Archivo por meses: junio 2022

Nueva joyita en Palacio

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Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
Algún camarógrafo distraído filtró un guateque palaciego en el que se vio a Pedro Castillo con gremios campesinos. Se suponía que estaba reunido con representantes indígenas, pero sentado a su siniestra y dueño del micro tenía a ese peligro al volante llamado Luis Alberto Mendieta Gavirondo. Este economista sanmarquino, máster en Derecho, Economía y Gestión con Fines de Investigación, con mención en Gestión de Organizaciones por la Universidad Bourdeaux 4 Montesquieu de Francia, fue designado por Castillo el pasado 17 de abril como jefe de su Gabinete Técnico. La revista Caretas indica que “Según el Colegio de Economistas de Lima, Mendieta está inhabilitado para ejercer su profesión por falta de pago de sus cuotas como colegiado”. Hace 13 años que está inactivo.

Por el diario Perú 21 sabemos que esta nueva adquisición de Palacio tiene en su haber: tres intervenciones policiales por conducir borracho, las dos primeras en 2013 y la última en 2015. Una nota de Martín Hidalgo en el portal utero.pe-Útero.Pe | Webeo disfrazado de periodismo (y al revés)– #TroleaNomás: Congreso hace de las suyas aprovechando que la gente está enganchada al drama del Gato Cuba –El Congreso empieza a acorralar a Dina y en Palacio empiezan a verla como una nueva Vizcarra– EXCLUSIVO: las llamadas, hasta ahora desconocidas, que periodistas y políticos hacían a los Cuellos Blancos – #TroleaNomás: Castillo paltea … utero.pe (2013) bajo el titular “La repartija de los módulos partidarios”, menciona que entre los receptores de los pagos más altos de entonces, figuraba Mendieta, “responsable de la organización del Partido Nacionalista”. El hombre recibía alrededor de catorce mil soles.
Este fulano revolotea alrededor de la política y muy especialmente del poder. En 2006 postuló, sin éxito, al Parlamento Andino en las filas del partido Unión por el Perú (UPP), la misma agrupación por la candidateó Ollanta Humala siendo derrotado por Alan García Pérez. Su lealtad con el investigado Humala siguió y pasó a militar en el Partido Nacionalista (2009-2017).
A saber, hoy intenta coparlo todo. Según una fuente informada, está aprovechando la bonhomía del flamante ministro de Agricultura, Andrés Alencastre, para sacar adelante su agenda personal en dicha cartera, especialmente ahora que se ha ampliado en decenas de millones de dólares el presupuesto para la compra de fertilizantes orgánicos.
El nuevo hombre de confianza de Castillo, es el mismísimo que según la consultora colombiana María Alejandra Trujillo Moncaleano coordinó sus ingresos a Palacio de Gobierno y sus viajes a los consejos de ministros descentralizados.
Está claro que el gobernante que los peruanos padecemos insiste en rodearse de funcionarios cuestionables en su afán de tender alianzas con ex líderes políticos chamuscados como es la pareja delincuencial Ollanta y Nadine Heredia. Solo así se entiende que tras la salida de Wilson Pretel de la jefatura del Gabinete Técnico de la Presidencia haya tenido el resbalón mental de reemplazarlo por Luis Mendieta Gavirondo.
Así las cosas, el hombre que afirma que Rusia está en guerra con “Croacia”, que California es un país y que no sabe aún si el pollo está vivo o muerto, no tiene criterio ni para elegir a un funcionario. Y encima ahora nos aterroriza diciendo que habrá ‘sorpresas’ en su discurso del 28 de julio.

Los sicarios se suman a los conflictos mineros

Por Miguel Lagos- Diario EXPRESO.
La inteligencia policial ha señalado a un elemento que puede convertirse en creciente protagonista de la conflictividad en torno a la actividad minera y otros sectores en el país: el sicariato.
En 2015, por ejemplo, sicarios de la banda «Los Pativilcanos» asesinaron en Huarmey, Ancash, a un minero informal «en un presunto acto de venganza por un conflicto minero». En 2021 se atrapó a una docena de individuos fuertemente armados que viajaban de Arequipa a Lima; las investigaciones determinaron que la banda criminal daba protección a mineros ilegales. Hay más en el registro, incluyendo la matanza perpetrada por sicarios en Atico en los últimos días.
Por otro lado, y tiempo atrás, en este espacio comentábamos sobre los riesgos de que criminales y sicarios se infiltren en las protestas sociales de contornos políticos. Es decir, que extremistas politicos e ideológicos (incluyendo a las franquicias castrochavistas en Perú y a los narcosenderistas del VRAEM) puedan subcontratar a delincuentes para recalentar el sistema de conflicto nacional; ello sin descartar los asesinatos por encargo y selectivos contra civiles incómodos.
De hecho sobre lo anterior hay evidencia recabada por la misma policía especializada. En octubre del año pasado la Dircote, Dirección Contra el Terrorismo de la PNP, detuvo a un sicario de 19 años en Satipo, Junín. El sujeto tenía la misión de atentar en Lima -y posiblemente reclutar apoyo para ello- por orden de los remanentes de Sendero Luminoso del VRAEM, contra dos analistas civiles de seguridad, un periodista y un testigo clave de un proceso activo de investigación judicial que involucra a miembros prominentes del actual régimen de Castillo-Cerrón.
En 2012 publicamos también un texto sobre cómo diversos extremistas se habían trenzado, establecido relaciones de cooperación con distintos grados de interdependencia para tensionar violentamente las protestas antimineras (ver: «Etno-senderismo-emerretista». 5/12/2012. Expreso). Los móviles políticos de fondo de esos desafíos por momentos violentos (por ejemplo en Conga, Bagua, Tía María, Apumayo, etc.) diferencian a los que particularmente mueven a los sicarios o delincuentes: el económico.
Tradicionalmente han sido los actores calculadores con afanes ideopolíticos -sin obviar los crematísticos- sobre las actividades extractivas los que descarrilan los contextos (sumado a las reacciones contraproducentes y hasta torpes de los gobiernos y las empresas involucradas) incitando a las personas a cruzar la delgada línea que separa a veces la radicalización del extremismo violento. En contraste, los actores realmente reclamantes en las comunidades con legítimas y atendibles demandas -incluyendo las medioambientales- pero que rechazaban con toda razón la violencia, eran superados o infiltrados por los violentistas con objetivos de poder.
Que hoy en el contexto específico de las terribles muertes (15 personas) en Atico, Arequipa, aparezca el sicariato como otro actor en las disputas entre mineros informales o ilegales eleva el grado de letalidad. Entre otros peligros potenciales, no puede descartarse que los desenlaces se vayan trasladando, como venganzas irresueltas, de las zonas rurales o donde se desarrollan los enfrentamientos a las zonas urbanas.
En un marco general, mucho hará -entre otros factores- para neutralizar la espiral de tensiones negativas tener un gobierno seriamente consciente de los riesgos y comprometido en dar salida institucional a los conflictos en pro de reactivar el vital crecimiento económico que da sostén a las decisiones y políticas públicas para reducir la pobreza y las demandas contenidas.
Distinto será si se cuenta con un gobiernismo calculador que en vez de reducir, incita las tensiones, deja actuar impunemente a los violentos que van socavando el sistema político y económico nacional. Es decir, incubando adrede el caos como escalera al éxito proestatista, constituyente y «refundacional».

Corpus Christi 2022

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Evangelio según San Lucas 9,11b-17.
Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados.
Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: “Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto“.
El les respondió: “Denles de comer ustedes mismos“. Pero ellos dijeron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente“.
Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Háganlos sentar en grupos de cincuenta“.
Y ellos hicieron sentar a todos.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

En Enero visité a unos amigos en Cochabamba, Bolivia. Viví allí, inicialmente, durante cuatro meses mientras estudiaba español, y después de tres años volví con nuestros seminaristas bolivianos, como su rector. Uno de los rasgos distintivos de Cochabamba es que están muy orgullosos de su comida. Tienen el dicho de que “mientras algunos comen para vivir, los cochabambinos viven para comer“.
Comer es una de las actividades humanas esenciales que todos realizamos. Sabemos lo que es tener el estómago lleno, y supongo que todos sabemos también lo que es tener el estómago vacío. Sólo puedo empezar a imaginar el dilema de la multitud reunida en el evangelio de hoy (Lucas 9:11b-17). Esta gente había seguido a Jesús hasta “un lugar desierto“, donde podían reunirse y escuchar su predicación. Me imagino que las horas pasaron, y estaban embelesados escuchando sus sabias enseñanzas, pero al cabo de un rato sus estómagos empezaron a quejarse. Jesús, como hombre hecho por Dios, conocía el hambre humana, y por eso sintió compasión por la multitud. No quería que se desmayaran o enfermaran de camino a casa con sus estómagos vacíos. Por eso, pide a sus discípulos comida para ellos. Teniendo en cuenta que eran más de cinco mil, puedo imaginar las miradas de los discípulos al preguntar por ello. Tomó los panes y los peces que le entregaron y “miró al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que los pusieran delante de la multitud“. Con su poder de hombre hecho por Dios, multiplicó esos pocos panes y peces para alimentar a la multitud. Tenía el poder de transformar esos pocos alimentos en comida para muchos, con sobras de sobra.
Así como Jesús tuvo el poder de multiplicar y transformar los panes y los peces, hoy celebramos que Jesús -como hombre hecho Dios- tiene el poder de transformar el pan en su Cuerpo, y el vino en su Sangre. Esta es una de nuestras creencias centrales como católicos. En la Última Cena, Jesús no dijo “Este pan representa mi Cuerpo“, ni “Este vino es un símbolo de mi Sangre“. Lo es. Por eso la Preciosa Sangre que no se consume en la Misa debe ser consumida por los Ministros del Altar, y el Cuerpo de Cristo -las hostias consagradas- que no se han consumido se ponen en el tabernáculo. No podemos meterlo en la bolsa de plástico en la que vino, ni tirarlo a la basura, porque sigue siendo el Cuerpo de Cristo. Tiene el mismo color, la misma forma, el mismo sabor y la misma estructura molecular que antes de las palabras de la consagración, pero por el poder de Dios en esas palabras y acciones, se ha transformado en el Cuerpo de Cristo.
Nuestra Primera Lectura del Libro del Génesis (14:18-20) nos presenta a Melquisedec, el misterioso rey de Salem -de Jerusalén- que ofrece el pan y el vino a Dios. Esto adquiere aún más importancia en el Libro del Éxodo, cuando Dios ordenó a los israelitas que compartieran la comida de la Pascua, y entre esos elementos estaban el pan y el vino.
Nuestra Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a los Corintios (11:23-26) nos describe la Última Cena y la institución de la Eucaristía. Al igual que este pan y este vino se transforman, también nosotros somos transformados por el poder de Dios.
La Fiesta del Corpus Christi es una oportunidad para renovar y profundizar nuestra comprensión y aprecio por la Eucaristía. Desgraciadamente, en nuestra condición humana, podemos darla por sentada con facilidad. Necesitamos recuperar ese asombro y esa maravilla de la primera vez. En la Eucaristía celebramos aquella Última Cena de Jesús, celebramos a Jesús aquí y ahora presente en su Cuerpo y Sangre, y esperamos el banquete celestial en el reino de Dios.
Si queremos ser fuertes, ser capaces de concentrarnos en el trabajo y en los estudios, necesitamos estar bien alimentados. También espiritualmente necesitamos estar bien alimentados para compartir la vida de Cristo cada día, y compartir esa vida de gracia con los demás. Al igual que los alimentos que comemos se convierten en parte de nosotros, el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo se convierten en parte de nosotros, para que nos parezcamos a Él, y seamos sus fieles discípulos y administradores, y le demos a conocer. Llenos del “pan del cielo” y del “cáliz de la vida eterna“, estamos llamados a salir al mundo y marcar la diferencia. Es algo que no siempre podemos hacer por nosotros mismos. En nuestra condición humana somos débiles, estamos sujetos a la tentación y al pecado. Nuestra recepción sincera de la Eucaristía nos da la gracia de ser fuertes, de resistir la tentación y el pecado, y de vivir una vida que refleje que pertenecemos a Jesús.
Esta Fiesta también me permite, como sacerdote, recordar a los fieles la recepción de la Eucaristía. Todavía hay una hora de ayuno antes de recibir la Comunión, para preparar nuestro cuerpo para recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Para ti esto es hasta el momento de recibir la Comunión. Así que en esta Misa, la Comunión se distribuirá a los cuarenta y cinco minutos de la Misa, por lo que en realidad sólo significa que quince minutos antes de que comience la Misa debemos abstenernos de cualquier alimento o bebida, excepto el agua.
Cuando te acerques al Obispo, al sacerdote, al diácono o al Ministro de la Eucaristía, puedes recibir en la lengua o en la mano. Las manos deben mantenerse con una mano sobre la otra a la altura del pecho. Estamos haciendo como un “trono” para recibir el Cuerpo de Jesús. Siempre sugiero que la mano con la que escribimos, con la que somos más ágiles, esté en la parte inferior, para luego tomar la hostia de la mano abierta y llevarla a la boca. Antes de moverse del lugar, consumir la hostia. Moverse rápidamente con el huésped todavía en la mano puede hacer que el huésped caiga al suelo. Si eres adulto, o si has recibido el Sacramento de la Confirmación, también puedes recibir la Preciosa Sangre, que te ofrecerá el Ministro de la izquierda o de la derecha. Así como en la distribución de la hostia el Ministro dice “El Cuerpo de Cristo”, el Ministro del Cáliz dirá “La Sangre de Cristo”, a lo que tú respondes “Amén”. Este “Amén” proclama que creemos que éste es el Cuerpo de Jesús, ésta es la Sangre de nuestro Salvador.
Que hoy, nuestra participación en esta Eucaristía y nuestra recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo nos alimente y nos llene de la gracia de Dios para compartir su vida con los demás, en casa, en el trabajo y en la escuela, y entre nuestros amigos. Al igual que la multitud que comió los panes y los peces aquel día con Jesús, también al recibir este “pan del cielo” y el “cáliz de la vida eterna” quedaremos “satisfechos”. Entonces, “comeremos para vivir”, viviremos la vida de Dios aquí y ahora y el alimento para el camino en la vida futura.

Monseñor Salvatore Baccarini CR, Arzobispo de Capua- Italia (30.06.1930–13.02.1962).

Congregación de la Resurrección

Superior General: Fr. Paul Voisin C.R. (2017.06.15– …)
Superior General: Fr. Bernard Hylla C.R. (2011.06.14– 2017.06.15)
Superior General: Fr. Norbert Raszeja C.R. (2005– 2011.06.14)
Superior General: Fr. Sutherland MacDonald C.R. (1993– 2005)
Superior General: Fr. Robert Joseph Kurtz C.R. (1981– 1993), después Obispo Hamilton (Bermuda)
Superior General: Fr. Tadeusz Kaszuba C.R. (1975– 1981)
Superior General: Fr. Józef Obuchowski C.R. (1969– 1975)
Superior General: Fr. Hubert Gehl C.R. (1965– 1969)
Superior General: Fr. Alphons Eicheldinger C.R. (1959– 1965)
Superior General: Fr. John Mix C.R. (1947– 1959)
Superior General: Fr. Wladyslaw Kwiatkowski C.R. (1943– 1947)
Superior General: Fr. Michael Jaglowicz C.R. (1932– 1943)
Superior General: Fr. Jakub Jagalla C.R. (1926– 1932)
Superior General: Fr. Wladyslaw Zapala C.R. (1920– 1926)
Superior General: Fr. Jan Kasprzycki C.R. (1905– 1920)
Superior General: Fr. Pawel Smolikowski C.R. (1895– 1905)
Superior General: Fr. Walerian Przewlocki C.R. (1886– 1895)
Superior General: Fr. Piotr Semenenko C.R. (1873– 1886)
Superior General: Fr. Hieronim Kajsiewicz C.R. (1854– 1873)
Superior General: Fr. Józef Hube C.R. (1848– 1854)
Superior General: Fr. Hieronim Kajsiewicz C.R. (1845– 1848)
Superior General: Fr. Piotr Semenenko C.R. (1842– 1845)
Fundador: Fr. Piotr Semenenko C.R. (1836.02.17)
Fundador: Fr. Hieronim Kajsiewicz C.R. (1836.02.17)
Fundador: Fr. Bogdan Jański C.R. (1836.02.17)

Saladera Castillo Pacheco

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Pedro Castillo también tenía codinome

Presidente era ‘Tío‘, a su sobrino Fray lo llamaban ‘Francia‘ y el Ministerio de Transportes era ‘Transilvania‘, revela colaborador eficaz.

Por Janet Leiva y César Rojas- Diario EXPRESO.
A pesar del teatral resguardo de más de 200 miembros de la Policía Nacional para acudir a Fiscalía de la Nación, al presidente Pedro Castillo le estallan más indicios de corrupción.
Colaboradores eficaces revelaron que el aún mandatario tiene un nombre clave para los negociados de contratos multimillonarios: ‘Tío’. Como si fuera poco, su sobrino actualmente prófugo de la justicia, tiene por alias ‘Francia’.
Hace unos días, la fiscal anticorrupción Karla Zecenarro recibió información relevante que pondría en aprietos al ahora investigado como supuesto cabecilla de una organización criminal. Se trata de un listado de codinomes (apodos) que usaba la supuesta red.
«Cuando se refieren al Tío, se refieren al presidente de la República (Pedro Castillo)», reveló el colaborador con clave CE02-5D-2FPCEDCF-2022, se lee en documentos publicados por el portal Infórmate Perú.

Le gritan «delincuente» a Castillo mientras se dirigía a Fiscalía

Pese a estar resguardado por miembros de la Policía, el mandatario no evitó ser insultado por manifestantes.

Mientras se desplazaba hacia la Fiscalía de la Nación para responder a las denuncias de corrupción en su contra, con megáfonos en mano y acompañados de pancartas, decenas de manifestantes le gritaron «¡delincuente!» ante la presencia de efectivos policiales.
En el abucheo colectivo, se puede oír también a otras personas exclamarle «¡corrupto!» y «¡terrorista!» al cuestionado jefe de Estado, quien no solo fingió hacer caso omiso a las protestas, sino también eludió a la prensa.
Pedro Castillo acudió, en calidad de investigado, a la sede de la Fiscalía para declarar en el marco de los casos Provías–Puente Tarata, tras confirmar su asistencia a través de Twitter.
El mandatario es sindicado por los presuntos delitos de organización criminal, tráfico de influencias y colusión agravada. A pesar de esto, aseveró que «dará la cara en donde lo llamen».
Fuente: Diario EXPRESO.

Subcomisión de Acusaciones Constitucionales aprobó informe que recomienda archivar denuncia a Manuel Merino

Por ocho votos a favor, 7 en contra y 1 abstención, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales archivó la denuncia constitucional contra el expresidente Manuel Merino y dos de sus exministros por las muertes de Inti Sotelo Camargo y Bryan Pintado Sánchez durante las protetas desarrolladas en noviembre del 2020. El informe que recomendó seguir ese camino fue presentado por Alejandro Cavero (Avanza País)
Se registró un empate, lo que obligó a la presidenta de la subcomisión Rosío Torres a usar su voto dirimente, lo que inclinó la balanza por el archivo del informe. Esta decisión deberá ser debatida por la Comisión Permanente del Congreso.
Como se trata de exfuncionarios con el beneficio constitucional de antejuicio, el Ministerio Público debía contar con la aprobación del Congreso para avanzar con las pesquisas.
El informe final elaborado Cavero Alva descarta los argumentos del Ministerio Público contra Merino y sus exministros, pues determina que no tuvieron responsabilidad en la muerte de los jóvenes.
“Al no existir evidencia concluyente del uso de perdigones de plomo por parte de la Policía Nacional del Perú y corroborarse que esos elementos causaron la muerte de Inti Sotelo y Bryan Pintado, no podría imputarse a los señores Manuel Merino, Ántero Flores-Aráoz y Gastón Rodríguez la comisión impropia de delito de homicidio”, señala el informe de Cavero.
“En cuanto a las lesiones graves y leves contra 78 personas, la situación es similar con muchos heridos de perdigones de plomo y canicas de vidrios que no utiliza la PNP”, añade el informe de 50 páginas.
Cabe recordar que, en noviembre de 2020, menos de una semana después de asumir el puesto, Manuel Merino renunció a la presidencia de la República. Su salida se dio durante las protestas en su contra.
Fuente: Diario El Comercio.

Agraviados por el Partido Morado

Negocio agrario

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Por JULIO VILLAFUERTE OSAMBELA– Meteorólogo OMM.
A veces, la solución no está dentro del ámbito de control, porque es multidimensional y no lo queremos ver. El uso de la meteorología moderna en el país data desde mediados del siglo pasado, hace aproximadamente 70 años en que la visión del gestor agrícola se juntó con el gestor aeronáutico y generaron información para iniciar el uso de esta importante ciencia para el beneficio del país.
Conforme pasaron los años esta especialidad se fue diversificando. Lamentablemente la parte agrícola no llegó a la meta de estos visionarios que quizás por conveniencia de terceros o por desidia, no formaron la importante base de datos que se requiere en nuestro multiclimatico país. Con esto lograron que la meteorología en la agricultura no influya en su totalidad. Tan es así que los mismos seguros agrarios no llegan a ser la solución que el agricultor debería tener ante uno de los climas más variado del mundo.
La poca claridad entre los criterios de priorización climática y la vulnerabilidad de los productores, trae consigo mucha confusión en la definición del evento climático a nivel de cuencas. Esto pasa por no aplicar como base el incompleto catastro rural, lo que impide tener buenos mecanismos de definición causada por el “desastre”, para atender con justicia al agricultor.
La precisión de criterios para definir la afectación causada, es defendida por la aseguradora que tiene el dinero y la tecnología para sustentarlo, ya que contamos con escasa vigilancia climática del Estado, lo que genera conflictos sociales y políticos.
Este ejemplo pinta las pérdidas económicas y sociales que muchos quieren tratar de subsanar. Mi padre me enseñó que identificar el problema principal no es fácil, pero si lo encuentras, la solución te hará grande. Más fácil parece solucionar problemas secundarios, cobrar rico y pasar la posta. Digo yo.

Por qué y cómo de la misión

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En la teoría y la práctica del Apóstol de las Naciones

Por Padre Andrzej Gieniusz CR.
A la luz de los Hechos de los Apóstoles, Pablo de Tarso aparece como el verdadero protagonista de la misión postpascual, el misionero por excelencia y el modelo para los misioneros de toda la Iglesia en la época de San Lucas y para todo el futuro, y es aún más importante la amplitud de su actividad y la profundidad de su reflexión sobre la misión que podemos encontrar en sus Cartas. Por eso sorprende que la figura de Pablo como misionero o evangelizador sea un descubrimiento relativamente nuevo. De hecho, San Pablo fue percibido casi desde el principio, y ciertamente desde la época de San Agustín, principalmente -si no exclusivamente- como el mayor teólogo entre los autores del Nuevo Testamento, o como el primer místico cristiano que logró combinar milagrosamente la profundidad e intensidad de su experiencia espiritual con una extraordinaria capacidad de acción. Este modo de ver se ha reforzado desde que su enseñanza sobre la justificación por la fe fue reconocida como el articulum stantis Ecclesiae. Como consecuencia de este estado de cosas, San Pablo fue más apreciado por la síntesis teológica y espiritual que dejó en herencia a la Iglesia que por su actividad misionera, mientras que lo que hoy se reconoce cada vez más: el carácter eminentemente misionero de los escritos de Pablo quedó casi totalmente en la sombra.
Para los estudiosos contemporáneos, Pablo y la misión marchan, pues, de la mano. Sin embargo, queda una pregunta: ¿el Apóstol de las Naciones es un teólogo de la misión o un teólogo misionero? El dilema contenido en la pregunta anterior muestra bien los cambios radicales que se produjeron en el estudio de las misiones en San Pablo en las últimas décadas. A saber, se descubrió que no sólo la reflexión de Pablo sobre la misión era una de las más profundas de todo el Nuevo Testamento, sino que también se descubrió su carácter misionero como perspectiva fundamental de todo su pensamiento teológico. En definitiva, resulta que toda la teología del Apóstol es una teología misionera, desarrollada por un misionero y formulada para las necesidades específicas de su misión. Además, esa teología constituye ya una actividad misionera. Tomando prestada la frase de D. Senior Paul: “la teología de la misión en la práctica equivale a la totalidad de su impresionante reflexión sobre la vida de un cristiano… y prácticamente abarca toda su visión del cristianismo“. La primera consecuencia de este estado de cosas es el hecho de que “la distinción entre la misión de Pablo y su teología en general y su teología de la misión en particular es un error“. La segunda consecuencia de este
estado de cosas es la dificultad, si no la imposibilidad, de presentar de forma concisa la teología de la misión según San Pablo. Tras esta premisa, comencemos donde el propio Pablo empezó, es decir, con el acontecimiento de Damasco.
1. El nacimiento del apostolado Paulino: el encuentro con el Resucitado en el camino de Damasco
Los Hechos de los Apóstoles contienen al menos tres descripciones detalladas de lo que le ocurrió a Saulo en Damasco, y en el marco de la terminología de Lucas este hecho puede describirse sin duda como una conversión: 9, 1-19; 22, 4-16 y 26, 9-19. El propio Pablo se refiere a este acontecimiento al menos tres veces: Gálatas 1: 11-17, 1 Cor 15: 8-10 y 1 Cor 9: 1-2, pero lo hace de una manera que difiere significativamente de las descripciones de Lucas, así que vamos a detenernos un poco en estas diferencias. He aquí los textos del Apóstol de las Naciones.
Gal 1: 11-17: Porque quiero que sepáis, hermanos, que el evangelio que ha sido predicado por mí no es un evangelio de hombres. 12 Porque no lo recibí de un hombre, ni me lo enseñaron, sino que vino por revelación de Jesucristo. 13 Porque habéis oído hablar de mi vida anterior en el judaísmo, de cómo perseguí violentamente a la iglesia de Dios y traté de destruirla; 14 y avancé en el judaísmo más que muchos de mi edad en mi pueblo, tan sumamente celoso de las tradiciones de mis padres. 15 Pero cuando el que me había apartado antes de nacer, y me había llamado por su gracia, 16 se complació en revelarme a su Hijo para que lo predicara entre los gentiles, no conferí con carne y sangre, 17 ni subí a Jerusalén con los que eran apóstoles antes que yo, sino que me fui a Arabia; y de nuevo volví a Damasco.
1 Cor 15, 8-10: Por último, como a un intempestivo, se me apareció también a mí.
9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, indigno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la Iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no fue en vano. Al contrario, trabajé más que ninguno de ellos, aunque no fui yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
1 Cor 9, 1-2: ¿No soy un apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesucristo nuestro Señor? ¿No es mi obra en el Señor? 2 Si no soy apóstol para los demás, sin duda lo soy para vosotros. Porque vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor.
Como se desprende de los textos anteriores, para el Apóstol de las Naciones -al igual que para el autor de los Hechos de los Apóstoles- el encuentro con el Resucitado camino de Damasco fue un acontecimiento que cambió por completo la vida de Pablo. Sin embargo, aparte de exponer el hecho en sí, el Pablo de las Cartas -en fuerte contraste con el Pablo de los Hechos de los Apóstoles- no ofrece ninguna relación extensa de este acontecimiento; al contrario, su relación sorprende por su brevedad y sobriedad. Además, la diferencia entre ambas narraciones no se reduce únicamente a la máxima brevedad de las alusiones de Pablo. No menos desconcertante es el hecho de que Pablo nunca cuenta su experiencia de Damasco por sí misma, sino únicamente como una forma de justificar el origen no humano de su evangelio y su apostolado. Lo más sorprendente, sin embargo, es otra cosa: en la propia descripción del suceso el Apóstol nunca utiliza -a diferencia de Lucas- el término “conversión” o sus derivados; en su lugar, habla de una vocación. Esta observación dio lugar a una larga polémica sobre cómo definir correctamente la naturaleza de este encuentro: ¿conversión o vocación? Antes de intentar responder a esta pregunta, consideremos algunos otros detalles que nos permitirán comprender mejor lo que realmente sucedió.
1.1. Pablo frente a su pasado
Los textos anteriores muestran claramente que, antes de Damasco, Pablo era un judío estrechamente vinculado a la religión de los padres y especialmente celoso en su defensa (Gal 1, 13-14 y Fil 3, 4-6). Además, estos hechos no parecen ser motivo de vergüenza para un Pablo cristiano. Al contrario, en muchas de sus afirmaciones (aparte de nuestros textos, cf. también 2 Cor 2, 22e Rom 3: 1-2, y especialmente 9:1-5), menciona sus raíces judías y lo hace con orgullo Y aunque, por ejemplo, en Flp 3: 7-9 define su bagaje cultural y religioso anterior como “pérdida” y “basura”, lo hace únicamente para mostrar la incomparable grandeza de su actual “conocimiento de Jesucristo”. El valor de este conocimiento es tan grande que eclipsa todo lo demás, y el hecho de que sea capaz de oscurecer todo lo que en el pasado solía ser los puntos más brillantes de la vida de Pablo muestra claramente el poder de la nueva luz. Esto no significa, sin embargo, que este “todo lo demás” no tenga valor en sí mismo, y mucho menos que sea un antivalor. Al contrario, “todo lo demás” puede servir de referencia sólo porque tiene valor en sí mismo. En efecto, una hipérbola sólo tiene sentido argumentativo cuando se refiere a un conjunto de dos valores bajo el mismo signo, y su efecto es inversamente proporcional al valor inicial: si éste fuera igual a cero, el mínimo bastaría para eclipsarlo. No es de extrañar, pues, que si Pablo se avergüenza de algo y rechaza algo, no sea su pasado como tal, sino el hecho de que los primeros cristianos fueron perseguidos por él (Gálatas 1:13; 1 Cor 15: 9; Fil 3: 6).
1.2. El contenido básico de la revelación
El único objeto de visión, manifestación y revelación en el texto mencionado anteriormente es “Jesús nuestro Señor”, “Cristo”, “Jesucristo, el Hijo de Dios”, respectivamente. Esta peculiaridad resulta aún más sorprendente cuando se presta atención al paradigma de la llamada profética sobre la que Pablo describe su experiencia en Gálatas 1: 11-17. El momento central de la vocación profética del Antiguo Testamento era el encargo de la misión (cf. Is 6, 9-13; Jer 1, 9-10), mientras que en Gal 1, 16 tanto el contenido de la revelación como el de la misión es “el Hijo de Dios”, y sólo él. La persona de Jesucristo define, pues, tanto la experiencia de Pablo como su evangelización. Para ser más conscientes de la importancia de esta frase, hay que tener en cuenta que la experiencia de Damasco no significa en el caso de Pablo una comprensión nueva y profunda de la figura de Jesucristo, sino un cambio cuya radicalidad es inimaginable para nosotros, acostumbrados a las cruces de oro y plata: en bandido crucificado por los hombres y maldito por Dios (cf. Gál 2,13: “De esta maldición de la Ley nos redimió Cristo, haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” ) comienza a ver al glorioso Hijo de Dios. Pues las creencias precristianas de Pablo no podían ser diferentes de las de sus futuros oyentes, tanto judíos como gentiles. Su descripción por M. Hengel refleja perfectamente el radicalismo del cambio que Damasco exigía al futuro Apóstol de las Naciones: “Cuando Pablo habla de Cristo crucificado en su predicación misionera” (1 Cor 1, 23; Gál 3, 1), su griego-oyentes que hablaban desde el Este, desde Jerusalén hasta Illiria (Rom 15,19), sabían que este “Cristo” -título que ya se había convertido en un nombre propio de Pablo- había muerto de forma especialmente cruel y vergonzosa, una muerte reservada sólo a los criminales impenitentes, a los esclavos rebeldes y a los sublevados contra el Estado romano. La profecía de que este judío crucificado, Jesucristo, podía ser realmente un ser divino enviado a la tierra, el hijo de Dios, el Señor de todo y el futuro juez del mundo, debió sonar como una absoluta “locura” e insolencia en los oídos de toda persona pensante.
Una de las características propias del texto de Gálatas 1:16 es la definición del destinatario de la revelación del Hijo de Dios: “en mí”. Si esta construcción no equivale a un dativo (para mí), como ocurre a menudo en el griego neotestamentario, pero con mucha menos frecuencia en las cartas del Apóstol de las Naciones, podría indicar algún tipo de interiorización de la revelación que anticiparía el pensamiento de “Cristo que vive en mí” en Gálatas 2, 20. En tal caso, el encuentro con el Resucitado en Damasco no sólo cambiaría el rumbo actual de la vida de Pablo, sino que iniciaría en él la presencia interior de Cristo, que en adelante daría forma a toda la vida del Apóstol y haría de su propia vida una revelación del Hijo de Dios: Cristo, consumaría de alguna manera el propio yo de Pablo, “yo”. En consecuencia, el destinatario de la revelación del Hijo de Dios sería no sólo el futuro Apóstol de las Naciones, sino también todos aquellos a los que Dios le enviara, y para los que su persona y su forma de actuar, completamente “cristianizados”, se convertirían en un nuevo Damasco: un lugar de encuentro con el propio Resucitado en la figura de su apóstol.
La revelación de Jesucristo, tal como la experimentó Pablo en el acontecimiento de Damasco, no fue, pues, un fin en sí mismo, sino que se hizo para la evangelización de los gentiles, es decir, de todos aquellos que no eran judíos. Además, la evangelización no es sólo un complemento menor de la revelación, más o menos opcional, sino un fin primordial de la misma. Esta conexión del encuentro con el Resucitado con la llamada a predicar el evangelio a los gentiles es particularmente evidente en Gál 1, y sin duda debió afectar a la forma de vida y al modo en que el cristiano Pablo entiende su identidad. A la luz de esto, se entiende también por qué comienza la mayoría de sus epístolas presentándose como Apóstol de las Naciones (Rom 1, 1; 1 Cor 1, 1; 2 Cor 1, 1; Gal 1, 1).
Igualmente incuestionable es el hecho de que el acontecimiento de Damasco no dejó de tener una resonancia dentro de la comprensión de Pablo tanto de la historia de la salvación como tal como de su propia herencia religiosa, y en particular de la salvación que hizo posible. La salvación traída por Jesucristo crucificado y resucitado no era sólo una salvación para todos, judíos y griegos. El hecho de que se necesitara un salvador de este tipo mostraba a Pablo que todo lo anterior no era suficiente, y que el acontecimiento de Cristo es de carácter escatológico (definitivo).
2. Tres no razones para el apostolado de Pablo
Lo que hemos dicho sobre la llamada paulina como inauguración de su vida cristiana y la inextricable con ella misión de predicar el evangelio a los gentiles nos permite sacar algunas conclusiones sobre la(s) razón(es) de la misión de Pablo, razones que, por supuesto, también determinan su forma específica (dónde, cuándo, cómo). Antes de llegar a la única razón que realmente cuenta, debemos señalar tres pseudo-razones que durante demasiado tiempo en las discusiones académicas e interconfesionales limitaron o incluso falsearon la comprensión tanto de la teología del Apóstol como de su práctica apostólica. Así pues, tres pseudorrazones.
2.1. No hay frustración en el Judaísmo
Según varios siglos de tradición interpretativa, especialmente popular en el pensamiento protestante, en la raíz de la teología y el apostolado de Pablo habría una doble frustración: (1) un obsesivo sentimiento de culpa provocado por la incapacidad de responder positivamente a las exigencias morales del judaísmo (las Leyes) y/o (2) por un lado, una protesta contra el exclusivismo judío, que cerraría las puertas de la salvación a los no judíos, y por otro, la persecución de los cristianos de origen judío, que abrieron esas puertas, pero a costa de perder su identidad judía. A pesar de que ambas frustraciones se excluyen mutuamente y no podían atormentar a Pablo en su vida precristiana de forma conjunta, las descripciones de su vocación que hemos examinado un poco más arriba excluyen por completo razones similares. Antes de su encuentro con el Resucitado, Pablo no sólo no estaba frustrado, sino que estaba orgulloso tanto del nivel de su vida religiosa y moral como de la religión de sus padres. En lugar de una “conciencia introspectiva”, llena de culpa y remordimientos, tenía una conciencia firme y robusta (K. Stendahl). Este orgullo también formaba parte de su vida cristiana, en la que el pasado precristiano era repensado y reinterpretado a la luz de la riqueza de la vida en Cristo, pero nunca negado o juzgado como pecaminoso o corrupto en sí mismo.
Lo mismo ocurre con la opinión de que Pablo se sentía frustrado por el exclusivismo judío. El judaísmo de su época era mucho más abierto de lo que se pensaba hasta hace poco, y Pablo era muy consciente de ello.
T. L. Donaldson aportó una amplia documentación que no sólo demuestra que la supuesta cerrazón del judaísmo en el siglo I era mucho menos radical que la que todavía hoy proponen algunos estudiosos de Pablo, sino que ya entonces existía una especie de universalismo judío que preveía diversas formas por las que los paganos podían llegar a ser de alguna manera partícipes de la alianza de Israel con su Dios (peregrinación escatológica, categoría de paganos justos, prosélitos). En consecuencia, Pablo, el cristiano, en lugar de rechazar el particularismo de sus compatriotas, trató de revisar su propio universalismo. Antes de su encuentro con Cristo, persiguió un cristianismo abierto a los no judíos no porque propusiera el universalismo, sino porque creía que este tipo particular de universalismo era demasiado erróneo.
2.2. Ningún pesimismo sobre la naturaleza humana
Según varios siglos de tradición interpretativa, especialmente popular en el pensamiento protestante, en la raíz de la teología y el apostolado de Pablo habría una doble frustración: (1) un obsesivo sentimiento de culpa provocado por la incapacidad de responder positivamente a las exigencias morales del judaísmo (las Leyes) y/o (2) por un lado, una protesta contra el exclusivismo judío, que cerraría las puertas de la salvación a los no judíos, y por otro, la persecución de los cristianos de origen judío, que abrieron esas puertas, pero a costa de perder su identidad judía. A pesar de que ambas frustraciones se excluyen mutuamente y no podían atormentar a Pablo en su vida precristiana de forma conjunta, las descripciones de su vocación que hemos examinado un poco más arriba excluyen por completo razones similares. Antes de su encuentro con el Resucitado, Pablo no sólo no estaba frustrado, sino que estaba orgulloso tanto del nivel de su vida religiosa y moral como de la religión de sus padres. En lugar de una “conciencia introspectiva”, llena de culpa y remordimientos, tenía una conciencia firme y robusta (K. Stendahl). Este orgullo también formaba parte de su vida cristiana, en la que el pasado precristiano era repensado y reinterpretado a la luz de la riqueza de la vida en Cristo, pero nunca negado o juzgado como pecaminoso o corrupto en sí mismo.
Lo mismo ocurre con la opinión de que Pablo se sentía frustrado por el exclusivismo judío. El judaísmo de su época era mucho más abierto de lo que se pensaba hasta hace poco, y Pablo era muy consciente de ello.
T. L. Donaldson aportó una amplia documentación que no sólo demuestra que la supuesta cerrazón del judaísmo en el siglo I era mucho menos radical que la que todavía hoy proponen algunos estudiosos de Pablo, sino que ya entonces existía una especie de universalismo judío que preveía diversas formas por las que los paganos podían llegar a ser de alguna manera partícipes de la alianza de Israel con su Dios (peregrinación escatológica, categoría de paganos justos, prosélitos). En consecuencia, Pablo, el cristiano, en lugar de rechazar el particularismo de sus compatriotas, trató de revisar su propio universalismo. Antes de su encuentro con Cristo, persiguió un cristianismo abierto a los no judíos no porque propusiera el universalismo, sino porque creía que este tipo particular de universalismo era demasiado erróneo.
El punto de partida del apostolado paulino no sólo no es ninguna frustración sobre el judaísmo, sino tampoco ningún análisis pesimista de la trágica situación de la humanidad como tal. En contra de lo que dice casi toda la tradición luterana y algunos estudiosos modernos, el modelo de teología practicado por el Apóstol de las Naciones no se corresponde en absoluto con una máxima que se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos: de la situación a la solución. Parece que es exactamente lo contrario. De hecho, ni Pablo ni sus compatriotas tenían una visión pesimista de la vida y del mundo. Más bien, la opinión más común era que el hombre era capaz de responder a las exigencias de Dios, y en el caso de las ofensas y la infidelidad siempre había vías de expiación.
Los autores mencionados anteriormente se refieren a Romanos 1-3 como el argumento básico de la visión pesimista de Pablo sobre las posibilidades humanas, por lo que debemos dedicar un poco más de atención a este texto. Su especificidad se hace evidente cuando se compara con la situación argumentativa de la Carta a los Gálatas. Allí, la tesis de la justificación por la fe servía principalmente para defender la suficiencia de la obra salvadora de Cristo, y esto se oponía a los judeocristianos que intentaban introducir las obras de la ley como otro factor de salvación, junto con el acontecimiento de Cristo. La situación argumentativa en la que se formuló la tesis de Pablo fue, por tanto, un conflicto intraeclesial. En la Carta a los Romanos, el Apóstol presenta su tesis en una situación significativamente diferente. Como ya muestra el argumento principal de toda la epístola (1, 16-17), la justificación por la fe se considerará ahora en relación con toda la humanidad, siendo el judío el destinatario privilegiado (repetido en 2, 9; 2, 10; 3, 9). Así pues, no se tratará de defender la suficiencia de la justificación por la fe para los cristianos paganos, como sucedía en la Carta a los Gálatas, sino de mostrar que dicha justificación es necesaria para todos, y sobre todo para los judíos.
No es de extrañar, pues, que al dirigirse a otro auditorio, y con un propósito distinto, el Apóstol deba emplear una estrategia argumentativa diferente. Al no exponer la justificación por la fe de forma absoluta, sino en oposición al modo de justificación judío (obras de la ley), debe convencer primero a sus oyentes de la ineficacia de este último, y debe hacerlo sobre la base de hechos y principios que tengan el mismo peso y autoridad de especie que aquellos en los que su interlocutor basa sus convicciones; es decir, se basa en los hechos y principios contenidos en la propia ley. Sin menoscabar la convicción de que la ley ya contiene todo lo necesario para la salvación, la justificación por la fe en Cristo y “sin las obras de la ley” (3: 21s.) para su interlocutor judío aparecería no sólo innecesaria, sino teológicamente peligrosa o incluso blasfema, por ser contraria a la voluntad de Dios, que dio la ley y exige su observancia precisamente para la justificación y la vida de sus elegidos.
Por tales razones estratégicas, y no por algunos patrones de su pensamiento teológico, Pablo, habiendo anunciado en Romanos 1, 16-17, la intención de presentar la justicia de Dios, “que procede de la fe y conduce a la fe”, en lugar de comenzar con un contenido positivo -por ejemplo, 3, 21 f, o incluso mejor 5, 1 f-, intenta en primer lugar convencer a su interlocutor judío de que todos, judíos y griegos, están “bajo el dominio del pecado” (3, 9). La evidente metáfora de la cárcel en esta formulación y la correspondiente metáfora del “pecado como carcelero o tirano sobre el que el prisionero es completamente responsable”, indica que la frase “bajo el dominio del pecado” debe entenderse literalmente. No significa sólo que todos pecan, lo cual es un hecho suficientemente reivindicado por la propia ley y compartido por todo judío, sino que todos, judíos y griegos, sin ninguna diferencia (3, 22), tienen la condición de pecadores, es decir, están fuera del dominio de Dios y expuestos a su ira. A los ojos del judío, consciente de que había recibido medios de reconciliación con Dios junto con la ley, este tipo de afirmación no podía ser más que un completo malentendido sobre su propia situación religiosa. Seguro de que era “especialmente favorecido” por tener derechos, nunca se consideraría a sí mismo como un pecador a menos que se le demostrara primero que sus expectativas respecto a la ley eran infundadas. Esto es lo que hace el Apóstol en Romanos 1: 18-3, 20, y lo hace sobre la base de dos principios fundamentales de la propia ley: el pago según las obras y la imparcialidad de Dios. Una excelente confirmación de que éste es el propósito de toda la unidad argumentativa 1, 18-3, 20 son sus versículos finales, de resumen (3, 19-20), dirigidos precisamente a los que están suscritos a ella. el amor de la ley (cf. 3, 19): “Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca sea tapada y todo el mundo rinda cuentas a Dios. 20 Porque ningún ser humano será justificado ante él por las obras de la ley, ya que por la ley viene el conocimiento del pecado”.
Romanos 1: 18-3, 20 constituyen, pues, la necesaria preparación del terreno, mientras que los versículos 3, 21-22 recuerdan de nuevo la tesis principal de toda la epístola (1,17-18). Sin embargo, la recuerdan con añadidos significativos, que, por un lado, precisan su contenido y, por otro, lo hacen más radical: sin la Ley y por la fe en Jesucristo. Si estas adiciones se anunciaran a la corte, los destinatarios judíos tendrían que rechazarlas por ser totalmente contrarias a su propio credo religioso. Sin embargo, después de la preparación que tuvo lugar en 1, 18-3, 20, pueden ser objeto de una reflexión común: “Pero ahora la justicia de Dios, independiente de la Ley, se ha hecho evidente, evidenciada por la Ley y los Profetas. Es la justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen. Porque aquí no hay diferencia”. No es el pecado y la desesperanza de la condición humana, sino Dios que justifica en Cristo, esa es la primera palabra del Evangelio de Pablo y el punto de partida de su reflexión teológica. Y aunque el orden de presentación en un determinado discurso sea a veces diferente por razones estratégicas, no debe confundirse con el orden de la lógica posterior. Pablo no experimentó a Cristo analizando la pecaminosidad humana, sino que a través de su experiencia cristiana se dio cuenta del verdadero alcance de ésta.
2.3. No hay teología desde el escritorio
El último fundamento del apostolado paulino que habría que excluir sería una reflexión teológica sistemática, que hoy se suele denominar “teología de detrás del escritorio”. Si el catalizador de su teología no era ni la culpa subjetiva ni una visión pesimista de la condición humana, menos aún el razonamiento basado en unos principios universales de los que había que extraer implicaciones teológicas y apostólicas. En el centro de la vida, la teología y la evangelización del Apóstol de las Naciones se encuentra un acontecimiento, una experiencia religiosa, un descubrimiento que le permitió ver bajo una nueva luz todas sus experiencias y creencias anteriores y que configuró tanto su nueva vida como la forma de practicar la reflexión teológica. No es casualidad que, cuando defiende su estilo de apostolado y su evangelio, Pablo no recurra a otra forma de justificarlos que la descripción de la experiencia.
La reflexión sobre el encuentro con el Resucitado en Damasco es el punto de partida de todo lo esencial en la vida de un Pablo cristiano, y basta con describirla para validar su teología y su propio apostolado.
3. Conclusión: el carácter fundamental del encuentro con Cristo
“Jesús nuestro Señor”, “Cristo”, “Jesucristo, el Hijo de Dios” no sólo fue el único objeto de visión, manifestación y revelación en las descripciones de la experiencia que dio origen al cristianismo de Pablo, sino que también siguió siendo el punto de partida básico de su reflexión teológica y el contenido fundamental de toda la vida posterior del Apóstol de las Naciones. Los textos que presentaremos dentro de un momento son emblemáticos desde este punto de vista:
He sido crucificado con Cristo; ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne la vivo por la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gal 2,20).
Pero todo lo que he ganado lo he considerado como pérdida por causa de Cristo. 8 En efecto, todo lo considero como pérdida por el valor superior de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sufrido la pérdida de todas las cosas, y las considero como basura, a fin de ganar a Cristo 9 y ser hallado en él, no teniendo una justicia propia, basada en la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia de Dios que depende de la fe; 10 a fin de conocerlo a él y el poder de su resurrección, y compartir sus sufrimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11 para alcanzar, si es posible, la resurrección de entre los muertos (Flp 3, 7-11).
Con respecto no sólo a sí mismo, sino a la vida de todo cristiano en todos sus aspectos, y por tanto excluyendo cualquier excepción, el Apóstol presenta a Cristo como punto de partida en 1 Cor 1,30: “Él es la fuente de vuestra vida en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención”.
Este texto afirma claramente que la salvación se realiza en Cristo, pero el uso de términos abstractos (sabiduría, justicia, santificación, redención) en lugar de los concretos (sabio, justo, santo, redentor).
indica que su objetivo principal es subrayar el carácter universal y definitivo de la mediación de Cristo. No hay, dice, otra sabiduría, otra justicia, otra santificación, otra redención que la que viene de Cristo. En él, el Crucificado, y sólo en él, Dios ha dado todo lo necesario para la salvación. Buscar la salvación en otra parte no sólo es inútil, sino erróneo y perjudicial, porque así se impide encontrarla en el único lugar donde puede hallarse: en Cristo.
El encuentro con Cristo no sólo es fundamental en la vida del propio Pablo y en la configuración de toda su teología. Es también el contenido y la forma de su apostolado. Para Pablo, predicar el Evangelio no significa sólo, y ciertamente no exclusivamente, hablar y persuadir. Para él, evangelizar significa, en primer lugar, crear para aquellos a los que es enviado una oportunidad de conocer al Resucitado y experimentar su propio Damasco, Damasco, en el que el “Vivo entre los muertos” puede ser tocado y escuchado también hoy. Pero no personalmente, como él mismo hizo hace veinte siglos, sino tocándolo y escuchándolo en el que predica la buena nueva, porque se ha dejado abrazar de tal manera por Cristo que revela al Hijo de Dios en sí mismo (cf. Gál 2,10).

Denuncia penal

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Informe sobre denuncia constitucional admitido por la subcomisión también incluye hechos tipificados en el Código Penal que implican pena privativa de libertad.

Además de las infracciones constitucionales, la actual vicepresidenta de la República y ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, habría cometido infracciones penales, según el informe de calificación admitido en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales.
El informe fue aprobado por nueve votos a favor, tres en contra y dos abstenciones.
Votaron a favor Rosío Torres y María Acuña, de APP; Martha Moyano, Ernesto Bustamante y Hernando Guerra García, de Fuerza Popular, así como Wilson Soto (AP); Alejandro Muñante, de Renovación Popular, y José Jerí, de Somos Perú.
En contra votaron Paul Gutiérrez y Segundo Quiroz del Bloque Magisterial y María Taipe, de Perú Libre.
Se abstuvieron Alfredo Pariona, de Perú Libre, y Jorge Flores (AP). No registró su voto Waldemar Cerrón.
Fuente: Diario EXPRESO.

El octavo mandamiento

Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
El periodismo caviar es abiertamente anti fuji-porky-aprista. Ha perdido todo pudor y ha renovado su narrativa mendaz y polarizadora, atacando a las marchas por la vacancia o renuncia de Pedro Castillo. Para dispararle al Congreso y a los partidos democráticos, sostiene que las marchas “no prenden” pues no proponen que se vayan todos; porque hay representantes de los partidos políticos y por seguir con lo del ‘fraudismo’. Y esto último cuando el colaborador eficaz Zamir Villaverde, habría declarado que efectivamente hubo fraude.
Lo que quieren no funciona con ustedes”, le dijo el imitador de Bayly a la ex ministra aprista Nidia Vílchez. A su entender, la gente asocia al Apra con el “latrocinio” por “los que no pagaron ni respondieron y prefirieron irse a la otra. Alan García se mató, debió responder”. En esa bajeza han convertido los caviares al periodismo y después lloriquean cuando se habla de una prensa prostituta y mentirosa, tanto que parece parida por la siempre infiel emperatriz romana Mesalina, quien terminó sus días decapitada por espada. Cuando el público abra los ojos, veremos rodar las cabezas de las Mesalinas de la prensa mentiRoja.
Para no transgredir el octavo mandamiento, es decir “no dirás falso testimonio ni mentirás”, el entrevistador (que más parecía agresor) de Nidia Vílchez debió informar a sus escasos televidentes que, el dos veces presidente, Alan García Pérez fue investigado por más de tres décadas. Y que en los últimos años acudió a toda citación de la Fiscalía. Si García tomó la decisión de partir antes de tiempo fue, justamente, por la insana persecución desatada por unos desorbitados fiscales, acompañados por los caviares y un coro rabioso y espumante de los más conspicuos representantes de la prostiprensa. Cabe recordar, además, que en el informe final Lava Jato no hay mención de vinculación de García Pérez con la corrupción y, tres años más tarde Miguel Atala Herrera y Luis Nava Guibert no han podido presentar prueba alguna de su dicho sobre García.
Quien habla desde la pantalla de un canal cuyo presidente representa los intereses del gran cómplice de Marcelo Odebrecht en el Perú, José Graña M.Q., no tiene autoridad moral para señalar a nadie de corrupto. Menos aún, sin pruebas, como lo hizo al referirse a Keiko Fujimori en una entrevista a Cecilia Chacón, candidata a la alcaldía de San Borja.
Contra el patrón del meme no hay sospechas ni investigaciones sino confesión de parte. ¿Por qué entonces Graña M.Q. está libre y por qué este empleadito no vocifera contra semejante latrocinio? Keiko Fujimori pasó largos meses en prisión por las barras bravas de esa prensa caviar. García prefirió quitarse la vida antes de padecer el infierno de una prensa que es todo, menos veraz.
Decenas de accionistas del Grupo El Comercio nos preguntamos ¿por qué tenemos que pagarle la quincena al pésimo émulo de Bayly?

De testigo a investigado: Comisión de Fiscalización decide variar condición de Pedro Castillo

Mandatario no respondió a grupo de trabajo sobre las visitas clandestinas a la casa de Sarratea, en Breña.

La Comisión de Fiscalización del Congreso pasó de la condición de testigo a investigado al presidente Pedro Castillo, quien debía responder ante esa instancia por las visitas clandestinas que habría recibido en la casa de Breña.
Fuentes parlamentarias indicaron a este diario que una mayoría de congresistas concluyó que el presidente se ha negado a colaborar con las investigaciones debido a que no aceptó someterse a interrogatorios.
Incluso evaluaron enviarle preguntas por escrito, pero al notar las escuetas respuestas que dio por esa vía a la fiscal Luz Taquire, retrocedieron en esa intención.
Otra de las razones para adoptar esta postura, indicaron las fuentes, es que sólo pasándolo a condición de investigado el Parlamento podrá atriburile al jefe de Estado delitos que posteriormente deberán ser evaluados por el Ministerio Público.
Fuente: Diario Perú21.

Pleno del Congreso archivó el informe final de comisión que investigó las Elecciones 2021

Documento había sido sustentado por el parlamentario de Renovación Popular, Jorge Montoya.

El pleno del Congreso de la República, no aprobó el informe final en mayoría de la comisión del proceso de las elecciones generales 2021, el cual concluye que existen presuntos indicios de infracciones constitucionales y delitos tipificados cometidos durante los comicios celebrados el año pasado.
El documento sustentado por el presidente de la comisión investigadora, Jorge Montoya (Renovación Popular) obtuvo 42 votos a favor, 55 en contra y 15 abstenciones.
La representación nacional también rechazó el informe en minoría sustentado por la legisladora Sigrid Bazán (Cambio Democrático- Juntos por el Perú), el cual concluye que no existió fraude en elecciones 2021. Fueron 45 votos a favor, 49 contra y 17 abstenciones del referido documento.
La presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, señaló que al no obtener los votos requeridos para su aprobación, ambos informes pasan al archivo.
Durante el debate, Montoya sostuvo que la investigación reveló un fraude al momento de calificar las candidaturas del presidente Pedro Castillo, de la vicepresidenta Dina Boluarte, así como del expresidente Martín Vizcarra.
Sobre los observadores internacionales que respaldaron la labor de los organismos electorales nacionales como la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Montoya señaló que los observadores solo verifican que el proceso se lleve con tranquilidad.
A su turno, Bazán afirmó que “claramente no ha existido fraude electoral”, como sostienen organizaciones políticas que fueron derrotadas en la elecciones. Asimismo, enfatizó que no tiene sentido poner en duda un proceso electoral que pone en cuestión la propia presencia de los actuales parlamentarios. La legisladora criticó que la conclusión del informe final en mayoría sea trasladar la investigación al Ministerio Público.
PAREDES VS. MOYANO
Las congresistas Susel Paredes (Partido Morado) y Martha Moyano (Fuerza Popular) protagonizaron una tensa discusión en la sesión del pleno del Congreso de la República en torno a la comisión investigadora de las Elecciones Generales 2021, que presidió el parlamentario de Renovación Popular, Jorge Montoya.
Todo empezó cuando Paredes calificó como “fraude” el informe final de dicho grupo de trabajo, ya que no determina si existió una vulneración a la voluntad popular; sin embargo, igual recomienda denunciar constitucional y penalmente a las autoridades electorales.
“No votaron muertos. La misma gente que dice les han falsificado su firma dicen ‘es mi firma’. ¿Saben qué es un fraude? Esta comisión es un fraude. (…) Porque se ha gastado un montón de plata y no se ha podido concluir nada determinante”, dijo Paredes Piqué.
Acto seguido, tomó la palabra Moyano, quien exigió a la primera vicepresidenta de la Mesa Directiva, Lady Camones, que invite a la parlamentaria no agrupada a retirar sus palabras. “No puede ofender una comisión que ha sido aprobada aquí en el pleno”, argumentó la congresista naranja.
No obstante, Paredes le respondió que no iba a retirar sus palabras debido a que ella fue electa en dichos comicios. “¿Sabe por qué no puedo retirar la palabra? Porque en mi absoluta interna convicción personal pienso que esa comisión fue un fraude porque yo misma soy producto de esas elecciones. ¿Cómo voy a decir que hubo fraude si me han elegido a mí en esas elecciones generales?”, aseveró.
Fuente: Infobae.com

Formación resurreccionista

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Los Principios de Formación en la Espiritualidad Resurreccionista

Por Paul Voisin CR, Superior General.
En 2019 se ha publicado un documento monumental de nuestra Congregación, la Formación Resurreccionista. Este ha sido el fruto de décadas de trabajo de la Comisión Internacional de Formación, identificando y articulando los Principios de Formación en la Espiritualidad Resurreccionista. En el Prefacio, el Presidente de la Comisión Internacional de Formación, el Padre Evandro Miranda Rosa, escribió: “Este trabajo debe recalificar los textos para responder a las nuevas realidades culturales y eclesiales y a las legislaciones configuradas a lo largo de más de veinte años de historiacontemporánea… El manual quiere ser un compañero fiable para todos los consagrados y laicos que se sientan especialmente llamados a cumplir el mandamiento del Shemá recibiendo, interiorizando y transmitiendo el incondicional amor salvador de Dios conformándose con el Resucitado. Significa permitirles responder a su vocación cristiana a la manera de Bogdan Jański y su descendencia espiritual en la familia católica de la Congregación de la Resurrección“. (El “mandamiento del Shema” se refiere a un mandamiento, en el Deuteronomio 5, de aprender y enseñar a las siguientes generaciones las enseñanzas de la Ley).
Hoy me gustaría comenzar con ustedes un repaso a siete de estos Principios. Otro de los Principios, “Dios nos llama a trabajar por la resurrección de la sociedad“, se tratará en otra presentación. En vuestros programas de formación supongo que habréis oído hablar de estos Principios. Incluso si eso no ha sido parte de su programa de formación, estoy seguro de que se identificarán con cada uno de estos Principios a través de su asociación con los Resurreccionistas, a través de su predicación y sus escritos.
El Primer Principio es “Dios nos ama incondicionalmente“. Cada uno de los Principios se divide en tres secciones: Explicación del Principio, el Principio y la Mentalidad Contemporánea, y Aplicación del Principio en la Formación.
El primer artículo de nuestras Constituciones habla con elocuencia de esta verdad, que somos amados incondicionalmente por Dios. Es en relación con ese amor que respondemos a su llamada, y vivimos una vida de gracia en unión con Dios. Además, nos presenta otros Principios.
A medida que avancemos en los Principios, reconoceremos cómo este artículo nos introduce en ellos.
En nuestra experiencia humana, todos reconocemos que enamorarse y amar a alguien es una experiencia continua. Algunas personas hablan de “amor a primera vista“, pero aparte del amor de Dios por nosotros “a primera vista“, no estoy seguro de que eso sea cierto, después de todo, para mí “amor a primera vista” implica algo externo y visible, mientras que el verdadero amor es interno e invisible a los ojos. Hay que descubrirlo a medida que crece la confianza entre las dos partes.
Aunque intelectualmente podemos aceptar más fácilmente que Dios nos ama incondicionalmente, en la vida cotidiana de muchas personas -o de la mayoría- está la duda persistente de si esto es realmente cierto. El Principio afirma: “Hay buenas razones por las que tardamos en experimentar el amor de Dios. Nuestra experiencia del amor y nuestra noción del mismo se derivan de nuestras relaciones con quienes nos rodean. Las personas nos enseñan el amor a través de sus manifestaciones de amor. Muy pronto en la vida llegamos a saber que los demás son capaces de amarnos sólo de forma limitada, a veces sólo en determinadas situaciones y condiciones. Aprendemos que lo mejor es ajustarse a sus expectativas y actuar de forma aceptable para ellos si esperamos recibir su amor. Es natural que lleguemos a la conclusión de que así debe ser el caso de todos los que nos aman, incluido Dios“.
¿Les resulta familiar? Estoy seguro de que podemos identificarlo como la persona amada, y como la persona que ama. Somos imperfectos, y esto se refleja en nuestro amor condicionado, a veces. No puedo contar las veces que la gente me ha dicho: “¿Cómo puedo creer que Dios me ama, cuando la gente que me rodea no me ama?“.
Es a través de la gracia de Dios, y a través de nuestro propio “acercamiento al Señor“, nuestra propia conversión personal -como la de Bogdan Jański- que descubrimos y aceptamos que Dios nos ama.
Leemos: “Verdaderamente bendita es la persona, niño o adulto, que tiene la experiencia consciente de ser amado por otro en los momentos buenos y en los malos. La experiencia no sólo es maravillosa en sí misma, sino que prepara a la persona para reconocer y aceptar el amor de Dios como el maravilloso regalo que es“. Bogdan, como el Hijo Pródigo, llegó a reconocer y aceptar este amor incondicional del Padre, a pesar de sus transgresiones y pecados. La Comisión subraya la importancia de reconocer entonces este amor tal y como se expresa en la Escritura -en el Antiguo y en el Nuevo Testamento-, lo que les permite, “volver a su propia historia personal y reexaminarla como expresión del amor divino hacia ellos“. Por su parte, la oración y los sacramentos ya no son sólo o incluso principalmente esfuerzos humanos por parte del individuo. Se convierten más bien en “ocasiones para conocer y aceptar el amor incondicional de Dios“. Nuestra experiencia es necesariamente personal -más allá de la mera emoción-, reconociendo una relación continua, fecunda y productora de gracia con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. No nos relacionamos con un concepto, un cuerpo doctrinal o un edificio, ni siquiera con otra persona, sino con Dios que nos ama y se nos revela, si estamos abiertos y dispuestos. Esta profunda experiencia personal del amor incondicional de Dios nos permite comprometernos más plenamente en nuestra vida con Dios, responder a su voluntad para nosotros y manifestar este amor incondicional a los demás. La Comisión identificó que, “una persona con una pobre imagen de sí misma no es capaz de aceptarse y amarse a sí misma. … Dicha persona necesita empezar por reconocer su propia bondad básica, que fluye de la bondad de Dios” y es “necesaria para una vida emocional y espiritual sana“.
Estoy seguro de que en nuestra propia vida y formación podemos reconocer este reconocimiento y aceptación gradual del amor incondicional de Dios.
Cuando los autores hablan de “el principio y la mentalidad contemporánea” se refiere a los candidatos a la Congregación, pero –creo- también a los laicos que se asocian libremente a la vida y misión de nuestra Congregación. Reconociendo el sentimiento de vocación, y la buena voluntad, reconoce también que, “pueden cuestionar su competencia para responder fielmente a las exigencias espirituales, comunitarias o apostólicas” de su compromiso. Esto forma parte de nuestro camino, y es aquí donde la sabiduría y la experiencia de nuestros líderes nos ayudan a abrazar el reconocimiento y la experiencia continuos del amor incondicional de Dios, y a descubrir que a través de la gracia de Dios y de nuestro discípulo sí experimentamos nuestra “competencia“. También hablan de la importancia de la “perseverancia y el miedo“, combinados con su “esperanza, entusiasmo y fe en los ideales“. Nuestra esperanza se basa no sólo en las buenas intenciones, sino en nuestra creencia y experiencia de que Dios puede hacer lo improbable e imposible en nosotros, mientras nos esforzamos por unirnos a Él y hacer su voluntad. Este tiempo de formación puede ser también el de la curación del amor imperfecto que uno experimentó en la vida, y que ha coloreado sus ideas de cómo es el verdadero amor.
Esto puede resultar en, “su concepto del amor de Dios es contractual más que de alianza. No ven a Dios como un compromiso irrevocable de amarles, independientemente de su respuesta“.
Podemos estar cegados por un “sistema de penalización-recompensa… basado en los resultados“, que impide reconocer y experimentar el amor incondicional de Dios. Definitivamente somos productos de nuestro entorno cultural y social del siglo XX, y se necesita un esfuerzo para abrirnos al amor incondicional de Dios, como descubrieron Bogdan, y Pedro Semenenko y Heronimo Kajsiewicz en su proceso individual de conversión.
En el ámbito de la “Aplicación“, la Comisión identificó sabiamente la importancia de “la experiencia que puede ayudar a los participantes en la formación a comprender las verdaderas relaciones en una proyección apostólica hacia los ancianos, los enfermos, los discapacitados y los pobres. El contacto y la amistad con tales personas puede ayudar a … obtener una verdadera apreciación de la dignidad humana y a comprender los puntos fuertes y los límites de su capacidad para confiar y ser amado“. Creo que podemos identificarnos con esta idea.
¿Alguien quiere compartir una reflexión sobre este Primer Principio?
El Segundo Principio es “Dios nos creó de la nada“. A primera vista, este Principio parece ser negativo, y no es lo que queremos oír en relación con un programa de formación o el desarrollo de una imagen propia. Sin embargo, procede de la teología del Padre Peter Semenenko, tal como se revela en su libro La Vida Interior, que en mi época formaba parte de nuestro programa de noviciado. Este capítulo comienza con una cita del Padre Semenenko: “Si miramos el asunto desde un ángulo puramente racional, nos vemos obligados a admitir que durante un largo período de tiempo ni siquiera existimos. Éramos la nada, y esta nada es el suelo oscuro del que fuimos formados por Dios… En el Nuevo Testamento, San Pablo dice: “Si alguien piensa que es algo mientras no es nada, se engaña a sí mismo” (Gálatas 6:3). La nada es lo que somos. En cuanto a lo que tenemos, el mismo Apóstol dice: ‘¿Qué tenéis que no hayáis recibido? (1 Corintios 4:7)“.
Estas palabras pueden, con razón, desconcertarnos y confundirnos. En el Génesis 1,27, Dios proclama: “Dios creó al hombre a su imagen; a imagen divina lo creó; varón y hembra los creó“. En el Salmo 8:6 leemos: “Sin embargo, los has hecho poco menos que un dios, los has coronado de gloria y honor”. El documento nos recuerda que somos “el punto culminante de la creación, por lo que Dios es su dueño y su gloria“. Todo esto puede parecer contrario a las palabras del padre Semenenko. Algo de su teología se aclara cuando leemos:
Nuestros fundadores, especialmente Pedro Semenenko, desarrollando las ideas seminales de Bogdan Jański, escribieron extensamente sobre la condición humana. Semenenko no estaba ciego ante las maravillas de la naturaleza, de los logros humanos o incluso de su propio genio intelectual. Su pensamiento era filosófico y espiritual: la creación es el producto del amor de Dios. Todo lo que tenemos y somos es un regalo de Dios: nuestros talentos, nuestras facultades, nuestras virtudes, nuestra propia existencia. Reconocer esto no disminuye la belleza ni los devalúa ni a nosotros. Más bien nos abre el único camino hacia la grandeza humana“. Sus palabras no son para deprimirnos o desanimarnos, sino para abrirnos a la verdadera fuente de nuestra felicidad, plenitud, satisfacción y santidad: ¡la benevolencia de Dios!
Todo lo que tenemos y somos viene de Dios, y separados de Dios (y de su gracia) no podemos hacer nada que refleje nuestra vida con Él. La luz de Cristo nos ayuda a descubrir y aceptar nuestros dones y talentos, así como nuestros defectos y pecados. El Principio nos dice que, la persona que acepta las limitaciones de su ser y de sus talentos y reconoce que Dios es la fuente de todo el bien que posee, se libera de la carga que le supone una ‘supuesta divinidad’ … Una persona comienza la vida sin nada de su propia cosecha, y lo que luego posee no es algo que haya ganado o merecido totalmente. Lo tiene principalmente porque Dios ha querido que lo tenga … Sin embargo, lo que ocurre muy a menudo no es simplemente una aceptación y uso de los talentos y las gracias, sino una apropiación de los mismos que ignora a Dios como su fuente, y también un rechazo a desarrollar los dones según Su plan para ellos … Una falsa apropiación de los dones de Dios condena a la persona a una existencia limitada y restringida, porque cierra la puerta a la plena acción del Espíritu del Señor en ella“.
En un mundo en el que a menudo se trata de “todo sobre mí“, y en el que se aplaude y fomenta el orgullo y la autosuficiencia, “la autonomía y el poder ilimitado“, y el “derecho”, este concepto es un desafío a nuestra forma de pensar. Estamos en un mundo en el que fácilmente “exageramos los derechos y minimizamos la responsabilidad“.
¿Cómo podemos ver nuestra “Nada” de forma positiva y vivificante?
Las virtudes de la humildad y la gratitud son importantes en el desarrollo y la vivencia de este Segundo Principio. En efecto, todo lo que tenemos y somos viene de Dios, lo que nos une en una relación de dependencia con Dios, pero también debe crear una actitud de armonía con el resto de la creación de Dios. Nuestra fiel administración proclama una profunda gratitud al dador de todo lo que tenemos y somos. Estas virtudes restauran nuestra dignidad como hijos del Padre, seguidores de Jesús y personas agraciadas por el Espíritu Santo.
Las realidades del siglo XXI no sólo se encuentran en nuestra época actual, sino en toda la historia de la humanidad. Esto se pone de manifiesto en el Segundo Principio cuando leemos: “A este respecto, conviene recordar la vida de Bogdan Jański entre 1823 y 1834. En esa época tenía entre dieciséis y veintisiete años.
Empezando por la irresponsabilidad alcohólica y sexual y una noción exagerada de las reformas económicas y políticas que podía lograr, surgió en él una antipatía hacia la autoridad y las prácticas religiosas. A continuación, su idealismo le motivó a reformar su estilo de vida personal y a entregarse total y enérgicamente al socialismo humanista.
Cuando este movimiento se desintegró en su interior, estuvo al borde de la desesperación y con mala salud. Finalmente, pudo recomponer su vida sobre una base sólida al reconocer el gran amor y la mano que guiaba a Dios hacia él“. La incapacidad de Bogdan para reconocer su nada” (sin Dios) le llevó por el camino equivocado, y le alejó de Dios y del verdadero “bien común” que buscaba para la sociedad. Esta misma lucha es la nuestra, y la de nuestra sociedad, hoy.
¿Cómo entiendes y aprecias este Segundo Principio?
El Tercer Principio es “El mal nos atrae“. Este Principio se enfrenta a la realidad humana de ser atraído por el mal, de ser un pecador. Esto está en lo más profundo de nuestra humanidad, equilibrado por la gracia de Dios a través de nuestra vida compartida con Él, comenzando en nuestro Bautismo, y alimentado a lo largo de nuestra vida por la oración, las Escrituras, los Sacramentos, y la participación en la vida de la Comunidad Cristiana.
Recuerdo bien la analogía del Padre Semenenko, que siempre he apreciado, comparando nuestra atracción por el mal con la enfermedad.
Escribió: “La enfermedad, en general, es la imagen de la miseria. Un enfermo se encuentra en un estado de desorden, porque debería estar bien. La enfermedad lo humilla externamente; corporalmente lo conoce de cerca. En el cuerpo del enfermo, la enfermedad produce un efecto general y tres especiales. El efecto general: debilidad e inercia.
Los efectos especiales: 1. Durante el tiempo de su enfermedad la persona pierde el sentido del gusto; siente aversión por las cosas sanas y deseo por las malsanas; su apetito se pervierte, 2., su ánimo está bajo y su intelecto se debilita, 3. No se mueve ni puede moverse.
Experimenta una falta de energía y no tiene deseos de moverse“. Me imagino que podemos identificarnos con estos “síntomas” de nuestra atracción por el pecado. Esto afecta a nuestros sentidos y emociones, a nuestro intelecto y a nuestra voluntad. El conocimiento de uno mismo es la clave de esta “batalla“, y nuestra victoria sobre la atracción viene de la gracia de Dios y de nuestra sumisión a su voluntad.
¿Hay algo que alguien quiera compartir sobre el Tercer Principio?
El Cuarto Principio es “Sucumbimos al pecado“. En la Primera Carta de San Juan (1:8-10), leemos: “Si decimos que no tenemos pecado en nosotros, nos engañamos a nosotros mismos y nos negamos a admitir la verdad, pero si reconocemos nuestros pecados, entonces Dios, que es fiel y justo, perdonará nuestros pecados y nos purificará de todo lo malo. Decir que nunca hemos pecado es llamar a Dios mentiroso y demostrar que su palabra no está en nosotros“.
A pesar de la abundancia de la gracia de Dios, en nuestra condición humana no respondemos a su gracia, y sucumbimos a la tentación y cometemos pecado. Esto forma parte de nuestro camino humano, y es un reto y una lucha para todos nosotros. Recordamos que estamos involucrados en una relación personal con Dios, y nuestro pecado corrompe y rompe esa relación, esa alianza. El pecado sólo tiene sentido en relación con nuestra relación con Dios, más allá de las normas o reglamentos que se rompen. Pone en peligro nuestra unidad con Dios, y fructifica en relaciones y comportamientos humanos desordenados.
Así como Dios conoce nuestro interior hasta el fondo, el maligno también tiene acceso a ese núcleo de nuestro ser, la fuente de nuestras decisiones, palabras y acciones. Como en la tentación de Jesús en el desierto (Mateo 4:1-11), el maligno sabe dónde atacarnos o atraernos.
El Padre Semenenko lo expresaba cuando escribía en La Vida Interior: “el diablo no deja de susurrarle al oído: ‘¡no admita nada! Si admites tu culpa, te conviertes en un horrible pecador“.
Desgraciadamente, creo que dos reacciones humanas ante nuestro pecado nos alejan de Dios y de nuestra salvación en Jesús. La primera es el orgullo, que nos convencemos a nosotros mismos de que no es tan grave, de que no era nuestra intención, o de que no es tan importante. La segunda es la vergüenza, que nos convencemos de que no hay manera de que Dios nos perdone y nos devuelva la amistad, que estamos perdidos para siempre. Ninguna de las dos cosas sale del corazón o de la boca del Salvador. Más bien, en nuestra pecaminosidad, Él se acerca a nosotros para salvarnos de estas mentiras, y recordarnos que somos amados.
¿Alguien quiere compartir algo sobre este Cuarto Principio?
El Quinto Principio es “Dios nos llama a la conversión“: ‘Al misterio pascual de morir y resucitar con Jesús‘. Aunque fallemos en el amor a Dios, el amor de Dios es indefectible. Aunque nos alejemos de Dios, Dios nunca nos deja ni nos abandona. Aunque nos demos por vencidos, o por Dios, Dios nunca se da por vencido.
Las vidas de Bogdan Jański, Pedro Semenenko y Heronimo Kajsiewicz nos muestran la realidad de la conversión. La dramática conversión de San Pablo en el camino de Damasco puede falsear las expectativas de cómo es una conversión. Nuestra conversión es una experiencia continua de la gracia de Dios activa en nosotros, que nos llama a una vida más profunda en Cristo y a perder cada vez más nuestra atracción por el mal. Jesús quiere devolvernos la salud. Quiere devolvernos la verdadera dignidad de nuestro compromiso bautismal.
En el centro de nuestra fe Católica, y de nuestras vidas como Resurreccionistas, está ese Misterio Pascual, en el que morimos a nuestro pecado con Cristo, para resucitar a una nueva vida en Él. Esto es algo no sólo para reconocer y celebrar en la Pascua, o durante el tiempo de Pascua, sino una realidad que vivimos y celebramos cada día. La gracia de esa muerte y resurrección es nuestra. Jesús no murió en vano, y nos asegura que nuestra “muerte” en Él no será en vano. El Misterio Pascual tiene el poder no sólo de “formarnos” y “reformarnos“, sino de “transformarnos“, de hacernos una nueva creación en Cristo.
Dios es el iniciador y la fuente de poder de todas las conversiones y de todo el proceso de salvación“. Es el Dios de las segundas oportunidades, y de las centésimas oportunidades. Aunque la dinámica de una conversión, de ese “dejar ir” pensamientos y sentimientos, actividades y cosas, e incluso amistades, es dolorosa, nos permite “abrazar” nuevos pensamientos y sentimientos, nuevas actividades y cosas, y nuevas amistades. Deberíamos animarnos en este proceso, ya que vemos a nuestro alrededor, y a lo largo de la historia cristiana, a quienes han superado el pecado y han encontrado una nueva fuente de vida en Cristo. A este respecto, recuerdo el ejemplo de los miembros de Alcohólicos Anónimos que acudían a mí para su Quinto Paso, que consiste en contar a otra persona todo lo que habían hecho bajo la influencia del alcohol o las drogas. Siempre me inspiraba la fuerza que tenían para afrontar otras debilidades y pecados, porque Dios había revelado su poder en ellos al liberarlos de una esclavitud que estaba arruinando sus vidas, y las de los que amaban. ¡Hay conversiones a nuestro alrededor!
En el ámbito del “Principio y la mentalidad contemporánea“, la Comisión se apresura a señalar que, “el concepto y la práctica de vivir el Misterio Pascual son ajenos a la sociedad moderna. Además de la reticencia humana a sufrir y padecer en aras de objetivos espirituales, no se ha enseñado ni animado adecuadamente a la gente a vivir el Misterio Pascual“. Muchos de los valores de nuestra sociedad actual son contrarios al Evangelio y a las enseñanzas de Jesucristo. La gente busca con demasiada facilidad la salida fácil, la “solución rápida”.
Estamos demasiado acostumbrados a “añadir agua y remover”, y pensamos que toda la vida debería ser así. Lo que es verdaderamente importante y tiene valor no se consigue tan fácilmente, sino que se adquiere con disciplina, sacrificio y actos de voluntad.
¿Alguien quiere compartir algo sobre el Principio de conversión?
El Sexto Principio es “Dios nos llama a la comunidad”. Bogdan Jański lo expresó tan bellamente (al principio de este Principio), “Así decidimos comenzar nuestra vida en común; fundamos un pequeño hogar a principios de 1836… Ya que como conversos recientes queríamos dedicarnos completamente al servicio de Dios. … Esta comunidad era para nosotros un centro y un hogar donde concentrábamos todo nuestro fervor, todas nuestras esperanzas. Se creó un vínculo de relación espiritual que iba a durar toda la vida. … Establecimos este hogar con la idea de que fuera un refugio, un lugar de superación y de formación espiritual para todos los que experimentaban la conversión. Sería una especie de estandarte simbólico para aquellos que, dejando de lado por completo todos los planes de su propia carrera, entregan toda su vida, sus fuerzas y medios económicos, al servicio del Señor Dios, para defender y difundir la verdad de Cristo y su práctica en todas las formas de vida“. Este era el sueño, la intención de Bogdan Jański. Se dio cuenta de que no sólo él no podía responder a la plenitud de la gracia de Dios solo, sino que también otros necesitaban el apoyo y el estímulo de los demás para aceptar esta llamada a la conversión. John Donne (1572-1631) escribió que “ningún hombre es una isla, entero en sí mismo; cada hombre es un trozo de continente, una parte del principal“.
No fuimos creados por Dios para estar solos, sino para estar en relación, para estar en familia, para estar en comunidad. Somos “animales sociales“. Aunque a veces elijamos estar solos, e incluso apreciemos esos momentos de soledad, en general buscamos la presencia y la comunicación con los demás. Al fin y al cabo, se considera un castigo que nos envíen a nuestra habitación, o que nos den un “tiempo muerto“, o que nos quedemos en un rincón. No es un castigo, sino una recompensa, que se nos permita salir para estar con los demás y participar en actividades de grupo. A nivel natural o humano, reconocemos nuestra necesidad de los demás, así como a nivel sobrenatural y espiritual. En este último nivel no se trata sólo de abrirnos a la relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sino a otros que forman parte de nuestra vida, desde lo más íntimo hasta lo más superficial.
En la vida religiosa se habla de una llamada distinta a la vida comunitaria. No es para todos. Es un compromiso no sólo de rezar juntos, comer y recrearse juntos, trabajar juntos, sino de compartir nuestra vida con los demás. Nuestra disposición debe estar abierta a dejar entrar a los demás, y a darnos cuenta de que tenemos algo que ofrecer, de que marcamos la diferencia. Una comunidad religiosa está unida por un carisma, una historia y una misión comunes. Aunque seguimos siendo individuos, nuestras vidas están unidas por nuestra profesión de votos. Nuestro programa de formación, no importa en qué continente, nos da una base mutua para nuestras vidas como Resurreccionistas.
Tú también has experimentado una llamada a una comunidad de fe más allá de tu Comunidad Parroquial. Tu asociación con nuestra Congregación es una respuesta a una llamada a dar y recibir en la vida de los demás, una vida fundada en Cristo, e inspirada y alimentada por Él.
Durante la pandemia hubo muchas oportunidades en todo el mundo para que la gente formara comunidades de apoyo, aunque sólo fuera a través de Internet. En nuestro aislamiento e incertidumbre, la gente buscó más que nunca apoyo y acompañamiento. La compasión y la solidaridad se manifestaron de forma muy real en comunidades de todo tipo. Descubrimos de manera más profunda lo mucho que nos necesitamos unos a otros.
¿Cómo has experimentado la llamada a la Comunidad?
El Séptimo Principio, “Dios nos llama a trabajar por la resurrección de la sociedad“, se tratará en otra presentación.
El Octavo Principio es ‘María: Nuestro Modelo y Madre‘. El artículo 8 de nuestras Constituciones proclama: “Dios ha honrado a María al elegirla como Madre de nuestro Salvador. Ella es también la Madre de la Iglesia que es su cuerpo. En nuestra tradición, la hemos reclamado como Madre de nuestra Congregación y nos hemos dedicado a promover su honor. Ella es el modelo de lo que es la salvación para cada uno de nosotros“. La devoción a la Santísima Virgen era fuerte en nuestros Fundadores, y lo ha sido a lo largo de la historia de nuestra Congregación. Esta devoción se acentuó y confirmó cuando se nos confió el Santuario de Nuestra Señora de la Divina Gracia en Mentorella en 1857. Al pie de la cruz, María fue confiada al discípulo amado Juan (19:25-27) para ser su madre espiritual. Al igual que Juan la acogió en su casa, nosotros estamos llamados a llevarla a nuestro corazón, donde su fe y devoción nos bendecirán y alimentarán. Su fidelidad a la voluntad del Padre, su constante “” a Dios, desde la visita del ángel Gabriel, es un modelo para nosotros. Cada vez que nos encontramos con María en los Evangelios, la vemos confrontada con otro misterio, que requiere otro “Sí”. Lo hizo con alegría, no con resentimiento o protesta. Vemos este “Sí” cuando visitó a su prima Isabel y escuchó sus palabras de reconocimiento del Niño Jesús en su vientre, en la visita de los pastores en Belén, de los Magos, con los profetas Simeón y Ana en el templo de Jerusalén, en la huida a Egipto para proteger al Niño de la espada de Herodes, y más tarde en el hallazgo del joven Jesús entre los sabios en el templo de Jerusalén, y finalmente al pie de la cruz. Cuando María dijo a los sirvientes en Caná: “Haced lo que él os diga” (Juan 2,5), sólo podía hacerlo porque había dicho al ángel: “Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1,38). Sólo gracias a su “” a Dios pudo ser ese instrumento de gracia y fidelidad, ese modelo de lo que significa buscar la voluntad de Dios y seguir fielmente a su Hijo como su discípulo.

Encuentro internacional de laicos resurreccionistas

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El concepto de Bogdan Jański sobre los laicos en la Iglesia, y en el mundo

Por Paul Voisin CR, Superior General.
La eclesiología del siglo XIX era muy diferente a la de hoy, el siglo XXI. Algunos de nosotros, que experimentamos el Concilio Vaticano II (1963-1965) podemos relacionarnos con los cambios en la eclesiología a partir de los Documentos del Concilio, y el efecto que ha tenido en la forma de celebrar, vivir y compartir nuestra fe Católica. De hecho, el pensamiento de Bogdan Jański está muy reflejado en los documentos del Concilio Vaticano II que hablan del papel de los laicos en la Iglesia.
En términos generales, ha ido más allá de “rezar, pagar y obedecer” a una participación más profunda en la vida y la misión de la Iglesia, que proviene de nuestro compromiso bautismal compartido.
En la “Constitución Dogmática sobre la Iglesia” (“Lumen Gentium“), el “Decreto sobre el Apostolado de los Laicos” (“Apostolicam Actuositatem“), y el “Decreto sobre la Actividad Misionera de la Iglesia” (“Ad Gentes“), se desarrolla esta nueva visión del papel de los laicos, iniciando un proceso dentro de la Iglesia que la mayoría de los teólogos estarían de acuerdo en que es todavía un proceso en curso. En el artículo 15 de “Ad Gentes“, los Padres Conciliares proclamaron: “Los misioneros, como colaboradores de Dios, susciten congregaciones de fieles que caminen de manera digna de la vocación a la que han sido llamados y ejerzan el oficio sacerdotal, profético y real que Dios les ha confiado. De este modo, la comunidad cristiana se convierte en signo de la presencia de Dios en el mundo. … Alimentada cuidadosamente con la Palabra de Dios, da testimonio de Cristo. Y, por último, camina en el amor y brilla con espíritu apostólico. … En la consecución de estos objetivos, los laicos tienen la mayor importancia y merecen una atención especial. Son aquellos cristianos que han sido incorporados a Cristo por el bautismo y que viven en el mundo. A ellos les corresponde, imbuidos del espíritu de Cristo, ser un fermento que anime desde dentro los asuntos temporales, disponiéndolos para que lleguen a ser como Cristo quiere. … Con sus oraciones y con sus trabajos activos, los religiosos y las religiosas desempeñan también un papel indispensable para arraigar y fortalecer el reino de Cristo en las almas, y para hacer que se expanda“. En efecto, Bogdan se adelantó a su tiempo.
Contempló este papel indispensable de los laicos para compartir la Buena Nueva de Jesucristo en su propio tiempo y lugar, en todos los ámbitos de la vida humana.
Uno de los principios fundamentales de los laicos, en la mente y la experiencia de Bogdan, era la conversión y el cambio de vida cristiana (WZ). Lo central era el amor incondicional de Dios, como lo reflejó el padre Peter Semenenko cuando escribió: “Dios me ama: este es el fundamento y la cúspide de la vida interior” (WZ, 23). Toda su estructura para la Congregación y los Hermanos Externos se basaría en esta experiencia personal del amor de Dios, la misericordia de Dios, y la llamada a levantarse a una nueva vida, y a compartirla con el mundo.
Esto era ‘el poder de uno, para ser compartido por muchos‘. “Bogdan Jański, como hombre secular, teniendo un carisma especial de Dios, programó maravillosamente la contribución de los laicos a la obra de recristianización de la sociedad” (WZ, 58). En una época en la que el “apostolado” se asociaba únicamente a los sacerdotes y a los religiosos consagrados, Bogdan, y personas como San Vicente Pallotti (1795-1859), imaginaron el papel de los laicos en la actividad “apostólica” de la Iglesia como algo central para la vida en Cristo, y el cumplimiento de las gracias de su bautismo en Cristo. En 1835, Pallotti fundó la “Unión del Apostolado Católico“. Expresó su idea con las siguientes palabras “El apostolado católico, es decir, el apostolado universal, que es común a todas las clases de personas, consiste en hacer todo lo que se debe y puede hacer para la gran gloria de Dios y para la propia salvación y la del prójimo” (Wikipedia). Estos hombres inspirados, en su tiempo y lugar, querían ver la misión de la Iglesia compartida por todos dentro de la Iglesia. Para Bogdan, “el elemento más importante del trabajo apostólico era la fe fuerte que abarca toda la vida, el amor cordial y la esperanza celestial” (WZ, 63). Para Bogdan, un católico no puede ser pasivo ante los cambios políticos, sociales y económicos, que se reflejan en nuestro tiempo y lugar. “El servicio público debe tener un espíritu de humildad. Para él, la política debe basarse en los principios cristianos, mientras que la cristianización de la política era una tarea especial de los laicos“. Gran parte de estos sentimientos se reflejarían en la significativa encíclica del Papa León XIII “Rerum Novarum” de 1891, que “por primera vez abordó con autoridad papal cuestiones de desigualdad social y justicia social, centrándose en los derechos y deberes del capital y del trabajo” (Wikipedia).

Hernández contra el petroterrorismo

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Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
Estamos a una semana de una potencial derrota del comunismo en Colombia. De ser así será una extraordinaria noticia para la región capturada por los hijos ideológicos de Fidel Castro. Junto al petulante “ex” terrorista Gustavo Petro pasó, inesperadamente, a segunda vuelta el ingeniero Rodolfo Hernández, un exitoso y carismático empresario de 77 años, considerado el “Trump colombiano”, aunque la única vinculación es que ambos están vinculados a la construcción y la inmobiliaria. Hernández no es mujeriego empedernido como el expresidente de los Estados Unidos ni tiene una colección de conquistas; todo lo contrario. El ingeniero Hernández es un hombre tradicional y apegado a su familia.
En reciente entrevista con Jaime Bayly hizo gala de simpatía, conocimiento y amor por su país. Reconoció que su fortuna era superior a los cien millones de dólares, producto de la edificación de más de veinte mil casas de interés social. Hernández fue alcalde de Bucaramanga, en el noreste colombiano, y ahora intenta dirigir el destino de su patria. Su mensaje de lucha contra la corrupción usando el lema “Donde nadie roba la plata alcanza” ha calado hondo, para desesperación del petrismo.
Vale la pena ver la entrevista amena e inteligente, realizada por Bayly al potencial próximo presidente del Colombia. https://youtu.be/kcu95ChiadA
Como era de esperarse, desde que pasó al ballotage ha sido víctima de amenazas y víctima de la desinformación de la prensa caviar. Inclusive CNN en español ha publicado un artículo sobre el ingeniero Hernández sin entrevistarlo ni investigar absolutamente nada, todo se basa en lo que dice el “analista” Julio Acelas, vinculado al muy caviarón Observatorio Ciudadano. Y por lo leído petrista de corazón. La aplanadora de la progresía usa a Acelas para que se lance contra Hernández, inclusive dando diagnósticos psicológicos de su cosecha. A CNN le dijo, por ejemplo, “es un narcisista por la figuración y ya lo ha logrado”. ¿Eso no se llama envidia de rojo? Otros han tratado de satanizarlo por su dinero, por tener propiedades en Miami, entre otras. Es decir, aplicando la “ricofobia” tan típica de izquierdistas fracasados y acomplejados, esos cojudignos que hunden a nuestros países.
Hernández nació en el seno de una familia humilde, pero sin carencias materiales gracias al trabajo de sus padres y de su abuela. Llegó a donde está hoy por su propio esfuerzo. Es de carácter fuerte, sonriente, práctico y no se va por las ramas. Un hombre carismático y que genera confianza.
Esta semana, muchas cosas malas dirá la prensa caviar globalista sobre el ingeniero Hernández; escarbarán hasta en el plato de comida de su perro; pero del terrorista del ELN Gustavo Petro, solo repartirán flores, y nada dirán de lo que la revista Semana califica de “petroterrorismo” consistente “en obtener recursos económicos extorsionando a las petroleras, invocando la lucha contra el imperialismo. Sistema surgido hace cuatro años”.
Prostiprensa que se llama aquí, allá y acullá.

Petro-terrorismo

Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
En una columna publicada ayer me referí al ‘petro-terrorismo’ padecido en el pasado por Colombia a manos del Ejército de Liberación Nacional, ELN. Por cuestiones de espacio quedaron fuera algunas líneas que explican el peligro que supone para el continente que el “ex” terrorista del M-19 Gustavo Petro, llegue al poder en Colombia, y la impunidad que propone para el ELN, pese a que en 2020 la ‘Fundación Ideas para la Paz’ informó que el ELN desarrolla actividades de narcotráfico en Colombia y Venezuela. Ver: Narcotráfico ELN Colombia Venezuela: Los negocios de narcotráfico que tiene el ELN en Colombia y Venezuela | Nacional | Caracol Radio.
Pese a esto, a principios de este año, en España, le dijo a Esther Rebolledo en el canal web de Público.es, que de ser electo retomará los “diálogos de paz, y ahí incluyo al ELN y a las disidencias de las Farc”. Ver: Entrevista a Gustavo Petro– Público TV (publico.es)
Petro fue miembro del M-19 desde 1978 hasta 1990, año en que esa agrupación fue desmovilizada. Según CNN el M-19 “dio muchos golpes de opinión y propició uno de los episodios violentos más trágicos en la historia del país, la toma del Palacio de Justicia en 1985” y eso tras firmado un cese al fuego con el presidente Belisario Betancourt. Así de confiables son estos. Ver: https://youtu.be/5c9DsqH9b2I
En esa entrevista, Petro dijo que el ELN dejaría las armas en el corto plazo mediante un proceso de “profundización democrática”. Así llaman los comunistas a la protección a los hampones y asesinos terroristas que asolaron nuestros países durante décadas: “profundización democrática”, es decir dejarles sin castigo y permitirles participar en política para que dinamiten al Estado desde dentro.
Petro es el candidato del Foro de Sao Paulo, hoy Grupo de Puebla. Ha salido de las canteras del terrorismo, como los expresidentes de Brasil, Lula da Silva y Dilma Rousseff, y Michelle Bachelet de Chile. Esa chusma se ha apropiado de la palabra democracia y llega al poder tras envenenar la mente de varias generaciones, torciendo la historia.
El cura español Gregorio Manuel Pérez Martínez, alias “Poliarco”, líder del ELN hasta su muerte en 1998 (agrupación con la que busca dialogar Petro) fue considerado el principal enemigo de Colombia. En una vieja edición de la revista Semana se lee “Hasta hace poco tiempo se pensaba que el enemigo número uno del país era Pablo Escobar. Sus andanzas desplazaron a la guerrilla del primer lugar en materia de violencia y terrorismo. Le disputa el puesto Manuel Pérez, responsable de volar 20 veces el oleoducto Caño Limon-Coveñas, de dinamitar otras 11 instalaciones petroleras y de secuestrar 14 alcaldes y 3 periodistas, sin contar las rutinarias acciones del ELN”. Esa agrupación inauguró el llamado “petro-terrorismo”, la obtención de dinero extorsionando a las petroleras. Ver: EL PETRO-TERRORISMO DEL ELN (semana.com)
Esperemos que el ingeniero Hernández derrote al petrismo.

Fiscalía de la Nación: papelón internacional tras intentar involucrar a justicia española

Por Plinio Esquinarla- Diario EXPRESO.
Entidad pidió que incluyan en una investigación absurda a Vargas Llosa y otras 25 personalidades por “sedición” tras criticar resultado electoral del 2021.
La justicia de España rechazó de plano las pretensiones de la fiscalía peruana de acusar al escritor Mario Vargas Llosa por los “delitos” de atentar contra la integridad nacional, sedición, conspiración para rebelión, denuncia calumniosa y prevaricato, todo esto por criticar los resultados de las elecciones generales 2021 en las que Pedro Castillo resultó elegido como presidente de la República.
En el pedido de cooperación internacional solicitado por la parte peruana a sus pares peninsulares, la autoridad ibérica concluyó que es imposible la ejecución del pedido de diligencias judiciales e interrogatorio al autor de “La casa verde” dado que los hechos imputados en sede nacional “no constituyen delito en España”.
Eso está en el Auto o resolución de la magistrada Carmen Rodríguez-Mendel Nieto, del Juzgado de Instrucción N°51 de Madrid, que resolvió el caso con fecha 20 de abril de 2022, en respuesta a la Sexta Fiscalía Penal Corporativa Penal Corporativa de Lima que despacha Robert Percca Quispe (carpeta fiscal N° 1268/2021).
De forma que “ejecutar la petición de asistencia jurídica internacional penal sería contrario al orden público español, pues la legislación española no considera delito los hechos que han motivado la apertura del proceso penal en Perú”, precisa la jueza Rodríguez-Mendel.
Recordemos que en la solicitud de asistencia judicial internacional, o Providencia N° 03-2022, fechada el 22 de marzo de 2022, tramitada a través de la jefa de la Unidad de Cooperación Judicial Internacional y de Extradiciones de la Fiscalía de la Nación, Rocío Gala Gálvez, el fiscal Percca Quispe escribe que Vargas Llosa y otras 25 personalidades (ex candidatas presidenciales, exministros, congresistas, líderes políticos, empresariales…), en “forma orquestada, actuando con alevosía y faltando a la verdad”, denunciaron que en el balotaje del 6 junio de 2021 “se había cometido ‘fraude en mesa’, cuando en realidad no existía pruebas de ello”.

Santísima Trinidad 2022

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Evangelio según San Juan 16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Cuando estaba en mi primer año de Universidad tomé un curso religioso mundial. Un día el profesor nos contó una historia, un mito, para ayudarnos a entender el aspecto del misterio, un tema tan frecuente cada vez que hablamos de fe y creencias. Es la historia de un pájaro y un pez. El pez se encontró un día demasiado cerca de la orilla, y una gran ola lo encerró. Lucha por volver al agua cada vez que entraba una ola, pero no sólo no estaba teniendo suerte, sino que se estaba agotando de toda la lucha. De repente un pájaro voló junto al pez, después de haber visto su angustia, y dijo: “No te preocupes, Sr. Pez, puedes volar conmigo a mi nido“. Por supuesto, los peces no tenían idea de lo que era volar, y ni idea de lo que es un nido. Eran reales -eso lo sabemos- pero no para los peces. A veces en nuestra expresión y lenguaje nos encontramos en la misma situación, tratando de entender y explicar algo que va más allá de nuestra experiencia, más allá de nuestra comprensión.
La fiesta de la Santísima Trinidad es sólo una ocasión en la que podemos sentirnos como los peces, tratando de captar lo que se ha revelado sobre realidades celestiales que están más allá de nuestra experiencia e imaginación. En el evangelio (Juan 16:12-15) Jesús nos habla de su Padre, y del Espíritu Santo. Él habla de su unión íntima con el Padre, y que el Espíritu “declarará a ustedes las cosas que vienen“. Jesús nos invita a una relación con el Padre y el Hijo – tres personas, pero un Dios.
Nuestra primera lectura, del libro de Proverbios (8:22-31), nos habla de la creación. Las tres Personas de la Trinidad existieron juntas, cada una se manifiesta en diferentes momentos de la historia de la humanidad, y de diferentes maneras. Esta lectura también nos dice cómo Dios “encontró deleite en la raza humana” y que quiere entrar en una relación con nosotros. Él nos creó, y nos ama, y envió a su Hijo, Jesús, para compartir nuestra humanidad y salvarnos.
En nuestra Segunda Lectura, de la Carta de San Pablo a los Romanos (5:1-5), San Pablo da testimonio de la Trinidad. Él dice “tenemos paz con Dios a través de nuestro Señor Jesucristo”. Él está reconociendo que Jesús se ha convertido en ese “puente” entre el Padre y nosotros. A través de Jesús tenemos la plenitud de la revelación sobre el Padre. El Espíritu Santo se nos revela como la fuente de gracia y virtud “que nos ha sido dada”. La semana pasada, en la fiesta de Pentecostés, celebramos esa gloriosa venida del Espíritu Santo en la historia de la humanidad.
A lo largo de la Sagrada Escritura, al igual que en numerosas referencias en las oraciones de la Eucaristía nos recuerda nuestra vida con el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nuestras oraciones masivas están dirigidas al Padre, en unión con Cristo nuestro Salvador, por la gracia del Espíritu Santo. Toma especial atención hoy, durante la Liturgia, cuántas veces se refiere a la Trinidad, comenzando con el signo de la Cruz al comienzo de la misa. Entonces somos recibidos con “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios (el Padre), y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Una y otra vez oirás proclamada a la Trinidad.
Así como tenemos una relación única con cada persona en nuestra vida, creo que es importante que miremos más de cerca cómo nos relacionamos con cada una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Entonces podemos apreciar verdaderamente a cada persona de la Trinidad y ‘trabajar en’ esa relación.
Para la mayoría de la gente es fácil de relacionar con el Padre, ya que él es el creador, revelado en el Antiguo Testamento y proclamado por Jesús, su Hijo. Experimentamos su presencia en la creación que nos rodea, y tenemos asombro y asombro por todo lo que ha hecho – especialmente en el raza humana. Él nos creó para conocerlo, amarlo y servirle. Nuestras oraciones al Padre a menudo están llenas de gratitud por su creación, y cómo él nos ha creado.
Jesús es fácil para nosotros relacionarnos porque él era uno como nosotros en todas las cosas (excepto el pecado). En los Evangelios caminamos con Jesús, escuchamos a Jesús, vemos a Jesús, tocamos a Jesús, y somos tocados por Jesús. Él es nuestro amigo y guía, el que nos llama al discipulado y la mayordomía. Sentimos su apoyo y su desafío, como lo hacemos en cualquier amistad en la vida. Todos tenemos una ‘historia’ con Jesús, comenzando en nuestra infancia, y madurando y cambiando a medida que envejecemos, maduramos y nos desarrollamos. Podemos mirar hacia atrás fácilmente y reconocer cómo nuestra imagen de Jesús ha cambiado a lo largo de nuestra vida, evolucionando de acuerdo a las circunstancias y eventos.
El Espíritu Santo, creo, es más escurridizo y más difícil de describir a la gente. El Espíritu Santo nos acompaña y nos alienta en nuestra vida con el Padre y el Hijo. Él nos inspira e ilumina, si estamos abiertos a él. Algunas de las palabras usadas para describir al Espíritu Santo me ayudan a reconocer su papel en mi vida. Una de estas palabras es ‘defensar’, que el Espíritu está ‘de mi lado’, defendiéndome y ayudándome a hablar en oración. Otra palabra hermosa es el ‘paracleto’. Esta palabra significa, ‘el que oye el grito de los pobres’. ¡Guau! Qué palabra tan significativa para el Espíritu Santo. Él está conmigo en mi necesidad, en mi vulnerabilidad, confusión y miedo. Nunca estoy solo mientras acudo al Espíritu por las gracias y bendiciones que me esperan.
Tres personas, pero un Dios. Tres amistades y relaciones diferentes, sin embargo un Dios. Una vez más, como ese pez, podemos estar en una pérdida de palabras sobre cómo articular estas relaciones entre los miembros de la Santísima Trinidad, y nosotros mismos con cada uno E. Lo importante, especialmente en esta Fiesta de la Santísima Trinidad, es que busquemos experimentarla, expresarla, que queramos darla a conocer y compartirla con otros, para que crezcan en esa relación, con el Padre, el Hijo y el Santo y Espíritu.