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Sedapal

Sedapal sabía que el desagüe iba a colapsar, pero no resolvió a tiempo

Por AMET AGUIRRE– Diario Perú21.
El aniego que afectó a miles de ciudadanos de San Juan de Lurigancho se pudo prevenir. Sedapal supo desde los primeros días de enero que había fallas en la tubería ubicada cerca de la estación Pirámides del Sol del Metro de Lima. Sin embargo, no actuaron a tiempo y el 13 de ese mes, el sistema de desagües colapsó.
Ese es uno de los hallazgos de la comisión designada por el Ministerio de Vivienda para investigar las causas del aniego del distrito más grande de Lima. El informe completo fue entregado al ministro Carlos Bruce el pasado viernes, y este anunció que despedirá a todo el directorio de Sedapal.
“Hemos decidido remover al directorio de Sedapal íntegro, nombrar uno nuevo, al cual encargaremos que busque un gerente general profesional, proactivo, (…) sin ningún tipo de lazos de amistad, ni de vinculación política, sino el mejor para que eche a andar la reorganización de Sedapal”, dijo.
EL INICIO DEL DESASTRE
El problema empezó con la reubicación de la tubería de agua y desagüe en San Juan de Lurigancho en 2012 porque el trayecto del Metro 1 de Lima tenía que usar el espacio que ocupaba la red de Sedapal.
“La ubicación actual del colector (tubería) existente hace imposible la colocación de zapatas (bases) de la obra del tren eléctrico”, se consignó en el expediente técnico elaborado por la empresa EcoProject y aprobado por el propio Sedapal.
EcoProject cambió de lugar la tubería, pero el material que usó para el tubo no cumplía con la norma técnica peruana (NTP-ISO 21138-3: 2010); sin embargo, Sedapal consintió este hecho.
“Comunicamos que luego de la revisión respectiva, nuestro Equipo Recolección Primario ha expresado su conformidad a este proyecto, por lo que procedemos a otorgar la conformidad técnica del mismo”, firmó Sedapal.
Un estudio de la Pontificia Universidad Católica del Perú determinó, además, que los colectores usados en la reubicación tenían un grosor menor al requerido para la red de alcantarillado.
“Sedapal no puede exonerarse de la responsabilidad de haber participado en el proceso de aprobación del proyecto, la supervisión del mismo, recepción y su operación y mantenimiento”, concluyó la comisión de expertos que realizó el informe para Vivienda.
CUENTA REGRESIVA
Con la obra finalizada con esas deficiencias a cuestas, el 28 de diciembre de 2018, la concesionaria del tren eléctrico advirtió a Sedapal de unas rajaduras en el asfalto de la Av. Próceres de la Independencia, cerca del cruce con la Av. Los Faisanes.
Cuatro días después, el 1 de enero de 2019, se reportó el hundimiento de la pista en la misma avenida Próceres, en la intersección con Pirámide del Sol.
El equipo de Sedapal solo alcanzó a acordonar el hueco antes de que ocurrieran dos forados más en la misma avenida, a solo algunos metros de distancia entre sí.
El 2 de enero, la empresa Acciona, contratada por Sedapal, llegó a la avenida en cuestión para reparar los huecos. No obstante, una mala maniobra con la retroexcavadora hizo que la tubería fuera rasgada por la cuchara de la máquina.
Acciona intentó aliviar el daño colocando una especie de parche. Sin embargo, los especialistas determinaron que la medida no fue efectiva.
Al día siguiente, los ingenieros del Metro de Lima indicaron que las obras de reparación debían detenerse porque podían ocasionar el desplome de una escalera de la estación del tren.
Esa misma noche del 3 de enero, Sedapal inspeccionó la tubería con una cámara de video y detectaron que existían dos fisuras en la parte interior.
Con ambos problemas encima, no pudieron resolver la situación a tiempo y, finalmente, la desgracia ocurrió.
Han pasado dos meses, y las pistas de SJL, ahora convertidas en trochas, son el vía crucis diario de los vecinos.

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