LA BATALLA ANUNCIADA DE CAJAMARCA

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Sinesio López Jiménez
Todas las movidas de estos días en el gobierno y en la región de Cajamarca constituyen los preparativos finales de una batalla anunciada. El gobierno desplaza a Cajamarca tropas del Ejército y policías y la región (gobierno y movimientos regionales) se moviliza y realiza un paro de protesta contra la imposición inminente del proyecto minero de Conga. Sólo falta conocer el día (o la semana) en el que se producirá el choque frontal. Este es el escenario deseado, impulsado y construido por la derecha (de dentro y de fuera del gobierno) al que Ollanta se ha dejado llevar de la nariz en forma irresponsable. Lo que la derecha quiere es que Ollanta ordene disparar, se produzcan algunos muertos y heridos y rompa en forma definitiva con el pueblo que lo eligió y con la izquierda que le brinda aún su apoyo crítico.
La derecha no tiene aún una plena confianza en Ollanta y su gobierno. Teme que en los meses venideros realice un indeseado viraje hacia sus orígenes nacionalistas y de izquierda. Para que eso no se produzca, la derecha necesita producir un punto de no retorno de Ollanta a sus fuentes. Lo buscó con la última ofensiva mediática para expulsar a todos los ministros y altos funcionarios de la izquierda, del nacionalismo y del progresismo que aún quedan en el gobierno y para copar totalmente a Ollanta, pero fracasó. Ahora quiere aprovechar la ocasión de la confrontación entre el gobierno central y la región de Cajamarca para que se produzca el acto definitivo de ruptura con las fuerzas que lo llevaron al gobierno. Este es el pacto de sangre que necesita la derecha para considerar a Ollanta un hombre suyo. No le basta su captura, lo quiere converso y totalmente integrado a sus filas y a su política. Lo quiere como un García más.
Esta batalla anunciada tiene una historia que se remonta al 4 de diciembre del 2011, el día en el que Salomón Lerner Ghitis trató de resolver el conflicto socio-ambiental de Cajamarca a través del diálogo y estuvo a punto de lograrlo de no ser por la presiones irresponsables de Ollanta y de Valdés (entonces ministro del Interior), por un lado, y de algunos líderes regionales, por otro. En ese diálogo se llegó a un buen acuerdo entre las partes sobre el proyecto minero Conga y sobre el desarrollo regional de Cajamarca. El punto que impidió la culminación del acuerdo fue la suspensión del paro regional. Los líderes locales pedían el plazo de un día para consultar a sus bases esa suspensión, pero Ollanta y Valdés se negaron a otorgarlo para declarar el Estado de emergencia. Ellos pretendían, de ese modo, satisfacer a la derecha, desprenderse del gabinete Lerner y despedir a la izquierda del gobierno.
Más allá de las anécdotas y tensiones de la negociación, lo que estaba en juego el 4 de noviembre era la forma de solución de los conflictos socio-ambientales. Se asumía el diálogo o se imponía la confrontación, se buscaba que imperen las armas de la razón o que mande la razón de las armas. Ollanta y Valdés hicieron fracasar el diálogo para imponer el choque y la represión. Lo que ha venido luego (el monólogo de Valdés, el peritaje por encargo, la intervención del gobierno en las cuentas del gobierno regional, la usurpación de funciones del gobierno regional por parte de un ministro privatizador (incluidas las cárceles) hace parte de la estrategia de confrontación. No se sabe aún el contenido preciso del peritaje por encargo del gobierno, pero se puede pensar fundadamente que él recomienda pequeños ajustes para que Conga vaya y que el gran ajustón represivo estará a cargo del gobierno. Como dijo el ex-ministro Ricardo Giesecke, se trata de que la tropa enseñe a balazos a la población de Cajamarca que la técnica es buena.
Sospecho que para Valdés y para los servicios de inteligencia que influyen mucho en las decisiones del gobierno, el diálogo es un síntoma de debilidad política y no el producto del ejercicio público de la razón. Espero que Ollanta tenga la suficiente perspicacia política para no caer en la celada tendida por la derecha que cree que el orden y la gobernabilidad se imponen a palos y a balazos y que sueñan que, con un baño de sangre, Ollanta ya sería uno de los suyos sin dudas ni murmuraciones. Confío que entienda que quien administra el monopolio de la fuerza no puede disparar irresponsablemente sobre un pueblo desarmado, como le exigen algunos energúmenos de la derecha. Si Ollanta llega a este convencimiento espero que el diálogo sea retomado y que el conflicto socio-ambiental se resuelva pacíficamente para el bien de todos.

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4 pensamientos en “LA BATALLA ANUNCIADA DE CAJAMARCA

  1. Milagros Valdeavellano

    EXCELENTE AVISO PARA OLLANTA…ojalá lo oiga !! Por lo pronto sería prudente organizar un debate entre esos "perritos" y los representantes del pueblo como Marco Arana y Milton Sánchez con amplia participación del pueblo con sus preguntas y comentarios.

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  2. pepe mejia c.

    Y si no va Conga,no se acaba el mundo,segun los entendidos hay decenas de proyectos mineros ,que estan esperando y cumplir las leyes.Pero con la mina Do Run, el estado quiere ordenar la casa,controlar la contaminacion.

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  3. Oscar Guerrero

    El análisis de Sinesio López es acertado ya que la militarización de Cajamarca y el escenario político social que se ha configurado en torno al tema Conga suponen una ofensiva del gobierno para hacer prevalecer lo que ellos llaman ¨la razón¨. Yanacocha no ha mostrado la más mínima señal de arrepentimiento o voluntad de remediar en algo el inmenso daño que le ha causado al Perú, tanto desde el punto de vista económico como ecológico. La debilidad del gobierno de Ollanta radica en que desde diciembre del 2011 trabaja codo a codo con las fuerzas retrógradas de la derecha, de la cual por cierto, no podrá librarse tan fácilmente.
    No estoy de acuerdo con el profesor Lopez cuando sostiene que la derecha le exigirá a Ollanta una prueba de sangre para considerarlo definitivamente como uno de ellos. La realidad es que Ollanta está construyendo el cuarto piso de la deshonra, el sometimiento y la democracia entendida como subdesarrollo; los tres primeros pisos fueron construidos por Fujimori, Toledo y García respectivamente.
    En este escenario la izquierda debería asumir una posición más responsable, tenaz y a la vez realista ante los hechos. Necesitamos tomar la iniciativa y pasar de lo declarativo a lo organizativo. Está claro que debe surgir una fuerza contestaria ante las innumerables injusticias que seguimos soportando. Esa fuerza contestaria no es otra que la encarnada por la izquierda peruana, pero una izquierda renovada, preparada y unida. El Perú no necesita más declaraciones, es hora de actuar con las armas de la razón amparados en los derechos que nos asisten como ciudadanos. En muchos países del orbe, la gente se organiza y se moviliza cuando sus derechos son pisoteados. Yo no entiendo que esperan los limeños, los piuranos, los arequipeños, etc, para marchar en solidaridad con Cajamarca. Somos un solo país, no hay lugar para los regionalismos, se me hace difícil creer que estamos próximos a perder la misma condición humana. Tratemos de reaccionar antes de que otros hermanos derramen su sangre por nuestra irresponsabilidad y falta de valores.

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  4. César Galarreta

    El Sr. Presidente Ollanta Humala debe asesorarse sobre ECONIMIA,para que no lo asuten los señores que actualmente MANEJAN la economía del Perú. Si Conga NO VA, los inversiones internacionales JAMÁS van a desaparecer, porque para ellos PERU ES LA LAMPARA DE ALADINO, lo frotan y ya! … hay recurso que el estado peruano lo regala – cholo barato – no invierten en cuidar el medio ambiente – no pagan impuestos … El Sr. Presidente Ollanta Humala debe amarrarse los pantalones y debe aprender de la Presidenta Cristina K. de ARGENTINA, HA PRIVATIZADO EL PETROLEO Y PUNTO, y no tiene miedo que se vayan los invercionistas, PARECE QUE NO TINE COJONES SR. PRESIDENTE.

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