamar y erosionar instituciones se ha convertido en una herramienta poderosa. Lo vemos aquí en el Perú con la muy bien montada red de los caviares, que repiten y amplifican sus falacias.
Para el filósofo surcoreano radicado en Alemania Byung-Chul Han, el exceso de información ha sustituido al pensamiento: “La democracia se basa en el discurso racional, pero hoy estamos atrapados en una cacofonía digital. Se impone la emoción rápida y se disuelven los consensos mínimos que toda sociedad necesita” (Infocracia, 2021).
Todo esto distorsiona elecciones, radicaliza posiciones, degrada a las instituciones y a la clase política. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sostiene que la confianza en parlamentos, partidos y medios ha caído a mínimos históricos; y no solo por la corrupción o la ineficiencia, sino por la percepción creada de que “todos mienten”.
En el siglo XIX, el pensador liberal francés Alexis de Tocqueville advertía que “el mayor peligro para una democracia es que el pueblo llegue a despreciar al gobierno que él mismo eligió”. Hoy, ese desprecio avanza alimentado por la inmediatez de las redes.
Urge recuperar el sentido de verdad, la deliberación y la responsabilidad en el espacio digital. No son las dictaduras quienes destruyen la democracia, es la propia democracia, con su retraso digital y su mensaje tímido y de escaso alcance, la que está cavando su propia tumba.

Nigeria: 200 católicos asesinados

Desplazados internos fueron quemados vivos, acribillados y atacados con machetes

Militantes asesinaron a hasta 200 cristianos en el estado de Benue, Nigeria. Las víctimas eran familias desplazadas que dormían en refugios improvisados en la plaza de mercado de Yelewata, en el área de gobierno local de Guma, cerca de Makurdi. Los atacantes irrumpieron gritando “Allahu Akbar” (“Dios es grande”), incendiaron los alojamientos y agredieron con machetes a quienes intentaban huir.
Según un testimonio recogido por la fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada Perú (ACN), líderes religiosos locales informaron que esa misma noche la policía logró repeler a los atacantes cuando intentaron ingresar a la iglesia de San José de Yelewata, donde dormían cerca de 700 desplazados. Sin embargo, los agresores se dirigieron luego al mercado del pueblo, donde utilizaron combustible para incendiar las puertas de los alojamientos antes de abrir fuego contra más de 500 personas que dormían allí.
Los primeros reportes confirmaron al menos 100 muertos durante las tres horas de masacre. Sin embargo, datos posteriores recopilados por la Fundación para la Justicia, el Desarrollo y la Paz (FJDP) de la Diócesis de Makurdi elevaron la cifra a 200 víctimas. Este ataque se convierte en el peor registrado en una región que ha experimentado un alarmante aumento de violencia, en medio de indicios de una ofensiva coordinada para desplazar forzosamente a comunidades enteras.
Mientras tanto, líderes de la Iglesia intentan auxiliar a cientos de personas que habían buscado refugio en Yelewata tras ataques previos de pastores fulani en otras zonas de Benue, y que ahora han huido a pueblos y aldeas vecinas.
El padre Ukuma Jonathan Angbianbee, párroco de Yelewata, habló con ACN menos de 12 horas después del atentado. Relató que él y otros desplazados lograron sobrevivir lanzándose al suelo del presbiterio al escuchar los disparos. “Cuando oímos los disparos y vimos a los militantes, encomendamos nuestras vidas a Dios. Esta mañana, doy gracias por estar con vida”, expresó.
El sacerdote visitó luego la plaza de mercado: “Lo que vi fue realmente espantoso. La gente fue masacrada. Había cadáveres por todas partes”.
Un informe preliminar de la FJDP, cuyos miembros visitaron la escena del ataque, declaró: “Era una visión desgarradora, imposible de soportar”. Añadieron que algunos cuerpos estaban calcinados hasta quedar irreconocibles, incluidos bebés, niños, madres y padres.
El padre Jonathan explicó que muchos cuerpos estaban tan quemados que no se podían identificar. Contó que Yelewata había acogido a miles de desplazados de pueblos vecinos por considerarse un lugar relativamente seguro, ubicado en la carretera principal hacia Abuya, pero que ahora el pueblo se encuentra casi desierto. La mayoría de los sobrevivientes han huido a las localidades cercanas de Daudu y Abagena.
Tanto el padre Jonathan como otros sacerdotes identificaron a los atacantes como pastores fulani y afirmaron que la ofensiva fue cuidadosamente coordinada. Los agresores ingresaron por múltiples puntos, aprovechando la fuerte lluvia como cobertura. “No hay duda de quiénes fueron. Eran fulani. Los oímos gritar ‘Allahu Akbar’”, aseguró.
El sacerdote y otros clérigos de la diócesis de Makurdi criticaron la débil respuesta de las fuerzas de seguridad, afirmando que aunque la policía logró evitar el ataque a la iglesia, no pudo impedir la masacre en el mercado. “A la mañana siguiente, había policías por todas partes. Pero, ¿dónde estaban la noche anterior, cuando más los necesitábamos?”, lamentó uno de los sacerdotes. “Ha sido la peor atrocidad que hemos presenciado. Nada se le compara”.
Durante el rezo del Ángelus, el Papa León XIV expresó sus oraciones por los “brutalmente asesinados” en “una terrible masacre”, en su mayoría desplazados protegidos por la misión católica local. El Pontífice oró por “seguridad, justicia y paz” en Nigeria, y en especial por las comunidades rurales cristianas del estado de Benue, víctimas constantes de la violencia.
El ataque se suma a una ola de violencia que se intensifica en el estado de Benue, particularmente en la región de Makurdi, de mayoría católica (más del 95 %). En las últimas tres semanas, más de 100 personas han sido asesinadas y más de 5,000 desplazadas en ataques a las zonas de Gwer West, también pertenecientes a la diócesis de Makurdi.
Líderes eclesiásticos han reiterado su llamado a la comunidad internacional, denunciando un plan yihadista para apoderarse de tierras y ejecutar una limpieza étnica contra los cristianos en la región.
Fuente: Ayuda a la Iglesia Necesitada Perú (ACN).

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