Verónika Mendoza y la renovación política

Ayer vi a Verónika Mendoza en Cuarto Poder. Siempre es interesante encontrar un rostro joven en política porque renueva el escenario. Me queda claro que estas no son sus elecciones y que debería pensar en las próximas.
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Su performance fue bastante acertada. Respondió unas cuantas preguntas que, como ella dice, ha respondido varias veces. No tiene que deslindar del chavismo pero tiene que dejar claro que ese no es el modelo que el Perú necesita a partir del reconocimiento de los terribles errores en los que cayó dicha propuesta en Venezuela. Y lo hizo.
Enfatizó que está totalmente dispuesta a ser investigada por el tema de las agendas de Nadine y sostiene que no ha observado ni manejado flujos de dinero. Habrá que creerle.
Lo que no queda claro es su posición frente al candidato Abel Gilvonio. El reportaje de Panorama sobre esto, aunque tendencioso para mi gusto, coloca un fragmento en el que ante las preguntas del reportero que intentan confrontar a Verónika Mendoza con su candidato, ésta opta por no responder y dejar el micro. Si se desea gobernar el país, este tipo de preguntas hay que responderlas con claridad y un millón de veces.
En lo personal, ella no es mi candidata. La frescura y renovación que puede significar su presencia en estas elecciones no son suficientes y es claro que el aumento en las preferencias no significan una inclinación hacia la izquierda del electorado sino cierta búsqueda desesperada de alguien nuevo. Al igual que Acción Popular, la izquierda debe tomar estas elecciones como una oportunidad para acercarse al pueblo desde sus posturas e identidades políticas.

Ahora que todos hablan de Historia de un oso

Ok. Ahora que Historia de un oso ganó el Oscar a mejor cortometraje veo el link por todos lados. No se puede negar que tiene sus méritos y que por su historia tan cercana a lo que hemos vivido en el gobierno de FUJIMORI (sí, amigo que vas a votar por Keiko, algo así se vivió con FUJIMORI. Te doy un dato: 5 de abril. Googléalo. Gracias!), nos conmueve.
Pero Sanjay´s Super Team tiene sus méritos. Me gusta tanto o más que Historia de un oso. Bueno, me inclino por las historias íntimas y si involucran padres e hijos construyendo algo juntos (una identidad o un vínculo por ejemplo), mejor.
Lástima que no he encontrado el link y que Pixar no quiera soltar el corto. Ojalá alguien… bueno ustedes ya saben.

La guerra no tiene rostro de mujer

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“Yo he memorizado muchas de sus historias, para los nietos. Suelos contarles su guerra, la de ella, no la mía. Me he dado cuenta de que les parece más interesante. –Saul Guénrijovich desarrolla su argumento-: Yo tengo más conocimientos bélicos concretos, ella tiene más sentimientos. Los sentimientos son más vivos, más fuertes que los hechos…”

La guerra no tiene rostro de mujer  – Svetlana Alexiévich

Para la reciente ganadora del Nobel de Literatura, Svetlana Alexiévich, la historia sobre la II Guerra Mundial ha dejado de lado un fragmento importantísimo: el de la participación de los millones de  mujeres en los diversos cuerpos militares.

Esta participación constituye una memoria única pero con alto potencial disruptivo porque la experiencia de un evento tan cruel y desgarrador como los que ocurrieron en el frente oriental entre 1941 y 1945, dista mucho de la rigidez y estrategia militar que ha impregnado el relato oficial. Todo lo contrario. Las mujeres entrevistadas por Alexiévich ofrecen una mirada capaz de rescatar lo bello, lo sensible y lo humano en medio de las trincheras. Mención aparte merece los relatos sobre el amor en los tiempos de guerra.

Aquí un paréntesis.

En la historia del feminismo existe cierto consenso que reconoce dos grandes momentos de su desarrollo. En sus inicios, el movimiento feminista pugnó por alcanzar la igualdad en el plano de los derechos civiles. Las sufragantes, película que analicé en el post anterior, hace una buena presentación de esta etapa. El segundo momento, impulsado desde el psicoanálisis y el arte, se centra en la búsqueda de una voz propia, en la caracterización de la experiencia de ser mujer para darle un lugar en los diversos ámbitos del quehacer humano.

Entiendo que el trabajo de Alexiévich se enmarca en este segundo momento y por ello he de recomendar este libro.

Un recodo en la ruta del feminismo

Ok! Confieso que, sin ser un experto en feminismo, el tema o mejor dicho el campo me interesa.

Ayer Utero.pe publicó esta columna de Rafo León

rafo leon

Me percaté de esta columna a través de la crítica de una amiga. Ella observa que Rafo León emplea términos vulgares y evidencia concepciones machistas que, por su rol de comunicador, debe cuidar o en todo caso hacerse responsables de ellos.

Esta amiga publicó su punto de vista en el mencionado portal y ocurrió lo que suele ocurrir en estos casos: recibió una andanada de críticas, mofas y hasta insultos.

Así que en este escenario meto mi cuchara.

Digamos que efectivamente el texto de Rafo León está escrito en términos vulgares. O, para ser más estrictos, afirmemos que en el mejor de los casos el autor tiene un estilo particular, distendido e intenta ser irónico (damisela/merenguito por ejemplo). Por la anécdota que cuenta apela a lo sensorial (lengüita, la teta fresca bien a la vista) con la clara intención de enfatizar/exagerar/distorsionar un aspecto en particular: que la chica que ingresó al estudio era física (y/o sexualmente) estimulante.

En este punto habría quien podría encontrar el estilo de este Rafo León atrayente y quien no. Para gustos y colores existen miles de autores. Sigamos.

El énfasis puesto en la descripción, digamos, plástica de esta mujer contrasta con la que Rafo León hace de sí mismo: él es el defensor de los/sus derechos y lo hace con intensidad (el chongo que armé se debe haber escuchado hasta en el Real Felipe). Es intachable. Todos quisiéramos tener esa valentía en un país donde colarse es tan modus vivendi, donde las injusticias reclaman héroes cotidianos, donde los que deben respetar y preservar el orden son solo unos bizcos calenturientos. ¡Rafo León a la presidencia! ¡Rafo León tiene la mirada derecha!

Aquí, ya hay un problema. Porque si bien la anécdota pudo realmente ocurrir, el autor tiene una intención marcada: la mujer es plástica, sin reparos en quebrar el orden para conseguir lo que quiere apelando a su sexualidad femenina (es a partir de esto que el título del post hace referencia al feminismo/femeninas?). Al otro lado, la justicia la encarna él mismo: quien no tiene reparos en armar chongos para defender lo que considera adecuado y en pedir, quizá por el bien de todos, que las mujeres (feministas, femeninas) no eduquen a sus hijas para que se comporten de esa manera (vulgar y aprovechada). Pobres los padres. Hemos sido excluidos una vez más.

Vamos, ¿no se pudo contar la historia de una forma tal que haga énfasis no en la visión plástica que tiene el autor sino en la injusticia que ocurrió? Sin embargo, creo que el recurso es efectivo. De hecho el intercambio de ideas (¿?) que otros lectores hacen en dicho portal parecen haber enganchado con esa injusticia. Hay referencias a la patria potestad y el régimen carcelario de visitas que las mujeres “ganan” en los divorcios pero se pierde de vista que esto quizá responde al prejuicio que las mujeres están para cuidar a los niños y los hombres para trabajar. Hay referencias a que las mujeres por ser mujeres se creen dueñas de pedir privilegios cuando se olvida que todavía existe una enorme desigualdad en todos los campos del quehacer nacional.

Ok. ¿Esta anécdota tiene algo que ver con el feminismo? No. No hay feminismo en estos relatos. Esto evidencia un total desconocimiento del autor por el movimiento feminista. Plantearlo así promueve el desconocimiento, la desinformación y los prejuicios en contra de este movimiento.

¿Tiene algo que ver con las femeninas? Sí. Son las femeninas (mamás) quienes educan a las femeninas (las niñas). Pero no olviden que también son los papás. Rafo León viene de una generación donde los padres podían desantenderse de la crianza. Hoy basta con ir a un parque (lo hago casi todos los días) para ver que en la actualidad los papás se involucran tanto como las propias mamás. Y en este sentido me sumo al reclamo de la patria potestad pero desde otros argumentos.

Una última cosa. El propio portal Utero.pe tiene un colaboradora feminista. Espero leer su posición pronto.

Las sufragistas y una ruta personal del feminismo 1

Este no es un spoiler tan grave.

Mientras que al inicio de Las sufragistas se nos anuncia que veremos la historia de la lucha de un grupo de mujeres por la igualdad; al finalizar se consigna una lista del año y los países en los que se permitió el acceso al voto a las mujeres. El último dato es que en el 2015, en Arabia Saudita, se promete que en algún momento ellas conseguirán ese derecho.

Entonces pareciera que la lucha no ha acabado. Ni siquiera en relación a un aspecto tan esencial como es la concepción de la igualdad ante la ley. Quizá sea por eso que al finalizar unos tibios aplausos se escucharon en la función a la que asistí.

Pero como espectador la película no me convence. Y al salir, me preguntaba si es que por ser hombre había perdido algo. Así que antes que me lancen piedras, lean lo siguiente.

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El Clan

Hace unos meses, cuando escribía sobre Maldita Ternura, señalé que plantear que una novela se basa en una historia real me parecía un truco bastante sencillo para enganchar al autor. Con El Clan esta idea se refuerza pero he aquí que hay que hacer una salvedad. Una cosa es enganchar y otra cosa es redondear una buena historia. El Clan lo logra y déjame contarte el porqué.

La primera vez que vi el tráiler de El Clan, saqué mi celular y googleé (¡!) la película lo cual me llevó a la historia detrás de la historia. Así que, si he de ser sincero, debo confesar que me engancharon desde el saque anunciándome el relato de una familia completa de secuestradores.  Además, ese segmento del viejo Arquímedes compartiendo momentos (Kodak) de familia y llevando el plato de comida a su víctima es una joya porque apunta a borrar los límites entre lo insano y lo cotidiano.

Y quiero hacer una pausa aquí porque hasta este punto no he dicho algo que pueda arruinar la película a quien quiera verla después de leer esta reseña (¿?). Y aunque me he propuesto esbozar un análisis de la película que me exime de spoilear , es indudable que algo debo revelar. Así que cuidado y asume la responsabilidad de ello.

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El amauta – huayno

Holas,

Esta vez los dejo con una joya.

Escuché esta canción cuando dictaba una clase a un grupo de docentes de todo el país pocos días antes de las celebraciones del 6 de julio (Día del Maestro en Perú). Ellos me pidieron unos minutos para un compartir. Imposible negarse. Les di unos minutos y en medio de la alegría -también nostalgia por estar lejos de sus familias- una maestra cantó esta canción.

En ese momento no atiné a grabarlo. A veces solo hay que vivir el momento, no?

Felizmente tuvo la excelente idea de grabarlo y subirlo al youtube.

De nada!

El Principito (o ser duro con lo tierno)

Pueden estar seguros e ir a ver El Principito porque existen altas posibilidades que al salir digan que la película es bonita. Y quizás digan esto porque es casi un pecado criticar con dureza algo que esté vinculado a esta obra de Saint-Exupéry. Aun cuando lo merezca. Pero para saber si valió la pena o no, vayan con un niño. Yo fui con mi hijo y aunque por momentos la vio de pie –de lo emocionado que andaba- dudo que la vaya a recordar así como lo hace con Intensamente o con las Guerras de la Galaxias.

Así que diré que es una aceptable película para niños. Mientras que por mi parte diré que la he visto y que quizá me pase como a Ignacio, es decir que no la pediría de vuelta.

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Cartografías del pensamiento

¿Para qué sirve la filosofía?

Esta es la pregunta que guía la obra de Alejandro León Cannock y que intenta responder desde dos frentes. El primero se centra en la reflexión filosófica como herramienta para cuestionar y construir sentido a partir de observaciones cotidianas sobre la corrupción, el amor, el quehacer docente, la memoria y los viajes, entre otras. La segunda cuestiona los cimientos de la filosofía como discurso académico, enfatiza el potencial aporte de ésta a la vida misma y esboza los principios de la filosofía pop.

El mismo autor plantea que éste es un libro de filosofía para no filósofos. En este sentido se enmarca en la tradición de textos cuyo objetivo es iniciar al ciudadano de a pie o simple mortal en un campo de conocimiento especializado. Quien tenga una formación en filosofía, podría encontrar esta colección de ensayos como poco interesantes e incluso hasta aburridos. Quien no, también y es que Alejandro León Cannock comparte sus reflexiones que, en ocasiones y para ser amables, son poco interesantes. Algunas pocas son para el recuerdo. Recomiendo con especial énfasis las que he mencionado en el párrafo anterior. En todo caso hay que reconocer que el autor es coherente de principio a fin. En ningún momento hay una intención de cerrar ideas sino abrir interrogantes. Yo usaré la expresión de restar obviedad, de sospechar de lo transparente.

Cartografías del pensamiento

Me ha llamado la atención la mención a la filosofía pop y el esbozo de ésta como un discurso válido en la construcción de sentido. Coincido con el autor cuando señala que la filosofía ha perdido capacidad de aportar a la vida misma desde que pretendió constituirse en un discurso cerrado que valora al autor antes que a la idea, que prefiere ir por el camino seguro de la fundamentación de lo ya sabido antes que por su cuestionamiento. Encuentro las referencias del trabajo de filósofos como Deleuze, Onfray y Zizek acertada.

Si León Cannock logra lo que se propone, es algo que deberá responder cada lector. La intención con la que el libro ha sido escrito y publicado es obvia y se evidencia desde el inicio hasta el fin: hay que cuestionarse todo porque es la única forma de pensar. El resto es pura ilusión.

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