(La fiesta de) La insignificancia

A un buen escritor se le espera. A Kundera, por ejemplo, se le ha esperado desde el 2002, año en el que publicó “La ignorancia”. Ahora, con La fiesta de la insignificancia, ha vuelto y nos ha presentado un texto que podría engañar a más de uno. Aquí explico el porqué.

fiesta

Debo de confesar que al acaba de leer La fiesta de la insignificancia me ha parecido que me he topado con un texto liviano y superficial. Nada más equivocado. Kundera parece haber perfeccionado la técnica de maquillar lo trascendente y presentarlo como si fuese una minucia.

Así, un relato en torno a una fiesta es una excelente oportunidad para presentar una serie de personajes que permiten al autor pasear por temas como la maternidad, sexualidad, narcisismo, muerte y soledad. La historia carece de punto dramático y no se puede identificar un conflicto en torno al cual giren los personajes. Cada uno de ellos está cargado por algún tema pero todos ellos deben acudir a la fiesta.

¿Será acaso que Kundera está llevando su particular visión de la realidad en un libro? ¿Quién no podría verse como alguno de estos personajes? ¿Acaso no es cierto que en ocasiones, quizá la mayoría de las veces no existe un drama desgarrador ni una gesta heroica en nuestras vidas sino más bien un tema recurrente y que al margen de ésta hay que asistir a una fiesta, a un trabajo, a una universidad?

Nota aparte merece un aspecto que casi es parte de la identidad del autor: el ejercicio reflexivo del inicio de sus textos y que en esta ocasión se centra en la sensualidad del ombligo. Escrito con maestría y con un agudo análisis sobre los discursos sobre la sensualidad y el cuerpo femenino. Como en “La insoportable levedad del ser”, Kundera utiliza el primer acercamiento para insinuarle al lector que algo importante va a decir sobre la vida o sobre nosotros y que eso va a aparecer en las páginas siguientes.

Para quien quiera leer una novela liviana, recurra a La fiesta de la insignificancia. Encontrará un texto sencillo, unos cuantos momentos de tensión –el relato de la mujer que se lanza del puente está muy bien logrado- y dosis de humor.

Para quien quiera leer una novela que ahonde en las principales temáticas del hombre contemporáneo, dele una mirada a La fiesta de la insignificancia. Tómelo con calma, reflexione en cada momento que un autor parece decir algo sin sentido –como la anécdota de Marx. No olvide que la insignificancia está en todas partes.

 

 

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