¿Por qué sigo siendo sacerdote católico?

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Padre franciscano Paul Lostritto marca una cruz en la frente de un hombre sin hogar el Miércoles de Ceniza, 14 de febrero de 2018, mediante la línea de ayuda de San Francisco en la ciudad de Nueva York. (CNS/Octavio Duran)

Por Dave Mercer- National Catholic Reporter.
Hace años, durante el apogeo de los escándalos que involucraban a los evangelistas televisivos, Larry King de CNN entrevistó al famoso evangelista Billy Graham.
Cuando King sacó a relucir los escándalos y cuestionó cómo el cristianismo se reconcilia con lo que se ve en las noticias, Graham respondió con una metáfora: los escándalos son como aviones que se estrellan. Cada día, los aviones despegan y aterrizan sin problemas unas 100,000 veces en todo el mundo, con poca atención de los medios. Si un avión se estrella, la historia encabezará las noticias de la noche y aparecerá en la primera página de los periódicos de todo el mundo. Sin embargo, un avión que se estrella no anula la seguridad de los muchos otros aviones.
El “principio del accidente aéreo” también puede ayudar a los católicos a enmarcar nuestra comprensión de los escándalos del clero en nuestra propia iglesia.
La mayoría de la gente sólo conoce a los sacerdotes (o sabe de ellos) a distancia. Por lo tanto, los informes de incidentes terribles son, comprensiblemente, la única forma de ver cómo perciben a los sacerdotes católicos. El sacerdote que visita a una familia en duelo en el hospital en mitad de la noche no aparece en las noticias, pero el sacerdote implicado en un escándalo sí lo hace.
No hace falta decir que los casos de abusos cometidos por el clero son muy graves y deben abordarse correctamente. Las víctimas deben ser escuchadas y tomadas en serio. Sin embargo, los escándalos no reflejan una imagen completa de nuestra Iglesia, sus ministerios o la mayoría de sus servidores ordenados.
En 2002, durante el auge de las historias de abusos sexuales cometidos por clérigos en el Boston Globe, yo era párroco de una parroquia donde se supo que el párroco anterior estaba siendo acusado de abusar sexualmente de menores. La devastadora noticia atrajo rápidamente la atención de los medios.
Realicé una sesión de escucha en la iglesia, para expresar la ira de quienes habían sido víctimas de la violencia cuando eran niños, así como el dolor de sus familias; pero, sinceramente, me sentí completamente desprevenido para las relaciones con los medios y el trabajo de mantener informados a los feligreses. También tuve que lidiar con mi propia ira y sentimientos de incompetencia, así como con la vergüenza de estar asociada profesionalmente con el pastor anterior. Mi formación en el seminario no fue suficiente para el dolor, la rabia y el asco que abordé, tanto en mis feligreses como en mí mismo.
Padre Francois X. Eale, capellán del hospital St. Catherine of Siena en Smithtown, Nueva York, usa agua mientras bendice las manos de la enfermera Merissa Williams el 10 de mayo de 2023. Observando, está la hermana ursulina Edith Menegus, directora de atención pastoral. (OSV News/Gregory A. Shemitz)
Pero a pesar de esos “accidentes aéreos” en nuestra Iglesia, el ministerio excepcional de otros sacerdotes y laicos nunca disminuyó a mis ojos. Seguí inspirándome, y lo sigo haciendo hasta el día de hoy, porque llevan vidas cautivantes, con o sin (y casi siempre sin) atención de los medios.
Uno de mis queridos hermanos sacerdotes se interpuso entre dos bandas callejeras furiosas y las convenció de no ceder ante la violencia. Otro sirvió dos veces como capellán militar, primero con las tropas en Irak y luego en Afganistán. Cuando otro fue ordenado, atendió a los sin techo en un comedor de beneficencia con su madre en lugar de ofrecer una recepción. Cuarenta y un años después, sigue siendo tan desinteresado como lo fue aquel día.
Más allá del sacerdocio, también he sido testigo de la bondad fiel de los feligreses católicos laicos; como la vez que organizaron comidas para los sin techo que se refugiaban en un arsenal de la Guardia Nacional, o los que fueron a la casa de un hombre que se había quitado la vida y lavaron la alfombra para que su familia no tuviera que verla, o cuando prepararon la cena de Acción de Gracias para 72 personas que acogían a niños refugiados. Me pregunto cómo la gente posee tanta compasión, sólo para darme cuenta de que su fe cristiana la inspira. Ellos también me inspiran.
Me sentí inspirado, y lo sigo estando hasta el día de hoy, porque viven vidas fascinantes, con o sin (y casi siempre es sin) atención de los medios.
Aunque los escándalos pueden sacudirnos, la gran mayoría de nuestros sacerdotes y feligreses católicos se esfuerzan por vivir de acuerdo con el estándar más elevado de compasión establecido por nuestro Señor Jesús. Sin embargo, esto rara vez aparece en las noticias. Los escándalos en la Iglesia continuarán, porque no somos una iglesia de ángeles sino de seres humanos reales. Esto nunca excusa el comportamiento escandaloso devastador que irrumpe en el ciclo de noticias, ni alivia el daño causado.
¿Por qué sigo siendo católico? Algunos aviones se estrellan, pero todos los días mis hermanos sacerdotes y feligreses laicos despegan y aterrizan sin problemas y sin ser noticia. La gracia de Dios fluye a través de ellos hacia mí, y esta gracia es la razón de mi esperanza. Por eso elijo seguir siendo católico y sacerdote. Ellos me inspiran y quiero permanecer en este avión.
Rezo para que, de alguna pequeña manera, pueda inspirarlos también.

Sodalicio de Vida Cristiana realiza su VI Asamblea General en Aparecida, Brasil

El 6 de enero dio inicio la VI Asamblea General del Sodalicio de Vida Cristiana, evento que reúne a los miembros perpetuos en la ciudad de Aparecida, Brasil. Este encuentro, que se extenderá hasta el 31 de enero, es considerado la máxima instancia de discernimiento y decisión en la vida del Sodalicio y un momento clave para renovar su misión apostólica.
Con el lema «Afianzar nuestra vocación y elección» (2 Pe 1,10), comenzaron este tiempo de reflexión con un retiro espiritual de cuatro días, del 6 al 9 de enero. Durante este periodo se dedicaron a la oración buscando una profunda disposición interior para abordar las tareas que les esperan.
La Asamblea se desarrolla en Aparecida, una ciudad que, además de su conocida hospitalidad, es hogar del emblemático Santuario de Nuestra Señora Aparecida, visitado anualmente por más de trece millones de peregrinos.

Presencia de los Delegados Pontificios

Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ y Fray Guillermo Rodríguez OFM, Delegados Pontificios que están presentes en la VI Asamblea General del Sodalicio de Vida Cristiana.

En esta VI Asamblea General del Sodalicio de Vida Cristiana, están presentes el Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ y Fray Guillermo Rodríguez OFM, quienes han acompañado de cerca el proceso de renovación de la comunidad.
El Cardenal Ghirlanda, destacado jesuita italiano y consultor de diversos dicasterios de la Santa Sede, ha brindado un apoyo fundamental en la formación y profundización del carisma sodálite desde 2017. Su participación incluye el acompañamiento en la elaboración de la Ratio Formationis. Por su parte, Fray Guillermo Rodríguez OFM, franciscano mexicano y experto en derecho canónico, ha desempeñado un papel crucial como Delegado ad nutum del Sodalicio, asesorando al Gobierno General en esta etapa de renovación bajo las directrices de la Santa Sede.
Renovación de la comunidad
Entre los puntos más relevantes de la agenda se encontraba la elección del nuevo Superior General y su Consejo para el período 2025-2030. Asimismo, se revisará el estado actual de la comunidad y se presentará el “texto de revisión y modificaciones de las Constituciones” para su aprobación.
Este documento, fruto de un proceso iniciado en 2020, y desarrollado acompañados por la Iglesia, busca expresar con mayor claridad el carisma del Sodalicio. Una vez aprobado en la Asamblea, será enviado a la Santa Sede para su revisión definitiva.
Un llamado a la oración
Invitamos a todos los miembros de la familia espiritual a unirse en oración por los frutos de esta VI Asamblea General. Que, bajo la protección maternal de Nuestra Señora de la Reconciliación, los corazones de los sodálites permanezcan dóciles y disponibles a lo que el Espíritu quiera suscitar en esta etapa particular de su historia.
Fuente: Sodalicio.org

COMUNICADO DE LA ASAMBLEA GENERAL DEL SODALICIO

El 18 de enero de este año, la página web «Infovaticana» publicó la noticia de que el Santo Padre había disuelto a nuestra sociedad de vida apostólica. La información central sobre el hecho era cierta, pero contenía varias inexactitudes.
Siendo la Asamblea conocedora de esta noticia periodística, y ante la gravedad de los hechos, el primer acto del día fue exhortar a que los responsables asumieran el despropósito de haber filtrado una información absolutamente de carácter reservado.
Dos sodálites reconocieron haber violado las reservas del caso y, luego de pedir perdón a los presentes, fueron expulsados definitivamente de la Asamblea.
Lamentamos que la inconducta de estos dos miembros haya podido ser aprovechada por la prensa para generar dudas sobre que haya sido el Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ, Delegado pontificio del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (DIVCSA), quien haya filtrado la noticia.
La Asamblea reconoce como suyas solo las noticias de sus comunicados oficiales, por tanto, la Asamblea se deslinda de toda otra noticia que haya salido o salga de la prensa relacionada a la Asamblea, al Sodalicio, al Santo Padre, en el cual confiamos y al cual obedecemos, a Monseñor Jordi Bertomeu Farnós y al Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ.
Aparecida, 20 de enero de 2025

Alejandro Bermúdez

Queridos hermanos en la Fe y la Misión:
Lamento profundamente con ustedes la triste noticia de la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana. El Papa Francisco, como Vicario de Cristo en la Tierra tiene la potestad absoluta de determinar la validez de un carisma y ha determinado que el nuestro no la tiene. Y si ha decidido disolver el Sodalicio, el Sodalicio debe disolverse con total espíritu de fidelidad al Papa.
Sin embargo no quiero dejar de compartir con ustedes todo lo que sé de este proceso y cómo el Papa ha sido sistemáticamente mal informado por quien ahora va a ser el comisario encargado de la disolución: el señor Jordi Bertomeu Farnós.
Creo que es particularmente grave y dañino que el decreto de disolución permita a Bertomeu establecer las condiciones que la comunidad tiene que cumplir para poder “aspirar” a “refundarse”.
En este contexto el pedido urgente y de todo corazón que hago a mis hermanos sodálites es que resistan a Bertomeu, no acepten las condiciones y asuman cualquier penalidad muy probablemente abusiva que conlleve tomar esta decisión; porque rendirse a Bertomeu -que es muy distinto a aceptar la decisión del Papa- será mucho peor que lo anterior.
Comparto mis razones:
1) Desde que fui sometido a investigación presenté ante Monseñor Scicluna y al Dicasterio de Doctrina de la Fe evidencia de que Bertomeu no era una investigador imparcial. Envié, entre otras pruebas, una copia de las páginas del libro de Pedro Salinas “Sin noticias de dios”, en las que el autor dedica más de un capítulo para cantar los elogios de su amigo, a quien llama constantemente por su primer nombre, “Jordi”, desde 2019. Su libro incluye descripciones de visitas a restaurantes romanos juntos, de beber cervezas en la habitación de Monseñor Bertomeu en Roma, y de conversaciones íntimas que incluyen juicios severos y denigratorios contra quienes ya consideraba “culpables” de ser “abusadores”: el Sodalicio. Y esto, varios años antes de comenzar la investigación como parte de la “Misión Especial”.
Además, en conversaciones con autoridades sodálites al inicio de la investigación, Bertomeu ya decía que la “solución” para el Sodalicio, antes de investigar o escuchar razones o argumentos, era la disolución. Insistía en que no había carisma y decía podíamos “refundarnos” con la frivolidad de quien ni entiende ni le interesa la misteriosa y delicada naturaleza de un carisma para la Iglesia. Les pido que pregunten a las autoridades que negociaron con Bertomeu si lo que digo es verdad.
2) Existen evidencias de que Bertomeu no solo tenía una decisión tomada en contra del Sodalicio, sino que durante las investigaciones actuó con malicia y doblez. Por un lado, ocultaba información vital a miembros del Sodalicio a los que luego terminaría acusando de delitos que nunca mencionó cuando los entrevistó en persona; por otro lado, existen evidencias incontrovertibles, como filtraciones mediáticas solo atribuibles a él, fotografías en las que está literalmente brindando con los adversarios y acusadores del Sodalicio, entre otras, que demuestran que Bertomeu jamás ha estado interesado en el bien de la comunidad y de sus miembros. De nuevo, les animo a pedir a las autoridades que lidiaron con Bertomeu que confirmen si esto es verdad o no. Sé que algunos de ellos están en posesión de algunas de las fotos -repugnantes, dicho sea de paso- a las que hago referencia. Véanlas.
3) Bertomeu está interesado en una cosa y una cosa sola: echar mano a los bienes del Sodalicio y repartirlos no entre las víctimas reales -que en una muy buena medida fueron reparadas por el Sodalicio- sino que pretende incluir como víctimas a varios acusadores del Sodalicio. A estos últimos, Bertomeu, por exclusiva simpatía ideológica, los suma a la lista de víctimas que quieren ser compensados. Permítanme dejar algo en claro: han existido y con certeza aún existen víctimas del Sodalicio. Pero recuerden hermanos que una comisión independiente de defensa y mediación de las víctimas entrevistó a centenares de personas y determinó el grado de daño sufrido; así como la naturaleza y monto que debían recibir de la comunidad. Como consecuencia, el Sodalicio ha pagado 2.3 millones de dólares en compensación de víctimas, y aún hoy en día sigue siendo económicamente responsable de varias de ellas, como debe ser. Pero existen falsas víctimas que se declaran tales simplemente porque han visto una oportunidad en la ola de ataques a la comunidad provocada y alentada por Bertomeu. Pese a conocer estos esfuerzos de reparación de la comunidad, Bertomeu nunca paró de difundir la leyenda de que el Sodalicio “no se ha preocupado por las víctimas”. Un ejemplo: existe una supuesta “víctima” actualmente -y es una entre varias- que pese a haber sido compensada en los términos que determinó la comisión independiente, cree que debe recibir una compensación de más de un millón de dólares. Esta “víctima” fue superior de comunidad durante años, múltiples hermanos que vivieron bajo su mando dan testimonio de sus conductas abusivas, de su desprecio por sus subordinados, y de su conducta inapropiada y hasta predatoria con jóvenes del Movimiento al que él tenía acceso. Pero para Bertomeu este señor es una “víctima” únicamente porque abandonó el Sodalicio y porque se ha unido al coro de los que nos denuncian en los medios. Una vez más, pregunten a las autoridades si este personaje específico existe, si sigue reclamando este tipo de compensación, si existen otros más como él y si esta es la gente a la que Bertomeu piensa compensar con los bienes del disuelto Sodalicio.
4) Bertomeu no tiene ningún interés en la posible “refundación” del Sodalicio. Su único interés es aprovechar el noble deseo de los hermanos de seguir unidos en un carisma que recoja y refleje lo mejor del Sodalicio, de responder al llamado de Dios que cada uno ha recibido a la vida apostólica en común y de seguir sirviendo a los centenares de miles de personas que dan testimonio de las Gracia recibida por medio de nuestras labores apostólicas. Bertomeu ha sido un maestro genuinamente perverso -y uso esta palabra en su sentido más estricto, y no como un hipérbole- en abusar, aprovechar y manipular nuestro espíritu de lealtad al Papa, y nuestro espíritu de obediencia a la Iglesia y a sus autoridades, no solo para abusar de la comunidad sino para conducirnos a autodestruirnos. Otra vez, ahora que están juntos en Aparecida, pregunten a las autoridades si éste no ha sido el patrón de conducta constante de Bertomeu. Y cuando les pido preguntar a las autoridades, no estoy implicando de manera alguna de que ellos “ocultaron” esta información a la comunidad. Como he explicado, Bertomeu manipuló y abusó de nuestras autoridades, imponiendo un sigilo a nombre del Papa que él mismo nunca respetó.
5) Bertomeu no cree ni jamás ha creído en el debido proceso y por tanto sería suicida creer que lo respetará. Las acusaciones enviadas contra los que fuimos investigados son absurdas hasta lo surrealista y no cumplen para nada ni con la mínima lógica, mucho menos con la justicia, el derecho a la legítima defensa o los procesos canónicos.
Les pongo solo algunos ejemplos -hay muchos más- que pueden corroborar con las autoridades ahora que están reunidos con ellas:
Bertomeu aceptó acusaciones contra mí que entre otras cosas, afirman que, a través de un amigo de un amigo que es un activista pro-vida cuyo apostolado yo cubrí periodísticamente -como correspondía- a través de ACI Prensa, yo estoy conectado… ¡Con la mafia rusa! A pesar de 100 páginas de descargos y una resolución a mi favor del investigador independiente. Bertomeu decidió expulsarme del Sodalicio.
Bertomeu aceptó contra otro hermano las acusaciones hechas por un individuo que reclama que una de las actividades económicas del Sodalicio “estafó” a su padre… hace veinte años. Este señor presentó su acusación ante la justicia peruana, que la rechazó cuatro veces; la presentó luego ante el Cardenal Joseph Tobin, que la hizo investigar y luego la rechazó; y finalmente la presentó a Bertomeu, que no sólo la aceptó sin investigación alguna… ¡Sino que la usó como “razón” para la expulsión de este hermano del Sodalicio!
Bertomeu recibió de un hermano acusado, el resultado de la investigación realizada por una jurista independiente que declaró que tal hermano era inocente de las acusaciones presentadas contra él. La jurista comunicó esta decisión al Superior General. El Superior envió el decreto de exculpación, junto con casi 700 (sí, setecientas) páginas de contundentes pruebas de inocencia. Ocho días después, el hermano fue expulsado del Sodalicio. ¿Qué posibilidades reales existen de que Bertomeu revisara la resolución y las pruebas en ocho días?
6) Bertomeu no tiene palabra. Literalmente no la tiene. Bertomeu ha sido responsable directo de todas las expulsiones de los que salimos de la comunidad. Pregunten a los superiores que digan cuántos documentos escritos, cuántos decretos, cuántas decisiones o notas de prensa, cuántas respuestas a pedidos formales de aclaración -como la que yo mismo le dirigí al inicio de las investigaciones contra mí- llevan la firma de Bertomeu. Les adelanto la respuesta. CERO. Bertomeu ha hecho que funcionarios de Doctrina de la Fe, funcionarios del Dicasterio de Vida Consagrada, el Nuncio en el Perú -viejo amigo suyo y compañero de apartamento en el pasado en Roma- o la Conferencia Episcopal Peruana hagan los anuncios, pese a que nosotros, como Sociedad de Derecho Pontificio, deberíamos ser informados por vía directa y por quienes son los encargados de la Misión Especial.
7) Recordemos que la comunidad enfrenta el problema de la incardinación de los hermanos sacerdotes. ¿Qué va a hacer Bertomeu al respecto? Una vez más pregúntele a las autoridades los comentarios hechos por Bertomeu al respecto. Su desdén e irresponsabilidad por el destino de nuestros hermanos sacerdotes es simplemente sociópata. Una vez más, uso esta palabra en sentido literal, no hiperbólico. Simplemente, existencialmente, no le importa. Ha pasado desde sugerir recurrir a supuestos “obispos amigos” a quienes él mismo tiene intimidados bajo riesgo de “investigación”, o que simplemente “esperen” a una nueva fundación. Al respecto, les pido hermanos, que aprovechen la presencia del Cardenal Ghirlanda entre ustedes en Aparecida, y pregúntenle cuánto tiempo tomaría, bajo las nuevas normas para la creación de Institutos -que recordemos, han cambiado dramáticamente desde nuestra constitución- y considerando el estado de actual parálisis de la Curia vaticana, el nacimiento de un nuevo instituto con la capacidad de incardinar sacerdotes. Les adelanto la respuesta: ¡Una eternidad!
8) Finalmente, también consulten con el Cardenal Ghirlanda cuáles son los pasos, plazos de tiempo, procesos y aprobaciones -incluyendo la del Santo Padre- que se requieren para una nueva fundación. Bertomeu, una vez más, interesado en nuestra desaparición y en echar mano a los bienes legítimamente adquiridos y administrados por la comunidad, prometerá que vuestra rendición y sometimiento les garantizará un camino “suave y seguro” a la nueva realidad que todos desearíamos. Esa es una mentira. Y él es el primero en saberlo.
Por eso hermanos, por el bien real de lo que el Señor quiera de nosotros, por fidelidad a nuestro llamado, y aceptando la decisión del Vicario de Cristo de declarar la inexistencia de nuestro carisma, resistan, acepten el sufrimiento de la incertidumbre, confíen en los insondables designios divinos y esperen a nuevas circunstancias, en las que el Vicario de Cristo escuche sin prejuicio el clamor de hermanos -¡y hermanas, no lo olvidemos!- que solo anhelan servir a Dios y a la Iglesia; y en la que este personaje nefasto de Bertomeu no solo para la comunidad, sino para la Iglesia, no tenga el poder de decisión sobre el futuro. El poder espurio de Bertomeu no va a durar. Mucho más durará nuestra esperanza.
Alguno se preguntará legítimamente cuál será la reacción mediática a esta posición. Con certeza, será muy mala y agresiva. Pero los animo a preguntarse si existe algún “punto medio”, alguna “salida negociada” que sería de satisfacción de los comentaristas que nos odian simplemente por ser quienes somos y que ya no tienen más insultos y mentiras que arrojar sobre nosotros, porque ya lo han hecho. Y pregúntese, conociéndolos, si en ellos existe alguna alternativa “aceptable” que no sea la autodestrucción. Sabemos, por tanto, que no hay manera de complacerlos o aplacarlos. No la habrá nunca, y tenemos que hacer las paces con esa realidad. Que ladren los proverbiales perros y nosotros sigamos el lema de vida de San Juan Pablo II: “¡No tengáis miedo!”.
Con profundo amor de hermano y unido con ustedes siempre en la oración y la misión,
Alejandro Bermúdez
En el Día del Señor del 20 de Enero de 2025, día del aniversario 34 de mi profesión perpetua, memoria libre de San Sebastian Mártir.

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