Standard & Poor’s: fenómeno El Niño

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La reciente rebaja en la calificación de S&P a cinco bancos peruanos se debe al deterioro del contexto macroeconómico, salvo en el caso de BanBif. La calidad de los activos de los bancos peruanos podría deteriorarse, aunque aún es alta.
Por Ramón Chiarella- www.semanaeconomica.com
El 8 de septiembre, la agencia calificadora S&P rebajó la clasificación crediticia a cinco bancos peruanos: Banco de Crédito, BBVA Continental, Banco Interamericano de Finanzas (BanBif), Interbanky MiBanco. Bajo la metodología Banking Industry Risk Assessment (BICRA), S&P reasignó al Perú y lo pasó del grupo de 4 al grupo 5.La recategorización se sustenta dos factores:

  1. Las perspectivas negativas sobre el riesgo económico, dado que el rápido crecimiento de los créditos y del mayor apalancamiento del sector privado podrían incrementar el riesgo de desbalance, y

  2. La menor resistencia económica en el contexto de menores expectativas de crecimiento económico.

S&P mantuvo la clasificación de tres bancos: Scotiabank, Cofide y Fondo Mi Vivienda. Esto se debe a la presencia de factores mitigadores que limitaron una clasificación a la baja. “En algunos casos en particular, esos factores fueron el soporte del soberano [el gobierno peruano] y en otros el soporte de los accionistas”, explican Cynthia Cohen, associate director de S&P, y Sergio Garibian, senior director de S&P.
En el caso de Scotiabank, que se haya mantenido se debe al respaldo de su grupo económico y del gobierno canadiense –agregan Cohen y Garibian-, y al hecho de que el Perú es el segundo destino de sus inversiones en Latinoamérica. Los otros dos bancos mantuvieron su clasificación debido al respaldo que reciben del gobierno peruano.

LA METODOLOGÍA BICRA

El índice BICRA establece el punto de partida –’ancla’– sobre el cual se califica a cada banco de manera particular. S&P no sólo ha clasificado a ocho bancos sino también a todo el sistema financiero peruano.
Este índice considera dos elementos de análisis: el riesgo económico y el riesgo de industria. El primero es determinado por: la estructura y estabilidad de la economía del país, la flexibilidad del gobierno central, actuales o potenciales desbalances de la economía y el riesgo crediticio de los agentes de la economía.
El segundo elemento toma en cuenta la calidad y efectividad de los reguladores bancarios, el entorno competitivo de la industria, la estructura, desempeño y posibles distorsiones en el mercado y la estabilidad de las opciones de fondeo disponibles para las entidades del sistema –lo que incluye al Banco Central de Reserva (BCR) y al gobierno–.
Ambos elementos se evalúan con una calificación que va de 1 a 10, con 1 como el menor riesgo, y posteriormente se ponderan.
Pese a que el sistema financiero tiene ahora un BICRA menos favorable, aún está en niveles comparables a otras economías con similar estrategia de desarrollo económico (Ver cuadro Nuevos vecinos). “Un elemento importante para recalcar es que si bien vemos mayor riesgo en el sistema financiero peruano, esto parte de una base.  El sistema financiero peruano tiene más riesgo hoy que hace dos años atrás pero tenemos una visión aún positiva respecto al mismo. La reclasificación partió de que el BICRA del Perú era muy bueno –uno de los más favorables en la región- y pese a esta rebaja aún sigue siéndolo”, comenta Cohen.

ASPECTOS DE LA CLASIFICACIÓN

S&P basó esta reclasificación en los siguientes factores estructurales:
1) Menor crecimiento económico esperado. El PBI creció 2.4% en el 2014, ritmo menor al inicialmente esperado, tras crecer a un ritmo promedio anual mayor a 5.0% en los últimos años. Esta desaceleración se intensificó por condiciones internacionales poco favorables que incidieron en la reducción de las exportaciones y de las inversiones del sector privado. Este crecimiento se ha visto golpeado por shocks de oferta en sectores primarios como minería, pesca y agricultura y por la debilidad de los gobiernos regionales para ejecutar su presupuesto de inversiones. En este contexto, se espera un crecimiento promedio del PBI de 3.7% para los próximos tres años.
2) El rápido crecimiento del crédito al sector privado. Aunque los créditos ahora están disminuyendo, el ritmo de crecimiento en los últimos dos años (de 18.4% en el 2013 a 13.5% en el 2014), existe riesgo de que el apalancamiento del sector privado –en caso sea excesivo– debilite la calidad de los activos, la rentabilidad y capitalización del sistema financiero peruano, según un informe de Credicorp Capital. Desde el 2010, la penetración del sistema financiero aumentó significativamente; el ratio créditos/pbi subió de 24% en el 2007 a 39% en el 2014 (ver gráfico Acelerados).
De otro lado, el crecimiento de los créditos en moneda nacional continuaría compensando la disminución de la cartera de créditos –que es consecuencia de las medidas adoptadas por el BCR–. S&P estima un crecimiento de entre 12% y 13% para las colocaciones en soles.
3) Entre el 2014 y julio del 2015, los niveles de morosidad de sistema aumentaron de 2.5% a 2.7% por el mayor deterioro de los segmentos micro y pequeña empresas (ver gráficos Deteriorados y Expuestos). En ese mismo periodo, la morosidad de créditos a microempresas en el sistema subió de 8.8% a 10.1% y la de préstamos a pequeñas empresas de 4.7% a 5.7%; sin embargo, a julio representaron –en conjunto– menos del 8% de las colocaciones del sistema.
“En los últimos años, el crédito en Perú ha subido a un ritmo muy por encima de la riqueza de los individuos y en el actual contexto de desaceleración económica la calidad de los activos de los bancos peruanos podría deteriorarse”, agrega Garibian.

FORTALEZAS DEL SISTEMA

Pese a esta reclasificación, la industria bancaria muestra sólidos fundamentos debido a la consolidación y diversificación de varios grupos económicos, señala Alberto Zapata, de Credicorp Capital. En este contexto, S&P mantiene una perspectiva estable para estos bancos, con excepción de Banbi, que tiene perspectiva negativa. De acuerdo a S&P, el riesgo económico tendría mayor impacto sobre los niveles de capital de Banbif, es decir que debilitaría sus niveles de solvencia.
Un ejemplo es el BBVA Continental. El grupo Breca, que tiene una importante participación en dicho banco, es un conglomerado con alcance internacional que tiene operaciones en los sectores industrial, financiero, minería y servicios. Así –explica Zapata– es posible que aun dentro del actual contexto de desaceleración en Latinoamérica y con la rebaja crediticia de Brasil, ciertos inversionistas sobreponderen en sus portafolios los bonos emitidos por BBVA Continental, dado su carácter defensivo.
De otro lado, si bien los niveles de morosidad se han incrementado levemente desde el 2011 y esto ha reducido la rentabilidad de los banco s(ver gráfico Golpeados), los fundamentos del sistema financiero se sustentan en los altos niveles de cobertura para las carteras vencidas y la baja exposición de los activos a shocks en el entorno, agrega Zapata. A julio, los niveles de cobertura –medidos por el ratio provisiones/cartera vencida- se mantienen por encima de 155% en tanto que desde 2011 la exposición de los activos –medidos con el ratio patrimonio/activos- se mantuvo en el orden del 10%.
Asimismo, los bancos han mostrado una política de diversificación de sus fuentes de fondeo. Si bien los depósitos siguen siendo la principal fuente de financiamiento del sistema, estos, como porcentaje de los pasivos, pasaron del 75% en el 2011 a 64% a julio del presente año debido al mayor aumento de deuda emitida en el mercado de capitales.

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