Prelatura de Chuquibambilla

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La prelatura de Chuquibambilla fue erigida el 26 de abril de 1968 mediante la bula “Qui Idcirco” por el papa Beato Pablo VI con territorio desmembrado de la diócesis de Abancay. Estando bajo el cuidado pastoral de los padres agustinianos italianos, siendo nombrado administrador apostólico al padre Renzo Michelli, que gobernará la prelatura desde 1968 hasta 1986, tomando posesión de la sede el 30 de septiembre de 1968.
Durante la década de los setenta y ochenta se erigieron parroquias, hospitales y escuelas por los agustinos. En 1976, el padre Renzo Miccheli es elevado al orden episcopal. En 1986 inicia el pontificado del prelado Domenico Berni, instalando su residencia en Tambobamba; posteriormente en 1989, se fundaría el vicariato regional “San Agustín” de Apurímac como un apoyo a la Iglesia de Chuquibambilla.

Con ocasión del entierro de las victimas del enfrentamiento en Challhuahuacho
Hay circunstancias tristes, como estas que estamos viviendo, en donde cualquier discurso o comentario podría ser superfluo o que podría degenerar en polémica y este no es ni el lugar ni el momento para alimentar polémicas. Creo que la mejor actitud debería ser un momento de silencio y reflexión personal y preguntarnos como y porque se ha llegado a esta trágica conclusión.
Como Obispo de la Prelatura de Chuquibambilla en donde han tenido lugar los acontecimientos mencionados y conocidos a nivel nacional, junto con mi solidaridad con los familiares de las víctimas, más que un pronunciamiento me atrevo a hacer una reflexión en voz alta.
No hay ni oro, ni plata o cobre o molibdeno que justifique la muerte violenta de hermanos nuestros con consecuencias de  sufrimientos, luto, viudas y huérfanos.
La violencia, se ha repetido muchas veces, venga de donde venga, nunca trae beneficios, sino más violencia, odio, dolor y heridas difíciles de resanar.
No estoy en condición de juzgar si el origen que ha provocado el desenlace trágico estaba justificado o menos. Es mi parecer que los problemas que los han provocado se podían solucionar en otra forma. Con el diálogo –esta palabra tan usada y a menudo tan abusada y olvidada al momento de practicarlo– con las partes involucradas.
Somos seres humanos dotados de inteligencia, de voluntad, de sentimientos, capaces de compartir gozos y alegrías, y también dificultades y problemas, y juntos buscar y encontrar soluciones.
Si nos consideramos incapaces  de buscar soluciones  humanas y comunitarias a nuestros problemas, debemos de admitir que renunciamos a nuestra dignidad de seres humanos, para acudir a la ley del más fuerte, que es la ley de la jungla, con las consecuencias que constatamos.
He escuchado a través de los medios de comunicación que se ha establecido una tregua de 48 horas para favorecer la instalación de una mesa de dialogo para buscar la solución pacífica del conflicto. Saludo con satisfacción la iniciativa.
Por mi parte hago un llamado a todas las partes involucradas, a todas los responsables  del bien común, a participar al dialogo, sin prejuicios y sin intolerancias.
A las autoridades políticas locales: provinciales, distritales, vecinales, comunales, políticas y campesinas, de la Provincia de Cotabambas, y eventualmente regionales  y nacionales.
A los responsables del orden público. A los que tienen el poder económico y político y a los dirigentes de la compañía minera del proyecto Las Bambas.
Que se busque, que se provoque el dialogo sin prejuicios y que se busque la solución en donde prevalezca el bien común de todos y no intereses particulares o subalternos. Que se busque y que se practique la JUSTICIA: porque la PAZ que tanto necesitamos es fruto de la JUSTICIA.
“Opus Justiciae, PAZ”
+ Domenico Berni OSA
Obispo de la Prelatura de Chuquibambilla
Tambobamba, 1° de octubre de 2015

Monseñor Edinson Edgardo Farfán Córdova OSA
Nació el 21 de septiembre de 1974 en Tambo Grande, territorio de la arquidiócesis de Piura. Ingresó en la Orden Agustina en 1998. Hizo el noviciado en Lima en 2002 y la profesión religiosa el 11 de enero de 2003.
Estudió Filosofía en el Seminario Mayor de la arquidiócesis de Trujillo en los años 1999-2001. Luego fue enviado a Bolivia donde estudió Teología en la Universidad Católica de Cochabamba en los años 2003-2006, obteniendo la Licenciatura en Teología Espiritual y Pedagogía.
Fue ordenado sacerdote el 26 de julio de 2008. Como sacerdote ha desempeñado los siguientes cargos: coordinador de la Comisión Internacional de Comunicaciones y Publicaciones de la Organización de Agustinos Recoletos de América Latina (2006-2014); vicario parroquial de Santa Ana di Cala Cala, arquidiócesis de Cochabamba, Bolivia (2007-2008); vicario parroquial de San José Obrero, diócesis de Chulucanas, Perú, donde también fue profesor de Teología y director espiritual en el Seminario Mayor (2009-2010); maestro de pre-novicios de la Orden Agustina (2011-2012); párroco de Nuestra Señora de Montserrat, arquidiócesis de Trujillo, Perú (2012-2013).
También ha ejercido como profesor de Teología en la Universidad Católica Benedicto XVI, arquidiócesis de Trujillo, Perú (2013-2015); prior y maestro de los profesos de la Orden Agustiniana (2013-2017) y párroco de Santa Rita de Casia, arquidiócesis de Trujillo, Perú (2015-2018); vicario episcopal para la Vida Consagrada de la arquidiócesis de Trujillo, Perú (2017-2018); y, en el seno de su Orden, secretario general de la Organización de Agustinos Recoletos de América Latina (2015-2019).
Desde el 24 de abril de 2018 es administrador apostólico «ad nutum Sanctae Sedis» de la Prelatura Territorial de Chuquibambilla.
Fuente: Zenit.

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