Rupnik será confinado, ¿y Berríos?

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La comunidad de Rupnik se disuelve y él será trasladado a una residencia para sacerdotes de su edad en Milán

Por Mateo González Alonso- Revista Vida Nueva.
El provincial de los jesuitas en Eslovenia ha confirmado que se cerrará canónicamente la presencia de la Compañía en el Centro Aletti de Roma.
La comunidad de jesuitas del Centro Aletti de Roma, que hasta ahora estaba dirigida por Marko Rupnik va a ser disuelta y el religioso, acusado de abusos psicológicos y sexuales a diferentes religiosas, abandonará Roma. Así lo ha confirmado el provincial de los jesuitas en Eslovenia, Mirano Žvanut. El acusado sería trasladado a una residencia para sacerdotes ancianos. (…)

Los reparos de la Compañía

Si bien hechas públicas las intenciones del aún sacerdote la Compañía de Jesús informó que lamentaba la decisión, durante la tarde del jueves el Provincial Gabriel Roblero compartió con la comunidad una carta de tres carillas donde profundizó en el asunto y, de paso, defendió las labores realizadas por la congregación ante las denuncias recibidas.
Ahí, en primer punto, aseguró que conversó presencialmente con él el jueves 17 de noviembre y que, en la instancia lo animó “a ser paciente, a que no se apresurara, que fuera prudente en lo que hiciera y pudiera esperar la decisión que viniera desde la Santa Sede respecto a la situación canónica en que se encuentra”.
En línea, aseguró que durante todo el proceso “Felipe fue informado de la denuncia principal y de todas las otras denuncias que se recibieron en su contra, pudiendo responder a cada una de ellas, lo que además hizo asesorado por un abogado de su confianza, que él mismo eligió, asistiendo en cuatro oportunidades ante la investigadora”.
Reiteró, en el mismo tono que las denuncias “se tratarían de hechos ocurridos entre los años 1993 y 2009, que habrían afectado a siete mujeres entre los 14 años, la más pequeña, a 22 o 23 años la mayor de ellas. Tres de estas conductas habrían sido cometidas en retiros de colegios, dos en trabajos voluntarios (en un caso, de secundarios, y en el otro, de universitarios). Finalmente, en tres casos se trataría de hechos ocurridos dentro de la celebración del Sacramento de la Confesión. Los hechos que involucran menores de edad y el sacramento de la Confesión son de los delitos más graves en la legislación de la Iglesia”.
De esta forma, reiteró que Berríos ha contado con todas las garantías y que lo han mantenido en Santiago para resguardar el proceso. “Nos permite cuidar a todos los intervinientes en este proceso, incluida la integridad física del propio Felipe. El procedimiento de investigación previa canónica no termina con las conclusiones de la investigadora, sino con la decisión del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Por tanto, prudentemente, no corresponde modificar las medidas cautelares en esta etapa. Por otra parte, habría sido impresentable que, habiendo resultado 7 hechos denunciados como verosímiles, 3 de ellos con menores de edad, se le enviará a vivir solo a La Chimba”, recalcaron.

Caso Rupnik: El vicario del Papa habla de las denuncias de abusos

La diócesis de Roma critica la actitud de los medios de comunicación y asegura su plena colaboración para esclarecer el asunto

Por Ary Waldir Ramos Díaz– www.es.aleteia.org
El cardenal Angelo De Donatis emitió un comunicado para aclarar su posición y la de su diócesis, respecto al caso del padre Marko Rupnik (23.12.2022).
De Donatis, Vicario del Papa Francisco en Roma, rompió el silencio tras ser señalado por su amistad personal y conferir algunos encargos a padre Rupnik.
El cardenal italiano se pronunció sobre las acusaciones de abusos que pesan contra el jesuita.
Las víctimas exigían palabras de solidaridad y de rechazo contra los abusos de poder y sexuales aducidos al comportamiento del sacerdote esloveno, mientras dirigía ejercicios espirituales.
De Donatis reaccionó con una critica a las «acusaciones vertidas en los medios de comunicación» y sostuvo que quiere colaborar para encontrar la verdad.
El padre Rupnik, famoso artista esloveno de mosaicos expuestos en varias iglesias y capillas en el mundo, está implicado en otros casos de abusos que presuntamente cometió en la década de 1990 contra varias monjas en Italia y Eslovenia.
Casos prescritos
Doctrina de la Fe declaró en octubre de 2022 que las denuncias en cuestión se referían a casos prescritos. No obstante, la Compañía de Jesús mantuvo medidas contra él. Y ha pedido a otras víctimas que den un paso adelante y denuncien.
Mientras tanto, en Eslovenia, los obispos del episcopado ya han condenado los «actos inaceptables del padre Rupnik, deplorando que hayan permanecido ocultos durante tanto tiempo».
«Toda la Diócesis de Roma, ante esta desconcertante comunicación, sobre todo mediática, que desorienta al Pueblo de Dios, vive estas horas con preocupación y consternación, consciente de la extrema delicadeza de la situación, que -hay que reiterarlo- ha sido ampliamente tratada en sedes judiciales completamente ajenas a la jurisdicción del Cardenal Vicario».
También indica el cardenal De Donatis que el caso de Rupnik «ahora está siendo gestionada por los jesuitas». Por tanto, pone el énfasis en que el esclarecimiento no es cosa de la diócesis de Roma. En años pasados, De Donatis encargó a Rupnik, la remodelación de la capilla del seminario mayor.
Búsqueda de la verdad
La declaración de la diócesis de Roma adopta una perspectiva reacia y a la defensiva en relación con las denuncias publicadas en los medios de comunicación y pide apegarse a la «verdad».
«Los juicios que vemos que muchos difunden con especial vehemencia, no parecen manifestar ni un criterio evangélico de búsqueda de la verdad, ni un criterio básico en el que se fundamenta cualquier Estado de Derecho, a verbis legis non est recedendum»
«Consciente de la extrema delicadeza de la situación», el cardenal vicario asegura que sólo recientemente tuvo conocimiento de los asuntos revelados. También recordó que no es la diócesis la que tiene competencia para tratar este caso. No obstante, el cardenal De Donatis asegura a la Compañía de Jesús y a las autoridades superiores «toda la colaboración necesaria» en la gestión de este caso.
«En particular, la Diócesis de Roma asegura toda la colaboración necesaria con la Compañía de Jesús y los Superiores para la aplicación del Decreto Prot. DIR-SOLI 22/005 de 16 de diciembre, firmado por el Delegado DIR, Padre Johan Verschueren SJ, dentro de los términos del derecho canónico».
Oficios canónicos diocesanos de Rupnik en Roma
Al mismo tiempo, indica que el jesuita Rupnik no tendrá más remedio que abandonar sus dos encargos oficiales con la diócesis de Roma: «Esto implicará probablemente, entre otras cosas, una serie de medidas con respecto a los oficios canónicos diocesanos -los únicos sometidos directamente a la autoridad del Cardenal Vicario- con los que el Padre Rupnik sigue investido, en particular el de Rector de la Iglesia de San Felipe Neri en el Esquilino y el de Miembro de la Comisión Diocesana para el Arte Sacro y el Patrimonio Cultural».
«La Diócesis de Roma –continúa el comunicado- también es consciente de la necesidad de reflexionar y posiblemente tomar medidas con respecto a una actividad que ya está en marcha desde hace muchos años por el padre Rupnik y sus Colaboradores también en nuestro ámbito diocesano: se trata del conocido ‘Centro Aletti’, puesto en marcha a principios de los años 90, que luego se desarrolló y creció bajo la autoridad de la Compañía de Jesús y finalmente se convirtió, el 5 de junio de 2019 (cf. Decreto Prot. n. 349/19), en una Asociación Pública de Fieles de la Diócesis de Roma, de la que la Dra. Maria Campatelli es actualmente Directora».
Excomunión retirada
El caso del padre Rupnik sacude no solo la diócesis de Roma, también da un coletazo que implícitamente toca al papa Francisco. Esto debido a que el jesuita Rupnik está implicado en varios casos de abusos, oficialmente se habla de nueve casos, pero ya hay fuentes eclesiales que extienden las víctimas a 20 mujeres adultas.
Uno de los casos de abuso se refiere, según sus superiores de la Compañía de Jesús, a la «absolución de un cómplice» en 2015 durante una confesión, un hecho grave que motivó un decreto de excomunión en mayo de 2020 por parte del dicasterio para la Doctrina de la Fe, sanción levantada pocos días después.
Algo que fue señalado por observadores como un «indulto» papal, pues es el Obispo de Roma quien tiene autoridad de levantar tal condena. La legítima autoridad, sin embargo, puede considerar oportuno declarar la excomunión o no en breve: por lo tanto, se debe distinguir entre excomuniones latae sententiae declaradas y no declaradas. 

La que fuera secretaria de la fundadora de la Comunidad Loyola denuncia los muros que las religiosas abusadas encontraron en Eslovenia y en Roma

Por MATEO GONZÁLEZ ALONSO- Revista VIDA NUEVA.
Mientras los diferentes organismos que tienen bajo su tutela al conocido artista jesuita Marko Ivan Rupnik tras diferentes acusaciones de abusos, con demasiada lentitud y poca claridad para algunos, el diario italiano Domani ha publicado una entrevista con otras de las víctimas abusadas por el sacerdote. En esta ocasión se trata de una religiosa que fue secretaria de Ivanka Hosta, la fundadora y superiora general de la Comunidad Loyola en Eslovenia. Una comunidad y una religiosa sobre las que, a día de hoy, no constan investigaciones o medidas canónicas específicas.
Falta de confianza en la superiora
La religiosa, cuyo nombre se mantiene en el anonimato, tiene actualmente 60 años y responde al periódico como hizo en hace unos días otra religiosa italiana que dio amplios detalles de los abusos sexuales y de conciencia sufridos tanto en el estudio del jesuita en Roma como en la comunidad en Eslovenia. Un testimonio en el que llegaba a afirmar que podrían ser una veintena las religiosas que habían sufrido abusos por parte del padre espiritual de la fundación.
En el nuevo testimonio se apunta a la complicidad, con su silencio, de las autoridades eclesiásticas y de los jesuitas en este caso. La religiosa fue del grupo inicial que se formó en Liubliana en 1984 y en a sus 25 años profesó sus votos perpetuos junto a seis hermanas, entre ellas la superiora Hosta. De ella relata que “Rupnik nos decía que Ivanka tenía el carisma pero que no lo sabía transmitir, que solo él podía interpretar este don y transmitírnoslo a las hermanas”, creando así de esta manera “un muro entre Ivanka y las otras hermanas de la comunidad que de esta manera no podían confiar ella” impidiendo una “relación sincera” entre la superiora y las hermanas. “Poco a poco, éste se convirtió en el estilo de las relaciones entre nosotros”, lamenta.
Tras cinco años de “gran alegría” en la comunidad, descubrió la realidad de los abusos en 1989 cuando fue enviada a Roma a seguir sus estudios sintiendo “que el principio de mi oscuridad se debía al padre Rupnik”. El jesuita le alejó de una de las hermanas con las que tenía una gran amistad, también prohibió la vistas, cartas y llamadas a su familia. Seguir indicaciones como estas han marcado las relaciones de la religiosa, que tuvo que no ha podido desarrollar “amistades profundas” o justificar a sus padres que no iba a contactar con ellos porque “estaba preocupada por su salvación” y cosas “más tremendas” que añadió otra religiosa encargada de supervisar la misiva.
Arte y artista
Más allá de los recuerdos, confirma que en 1993 llegaron las primeras denuncias de abusos a la mesa de superiora. Ella misma animó a otras religiosas a llevar su historia a Hosta y recuerda a Rupnik “furioso” después de que el arzobispo de Liubliana le alejó de la comunidad tras la denuncia eclesiástica de la primera religiosa –y que la propia secretaria informara directamente al provincial jesuita de entonces–. El alejamiento del jesuita se explicó, cuenta, como una medida para que el carisma pasara del fundador a la comunidad.
Este movimiento, prosigue, hizo que “la comunidad comenzara a funcionar como una verdadera y auténtica secta” aumentando los miedos, la desconfianza, el señalamiento y el control, se analizaban los confesores, la dirección espiritual se confió a hermanas de la comunidad… se analizaban hasta los contenidos de la oración personal. Este “ambiente sombrío” generó numerosas salidas de la comunidad, 19 en pocos años –incluyendo la secretaria–. Más tarde, en 1998 relató su experiencia en la curia general de los jesuitas y se enteró que, poco antes del confinamiento, se había comisariado la comunidad. También lamenta no haber tenido respuestas a las cartas que envío sobre el tema el pasado mes de junio.
Valorando las reacciones de los obispos eslovenos desmiente que ellos “no supieran” entonces ya que el caso llegó al arzobispado y a los jesuitas de Eslovenia y de Roma. “No creían que iríamos tan adelante en las denuncias públicas y han dicho medias verdades para tratar de sobrevivir”, sentencia. Es más, reconoce que “hasta que la Iglesia no comprenda que la condición de abusador de Rupnik está ligada a la de artista, seguirá restando importancia a la gravedad de lo ocurrido”.

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