Sanguinarios de Bagua

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Asesinato del periodista Miguel Pérez Julca
El 17 de abril de 2008, José Hurtado Vásquez y Nazario Coronel Ramírez -alias Chamaya- fueron condenados a penas de veintisiete y diecinueve años de cárcel respectivamente, por el asesinato de Miguel Pérez Julca, periodista de Radio Éxitos, acribillado a disparos el 16 de marzo de 2007 en Jaén- Cajamarca. A ambos se les considera culpables de “homicidio calificado” y “asociación ilícita para delinquir“. En el juicio, Nazario Coronel Ramírez confesó haber conducido la moto desde la que otro sujeto, todavía prófugo, disparó contra el periodista. A José Hurtado Vásquez le han condenado como autor intelectual del crimen. Miguel Pérez Julca había cuestionado la forma en que se llevaba la gestión del Centro de Promoción de los Derechos del Niño, Adolescente y Mujer CEPRONAM, cuya presidenta Loyola Sampértegui Campos, era en aquel momento la conviviente de José Hurtado Vásquez.Miguel Perez JulcaHurtado también aceptó que días antes del asesinato de Miguel Pérez compró una pistola de 9 milímetros en el mercado informal.
Preguntado sobre la ubicación del arma, contestó que la perdió en circunstancias que no supo aclarar, señalaron fuentes del equipo especial de la División de Homicidios.
Durante el interrogatorio José Hurtado se contradijo varias veces y ofreció respuestas infantiles. Por ejemplo, cuando se le preguntó qué hacía merodeando la vivienda de Miguel Pérez Julca justamente días previos a la consumación del atentado, alegó que sólo “paseaba” por el lugar.
Al ser detenido , la policía encontró entre las pertenencias de José Hurtado un pasaje de la línea CIVA para la noche del mismo día de la intervención. Todo indica que estaba preparando su fuga.
Además, llevaba cuatro teléfonos celulares. Se requirió el levantamiento del secreto de las comunicaciones de José Hurtado, determinandose con quiénes coordinó el asesinato del periodista.
Durante el interrogatorio, José Hurtado negó haber amenazado y golpeado a Miguel Pérez Julca hasta en cinco oportunidades, cuando se le cruzaba en su camino.
Tras la detención de “Chamaya” este se acogió a la colaboración eficaz y confesó a las autoridades su participación en el asesinato del periodista, agregando además que fue José Hurtado Vásquez quien lo contrató para realizar el crimen a cambio del pago de dos mil quinientos nuevos soles. Detalló además que su cómplice Sabino Sánchez Ayala (a) “Chino Ayala” fue el que efectuó los disparos que dieron muerte a Miguel Pérez Julca y que fue Elvia Mendoza Linares, quien prestó la motocicleta y las armas de fuego que se usaron en el asesinato.
Fuente: Diario La República y Asociación Nacional de Periodistas del Perú.
Seguridad ciudadana
Por Doris Aguirre- Diario La República
Seis criminales de la organización conocida en el norte del país como “los sanguinarios de Bagua” serían los autores del quíntuple asesinato cometido en la comisaría de Santa Rosa de La Yunga, en la provincia cajamarquina de Jaén, informaron fuentes de la Dirección de Investigación Criminal (DIRINCRI).
Los delincuentes identificados son el cabecilla Alexander Campos Vásquez (a) “Borrego”; Alex Peralta Muñoz (a) “Hormiga”; Wilmer Minga Chinchay (a) “Chato Minga”; Celso Castillo Ángeles (a) “Perro Flaco”; y Guillermo Hoyos Muñoz (a) “Barbita”.
De acuerdo con las fuentes policiales vinculadas con las investigaciones que hasta anoche se realizaron sobre el caso, los seis hampones cuentan con antecedentes por haber cometido los delitos de asesinato calificado, secuestro, asalto a manos armada y extorsión a policías, empresarios y comerciantes, entre otros.
Alexander Campos Vásquez (a) “Borrego”, de 28 años, nacido en Bagua, Amazonas, es un experimentado maleante que originalmente perteneció a la banda “Los Escorpiones”, que dirigió el sanguinario asaltante John Salas Pezo (a) “Escorpión”.
Salas está preso desde octubre del 2011 en el penal de Bagua y condenado a cadena perpetua por el asesinato de seis ronderos, el 26 de julio de 2010, en el caserío Cruce de Shumba, en Jaén. Los mató en represalia porque los ronderos se oponían a las tropelías de los criminales.
Debido a la captura de John Salas, “Borrego” asumió la conducción de la gavilla de delincuentes y la reorganizó para cometer una ola de asaltos y crímenes en la zona, pero esta vez como “Los sanguinarios de Bagua”.
AL MARGEN DE LA LEY
Según la versión que ofrecieron a la policía dos testigos claves del hecho de sangre –cuyas identidades se mantienen en reserva por razones de seguridad–, “Borrego” fue visto en horas de la mañana del domingo último en una motocicleta negra, merodeando por la comisaría de Santa Rosa de La Yunga.
Horas después, a las siete de la noche de ese día, seis encapuchados atacaron a balazos la unidad policial de la localidad, lograron apoderarse de un fusil AKM, un fusil G3, cuatro pistolas Pietro Beretta, ocho chalecos antibalas y medio millar de municiones de diferentes calibres.
De acuerdo al primer informe policial, el avance de las pesquisas sobre el móvil del ataque señala que pudo haber sido el robo del armamento policial con el que “Los sanguinarios de Bagua” pretenden cometer nuevos crímenes de mayor calibre en la región norte del país, explicaron las fuentes a este periódico.
Y no es la primera acción en esa línea. El pasado 20 de noviembre la banda de “Borrego” atacó el puesto de vigilancia de frontera Puerto Ciruelo y se apoderó de cuatro fusiles: G3 y un AKM, además de una pistola Pietro Beretta, seis chalecos antibalas y munición.
En el lugar redujeron a golpes al suboficial PNP Eyber Succe Calderón.
Los sanguinarios de Bagua” también participaron en el crimen de los suboficiales PNP Francisco Pacheco Balcázar y Jesús Gadea Soto, el pasado 3 de diciembre durante un tiroteo en Chiclayo.
En su huida, los facinerosos abandonaron un fusil AKM, que era parte del arsenal robado en Puerto Ciruelo.
Esta es una de las pistas que permitieron a los agentes de la Dirincri identificar a los delincuentes que acabaron con la vida del comisario de Santa Rosa de La Yunga, brigadier PNP Armando Barrantes Hurtado, de los suboficiales Nílton Tandaypán Castañeda y José Vásquez Cuba, y de los civiles Noira Callirgos Suárez, conviviente de este último efectivo, y de un menor de 14 años, hijo del primero de los nombrados.
SED DE VENGANZA
Sin embargo, las fuentes policiales no descartaron la hipótesis de que el quíntuple homicidio habría sido motivado como una venganza cometida por los hermanos Nelson y José Calderón Sánchez, que también son parte de “Los sanguinarios de Bagua”.
El primero de los nombrados se encuentra prófugo de la justicia, mientras el segundo está preso en el establecimiento penitenciario de Bagua.
Hay un testigo que afirma que durante el ataque pudo observar que desde el frente de la comisaría Nelson Calderón Sánchez dirigía por teléfono a sus 5 cómplices que atacaban el establecimiento policial.
Reportes de inteligencia de la Policía Nacional a los que tuvo acceso La República indican por su parte que los hermanos Nelson, José y Juan Carlos Calderón Sánchez participaron en el asalto al puesto de vigilancia Puerto Ciruelo.
Es más, la policía tuvo conocimiento de que parte del arsenal sustraído de Puerto Ciruelo se encontraba en manos de Juan Carlos Calderón, quien al ser intervenido en su domicilio resultó muerto en un tiroteo con las fuerzas de seguridad.
En esa ocasión la policía sólo pudo recuperar un fusil AKM.
Precisamente, el brigadier Armando Barrantes, asesinado el domingo, intervino en el operativo que concluyó con la muerte de Juan Carlos Calderón, integrante de “Los sanguinarios de Bagua”, por lo que la policía cree que sus hermanos podrían haber asaltado la comisaría de Santa Rosa de La Yunga para vengarlo.
Dos meses después de la muerte de Juan Carlos Calderón, su hermano José Calderón resultó también apresado por la Policía Nacional.
Durante los interrogatorios, y en un intento por ganarse la confianza de las autoridades, José Calderón prometió revelar la ubicación de los fusiles robados a cambio de que lo dejen en libertad. Los efectivos no aceptaron y fue enviado a la prisión.
La policía estima que Nelson Calderón Sánchez, el único de los hermanos que integra “Los sanguinarios de Bagua”, con la complicidad del jefe “Borrego”, pudo haber organizado el ataque a la comisaría de Santa Rosa de la Yunga en represalia por los golpes que recibió la organización criminal.
PERFIL DE UN HOMICIDA
Los agentes de la DIRINCRI se han dedicado a incursionar en los antecedentes del delincuente “Escorpión”, porque conoce a cada uno de los integrantes de “Los sanguinarios de Bagua”.
El 31 de mayo del 2009, John Salas Pezo (a) “Escorpión” lideró una fuga masiva de delincuentes del penal de Bagua Grande, donde purgaba condena por el asesinato del ex gerente de Servicios Públicos de la municipalidad provincial de Jaén Eduardo Vidal Arteaga, en setiembre de 2010.
Salas Pezo cometió el crimen luego de robar al burgomaestre todo lo recaudado en la Feria Señor de Huamantanga 2010.
Al escapar de la prisión, “Escorpión” organizó la muerte de seis ronderos en Shumba –descrita al inicio de esta nota–, pero además montó el plan de emboscada al fiscal de prevención de Utcubamba, Edwin Salatiel, en la carretera hacia Lonya Grande. Salatiel resultó herido junto a dos jóvenes.
John Salas también acribilló a balazos a los suboficiales Darwin Díaz Cieza y Rony Rojas Torres en el cruce hacia el distrito de Yamón, caserío Chiñuña.
En ese atentado los efectivos recibieron impactos de bala de fusil AKM, cuya procedencia era policial.
Recientemente, fuentes de inteligencia de la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE) reportaron a La República que John Salas Pezo perteneció a la organización terrorista Sendero Luminoso. Él aparece referenciado como instructor de subversivos en incursiones a caseríos y ataques a establecimientos de las fuerzas del orden, algo que aún se investiga.
Dos impactos de bala presenta el cuerpo del brigadier Armando Barrantes Hurtado, uno en la cabeza y otro en la pierna derecha. Ocho horas antes del atentado, los criminales asaltaron una estación de grifos y robaron una motocicleta utilizada en el quíntuple asesinato.
Beligerantes
El excomandante general del Ejército Peruano, Otto Guibovich, manifestó a Perú21 que la nueva fachada del MRTA, denominada ‘Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército Popular Tupacamarista’ (FAR-EPT), busca “el resurgimiento armado político y electoral”.
Recordó que, en sus pronunciamientos, el FAR-EPT defiende, también, su posición de lucha militar y de movilización.
EJE SUBVERSIVO
Guibovich observó que los sucesos se producen en el distrito de Santa Rosa que, junto con Puerto Ciruelo, San Ignacio y Bagua, en Cajamarca, conforma un eje estratégico para esta agrupación.
No olvidemos que en el ‘Baguazo’ murieron muchos policías con armas de largo alcance”, puntualizó.
Si a eso –acotó– le sumamos que Jaén es una zona de cultivo de hoja de coca y de amapola, así como del narcotráfico, hay una situación preocupante. “No quiero alarmar, pero el Gobierno debe tomar acciones inmediatas para no repetir historias pasadas”, dijo.
El militar agregó que, política y legalmente, la situación se complica con las salidas de los emerretistas Lori Berenson y Lautaro Mellado; y con las demandas contra los comandos Chavín de Huántar ante la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Sostuvo que no cree que estos hechos se vinculen con las protestas en contra del proyecto Conga, pero sí observó la existencia de frentes de intereses que se atribuyen representaciones, cuando estas agrupaciones fueron organizaciones de fachada del MRTA.
El presidente Ollanta Humala condenó el atentado en Jaén. Aseveró que no habrá impunidad para los criminales, y aseguró que se ha avanzado en su identificación.

RUSO ASESINADO

Un terrible hallazgo conmocionó a la población jaena, el martes 24 de mayo, cuando en una habitación del CEPRONAM Jaén, ubicado en el sector San Camilo, se encontró el cuerpo sin vida de un ciudadano ruso, quien aparentemente se habría suicidado.
Según detalló la Directora de dicha institución, Loyola Sampertegui Campos, el ciudadano ruso le había solicitado un lugar donde vivir, por lo que fue alojado en una de las habitaciones del Cepronam, en los últimos dos meses.
Tras las respectivas diligencias con la policía de investigación criminalística y la fiscal de turno, Nery Bravo Dávila, se dispuso el levantamiento del cadáver y fue traslado a la morgue de Bagua Brande (Utcubamba), para realizarle la necropsia de ley y esperar que algún familiar reclame sus restos.
Si bien, las primeras informaciones señalan que habría sido encontrado sin vida con signos de haberse suicidado, las investigaciones determinarán si murió por manos extrañas.
Fuente: Radio Marañon.

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Un pensamiento en “Sanguinarios de Bagua

  1. Jorge Luis Rivera Rivera

    Gracias por informar. Los comentarios del miembro del ejército denuncian los intereses de las ongs (CEPRONAM, Bikut, etc) que quisieron apoderarse de las tierras de los nativos de la zona.
    Guibovich observó que los sucesos se producen en el distrito de Santa Rosa que, junto con Puerto Ciruelo, San Ignacio y Bagua, en Cajamarca, conforma un eje estratégico para esta agrupación. “No olvidemos que en el ‘Baguazo’ murieron muchos policías con armas de largo alcance”, puntualizó.
    También debería decir que las muertes de los policías es porque soldados se sublevaron con armamento de guerra para defender a sus tribus, por negligencias del gobierno de turno. Ahora vienen a justificar su irresponsabilidad.

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