Sexo y sexualidad (por tercera vez)

El dato
Si googleo sexo obtengo 62, 5 millones de resultados. De los diez primeros resultados 8 son enlaces a sites con contenido pornográfico y los otros dos tienen algún dato informativo (uno de ellos me lleva a Wikipedia). Si googleo sexualidad obtengo 9,8 millones de resultados y el contenido de los primeros 10 resultados es evidentemente informativo.

En otros posts (La quinta fuerza del universo I y II) he presentado viñetas donde evidencio lo sexual como una pulsión, como una energía psíquica frente a la cual cada persona realiza esfuerzos por evitar el desborte. Ciertamente no es una idea original porque ya la había planteado Freud mucho tiempo atrás. De hecho, el mismo autor había señalado que la sociedad establece mecanismos necesarios para regular el destino de la sexualidad a través de una serie de prohibiciones como el incesto.

Con la pedofilia ocurrió otro tanto igual de tal forma que, quien tuviera relaciones sexuales con niños y adolescentes, sea o no mayor de edad, era sujeto de pena privativa de la libertad.

De fondo, o para estar acorde al contexto abogadil, el espíritu de la ley implicaba una concepción de la sexualidad infantil como algo punible (además de equiparar la infancia con la adolescencia).

Precisamente a raíz del dictamen aprobado por la Comisión de Justicia del Congreso, en donde se propone despenalizar las relaciones sexuales entre adolescente, Roberto Lerner señaló que esta medida era un sinceramiento a una hipocresía. Dicho de otra manera, Roberto nos ha mostrado una verdad bastante obvia: los adolescentes tienen relaciones sexuales, queramos o no.

Al otro lado han surgido voces que advierten que esta medida promoverá la liberalidad de las relaciones entre adolescentes. Parece que estas voces olvidan que, con o sin liberalidad, la edad de iniciación sexual se ubica precisamente en la adolescencia. Además sugieren que, como el Google, hay una preocupación centrada en lo sexual que en la sexualidad y, como bien es sabido, ésta constituye una parte vital en la conformación de la identidad.

Pero no se me mal entienda. Que esté a favor de la despenalización de las relaciones sexuales entre adolescentes no se debe a que considere que es una etapa ideal para ello. Todo lo contrario. Considero que, de no mediar inconveniente alguno, una vida sexual plena se alcanza en la adultez, de tal manera que se pueda afrontar las consecuencias con algo más de estabilidad psicológica y económica. Pero no me ciego al reconocer que en la adolescencia se inicia la exploración y que todos los esfuerzos por reprimirla en el fondo nos desvían de lo que es técnicamente abordable: los embarazos adolescentes, los abortos clandestinos, etc.

Guardando las distancias, algo de esto me hace recordar lo que ocurre con la política de campus libre de humo de la PUCP. Los esfuerzos por reprimir el que se fume dentro del campus universitario simple y sencillamente ha sido un fracaso. Basta con darse una vuelta por el tontódromo para darse cuenta de ello. Una muestra más que la represión solo agota los esfuerzos inútilmente.

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