VICTORIAS DESPERDICIADAS

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Sinesio López Jiménez

Para el fujiaprismo es demasiado, para las izquierdas es insuficiente y para Vizcarra y el Ejecutivo el adelanto de elecciones generales es la medida adecuada para resolver la crisis política y la corrupción. El fujiaprismo  rechaza la propuesta, las izquierdas la apoyan y los ciudadanos la aplauden.

Desde hace un año Vizcarra venía arrinconando al fujiaprismo y mostrando su podredumbre, pero no se atrevía a tomar la medida decisiva que lo pusiera en su sitio. Había roto el yugo que lo sometía a KF y al fujiaprismo (debido a sus nexos con la corrupción judicial), les puso (el 28 de julio del 2018) la agenda de la reforma de la justicia, de la reforma política y del referéndum, se subió audazmente a la ola popular democratizadora y de lucha contra la corrupción y ganó abrumadoramente la batalla, pero no supo aprovechar la victoria.

No organizó una fuerza política propia ni una coalición de fuerzas que lo respaldaran y le permitieran tener una fuerza mayoritaria en el congreso (acorde con el referéndum), poner en minoría al fujiaprismo y cambiar las comisiones congresales. Mientras tanto el fujiaprismo seguía blindando a los corruptos, negándose a discutir la reforma política  y generando ingobernabilidad. Vizcarra exigió entonces el voto de confianza, el fujiaprismo le dio uno bamba (sí en las palabras, pero no en los hechos) convirtiendo la reforma política en un mamarracho.

Luego de vivir un año de desconcierto y a la defensiva, el fujimorismo ha superado sus divisiones internas, se ha fortalecido con el apoyo de la CONFIEP, ha retomado la dirección del Congreso y se prepara para someter nuevamente a Vizcarra y, si este se pone chúcaro, para desbarrancarlo como lo hizo con PPK. Confiaba en que Vizcarra no se atrevería a disolver el Congreso, confianza que se confirmó el 28 de julio, pero lo que no esperaba era la propuesta  sorpresiva de las elecciones adelantadas: Se van todos, el Legislativo y el Ejecutivo.

Por las encuestas se sabe que la ciudadanía respalda masivamente la propuesta de Vizcarra y, si el fujiaprismo la rechaza en el congreso, la calle en movimiento terminará por imponerla. Viscarra ha vuelto a ganar la batalla en la ciudadanía y en la calle, pero en el congreso la tiene difícil.  ¿Exigirá el voto de confianza?, ¿aprovechará esta vez la victoria?. Por supuesto, hay también otras salidas. Veremos.

Volveremos con la discusión sobre lo adecuado o no de la propuesta de Vizcarra y la extensión y profundidad de la crisis política.

 

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