Geopolítica del gas

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Hoja de ruta

Petroperú, empresa estatal dedicada al transporte, refinación y comercialización de combustibles y otros productos derivados del petróleo, y Braskem, la mayor productora de resinas termoplásticas de América, firmaron el 24 de noviembre de 2011, un Memorando de Entendimiento para el análisis técnico y económico de la viabilidad de un proyecto petroquímico en Perú.
En la ceremonia, el Presidente del Directorio de Petroperú, Humberto Campodónico, destacó la importancia de este acuerdo toda vez que es suscrito entre Petroperú, la primera empresa peruana de hidrocarburos y líder en el mercado de combustibles y una empresa de prestigio internacional, como lo es Braskem.
«Con la concreción de esta asociación, traeremos más desarrollo económico y social a nuestro país. El proyecto tendrá como gran ventaja su posición geográfica estratégica en la costa del Pacífico y la capacidad de atender tanto al mercado peruano como al de otros países de la región andina», destacó Humberto Campodónico.
Suscribieron este convenio, por Braskem, Luiz de Mendonca y Sergio Thiesen; Vicepresidente Ejecutivo y Director de Negocios Internacionales para América del Sur, respectivamente y, por Petroperú, su Gerente General, Pedro Méndez Milla.
El objetivo de las dos empresas es estudiar la viabilidad de la implementación de unidades para la producción integrada de 1,2 millón de toneladas/año de etileno y polietilenos – utilizados para la producción de plásticos, resinas y solventes, entre otros productos-. Para esto se utilizaría el etano proveniente de las reservas de gas natural de la región de Las Malvinas. Confirmada su viabilidad y sujeto a las negociaciones de los contratos definitivos y de las aprobaciones societarias de las partes, este emprendimiento formará parte del llamado Proyecto Integrado del Sur, que incluye la construcción del Gasoducto Andino del Sur, por parte de la empresa Kuntur, y de un moderno complejo industrial en la región sur del Perú, que será un marco referencial en el proceso de industrialización del país.
«Esta iniciativa de Braskem está en línea con su visión estratégica de convertirse en una de las empresas líderes de la química mundial para 2020, por medio de la combinación de crecimiento en el mercado doméstico, alternativas de acceso a materia prima competitiva y la búsqueda de oportunidades de internacionalización para el acceso a nuevos mercados, en especial en el eje de América», afirmó Sergio Thiesen, Director de Negocios Internacionales para América do Sur de Braskem.
En el Perú existen yacimientos gasíferos, los cuales se remontan a la década de 1980 con el descubrimiento del campo de Camisea y que solo fue posible desarrollar en la presente década. Además del yacimiento conocido como Camisea (Bloque 88 y Bloque 56), actualmente se encuentran en proceso de exploración otros yacimientos en la misma área del territorio peruano, especialmente los Bloques 57 y 58.
Una de las maneras de aprovechar las bondades de los yacimientos de gas natural y además contribuir al incremento de su valor agregado es a través de la petroquímica. Entre otras posibilidades de uso petroquímico del gas natural está la producción de polietilenos a partir del etano contenido en el gas natural. Los polietilenos son termoplásticos que tienen uso en la producción de bolsas plásticas, baldes y tuberías, entre otros.
La industria petroquímica es un factor de apalancamiento de la economía. La importancia de la firma del presente Memorando de Entendimiento, como primer paso para la evaluación de viabilidad técnica-económica y posterior instalación de un complejo petroquímico etileno-polietileno integrado -teniendo el etano como materia prima- está basada en la generación de los siguientes beneficios:
1. Valor agregado al gas natural: Quince veces, debido a los altos precios de los productos petroquímicos respecto al Gas Natural.
2. Sustitución de importaciones de termoplásticos en el Perú: Aproximadamente US$ 300 MM/año.
3. Generación de exportaciones: Cerca de US$ 1,000 MM/año.
4. Mano de obra directa en la construcción: Aproximadamente 5,000 personas, entre profesionales, técnicos y operarios.
5. Mano de obra directa en la operación de la planta petroquímica: Aproximadamente 500 personas.
6. Mano de obra indirecta en la operación: 4,500 personas en empresas que brindarían bienes y servicios a la planta petroquímica.
7. Desarrollo y/o mejoría de la infraestructura, con los proyectos de ampliación y mejora de carreteras, puertos y nuevos servicios en los distritos en las zonas de influencia del proyecto.
8. Potencial de creación de otras industrias relacionadas no existentes hoy en el Perú, como por ejemplo, petroquímica derivada, petroquímica de aromáticos, petroquímica del metano (con urea y/o amoniaco), producción de termoplásticos y sus variedades, etc. ubicadas dentro de polos industriales-petroquímicos.
9. Monetización de la ventaja competitiva, al ser el primer proyecto petroquímico en la costa sudamericana del Pacífico, lo que le permitirá abastecer a países latinoamericanos, Estados Unidos y Asia.
Lobby gasífero
Por Mario Camoirano
El presidente Ollanta Humala no solo ha puesto la “primera piedra” del Gasoducto del Sur, sino que ha anunciado la liberación del gas del Lote 88. Sin embargo, esas noticias que deberían animar el camino del crecimiento económico, han merecido duros cuestionamientos por la forma en que se están ejecutando. César Gutiérrez, expresidente de Petroperú y especialista en temas energéticos, comenta para Correo sus dudas e inquietudes sobre el arreglo del gobierno con Kuntur Transportadora de Gas y Odebrecht.
¿El Gasoducto Andino del Sur no era un proyecto financiado al 100% por el sector privado? ¿Por qué va a invertir dinero el gobierno?
De los 1,085 kilómetros de recorrido de los ductos, un primer tramo, de menos de 200 kilómetros y el más difícil de construir por las condiciones del terreno, es el que va desde los pozos de las Malvinas a Quillabamba. Pero todo el gasoducto debía construirlo el inversionista privado Kuntur, sin financiamiento estatal. De lo contrario se hubiese tenido que convocar a un concurso internacional donde el criterio de selección sería otorgarlo a quien ofrecía el menor cofinanciamiento. Como así no se planteó la idea, Kuntur se adjudicó la concesión con una carta fianza de fiel cumplimiento de $67 millones sobre la base de una inversión calculada de $ 1,300 millones para todo el gasoducto. Durante el gobierno anterior y debido a un conflicto social, se anunció que se construiría el primer tramo y una termoeléctrica pero sin entrar en detalles. Hasta allí, Kuntur seguía obligado a cerrar contratos de venta a futuro del gas para obtener el financiamiento, pero tampoco tenía aseguradas las reservas suficientes. En ese escenario no se podría comenzar a construir nada hasta el 2014. Entonces entra el nuevo gobierno y se llega a este acuerdo donde el Estado asume el costo del primer tramo, sin especificar cómo será su participación, y Kuntur asume el futuro tramo Quillabamba – Ilo. Pero también se anuncia que todo el proyecto costará más de $5,000 millones.
¿La cifra no es de 3,000 millones?
Bueno, en los medios hay un festival de cifras, pero ante COFIDE han presentado el costo del tramo hasta Quillabamba como $1,300 millones y de allí hasta Ilo de $3,700. El primer desembolso para poder comenzar las obras es de $400 millones.
Que es la cifra que se señaló como costo total del primer tramo. ¿Todo lo pone el Estado?
Sí, pero el problema es que nadie sabe cómo va a darse esa participación. Si como financista o como inversionista. Pero al margen de ello, si bien yo apoyo la expansión de Petroperú, este no es un buen negocio porque no hay demanda identificada del otro lado y por tanto no hay rentabilidad asegurada ni siquiera a largo plazo.
¿Pero acaso no se va a instalar una termoeléctrica y un “gasoducto virtual” en Quillabamba?
El tubo que debe llegar a Ilo tendría una capacidad de 1,200 millones de pies cúbicos (mpc) por día. La termoeléctrica de 200 megas consume 50 mpc y el gasoducto virtual (distribución de gas natural comprimido en camiones) no llega ni a 0.1 mpc. Cuando se hizo el gasoducto de TGP por lo menos estaba garantizada la cuarta parte de la capacidad con demanda real. Y si después se llegó a un tope fue por el proyecto de exportación. ¿Cómo vas a meter dinero cuando la posibilidad que aparezca nueva demanda en Quillabamba no existe? Si el actual gobierno hizo una promesa electoral errada, no la tienen por qué pagar el resto de peruanos.
En Quillabamba tal vez no, pero está el polo petroquímico en Ilo y la termoeléctrica de Suez.
¡Peor aún si se ejecuta el segundo tramo! Nadie te construye una termoeléctrica si no tiene garantizado a quién venderle. El gran proyecto del Sur sería Tía María y nadie te puede garantizar que se haga. Para darnos una idea, el más grande consumidor minero de energía es Antamina con 140 megavatios, para lo cual se requieren 35 mpc. No hagamos demagogia entonces con el supuesto que habrá una demanda eléctrica futura en el Sur que requiera la capacidad del ducto. La petroquímica tampoco es la alternativa. El proyecto del que se habla que estaría interesado Braskem, requiere de gas etano (un componente del gas natural) y para que sea competitivo hablamos de una planta que consuma unos 100 mpc de etano al día, pero nadie ha certificado el porcentaje de etano en los lotes que abastecerán al sur. Si este es de 10% como en Camisea, se requiere llenar el tubo a toda su capacidad para alcanzar esos 100 mpc de etano. Si el porcentaje es menor no llegan. Ni siquiera el polo petroquímico de Ica se va a concretar. El proyecto de CF Industries ya no va por un tema de precios. La urea y amoníaco que pensaban exportar a Estados Unidos saldrá más caro de producir que poniendo la misma planta en ese país y utilizando el gas de allá. Pero aun si fuera adelante y sumamos ese proyecto al de Nitratos del Perú, entre ambas no hay más de 170 mpc de gas natural. No hay cómo esperar que haya una demanda que justifique la inversión en este nuevo gasoducto, que sólo va a llevar aire.
¿Pero acaso este primer tramo, que cruza el gasoducto de TGP en la selva, no va a servir como un respaldo al sistema?
Perfecto, pero no puedes gastarte $1,300 millones en un sistema de respaldo. Mira, si nos proyectamos al 2017, creciendo a 7% y con las inversiones que están aseguradas ya, la oferta de electricidad va a superar en 50% a la demanda. ¿Quién va a comprar la energía de las termoeléctricas que “justificarían” este proyecto? ¿Electro Perú?
Bueno, al menos nos queda la recuperación de la “dignidad nacional” con la liberación del Lote 88.
Primero, aquí no se está conquistando nada nuevo como nos lo quieren vender. Desde siempre la legislación tiene establecido que el gas de ese lote era prioritario para el mercado interno, inclusive recortando la exportación. El gobierno de Alan García no quiso colisionar con Perú LNG y allí lo dejó. Pero a mí me llama la atención que hayan cedido posiciones tan fácilmente.
Será porque este gobierno sabe ponerse los pantalones y negociar…
Lo que se especula en el ambiente energético es que se ha hecho un peritaje a los destinos declarados de exportación del gas y se habría descubierto que mientras se decía que una buena parte del gas licuefactado iba a México, en realidad se vendía al Asia, al doble de precio, con lo cual se pierden regalías e impuestos. Pero si esto es cierto, lo que habría que hacer es denunciarlo y caducarle el contrato al exportador.

Gasoducto del Sur
La estadounidense Conduit Capital Partners acordó vender a la brasileña Odebrecht la participación restante que tenía en un proyecto para construir un gasoducto por 3,000 millones de dólares en el sur de Perú, anunció la firma en un comunicado.
El ducto de más de 1,000 kilómetros- que se extenderá desde Cusco hasta Arequipa en la costa sur de Perú- ya era controlado por Odebrecht, según datos del Gobierno.
“Conduit Capital (…) ha acordado vender su participación restante en el proyecto peruano del Gasoducto Andino del Sur (“Kuntur”) a Odebrecht, el conglomerado brasileño”, dijo la firma en un comunicado. “Los términos (del acuerdo) no fueron revelados”, agregó.
A inicios del año pasado, el Gobierno informó que Odebrecht había adquirido el 51% de participación en el proyecto de manos de Conduit, que en ese momento se quedaba con el 49%.
El gasoducto -el segundo de gran tamaño que será construido en la nación andina- también participará el Gobierno a través de la empresa estatal Petroperú, sin embargo, el Gobierno no ha dado detalles sobre cómo será su participación .
Perú cuenta actualmente con un gran gasoducto que va desde el campo Camisea hasta la costa central peruana, lo que torna vulnerable al suministro eléctrico del norte y sur del país.
“Odebrecht tiene un amplio rango de experiencia y comparte nuestra visión por este proyecto y estamos muy complacidos de que ellos continuarán construyendo en el avance de lo que hemos hecho para llevar adelante este importante proyecto”, afirmó el gerente de Conduit, Marc Frishman, en el comunicado.
Según el Gobierno, el gasoducto ayudará a desarrollar la industria petroquímica en el sur peruano. Varias empresas extranjeras, como la estadounidense CF Industries y la brasileña Braskem tienen en carpeta proyectos petroquímicos por más de 5,000 millones de dólares.
Sin embargo, deben primero asegurarse el abastecimiento del gas y contar con una tubería que los suministre. Solo la empresa CF Industries tiene garantizado el gas natural del Consorcio Camisea.
En esa zona, el Consorcio de Camisea, liderado por la argentina Pluspetrol, opera los lotes 88 y 56, los dos mayores campos de gas, con 11.2 y 18.6 TCF (billones de pies cúbicos), según estimaciones del Gobierno.
Asimismo, la brasileña Petrobras también desarrolla en la región del Cusco el lote 58, con al menos un 1.7 TCF (billones de pies cúbicos) de gas.
Fuente: Agencia Reuters y Diario Gestión.

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