Amistades peligrosas

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¿QUIÉN ES LUIS CAPPELLETI LERCARI? ¿CUÁL ES SU RELACIÓN CON PEDRO SALINAS?

El 25 de enero del presente tendrá lugar en la ciudad de Piura la quinta audiencia por la querella interpuesta por Monseñor José Antonio Eguren en contra del periodista Pedro Salinas por el delito de difamación.
Para la ocasión, el abogado de Salinas ha hecho saber que uno de los testigos que presentará para la defensa de su patrocinado es  Luis Cappelleti Lercari. Al ser interrogado sobre este tema durante la audiencia pasada, Salinas Chacaltana incurrió en flagrantes contradicciones. El audio se puede escuchar en: https://drive.google.com/file/d/0Bz9iGVe70AkYcDVkS3Ffdk5uczItNlZiRURCc0tta3Y5ekhF/view?usp=sharing
El hecho de proponer a Cappelleti como testigo resulta, por decir lo menos, inaudito. Y explicaremos por qué. Resulta que Luis Cappelleti vivió hasta el año 2008 en una comunidad del Sodalicio de Vida Cristiana en su calidad de sacerdote y profeso perpetuo. En ese año pidió su separación de la comunidad y entendemos que luego siguió los pasos para dejar también el sacerdocio.
Cappelleti radica hace varios años en Estados Unidos, está casado y tiene un trabajo estable. Hasta ahí, nada llama particularmente la atención en relación a su calidad de testigo en contra de Monseñor Eguren. Sin embargo, al contrastar la historia del Sr. Cappelleti Lercari en el Sodalicio de Vida Cristiana con una de las acusaciones que Salinas ha reiteradamente señalado en contra del obispo -la de haber sido creador y responsable de un sistema de abusos cometidos en el Sodalicio- la historia cobra tintes sorprendentes.
Luis Cappelleti Lercari ingresó como sodálite en el año 1973, antes de que lo hiciera el entonces joven José Antonio Eguren, quien se asocia el año siguiente cuando estaba en la universidad. Según fuentes cercanas, Cappelleti no era uno más en la organización, fue una persona de absoluta confianza de Figari, líder de la naciente asociación religiosa, con quien mantenía una estrecha amistad.
Años más tarde, Figari designó a Cappelleti como la cabeza de la comunidad de formación del Sodalicio, ubicada en San Bartolo. Sí, Cappelleti fue Superior del lugar de formación sodálite sobre el que Salinas escribió un primer libro, titulado “Mateo Diez”, y en el que sucedieron muchas de las historias anónimas que luego recopiló en su investigación “Mitad monjes, mitad soldados”.
Pasados unos años, Cappelleti fue elegido para una nueva misión importante, también como Superior, en la primera comunidad sodálite fuera del Perú, en Río de Janeiro. Y, por si fuera poco, regresó nuevamente a San Bartolo dándosele la tarea de Capellán y director espiritual, a fines de los noventa e inicios del dos mil.
Durante esos años ocurrieron una parte importante de los abusos psicológicos que Salinas y Ugaz narran en su investigación periodística. Toda esta información ha sido confirmada por Pedro Salinas en diversos momentos de su intervención en la audiencia que se llevará a cabo el pasado 14 de enero del presente en la ciudad de Piura.
Una pregunta apremia al sentido común: ¿Puede  Luis Cappelleti, superior y luego Capellán y director espiritual del que habría sido el “centro de abusos” del Sodalicio, dar algún tipo de testimonio a favor de la acusación de “haber sido creador y responsable de un sistema de abusos cometidos en el Sodalicio” sin incriminarse a sí mismo?
A juzgar por la hoja de ruta, Cappelleti tiene muchos más indicios de adjudicarse dicha acusación que la que podría tener Monseñor Eguren que nunca estuvo encargado de la formación en San Bartolo ni fue Capellán en dicho lugar.
Y otra pregunta también queda rebotando: ¿por qué Salinas nunca ha investigado y menos aún acusado a Cappelleti? Reiteramos, tiene mucho mejor “perfil” que el que podría tener Eguren. ¿Será por la amistad que los une desde que Salinas fue retirado del colegio San Agustín por su mal desempeño, y gracias a Cappelleti logró ingresar al María Reina?
Si Salinas fuera coherente, lo debería denunciar por encubridor, por ser tanto o más parte del núcleo fundacional que Eguren, por haber dirigido la casa de formación y haber sido Capellán de la misma, cargo que lo puso en inmejorable posición para presenciar los abusos y haber podido hacer algo al respecto. Sin embargo, el Sr. Salinas no sólo no lo ha denunciado sino que ahora tiene la brillantez de presentarlo como testigo de una acusación que tiene más la talla de Cappelleti que de Eguren.
Fuente: UNIDAD DE INVESTIGACIÓN DE LA ABEJA.PE

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