La Parada

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Improvisación

Qué pena por Lima
Por Enrique Castillo P.- Diario Gestión
Los promotores de la revocatoria a la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, han dado un paso importante al lograr que el RENIEC les valide las firmas necesarias para llevar adelante el proceso. Corresponderá ahora al Jurado Nacional de Elecciones y a la ONPE resolver todos los recursos pendientes, convocar a la consulta y llevar adelante el proceso. La revocatoria es un derecho ciudadano, por lo que, si se reúnen y cumplen todos los requisitos legales para llevarla adelante, no hay reclamo que prospere contra ella, ni aquí ni en ninguna otra parte. Pretender hacer de esto un caso que trascienda fronteras y vaya hasta los organismos internacionales no tiene ningún sentido. Tratar de parar la revocatoria sustentando recursos en la tesis del complot parece que ya no ayuda. Esos son argumentos que se deben guardar para lo que se viene. Le toca ahora a la actual administración de la ciudad, con la alcaldesa a la cabeza, iniciar su campaña para tratar de convencer a los ciudadanos de que no hay razones para sacarlos del cargo. Allí es donde tienen que dar la batalla y gritar a los cuatro vientos sus argumentos.
Si no lo hacen, sus enemigos políticos les van a ganar la partida. Se adelanta así el proceso de rendición de cuentas, y, simultáneamente, se va a dar inicio a una nueva campaña electoral municipal, muy anticipada y desgastante, que tendrá tres partes: la primera que buscará generar la vacante (la revocatoria), la segunda que buscará llenarla temporalmente (las elecciones complementarias), y la tercera y definitiva que buscará hacerse del sillón municipal (las elecciones del 2014). En este tema no hay secretos, y todos sabemos quiénes están detrás de todo esto, empujando el proceso, frotándose las manos y preparándose para atacar, competir y regresar. Todos sabemos también que fue la misma administración municipal, y la misma alcaldesa, quienes dieron la excusa y la justificación para que muchos ciudadanos pusieran su firma en los padrones, al no saber cómo asumir y llevar adelante un gobierno municipal que les cayó del cielo.
Se sumó a eso una muy mala política de comunicación de la alcaldesa, que la apartó de mucha gente que la apoyó en la campaña. Qué pena por Lima.

Apocalipsis caviarTodas las sangres
La violencia se apoderó de La Victoria, que se convirtió en un verdadero campo de batalla. Cientos de matones contratados por los comerciantes de La Parada se enfrentaron –con armas de fuego, palos y piedras– a unos dos mil policías que llegaron a bloquear el ingreso de los camiones de carga hacia el centro de abastos. Fueron horas de pánico.
Poco después se confirmaba el terrible saldo: un joven muerto, así como 66 policías, un sereno y 34 civiles heridos. Ellos fueron llevados al hospital Dos de Mayo y al Hospital Central de la Policía.
EL OPERATIVO
¿Qué originó esta barbarie? La Municipalidad de Lima había solicitado el martes apoyo policial para prohibir la circulación de camiones de carga por las inmediaciones de La Parada y fue así que ayer se ejecutó el operativo.
Pasadas las 2:00 p.m., un tráiler y varios camiones se trasladaron hacia el lugar para colocar 12 muros de concreto.
Ante la llegada de los policías, cientos de comerciantes se atrincheraron en sus puestos y otro grupo prendió fuego a los vehículos y a los bloques de cemento en el cruce de las Avs. 28 de Julio y Aviación.
TIERRA DE NADIE
El descontrol se apoderó de La Parada. Los matones sacaron sus armas de fuego (hasta una retrocarga), palos y ladrillos, y comenzaron a atacar a los policías. En las inmediaciones del centro de abastos, el suboficial Percy Huamancaja Meza fue lanzado de su caballo y golpeado por varios vándalos. La yegua también fue agredida y, por una lesión en la pata, debió ser sacrificada.
Los agentes dispararon varias veces al aire ante la violencia. Durante los disturbios, el comerciante Kenyi Castro Velita (32) recibió un balazo en el abdomen y murió en el hospital Dos de Mayo.
En el nosocomio también intervinieron quirúrgicamente a los mayoristas Efraín Moscoso Huamán y Gino Cárdenas, quienes presentaban heridas de bala en la cabeza.
Entre los baleados están, además, los comerciantes Juan Santa Cruz, Raúl Silva Ortega, Jorge García Vélez y Edwin Soto Alfonso, así como el obrero Daniel Vargas Juárez. Otro de los lesionados fue llevado al hospital Hipólito Unanue.
Increíblemente, el dirigente Hermógenes Véliz negó que los vendedores hayan contratado a matones para detener la medida. “Nos vamos a quedar en nuestros puestos y vamos a impedir que se clausure el mercado”, advirtió.
Posteriormente, el ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, informó que la comuna limeña había coordinado esta medida. “No se trata de un desalojo; simplemente, de la colocación de barreras de contención pero, lamentablemente, la presencia de delincuentes generó vandalismo”.
SAQUEOS
La Policía se dispersó luego de las 5:00 p.m. Aprovechándose del hecho, cientos de malhechores saquearon las galerías de Gamarra. También robaron a transeúntes y periodistas y sustrajeron los accesorios de los autos estacionados en las avenidas Gamarra y Humboldt. Por la noche, un contingente policial ingresó a la zona y detuvo a 30 delincuentes.
Para el congresista y exministro del Interior, Octavio Salazar, este trágico resultado se debe a la improvisación tanto de la Alcaldía de Lima como de la Policía. Consideró que la operación se debió hacer, por ejemplo, “un domingo por la tarde, sin que nadie se enterara. Los que han planificado esto fracasaron”.
Esta versión confirma la información que recogió Perú21 de diversas fuentes policiales.
Según nuestros informantes, el gerente de Seguridad Ciudadana del municipio limeño, Gabriel Prado, se reunió el martes, a la 1:40 p.m., con el jefe de la Sétima Región Policial, general Aldo Miranda, durante media hora.
Prado le solicitó apoyo policial para colocar los bloques de concreto en la puerta del cruce de las avenidas 28 de Julio y Aviación. Ambos decidieron bloquear los dos accesos principales de la Av. Aviación, lo que fue como una invitación para que los comerciantes, carretilleros, estibadores y gente de malvivir de la zona ingresaran por otras puertas para, luego, atacar a los agentes.
El operativo no fue debidamente planificado porque, se supo, agentes de las comisarías del sector no estaban enterados de la operación y fueron sorprendidos con la violencia.
También llevaron a agentes del Escuadrón Verde, sin experiencia en estas intervenciones. Trascendió que Inteligencia de la Policía recomendó que no se interviniera debido a que los habitantes de San Pedro, La Floral, San Cosme y alrededores viven del comercio en La Parada, por lo que iban a oponer dura resistencia.
Para colmo, el operativo no contó con el Ministerio Público, según dijo el fiscal de la Nación, José Peláez Bardales. Sin embargo, la regidora Marisa Glave señaló que si se coordinó con la fiscalía.
Fuente: Diarios El Comercio, La República y Perú21.

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