Locumba Humala

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Wikileaks señala que Humala perpetró torturas en Madre Mía

Lo que he hecho es defender a mi país y a la democracia. Tengo confianza en que la jueza [Miluska] Cano se mantendrá imparcial y se resistirá a las presiones políticas que buscan que me encarcelen”, declaró Ollanta Humala a la salida de una citación judicial sobre el Caso Madre Mía (Tingo María) en setiembre del 2006. Actualmente, el candidato presidencial de Gana Perú ha quedado absuelto de los crímenes que se le imputaron, pero esos hechos ocurridos en el valle del Huallaga no pasaron desapercibidos para la Embajada de Estados Unidos.
Así lo demuestra el cable N°51973 de Wikileaks entregado a El Comercio, el cual lleva la firma del embajador James Curtis Struble. En el documento, fechado el 6/2/2006, se describe el testimonio de un oficial del ejército estadounidense (cuya identidad se mantiene en el anonimato), el cual hizo amistad con el candidato presidencial Ollanta Humala a finales de los años 90 mientras estudiaba en nuestro país: Él [Humala] habló en varias ocasiones sobre su experiencia como capitán en las montañas, y de haber cometido algunos actos de los que no se sentía orgulloso […]. Habló de haber matado rebeldes y de las técnicas de tortura empleadas (‘electric shock’, golpizas y violaciones). No creo que haya tenido el estómago de violar a nadie, pero sabía que ocurría”.
LAS VERSIONES DE TAPIA
En ese mismo cable, también son recopiladas las opiniones de reconocidos activistas por los derechos humanos de ese entonces. Uno de ellos es, paradójicamente, Carlos Tapia, asesor principal del partido Gana Perú, a quien se lo menciona como colaborador del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Idehpucp).
Tanto Tapia como Javier Ciurlizza (también del Idehpucp) afirmaron a funcionarios de la Embajada de Estados Unidos que cualquiera que hubiera estado al mando militar en el Huallaga durante los años 1991 y 1992 (período en el que Humala fue designado a la zona durante el primer gobierno de Alberto Fujimori) tenía que estar involucrado con abusos de lesa humanidad.
Según el documento, ambos (Ciurlizza y Tapia) secundaron la versión de Alejandro Silva, consignado como representante de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH)(Silva era secretario ejecutivo adjunto de esa institución). Este último, en una reunión el 31/1/ 2006, explicó que luego de haber realizado un cruce de datos sobre el líder nacionalista (récord de servicios, naturaleza de su entrenamiento; de inteligencia y contrasubversivo, sus características físicas y los tipos de operaciones que realizó en el Huallaga) tenía la certeza de que era responsable de los delitos imputados. El cable de Wikileaks también recalca que anteriormente Silva ya había acusado, a través entrevistas, que Humala era, en efecto, el capitán Carlos Gonzales.
De otro lado, en un segundo cable identificado con el número 63519 del 10/5/2006 se hace referencia a la incoherencia de la actitud política de Tapia. Según el informe, dos semanas antes el ex vocero nacionalista había dejado en shock a varios de sus colegas cuando públicamente se endosó a la campaña humalista del 2006. Hecho por el cual, incluso, señalan se vio forzado a dejar el Idehpucp.
Asimismo, se menciona una conversación que tuvo Tapia en esa época con un funcionario de la embajada, en la cual explicó que había tomado esa decisión porque Ollanta Humala representaba la mejor opción para revivir a la fracturada izquierda peruana (desprestigiada en años anteriores por su posición radical y vínculos con el terrorismo).
Por último, en dicho cable, firmado por el diplomático James Curtis Struble, el especialista en análisis del fenómeno subversivo en el país pareció quejarse de la falta de confianza que percibía por parte del humalismo, dadas sus conexiones con miembros de la embajada estadounidense.
Gana Perú rechaza afirmaciones
Consultado sobre el contenido del cable, el candidato a la segunda vicepresidencia por Gana Perú, Omar Chehade, sostuvo que su publicación es parte de “una guerra sucia” contra el nacionalismo.
Humala no se escapó cobardemente de la justicia como sí lo hizo Fujimori cuando huyó al Japón. Yo lo acompañé a un sinnúmero de diligencias judiciales. El doctor San Martín, el mismo que condenó a Fujimori por ladrón y asesino, lo absolvió”, precisó.
Tras calificar a Humala como un “héroe y patriota” que se fajó por su país, Chehade mencionó que el cable es un “refrito” que busca desacreditar al candidato.
Asimismo, insistió en que durante el proceso judicial que se siguió a Humala más de 100 testigos acreditaron que no se violaron los derechos humanos en las zonas donde estuvo su defendido. “Fue una lucha heroica por parte de nuestro Ejército. Humala no cometió ningún exceso, ni desapareció a personas. Las pruebas son irrefutables”, aseguró.
Fuente: Diario El Comercio.

Capitán Carlos

Por Américo Zambrano y Nelly Cavero- Revista CARETAS.
Madre Mía parece ser el mismo pueblo fantasmal de hace una década o más. Ubicada en el distrito de Nuevo Progreso, en Tocache, la pequeña localidad no ha cambiado mucho desde 1992, cuando Sendero Luminoso y el narcotráfico florecían como la hoja de coca en el Valle del Huallaga.
Aún carece de desagüe y agua potable. La desnutrición infantil reina y la pobreza se refleja en las calles polvorientas y las endebles casas de madera.
La mayoría de su gente ha sufrido los embates del terrorismo y también los excesos de ciertos militares. Un clima de miedo domina el lugar.
La mañana del último domingo, Susana Villarán, la candidata presidencial por Concertación Descentralista, llegó hasta Madre Mía para recoger los testimonios de personas víctimas de violaciones de los DD.HH.
Durante los últimos 15 días, siguiendo similar derrotero, el fiscal de Tocache, Arturo Campos Vicente, y el jefe del Instituto de Medicina Legal (IML), Luis Bromley, realizaron excavaciones en busca de restos óseos que certifiquen las denuncias de asesinatos que se habrían cometido durante la permanencia de Ollanta Humala como jefe de la base de Madre Mía, en 1992.
Los peritos realizarán un trabajo de arqueología forense que consiste en remover la tierra varios metros abajo, empleando la técnica de “pozos de cateo”. Pero nada aún. La base de Madre Mía fue también inspeccionada de cabo a rabo. Sólo se encontraron casquillos de bala y restos arqueológicos.
Tenemos que explorar otros sitios y evaluar bien los testimonios”, dijo Bromley a CARETAS. Los seis testigos del caso ya fueron interrogados.
Sin embargo, fuentes del despacho del fiscal Campos Vicente sostienen que algunos han caído en contradicciones. Hasta ahora, afirman, el testigo más sólido es el “sobreviviente de Madre Mía”: Jorge Ávila Rivera.

Testigos Claves

En Aucayacu es común verlo en bicicleta rumbo al trabajo, callado y taciturno. El 21 de junio de 1992, Jorge Ávila Rivera, hoy de 47 años, fue detenido en la zona de Pucayacu durante una redada antiterrorista ejecutada por una patrulla militar al mando del entonces capitán EP Ollanta Humala.
Con él fueron intervenidos su hermana Natividad Ávila Rivera y su cuñado Benigno Sullca Castro. Se les condujo a la base de Madre Mía.
Nos acusaron de terroristas”, recuerda hoy claramente: “Pero era mentira. Yo he sido correteado por Sendero y por el Ejército a la vez”.
En el cuartel, asegura Ávila Rivera, fueron torturados por orden de Ollanta, a quien reconoce como el ‘capitán Carlos’. Al día siguiente su hermana y cuñado, sostiene, fueron asesinados. Él logró escapar, pero no olvida.
La desaparición de Natividad Ávila y Benigno Sullca fue documentada por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), y el caso de Ávila Rivera es conocido por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) desde mucho antes de que Ollanta irrumpiera en la escena política.
Para nosotros su versión es coherente, minuciosa, sustentada e inalterable en el tiempo. Es un testigo clave”, señala Alejandro Silva de la CNDDHH.
CARETAS lo entrevistó esta semana en Aucayacu. Catorce años después, las heridas no han cerrado para Ávila Rivera. Este es su dramático testimonio.
–¿Está seguro que fue Ollanta Humala quien ordenó torturarlo?
(Observa la fotografía y no duda) Sí, lo estoy.
–¿Y qué le hizo?
–Me detuvieron el 21 de junio de 1992 y fui torturado toda la noche. Mientras me golpeaban, él (Ollanta) fumaba, conversaba, reía y a veces gritaba. Me pusieron corriente en los dedos y en el cuerpo. Yo estaba amarrado a una silla. Luego quisieron ahogarme en un pozo. Me golpearon mucho. Para que no se escucharan mis gritos de dolor, los militares prendieron su radio a alto volumen. El ‘capitán Carlos’ estaba mirando todo. Cómo podría olvidarme de él…
–¿Cuántos días sufrió esas torturas?
–Un solo día. A la madrugada siguiente, él (Ollanta) ordenó que nos mataran.
–¿Usted vio también cómo torturaban a su hermana y a su cuñado?
–Observé cómo golpeaban a mi cuñado. Él no paraba de llorar y suplicar.
–¿Y cómo logró salir con vida?
–A eso de las 2 de la madrugada del 22 de junio, el ‘capitán Carlos’ ordenó que nos amarraran y llevaran a un lugar llamado ‘El Matadero’ para ejecutarnos. En el lugar, mi hermana y mi cuñado lloraban porque nos iban a asesinar. Pero en un descuido de los soldados, logré desatar mis manos y me lancé al río Huallaga. Al poco rato escuché disparos. Habían asesinado a mi hermana y a mi cuñado. Sólo se encontró el cadáver de él. Ella nunca apareció. Estuve oculto hasta el día 24 de junio. Recuerdo que al salir pasé una noche en la ganadería del señor Contreras. Luego me escondí por un tiempo.
–Ollanta dice que a ustedes les han pagado para acusarlo.
–Mire, he quedado mal. Producto de las torturas que ordenó el ‘capitán Carlos’ tengo secuelas: dolores físicos, pesadillas, problemas. Todo es verdad.
–¿Ha sufrido algún tipo de amenaza?
–Hemos pedido garantías personales porque si él gana, nuestra vida peligrará.

¿Bastión Humalista?

Paradójicamente, durante su visita a Madre Mía, Villarán se topó con una sorpresa: la localidad parece ser un bastión de Ollanta Humala.
El único local partidario que opera allí es, ciertamente, el del militar retirado. Pobladores que antes lo habían identificado como el ‘capitán Carlos’, autor de violaciones de los DD.HH., ahora esgrimen otra posición.
La primera obra de Ollanta será en Madre Mía. Por eso votaré por él”, dice un sujeto de cabellos hirsutos. Una mujer que evitó identificarse aseguró que el candidato sí era el ‘capitán Carlos’, pero “igual le daré mi voto”.
Villarán atribuyó estas versiones al temor. En base a cifras de la CVR, sostuvo que, en la última década, unas 3,000 personas fueron ejecutadas extrajudicialmente. “En Madre Mía hubo una política sistemática de violación de los derechos humanos”, afirmó empapada por una copiosa lluvia.
Informaciones de las organizaciones de DD.HH. indican que en 1991, 1992 y 1993 se efectuaron tres grandes operativos militares en la zona: ‘Primavera’, ‘Cuchara’ y ‘Aries’, respectivamente. En cada uno de ellos, participaron contigentes del Ejército que superaban los 500 efectivos. Y se estima que los desaparecidos por cada operación superarían los 50.
La candidata visitó la cueva ‘Pata de Gallina’, donde según ciertas versiones se ocultaron cadáveres, y echó flores en el río Huallaga “en memoria de todas las personas cuyos cuerpos fueron arrojados a las aguas”.
Pero aquí hay fosas comunes”, advirtió mientras el sol moría en el horizonte verde: “Debemos encontrarlas”.

Collera Verde: los militares en retiro que acompañan al candidato

Es común, durante las actividades del candidato Ollanta Humala, observar a personal de porte militar que lo rodea y protege. ¿Alguna cara conocida?
CARETAS 1915 reveló que, entre estos personajes, aparece el coronel EP (r) Estuardo Loyola Machado. Del arma de artillería, al igual que Ollanta, este oficial es compañero del actual comandante general del Ejército, César Reinoso Díaz, en la promoción “Coronel Manuel Chocano Soto” de 1973.
El diario La República informó que Loyola Machado, firmante del ‘acta de sujeción’ a Vladimiro Montesinos, prepara el terreno de los lugares donde el candidato realizará mítines, en Lima o provincias.
Otro es el coronel (r) Manuel Goycochea, quien fue hombre cercano al ex comandante general, José Graham, según fuentes castrenses.
El candidato recibiría también la asesoría del coronel EP en retiro José Hinojosa, ex jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).En el libro “Muerte en el Pentagonito”, del periodista Ricardo Uceda, el ex agente del grupo Colina, Jesús Sosa, lo relaciona a las muertes e incineración de dos estudiantes de la Universidad Técnica del Callao, en 1993. Entonces, Hinojosa era jefe del Departamento de Búsqueda de Información, SIE-1.
Siguiendo a Ollanta aparece también el coronel (r) Adrián Villafuerte Macha. Este oficial es uno de los hombres de su mayor confianza, según fuentes de su entorno. Villafuerte estudió en la Escuela de las Américas y fue secretario del ex comandante general montesinista, César Saucedo Sánchez.
La semana pasada, el ministro de Defensa, Marciano Rengifo, dijo que oficiales retirados realizaron proselitismo político en ciertos cuarteles, pero apelando al “secreto” se negó a identificarlos. ¿Algún partidario de Ollanta Humala?

¿Les salvará San Martín de Porres?

Por Aldo Mariátegui- Diario Perú21.
Y todo indicaría que parte de esos más de 100 audios confirmarían la siempre sospechada compra de testigos en la selva para sepultar el caso Madre Mía, operación de salvataje que, como indican las libretas de Nadine, se complementó posteriormente con visitas y coordinaciones de un abogado apodado “Ojitos” con un tal “San Martín” en el Poder Judicial para limpiar al “Capitán Carlos”, a finales del año 2009. Estos audios sí que ponen en aprietos a Humala, pues los casos de DD.HH. nunca prescriben, son muy fáciles de reabrir y se aceptan todas las pruebas posibles. Tampoco existe la cosa juzgada. Y las que quedan embarradas como palo de gallinero son la izquierda y las ONG de DD.HH, que se hicieron las locas con Madre Mía desde el momento en que Humala se volvió su candidato (y el de los brasileños) para llegar al poder. Allí sí que JDC, Villarán y Ernie se quedaron tranquilitos.
Solo como dato para enriquecer al lector, el caso Madre Mía acabó finalmente en diciembre de 2009, cuando la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema decidió archivarlo. Esa sala estaba presidida por el juez supremo César San Martín.

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