Nelly Evans Risco, la cajera

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Agentes del GEIN, Joe Sánchez y Felix Castro vigilaron casa en el 459 de la calle 2 en San Borja durante un mes antes de la intervención.

La Cacería de ‘Gonzalo’

Por Juan Rosales- Revista CARETAS
A 25 años de la captura de Abimael Guzman, la historia del primer indicio que marcó el camino para llegar al líder de Sendero Luminoso.
Corrían los primeros días de mayo de 1990 cuando el ingeniero Carlos Torres Mendoza, fundador de Sendero Luminoso (SL), fue descubierto ingresando a una residencia  ubicada en el  acomodado distrito de San Borja, a unos cuántos metros del Pentagonito. Había dado demasiadas vueltas antes de llegar como para tener en su poder una de las llaves.
Encontraron lentes de Guzmán.
Era evidente, concluyeron los agentes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), que Torres intentaba despistar a un eventual perseguidor. Anotaron la dirección: 459 la calle 2, en San Borja.
Fueron delegados con la misión de custodiar la vivienda el capitán Félix Castro Tenorio y el alférez Joe Sánchez Alva. Trabajaban desde las cinco de la mañana hasta las diez de la noche. Terminado su turno, debían preparar un informe sobre todo lo visto durante la jornada. “No teníamos logística y recién estábamos explorando un nuevo campo para nosotros: la inteligencia”, recuerda Sánchez en conversación con CARETAS.
Abimael tomaba ansiolíticos para la depresión por la muerte de su esposa.
Dos meses atrás, un 5 de marzo, Castro y Sánchez habían sido convocados por el comandante Benedicto Jiménez para formar el GEIN. Completaban el grupo los agentes Jorge Luna y Carlos Iglesias. Apoyaron al grupo el general Fernando Reyes Roca y el entonces ministro del Interior, Agustín Mantilla. Comenzaron cinco, pero llegaron a ser más de 80.
Agentes del GEIN incautaron regalos para Guzmán y su archivo personal.
Hasta entonces la estrategia antiterrorista tenía como eje el uso de la fuerza mediante la organización de redadas preventivas. Era frecuente la detención de militantes de base de SL, pero nadie tocaba a los miembros de la cúpula. Los miembros fundadores del GEIN le dieron un giro a esa fórmula. Aplicando trabajo de espionaje y seguimiento, apuntaron a la cúpula de la organización.
“Sabíamos quienes tenían las llaves de las casas y a ellos los capturábamos afuera. Antes se entraba rompiendo la puerta y te esperaban a balazos”, cuenta Castro. Una premisa sencilla orientaba su trabajo y el de sus compañeros: investigar antes de apresar. Los éxitos no tardarían en llegar.
El 1 de junio el GEIN dio su primer golpe, aquel que marcaría el derrotero para la captura de Abimael Guzmán en septiembre de 1992. “Que se desate la tormenta”, ordenó Benedicto Jiménez aquella noche. Detuvieron a 37 personas y fueron allanadas de forma simultánea una veintena de casas sospechosas de acoger actividades senderistas. Una de ellas fue la que está situada en la calle 2, en San Borja. Lo que encontraron allí fue un auténtico “tesoro”.
Agentes del GEIN.
En la vivienda de 600 metros cuadrados, organizada con cuatro habitaciones y un amplio jardín, encontraron la biblioteca personal de Abimael Guzmán, el archivo del partido, propaganda política, regalos para el “Presidente Gonzalo” como cuadros, tapetes, maletines e incluso un ejemplar de la “Entrevista del Siglo” firmada de su puño y letra por Guzmán.
Guzmán vivió en dos viviendas ubicadas a pocos metros del Pentagonito.
Entre los documentos incautados figuraban actas de sujeción al líder, cartas con quejas y cuestionamientos a los mandos por falta de suministros, informes de planificación y ejecución de atentados. Sin mencionar los escritos sobre reglajes a jueces, fiscales, militares y otras autoridades del Estado.
Senderista Carlos Torres Mendoza.
Pero la evidencia que mejor describía el funcionamiento del aparato de SL fue un acta del Primer Congreso, celebrado en tres sesiones entre 1988 y 1989. La última de ellas tuvo lugar en esa misma casa el 26 de junio de 1989. “La operación validaba la metodología de trabajo que habíamos comenzado a desarrollar. Nunca antes habíamos tenido información tan secreta e importante”, comenta el general  PNP Carlos Morán.
Los agentes también llevaron consigo otros objetos que les permitieron perfilar los gustos y dolencias de Guzmán. Fumaba cigarrillos rojos de la marca Winston y bebía vodka. En su escritorio hallaron lentes, pastillas para hongos, ansiolíticos, laxantes y vitaminas. Se estima que Guzmán vivió en esa casa hasta quince días antes de la intervención. Por primera vez la Policía le pisaba los talones.
Durante el operativo también fueron apresados dos miembros  del Departamento de Apoyo Organizativo (DAP): Elvia Zanabria Pacheco, encargada de resguardar el archivo y, por supuesto, Carlos Torres Mendoza. Ambos eran asiduos visitantes de la casa. También fue detenida, Sybila Arredondo, miembro del Comité Político.
La casa pertenecía a un empresario que alquilaba la casa por US$1,000 mensuales a Rosa Hasemberg Armh, secretaria de Abimael y coordinadora de los mandos regionales con el Comité Central. Entre los papeles recabados por los agentes saltó a la vista un nombre de vital importancia para la posterior caída de Guzmán: Luis Alberto Arana Franco.
Casa de la calle Buenavista 265, en Surco, alquilada por Nelly Evans.
Su nombre figuraba en facturas de compra de muebles de escritorio. Fue detenido el 25 de junio de 1992. La información proporcionada por Franco a cambio de libertad, protección y una nueva identidad, permitió identificar a Maritza Garrido Lecca, cuyo seguimiento permitió a los agentes del GEIN identificar el refugio final de Abimael en una academia de baile en Surquillo.
Abimael Guzmán durante el funeral de su esposa Augusta La Torre en la residencia de la calle 2 en San Borja.
Un  recibo de un precontrato de arrendamiento a nombre de Nelly Evans Risco por US$ 700, encontrado también en el allanamiento, fue la pista que llevaría a poner bajo la mira otra casa en las inmediaciones del Pentagonito. “Como buen maoísta, Abimael Guzmán, seguía las estratagemas chinas. Estas dictan que debes meterte donde está el enemigo, donde eres menos visible”, apunta el comandante John Káser Ocharán. La casa estaba situada en Buenavista 265, Chacarilla del Estanque. Llegaron allí siguiendo a Arana Franco. Fue alquilada a Nelly Evans Risco por un oficial de la Marina que se encontraba como agregado militar en el extranjero.
Durante la vigilancia detectaron que Evans a comenzó a trasladar cajas de la casa de Buenavista a un departamento en Balconcillo, La Victoria. Los agentes golpearon ambos objetivos el 31 de enero de 1991. En ese operativo se encontró el famoso video de Guzmán bailando como “Zorba el Griego y el del funeral de Augusta La Torre, que tuvo lugar en la casa de la calle 2. Las imágenes permitieron identificar a toda la cúpula senderista. Meses después, un  encrespado Abimael aparecería alzando el puño tras las rejas.
Mantilla apoyó creación del GEIN.

La crisis extrema

Ofensiva contrasubversiva y contraofensiva estatal (27 de marzo de 1989-12 de septiembre de 1992)
1. La creación del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) en la DIRCOTE
En los últimos meses del gobierno aprista, como consecuencia de discrepancias internas, sería creado en la DIRCOTE el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que, rebautizado como DIVICOTE-1, lograría lo que hasta el momento parecía imposible cumplir: la captura del líder máximo del PCP-SL, Abimael Guzmán Reinoso.
En enero de 1990 el general PNP Edgar Suclla Flores, un oficial no familiarizado con el trabajo de lucha contrasubversiva -proveniente de la especialidad y trayectoria profesional de investigación criminal- asumiría la dirección de la DIRCOTE. Sin entender la especificidad de la labor de análisis de información que era necesaria para el trabajo en curso en la DIRCOTE (lucha contra la subversión), las diferencias de enfoque sobre cómo abordar el trabajo entre Jiménez -hábil analista de la unidad- y Suclla no tardarían en evidenciarse (coronel PIP (r) Palacios, Entrevista CVR 23.8.02). El incidente es relatado por Javier Palacios, quien ese año se encontraba fuera de la DIRCOTE siguiendo sus estudios de especialización en el Instituto Nacional de Altos Estudios Policiales (INAEP): Cuando dicen que Mao Tse Tung, que el habeas corpus… ¡Fuera de acá! Lo botaron. Jiménez va y me busca a mí […] ¡Pero cómo te van a botar si tenemos el trabajo arriba! Fuimos a hablar con Reyes Roca y le dije «Mi general, a mí me pueden botar. Yo ya estoy afuera. Él es [el] que está quedando y él es el único que puede seguir en este trabajo.» Al costado de Reyes había un depósito, un cuarto y limpiamos el cuarto y ahí pusimos unos papeles […] felizmente para éxito formó el equipo y con eso ya comenzó a capturar, o sea se volvió una DINCOTE chiquita (ibid).
El Teniente General PNP Reyes era aún en ese momento director superior de la Policía Técnica (ex PIP). Reyes había comandado la DIRCOTE entre 1984 a 1987 y conocía muy bien el trabajo que desde entonces realizaban esta unidad y sus efectivos. Sabía de la habilidad de Jiménez como especialista para el análisis de documentación del PCP-SL, fruto de un trabajo arduo y aprendizaje de años. Molesto con el cambio intempestivo, Reyes ordenó que le asignaran una oficina en el tercer piso del edificio de la Central Operativa de Investigación Policial y al capitán PNP Alcides Vigo Hurtado -conocido como EDICOPIP- y al personal que solicitase de la DIRCOTE (Jiménez op. cit.; Teniente General Reyes op. cit.).
Formalmente, este grupo fue parte de la DIRCOTE, pero empezó a trabajar independientemente de las labores cotidianas de dicha dirección. Reyes aceptó que el grupo le diera cuenta directamente de sus acciones. Por otro lado, para las gestiones administrativas el GEIN, dependería del coronel Manuel Tumba Ortega -jefe del Estado Mayor de la DIRCOTE y mártir de la unidad desde que fuera asesinado por PCP-SL el 5 de noviembre de 1992-. En los meses siguientes y, también luego, una vez retirado de su cargo, Reyes gestionaría la obtención de recursos para el nuevo grupo como asignaciones para movilidad y refrigerios de los agentes que realizaban seguimientos. Asimismo, consiguió que la Marina los apoyase con unos vehículos y un equipo de filmadoras (Teniente General Reyes op. cit.; coronel PNP Jiménez, Entrevista CVR 16.9.02). Su servicio de inteligencia estaba interesado en estar al tanto de su trabajo. Por ello, además de los recursos, asignó al GEIN un chofer y dos analistas que permanecerían en el GEIN hasta mediados de 1991 (Coronel PNP Jiménez op. cit.). Especialmente desde ese año, el GEIN contaría -a diferencia de lo sucedido en muchos años con la DIRCOTE- con un apoyo económico considerable traducido, sobre todo, en equipamiento. El gobierno norteamericano a través de la CIA fue uno de sus soportes más importantes. Sucedería lo mismo con otros grupos de la DIRCOTE más adelante.
El grupo se propuso como objetivo dar, finalmente, el segundo paso en la estrategia hacia la desarticulación del PCP-SL, que hasta ese momento no había sido posible concretar: desarticular el aparato político del PCP-SL. Quedando a cargo del resto de grupos operativos (Deltas) la labor de contrarrestar las acciones del aparato militar del PCP-SL, el GEIN pudo dedicarse exclusivamente al objetivo propuesto. En efecto, como explica Palacios: ¿Qué pasó? Ellos [GEIN] ya comenzaron hacer seguimientos, vigilancias a más profundidad. ¿Por qué? Porque ellos no recibían detenidos, ellos ya no recibían. En la DINCOTE habían veinte atentados y venían los trabajos de investigación, tenían dos fiscales…Él [Jiménez] no, trabajaban aparte. Entonces él trabajaba a su ritmo, él solo se desarrollaba y se medía, y bueno logró formar un buen equipo de trabajo y la Marina lo apoyo con vehículos. Posteriormente se recibió cierto apoyo del exterior para alquilar vehículos para hacer seguimientos, para las filmaciones, para poder tomar ambientes y alquilar para poder vigilar. Entonces el trabajo básicamente es de Benedicto con Miyashiro, como cabecera. (coronel PIP Palacios, 23.8.02). Efectivamente, el GEIN terminaría comandado por Marco Miyashiro. Siendo amigos desde cadetes, aunque de diferentes promociones, en los primeros días de trabajo del nuevo grupo Jiménez recurrió a Miyashiro para que lo apoyase con personal y equipos básicos con los que aún no contaban, como walky talkies. Jiménez invitará a Miyashiro a unirse a su grupo y comandarlo, como correspondía debido a su mayor antigüedad desde la escuela (general PNP Miyashiro op. cit.; Jiménez op. cit.).
El 5 de marzo de 1990, el GEIN inicia su primera operación de inteligencia, bautizada Isa. La camarada Isa, integrante del Grupo de Apoyo Operativo (GAP) del PCP-SL, había sido detenida en 1986 por la DIRCOTE. Ésta salió poco tiempo después en libertad por falta de pruebas. Ese mismo año, la madre de un joven captado a las filas del PCP-SL por Isa, dejó en la DIRCOTE una carta con el teléfono y dirección de aquella. Jiménez guardará la carta argumentando que dejó estos datos «para mejores circunstancias ya que las condiciones no eran propicias para entrar a la fase de inteligencia. La DINCOTE no trabajaba aún, no entraba a este método de trabajo, obtenía buenos resultados en base a la captura de miembros de los destacamentos, pero aún no había encontrado la vía adecuada para llegar a las cabezas de los grupos subversivos (el PCP-SL y el MRTA)» (Jiménez op. cit.: 707). En 1990, iniciaría la labor de su grupo utilizando los datos que había guardado por casi cinco años.
El primero de junio de ese mismo año, el GEIN alcanzará su primer logro. Ese día, se allanó la casa ubicada en la Calle 2 459 urbanización Monterrico Norte, donde hasta pocos días antes se alojaba Guzmán. En dicha casa funcionaba el Departamento de Apoyo Organizativo (DAO), aparato central que tenía como misión principal organizar los eventos partidarios y retrasmitir las directivas de la Dirección Central hacia los comités y aparatos partidarios. Asimismo, debía llevar una especie de archivo central de los documentos partidarios. En esa oportunidad, cayeron dos instancias que dependían de la dirección central del PCP-SL: el referido DAO, a cargo de la abogada Elvia Nila Sanabria (a) Juana y el Grupo de Apoyo Partidario (GAP), a cargo del camarada David, Carlos Torres Mendoza, que había tejido una red de viviendas y de distribución de propagandas senderista a nivel nacional. Entre los detenidos se encontró también a María Sybilla Arredondo Guevara, viuda del escritor José María Arguedas, y que había sido liberada años antes por la justicia aduciendo falta de pruebas después de haber sido detenida por la DIRCOTE. En la casa se halló también una lista para los contactos con miembros de los aparatos centrales del PCP-SL, que contenía los seudónimos, teléfonos y direcciones.
Después de esta operación, remarca Jiménez, PCP-SL se abre como una «caja de Pandora» (ibid). Para él, la caída de esta casa (segunda en importancia) fue «el principio del fin de Sendero Luminoso» ( ibid: 721). Un hecho similar fue declarado a propósito de la intervención dirigida a la prensa por el aún ministro del Interior Mantilla, quien subrayó enfáticamente que para el PCP-SL era el comienzo del fin (Ideele n.° 15, Julio de 1990). En efecto, como relata Jiménez, este hecho sorprendió al gobierno e hizo a Mantilla arrepentirse por haber privilegiado el financiamiento de otras unidades policiales antes que la DIRCOTE: […] usted conoce que había una doctrina netamente militar. En ese entonces cuando entra las FFAA, la solución era militar. Y todo el apoyo se iba para allá. Incluso cuando el partido aprista, el primero de junio del año 90, cuando se interesa Mantilla en nosotros. Porque nosotros empezamos y nadie se interesó en nosotros. Cuando vemos Mantilla está en la casa y Mantilla da la conferencia de prensa y las primeras cinco camionetas nuevas que nos dieron fue justamente en ese momento. Recién en el noventa. Porque incluso el mismo Mantilla después iba a la oficina y se sentaba en un sillón todo viejo y él decía ‘Pucha que nos hemos equivocado’, decía. O sea, todo el interés estaba puesto en la solución militar, la Fuerza Armada, en el campo, todo. Pensaban solucionar allí el problema, cuando no se dieron cuenta que la solución era tan simple, ¿no?, de inteligencia (coronel PNP Jiménez op. cit.).
Hasta entonces, el GEIN trabajaba aún con varias limitaciones logísticas para el cumplimiento de sus funciones. Sin embargo, su importancia radicaba en los conocimientos de lucha contrasubversiva que sus hombres (y mujeres) tenían (DIRCOTE, op. cit.). Todos sus miembros habían logrado una especialización y aprendizaje prácticos en el curso de su desempeño de la DIRCOTE. Ellos recopilaban manuscritos, pruebas, documentos y todo material referido a los grupos subversivos. Además, continuaron con la labor iniciada por los psicólogos y sociólogos de la DIRCOTE, confeccionando guías de antecedentes y lazos familiares de los capturados que permitieran establecer un perfil de los cabecillas (ibid). Tal como Palacios hiciera en los primeros años de la DICOTE los primeros organigramas para tratar de comprender al PCP-SL, ellos comenzarían a hacer sus «arañas» trabajando sobre todo la información hasta el momento recopilada y analizada sobre Socorro Popular. Aprovechando el trabajo que avanzó el grupo de análisis especial en la forma de asesoría Legal -desactivado ese año- continuaron reconstruyendo con la información incautada las relaciones que los miembros de PCP-SL entablaban dentro de su complejo sistema de compartimentaje. Sólo meses después -en 1991- y luego de un arduo trabajo, llegarían a conocer quiénes eran los miembros del Comité Central de SL.
Estos primeros meses fueron difíciles para los efectivos dedicados a esta labor. Como los miembros del GEIN no lograban aún resultados concretos (la eficacia era medida usualmente dentro de la cultura policial por el número de detenidos), diversos miembros de la DIRCOTE se burlarían aún de ellos llamándolos los «cazafantasmas». (Jiménez op. cit.; Teniente General PNP Reyes op. cit.; General PNP Jhon Caro, Entrevista CVR 23.4.03); EQ. EC-PNP/ CVR, Entrevista CVR 13.2.03).2. La despolitización de la Policía Nacional del Perú
La existencia de una aparente politización de la policía durante el gobierno aprista fue denunciada más de una vez, sobre todo a inicios de la década del noventa. Además de los nombramientos de puestos de confianza, se señala que durante dicho período se utilizaron dos mecanismos que distorsionaron en buen grado la línea de carrera policial (general PNP op. cit.). Por un lado, se aprovechó la figura del ascenso por acciones distinguidas para favorecer a ciertos efectivos que no lo merecían. «Me refiero a aquellos que, por el amiguismo, el padrinazgo, fueron ascendidos» (ibid). Se señala, por ejemplo, que la unidad engreída de Mantilla fue la DOES y que mucha gente ascendía simplemente por servir allí. De otro lado, se abusó del mecanismo de ampliación de vacantes para los ascensos para con miras a favorecer a aquellos efectivos escogidos que, según la foja de rendimiento profesional, no alcanzaban por méritos propios un lugar en las vacantes previamente establecidas.
Basándose principalmente en este tipo de argumentos políticos, y en medio de investigaciones en curso sobre la vinculación del ex Ministro del Interior con el llamado “Comando Rodrigo Franco”, una de las primeras medidas que asumió el nuevo gobierno desde el sector Interior fue realizar nuevamente una gigantesca purga en la PNP. Se consideró, en especial, la salida de los oficiales que consideraron más cercanos a Mantilla (DESCO, Resumen Semanal n.° 580, 26 de julio-2 de agosto de 1990). Ante la actitud drástica y rápida con que se procedió a la purga de policías, miembros del Congreso demandarían al Ministerio del Interior una explicación y sustentación de la medida. (DESCO, Resumen Semanal n.° 581 3-9 de agosto de 1990).
La respuesta de los policías ante las bajas, dadas con aparentes vacíos legales, no se hicieron esperar. Conocidos jefes operativos de los estamentos policiales manifestaron su total desacuerdo por la decisión que los separó de sus cargos y no se les otorgó, de acuerdo a ley, el derecho a la defensa (ibid.). Unas semanas después se confirmaría que el proceso de bajas no había sido del todo claro. En octubre, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Lima, presidida por el vocal Manuel Marilú Galvez, ordenó la inmediata reposición al servicio activo de la PNP del general Raúl Chávez Gonzáles y el coronel Víctor Cancino Rincón, quienes dirigieron la investigación en el caso “Villa Coca”. Ellos fueron dados también de baja en la purga decretada por el gobierno entre los altos mandos policiales (DESCO, Resumen Semanal n.° 590, 5-11 de octubre de 1990). Por lo menos sabemos hoy, que en estos casos hubo una intención premeditada del ya por entonces asesor Vladimiro Montesinos. Las investigaciones del caso Villa Coca, echaban luces sobre sus vinculaciones con narcotraficantes.
El malestar entre el personal policial se agudizaría luego de conocerse que el nuevo gobierno acompañaría estas medidas con una nueva reestructuración organizativa de la policía. No obstante, la decisión estaba tomada y no se retrocedería luego. Esperando que esto suceda y encontrando que, efectivamente, existía un exceso de personas en altos mandos de la policía, el Senado aprobó diferir los ascensos a la clase inmediata superior de 16 altos oficiales propuestos por el Ejecutivo hasta que se conociera la nueva estructura orgánica policial (DESCO, Resumen Semanal n.° 599, 7-13 de diciembre de 1990).
3. El retorno de los militares
Si bien se denunció que durante los años de gestión del gobierno aprista se produjo un proceso de politización de la policía, el gobierno del independiente Alberto Fujimori Fujimori significaría, entre otras cosas, el retorno de los militares a posiciones de poder (de facto) y la extensión y organización de la corrupción en diversas instancias estatales, a las cuales la policía no sería ajena. Con la asunción del nuevo gobierno, el control del sector Interior y, con ello, el de la policía, sería asignado nuevamente a los militares. En total, el sector Interior contó con siete ministros durante los dos gobiernos de Fujimori Fujimori. De ellos, seis fueron generales del Ejército -dos en retiro y cuatro en actividad- y uno el primer policía que asumía la conducción del sector en la historia del Perú, aunque por menos de un mes. En todos estos años no se contó con ningún civil en un puesto de dirección política como éste.
Pronto se empezaría a denunciar la militarización del sector y, consecuentemente, de la policía. Pero no solamente porque la conducción política del sector quedaría a cargo, sucesivamente hasta el año 2000, de generales del Ejército. A ello se sumaría que, varios militares irán asumiendo los altos cargos de dirección en el Ministerio que, hasta entonces, estuvieron en manos de policías o civiles. Los militares llegarían así a controlar toda la estructura del ministerio, especialmente los puestos de alta dirección (Basombrío, Entrevista CVR 21.3.03). Coroneles y generales del Ejército Peruano tuvieron a su cargo, entre otras, la Oficina General de Administración (OGA) -que centralizaba las licitaciones para abastecer de uniformes, equipamiento e implementos para el personal policial, incluyendo la compra de armas-, la Dirección de Control de Armas de Uso Civil (DISCAMEC), la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior (DIGIMIN), así como las principales asesorías del sector (Caretas 1508, 15 de marzo de 1998). Asimismo, afirmando su preeminencia ni bien llegando al Ministerio, los militares se llevarían el personal, los equipos y archivo de informaciones de la DIGIMIN al Servicio de Inteligencia Nacional-SIN (general PIP Luque op. cit).
El temprano acercamiento de Alberto Fujimori Fujimori con las FFAA se especuló en algunos diarios en esos primeros días del gobierno. El 3 de agosto de 1990, Expreso presentaba como un trascendido que el presidente Fujimori Fujimori había aceptado una sugerencia presentada por asesores y altos jefes militares para que las Fuerzas Armadas asuman el control total de la lucha contra el narcotráfico y la subversión (DESCO, Resumen Semanal n.°580 26 de julio-2 de agosto de 1990). La nota continuaba. «Se supo, incluso, que en las próximas horas quedaría totalmente desactivada la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE) y en su lugar sería creada otra entidad a cargo de las FFAA» (ibid). Aunque de hecho la DIRCOTE no fue desactivada, la noticia alertaba sobre los movimientos de correlaciones de poder que las FFAA y ya por entonces Vladimiro Montesinos desde el SIN preparaban los pasos que seguirían.
En medio de cambios, estos primeros fueron días de incertidumbre y especulaciones por la aparente cercanía del nuevo gobierno a las FFAA. Una nota aparecida en la sección «Confidencias» del diario La República, el 12 de agosto de 1990, informaba que […] a fin de no agitar más las aguas, el gobierno estudia la posibilidad de nombrar como viceministro del Interior al coronel PT Javier Palacios Ortiz, pieza imprescindible de la DIRCOTE. De este modo se intenta “desmilitarizar” al importante ministerio que está dirigido por el general EP Adolfo Alvarado Fournier. Sin embargo, Alvarado ha tropezado con la oposición de algunos miembros de su propia institución que consideran a Palacios, respetado por su valiosa y efectiva labor antisubversiva, como una persona difícil de convencer en un campo que muy pocos dominan como él (La República 12.8.90).
El nombramiento de Javier Palacios como Viceministro del Interior no fue concretado. Un oficial trabajador, con opinión propia, que en años anteriores no había escatimado en críticas cuando lo consideró pertinente, se había hecho de diversos enemigos, tanto en las FFAA como entre miembros de la propia policía (especialmente de la antigua GC, en ese momento Policía General). Al conocerse la noticia, los contactos no tardaron en ser establecidos. Palacios sería acusado ante el nuevo gobierno de aprista, por la cercanía que mantuvo en coordinaciones de trabajo de la DIRCOTE con el ex Ministro Agustín Mantilla. En 1991, tras una confrontación con el SIN, el oficial que había empeñado más de diez años de su vida en la DIRCOTE sería asignado a la Dirección Nacional de Investigaciones Criminales (DININCRI) de la policía, para él una suerte de castigo que buscaba «enfriarlo». No era posible que el gobierno sustentara ese año su baja, pues era un oficial reconocido públicamente por su trayectoria en la DIRCOTE. Luego de ser paseado por diferentes unidades, en 1995, sería dado de baja sin haber logrado siquiera, ser ascendido a general. Mientras tanto, las FFAA irían consolidando nuevamente su primacía en el sector.
A lo largo de esta década, el control militar en el sector interior reforzaría una visión militarista de la policía (Basombrío, Entrevista CVR 21.3.03). Por ello, en los años siguientes diversos medios y analistas no tardarían en denunciar lo innecesario y peligroso de la evidente militarización en curso.
4. El seguimiento de los pasos dados por los grupos especiales de la DIRCOTE
Como es de esperarse, la purga de oficiales iniciada por el gobierno, fue acompañada con el cambio del comando de varias unidades policiales. El 30 de julio de 1990 fue nombrado como director general de la PNP el teniente general Adolfo Cuba y Escobedo. El mismo día, se nombró también a los generales PNP Víctor Alva Plasencia, Humberto Fuentes López y José Zuta Valqui como directores superiores de la Policía general, Policía Técnica y Policía de Seguridad, respectivamente. Mientras tanto, el general PNP Enrique Oblitas Jaén sería nombrado como nuevo director de la DIRCOTE.
A pesar de las dificultades iniciales y de ver pasar al retiro a su gestor y protector, la labor del GEIN prosiguió. La información recabada en la casa de la Calle 2, permitió ubicar a los camaradas Abel (Luis Arana Franco) -jefe del Grupo Especial de Trabajo, componente del aparato de logística del PCP-SL, que operaba desde la Academia PreUniversitaria César Vallejo- y Ricardo (Hugo Deodato Juárez Cruzatt) -responsable del aparato de propaganda de SL-. Se inician, por tanto, dos nuevas operaciones para el seguimiento del rastro de los mismos: la Operación Huascaura, destinada a desarticular el aparato de logística del PCP-SL y la Operación Monterrico 90, destinada al seguimiento del aparato de propaganda. La intervención operativa de esta última, del 15 al 19 de septiembre de 1990, culminará con la captura del 80% de los integrantes del aparato de propaganda, incluyendo a su responsable, Hugo Deodato Juárez Cruzatt. Según Jiménez (op. cit.), este último era considerado por Guzmán como su delfín y debía sucederlo si algo le pasaba.
En diciembre de 1990, el general PNP Héctor Jhon Caro es nombrado como nuevo director de la DIRCOTE. Para ello, «se había movido la Cruz Roja Internacional […] porque no les dieron entrada. A mí me plantearon que todos los días deberían entrar hombres a conversar con los detenidos y una serie de cosas, y sabían que la gente ahí se colgaba y en la DINCOTE [entonces DIRCOTE] (General Jhon Caro, Entrevista CVR 23.4.03).
Jhon Caro brindará mayor apoyo al conjunto de los grupos operativos de la DIRCOTE. Propuso además a Javier Palacios -que acababa de regresar del INAEP- conformar un grupo especial similar al GEIN, para fortalecer el trabajo de búsqueda de los dirigentes principales de los grupos subversivos. Dicho grupo sería bautizado por Palacios como Brigada Especial de Detectives (BREDET) en 1991 cuando fue a pedir apoyo económico a representantes del Departamento de Estado de los EEUU. El BREDET aprovecharía para su trabajo los datos proporcionados por informantes u obtenidos de las mesas de escucha instaladas en sus hogares. Asimismo, fue vinculado a una institución que ofrecía recompensas por la captura de los dirigentes miembros del PCP-SL y del MRTA, conocida como La Fuerza de la Ley. Ésta dispuso una línea telefónica para recibir información, que fue analizada por los efectivos de la BREDET.
Palacios fue cambiado de la DIRCOTE durante ese año, luego de negarse a cumplir una orden dada por Vladimiro Montesinos desde el SIN. Éste envió al BREDET una lista de personas sindicadas como terroristas y ordenó a dicho grupo elaborar un atestado para poder aprehenderlas. Palacios se negó a ello, luego de constatar que, salvo en un caso, nada en sus antecedentes indicaba una vinculación con los grupos subversivos. Respondió que sólo cumpliría con la orden si ésta era puesta por escrito. Como castigo por su osadía, sería alejado poco después de la DIRCOTE. Además de la confrontación, Palacios contaba con el mal antecedente de haber participado en la investigación sobre el caso Villa Coca en 1985. Se especula que esa fue otra de las razones de su cambio, como sucedió también con otros policías de importancia en la DIRCOTE: «[…] el coronel Palacios que es una eminencia. ¿Por qué lo sacan a Palacios? Tuvo la misma que esos tres muchachos que le conté [Díaz Marín, Elías y Murazzo, miembros notables de la DIRCOTE] […] y ellos siendo tan importantes para la DINCOTE fueron sacados. A Palacios lo sacan por lo mismo, porque Palacios también estuvo en Villa Coca y desde la cárcel, Reynaldo Rodríguez seguía dirigiendo» (General PNP Jhon Caro op. cit.). Después de la salida de Palacios, el comandante Gonzáles asumiría la conducción del BREDET.
Por su parte, en enero de 1991 el GEIN seguía trabajando, contando para ello ya con veinte agentes. Mientras que el comandante Marco Miyashiro comandaba el grupo, el mayor Jiménez estaba a cargo del departamento de operaciones (Jiménez, op. cit.). El tercer miembro de importancia en la dirección del grupo era el mayor Luis Valencia. La organización iba consolidándose y ganando mayor credibilidad dentro de la DIRCOTE superando las limitaciones iniciales.
El GEIN dedicó este primer mes del año a la consolidación de la Operación Caballero. Habían ubicado e iniciado vigilancia a una casa de aparente importancia para la organización del PCP-SL. Al finalizar el mes, el día 31, procedieron a su intervención. Se encontró que en esta casa, ubicada en la calle Buenavista en Chacarilla del Estanque, San Borja, venía funcionando el Departamento Central del PCP-SL. Si bien no llegaron a tiempo para encontrarlo, recogieron información valiosa incluyendo el conocido video en que aparecía Guzmán en una reunión social bailando Zorba el griego, acompañado de importantes miembros del partido. Este video sería de especial importancia pues permitió contar por primera vez con imágenes recientes de altos mandos del partido. Asimismo, se encontró información detallada sobre el I Congreso Nacional del PCP-SL, cuyas sesiones se realizaron entre el 26 de enero de 1988 y el 29 de junio de 1989. Estos documentos permitieron recién a los policías del GEIN saber, con exactitud, quiénes eran los miembros del Comité Central, del Buró Político y de otros organismos importantes del PCP-SL (coronel PNP Jiménez, Entrevista CVR 16.9.02). En esta oportunidad se logró también detener a Nelly Evans Risco de Álvarez Calderón y otros subversivos (DIRCOTE op. cit.).Celebremos el 5 de abril de 1992Especialmente después de este golpe, los servicios de inteligencia tomarán cada vez mayor interés en el trabajo que el GEIN venía realizando. A la cooperación inicial de la Marina, se sumó, después de esta intervención, la contribución económica del SIN: Cuando nosotros hicimos ese operativo del 31 de diciembre, conversamos con Miyashiro, con toda la gente y me dijeron: «Con este trabajo tenemos autoridad para pedir lo que sea». «Y aparte de que en el año ochenta y cinco yo participé en la investigación que se hizo en el Seturín y el Doc, estaba requisitoriado en un atestado y todos los que participaron en esa investigación también fueron dados de baja ¿no? El único que no dieron de baja fue a mí en ese año y todavía quedé vivo, y tan es así en el año noventa y dos al cuarto día fui con una lista de necesidades [al SIN], que no habrá pasado de dieciséis mil soles. Pedíamos aparatos para grabar conversaciones a ochenta metros, compraron dos, así aparatos corrientes, íbamos a tener una cámara fotográfica de noche, que te da la fecha, esas cosas. Nos atendieron. Esa gestión la hacía directamente Benedicto […] (general  Jhon Caro op. cit.)
En efecto, desde entonces «el contacto permanente [con el SIN] era Benedicto Jiménez y todo lo que hacíamos se lo comunicaba» (ibid). El 5 de febrero de 1991 Jiménez fue nombrado -mediante memorando firmado por el presidente Alberto Fujimori Fujimori- como oficial de enlace entre la DIRCOTE y el SIN (Jiménez op. Cit.: 716). A cambio del apoyo otorgado, Montesinos solicitó a la DIRCOTE que permitiese que un grupo de analistas del SIN entrasen a trabajar con la documentación incautada. Estos «llegaron con el ánimo de ayudarnos a analizar la documentación que habíamos encontrado ahí [casa Buenavista] a cambio de eso nos daban dos volkswagen, una cámara fotográfica y mil soles creo mensuales… eso fue una oferta de Montesinos» (coronel PNP Jiménez op. cit.).Los analistas del SIN (militares) entrarían supuestamente a apoyar el trabajo de inteligencia del GEIN y BREDET. Teniendo el antecedente del trabajo en curso con apoyo de tres efectivos de inteligencia naval, esto no llamó demasiado la atención. La sorpresa vendría luego cuando, pasados unos años, se constataría que varios de los analistas destacados al GEIN por Montesinos fueron sindicados como miembros del Grupo Colina, al que se responsabiliza, entre otros crímenes, de las masacres de Barrios Altos y La Cantuta. Antes de otorgar responsabilidad de algún tipo sobre los policías de la DIRCOTE por la actuación de aquel grupo, lo que la presencia de efectivos del SIN y de inteligencia naval indica es el gran interés que ya por entonces mostraba la comunidad de inteligencia por el trabajo de la DIRCOTE y su archivo, especialmente el del GEIN. Como remarca el entonces director de la unidad, el personal del SIN nunca fue solicitado. Más bien, «llegaron a espiar a la DIRCOTE y también para hacer aparecer ante la población que ellos tenían participación en la lucha contrasubversiva». (Declaración testimonial del general PNP Héctor Jhon Caro. Caso Barrios Altos. Fojas 9010/ 9028). Y los policías del GEIN estaban muy conscientes de ello: Vladimiro Montesinos había puesto gente del SIN que trabajara con nosotros, pero nuestra gente era muy celosa. Elías y Miyashiro eran muy celosos, pasaban y ahí estaba el capitán; yo sabía que era del SIN. «¿Trabajando?» -le decía-. «Sí» -y tenía un montón de papeles-. […] Estamos hablando de tres o cuatro hombres, siempre estaban con papeles. Miyashiro decía «¿ Están trabajando? Primero nosotros analizamos los documentos, después lo que no sirve, es basura se lo damos a ellos» Ahí les daban para que se distraigan. Vladimiro Montesinos decía «el SIN y la DINCOTE han capturado», al día siguiente sale esa declaración. ¿Para qué? Para que él se gane frente al Presidente de la República (general PNP  Jhon Caro op. cit.).
Poco a poco se tornaron evidentes los intentos de infiltración del SIN y de la interceptación electrónica de la Marina (Coronel PNP Jiménez op. cit.). Además, como si eso no bastara, tanto el GEIN como el BREDET debían dar cuentas a Montesinos sobre sus operaciones.
En este contexto, en mayo de 1991, se presenta una situación atípica en la policía: la asignación de dos generales en una misma unidad. Estando aún el General PNP Héctor Jhon Caro como Director de la unidad, después de estar trabajando en el SIN, el General PNP Antonio Ketín Vidal es nombrado director ejecutivo de la DIRCOTE (segundo). De acuerdo a la versión de algunos de los policías entrevistados, entre ellos Jhon Caro, ésta fue una maniobra de Montesinos desde el SIN, para asegurar un mayor control de la unidad y el aprendizaje previo de quien estaba ya destinado a dirigirla: Había una dirección que no tenía general, la Dirección de la Policía Fiscal, estaba al mando de un coronel y había un general que sobraba. ¿Por qué no lo enviaron a la Policía fiscal a Ketín? Lo mandaron donde mí porque iba a ser el heredero para que aprenda. […] Si Jhon Caro captura a Abimael Guzmán, el APRA se va a ganar un poco porque Jhon Caro es general aprista. Había que darle la oportunidad a un hombre nuestro, nosotros lo hicimos reingresar, lo hicimos ascender, nosotros -le digo yo- Vladimiro y el presidente de la República, lo mandamos a la DINCOTE y nosotros al final, capturamos a Abimael Guzmán (general PNP Jhon Caro op. cit.).
Por su parte Vidal refiere que su nombramiento como subdirector de la DIRCOTE fue más bien un castigo o represalia de Montesinos: Yo antes de eso estaba trabajando en el SIN como coronel. Entonces asciendo a general y Montesinos se incomoda porque yo tuve más suerte que sus amigos […] eso encolerizó a Vladimiro que siempre vio en mi persona como un no sé… competidor, con muchos celos (…) Entonces, él hace comentarios en el SIN y me envía, como para maltratarme un poco, a la DINCOTE, con los… allí trabajaba John Caro. Y un Caro más especializado en campo administrativo. En mi caso yo me había desarrollado siempre en el campo de inteligencia, entonces podía comandar esa unidad. Dos generales, imagínese usted, en la misma unidad era incómodo…Entonces, yo lo acepté serenamente (Teniente general Vidal op. cit.).
En medio de los cambios en curso, el GEIN y BREDET proseguirían con su trabajo. El 30 de mayo, los agentes de la DIRCOTE desarticularán la célula de dirección del Comité Regional Metropolitano. Capturan cinco miembros del PCP-SL, entre ellos a Pilar Rivas Laurente, Lucía. (DIRCOTE op. cit.) Por otro lado, el primero de junio, a través de una operación comandada por Miyashiro, el GEIN interviene una Escuela Político-Militar del MRTA en el distrito de Pueblo Libre y detiene, por segunda vez, a Alberto Gálvez Olaechea. Con el tiempo se conformaría, expresamente, una división del trabajo dentro de la DIRCOTE: el GEIN se dedicaría exclusivamente al seguimiento de dirigentes del PCP-SL; mientras que el BREDET, al mando del comandante Gonzáles, continuaría dedicado a rastrear los pasos del MRTA. Esta división obedecía, entre otras razones, a diferentes estrategias para realizar el trabajo. Mientras que para trabajar con el MRTA y lograr las capturas de sus altos dirigentes fue posible trabajar con informantes y datos (Fuerza de la Ley), con el PCP-SL estos procedimientos no darían ningún resultado. Por el tipo de organización sólida y compartimentada, sus informantes -aunque así lo hubiesen querido- nunca hubiesen podido dar información sobre la composición y movimientos de la alta dirigencia, porque lo desconocían. Por ello, en el GEIN fue imprescindible priorizar los operativos encubiertos de inteligencia (seguimientos y vigilancia) a sospechosos de interés y analizar sus posibles conexiones junto a un trabajo exhaustivo de análisis de la documentación del PCP-SL seleccionada (Coronel PNP Jiménez op. cit.).A fines de junio el GEIN iniciará la ejecución de la fase final de la Operación Leona. Con ésta, detienen a la abogada Yovanka Pardavé Trujillo, Rebeca; a su conviviente Tito Valle Travesaño, Eustaquio; y al profesor Víctor Zavala Cataño, Rolando, miembros del Comité Central del PCP-SL y responsables de la dirección de Socorro Popular (Jiménez op. cit.). Un duro golpe a PCP-SL. Con la información incautada, se dedicaron a la investigación de dicha organización. Por otro lado, el 27 de noviembre el GEIN ejecutó la Operación Palacio. Con ella, cae toda la célula de dirección del Departamento de Defensa de Socorro Popular, encabezada por Milton Douglas Silva Dávalos, Omar. Una de las milicias de este departamento, había sido la responsable del asesinato de María Elena Moyano en Villa El Salvador (ibid).
Pero, desde mediados de 1991, la convivencia tensa dentro de la DIRCOTE entre policías y militares no tardaría en provocar tensiones. Luego de un par de altercados con los agentes «que después pasaron a ser del famoso Colina, pero en ese entonces eran analistas […] nosotros los sacamos de allí porque consideramos que se estaban infiltrando… porque en base a eso sacaron un manual, que no era un manual, era una recopilación» (coronel PNP Jiménez op. cit.). Pero eran, en general, los ánimos dentro de la comunidad de inteligencia los que estaban tensos. Se evidenciaban celos y una ardua competencia entre los servicios de inteligencia por capturar a los dirigentes subversivos, en especial a Guzmán Reinoso. En palabras de Jiménez: Todos los aparatos de inteligencia estaban detrás de esa presa. Entonces, imagínense, nosotros teníamos que disfrazar todo el trabajo de campo ¿no? […] era todo un juego de ajedrez ¿no? Como también cuando decía Montesinos, decía ‘¿ El GEIN qué está haciendo? Que venga el comandante Jiménez a darnos cuenta’ […] ‘Ya expongan lo que están haciendo’. Porque después de la caída de los videos, esa casa [Buenavista], se pusieron moscas pues […] Yo tenía una operación principal y dos alternas que eran importantes. Entonces sacaba una de ellas y me iba con esa a mostrar los videos y todo. Entonces mostraba eso y se quedaban contentos, felices estaban, porque allí estaba la Marina, estaba la Fuerza Aérea, estaba el Ejército. Jamás íbamos a revelar la presa principal porque nos quitaban. Era un millón de dólares más la fama y todas esas cosas. Entonces imagínense cómo se trabajaba en aquel entonces ¿no? Entonces mostrábamos eso, se quedaban contentos y la principal la teníamos guardada ¿no? Eso era la estrategia del engaño ¿no? (ibid).
Lejos de haber elaborado una nueva estrategia de inteligencia, el nuevo gobierno y el SIN se limitaron a seguir los pasos y tratar de capitalizar políticamente los logros de la unidad policial. Por entonces, los policías de la DIRCOTE tenían la mayor experiencia y consistencia en un tema tan complejo como el conocimiento de la subversión, por lo menos en las ciudades.
Fuente: Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

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Un pensamiento en “Nelly Evans Risco, la cajera

  1. Williams Landázuri Helgesen

    Felicito al Gein y sus miembros por su arduo trabajo en desarticular al grupo terrorista más peligroso del continente: Sendero Luminoso, con las pocas herramientas y apoyo recibido.

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