Congreso 2021: ¿otro Parque de las Leyendas?

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COLEGIO DE SOCIOLOGOS ¿INCUBADORA DE LA CORRUPCIÓN?

Por JOSÉ JUSTO CALDERÓN DONGO
Hace menos de una década algo empezó a oler mal en el Colegio de Sociólogos del Perú y solo estaba empezando. El mal manejo de las formas electorales en que se maquinaban con artimañas a los elegidos, y las gestiones preñadas de desaciertos, terminaban con resultados ineficientes.
Mientras, se iban acumulando las perlas umbrías, que desde las sombras manipulaban a las directivas del gremio. La raíz de la ventaja se originaba en el control del Comité Electoral, que no se elegía en Asamblea Plena, sino que se designaba desde las sombras a obsecuentes personajes.
Cuando esto no fue suficiente, se realizaron cambios en los estatutos o los reglamentos electorales; por ejemplo, donde figuraba ‘seis años de colegiatura’, se cambió a ‘seis años de ejercicio’, cambios con nombre propio para permitir candidatear a personajes que carecían de la membrecía indispensable.
En los últimos años el Colegio de Sociólogos del Perú ha pasado de tener gestiones mediocres y azarosas, a manejos sorprendentemente desvergonzados y a accionar con la mayor procacidad y falta de conciencia. Como comprar un local del Colegio en Lima, en el famoso Jirón Zepita, un “lenocinio Street”; donde abunda la rufianería con la que gran parte de los agremiados no se sienten emparentados, no podemos hablar por aquellas minorías que operan desde la oscuridad.
Llegado el momento del cambio de directiva, de nuevo se recurrió a un Comité Electoral designado por la Directiva saliente, quienes no contentos con haber estado dos periodos consecutivos, volvían a la contienda a por otro periodo directivo más. Todo el aparato institucional se parcializó con la lista favorita que se puso de nombre ‘Integración’, llevando el número 1 como símbolo. Empezaron a abundar los vicios en el proceso y las injerencias de tirios y troyanos; no faltaron las infamantes cartas anónimas que usaron la base de datos de los correos electrónicos y los teléfonos de los agremiados, base de datos a la que solo tiene acceso la directiva del CSP. Nada faltó, todo estuvo permitido a la lista ‘Integración’, el Comité Electoral nada prohibió; Incluso cambiaron las reglas de juego: se exigió que para estar habilitados para votar se debería pagar las últimas diez mensualidades. Esto alejó de las urnas a los profesionales mayores que conocen el mal manejo institucional y acercó a los flamantes sociólogos que no conocen la problemática institucional y que son fácilmente utilizados por el clientelismo de los operadores de la lista ‘Integración’.
Pese a todos los esfuerzos el resultado fue contrario a sus pretensiones: solo ‘ganaron’ en Lima; en provincias ganó la lista 2. Pero tras el resultado, continuaron las trampas para manipular los resultados y convertir una victoria pírrica en un triunfo holgado.
En Lambayeque se llegó a un empate pese a que el Comité local también estaba fraguado. Pero en el transcurso de llegar a una segunda votación, pactada para el domingo 3 de marzo y con evidencia palmaria de la parcialización del Comité Electoral de Lambayeque por la lista 1, la lista 2 decidió impugnar el proceso.
El hecho de mayor relevancia ha sido que ahora todos los sociólogos son testigos de los titiriteros. Así, hemos visto al Congresista que, con su voz rasposa y cansona, pretendiendo dar lecciones de moral y de lucha contra la corrupción, auspiciaba sin ambages a la lista 1. Algunos que saben del turbio proceder del sociólogo Manuel Dammert no se han inmutado. Lo mismo ha ocurrido cuando otra revelación salió de la Caja de las tinieblas: el muy ponderado Sinesio López.
Ahora ya sabemos quiénes son los que mueven los hilos del Colegio de Sociólogos del Perú, que manipulan a los Comités Electorales; que apadrinan gestiones desastrosas que no favorecen a los agremiados, sino a un clan privilegiado que actúa para su propio beneficio.
Estos señores se presentan como parte de proyectos políticos en ciernes, esgrimen postulados de ética y moralidad en la política; nos preguntamos ¿saben estas agrupaciones del accionar de estos personajes? ¿Pretenden construir así un Nuevo Perú?
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos: dime a quien cobijas y te diré quién eres.

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