La verdad es que esta nota está llena de indignación, impotencia, asco, rabia, y muchos otros sentimientos de negativos hacia la “realpolitik” peruana, en el sentido peyorativo del término, es decir la falta de visión, el “cortoplacismo” y banalización de la política. Hoy que se desarrolla la campaña electoral para la Presidencia y el Congreso del Perú somos testigos de un espectáculo espantosamente tragicómico.

Tomando a los que puntean en las encuestas entre los presidenciables tenemos a: Castañeda Lossio con una gestión poco clara, por decir lo menos, con múltiples indicios de corrupción en el Municipio de Lima (caso Comunicore), además de sus recientes expresiones homofóbicas; Keiko Fujimori que no tiene mayor ideario que sacar a su padre, el nefasto Alberto Fujimori, de la cárcel (sentenciado por violaciones a los derechos humanos), además de aliada con los sectores más retrógrados y conservadores de la derecha; Alejandro Toledo que hizo gala de una frivolidad supina durante su gestión como Presidente (avión parrandero, secuestro en el hotel Melody, viajes a Punta Sal), nepotismo, además de negarse a reconocer la paternidad de su hija; Pedro Pablo Kuczinski que fungió de lobbista de empresas transnacionales en desmedro de los intereses de los peruanos.

El caso de los candidatos al Congreso, no sabemos si es peor, pero lo cierto es que, tiene protagonistas propios un “reality show” de esos amarillentos, entre los más destacados: “Brad Pizza” famoso por sus escándalos faranduleros; la ex bataclana Daysi Ontaneda; muchas ex voleibolistas, entre ellas Cecilia Tait, Rosa García, Cenaida Uribe, Leyla Chihuan, muchas sin mayor mérito que haber jugado por la selección; cantantes como Julio Andrade. Los aquí mencionados, son solamente una pequeña muestra de los diversos especímenes que esperan poblar el Parlamento. Para “intentar ser justos” (muy difícil) debemos decir que el haber ejercido tal o cual oficio no incapacita a nadie de tentar una curul en el congreso, por algo la Constitución sólo exige ser mayor de 25 años y ser peruano de nacimiento, lo que, a mi parecer, es adecuado. Sin embargo el congreso debería reunir a diversos actores que están en contacto con la realidad, es decir, actores políticos que trabajan desde los sindicatos, los movimientos indígenas, los movimientos campesinos, los gremios, los colegios profesionales, las minorías étnicas, etc. Por esta razón el sentimiento que nos queda es que muchos personajes del “show Business” sólo intentan aprovecharse de su imagen para saciar sus apetitos personales.

Admitiendo como legítimas las aspiraciones presidenciales y congresales de estos personajes, además de tratar de no juzgarlos por su pasado (aunque evidentemente es imprescindible hacerlo) sino en aras de tener una visión prospectiva de lo que harían o podrían hacer en caso de llegar a ser elegidos, tomemos en cuenta sólo lo que vemos en estos meses de campaña. En cuanto a las propuestas de gobierno, cero propuestas que se desmarquen de lo que siempre se ha dicho, buenas intenciones, verdades de Perogrullo a las que nadie podría oponerse: reducción de la pobreza, mayor seguridad ciudadana, mejora de la educación, mejora de la salud, bla, bla, bla… sin planes concretos, evidenciando que la campaña está concentrada en la forma, sólo vemos cascarones vacíos. En las empresas las campañas de publicidad y comunicación son un componente del mix marketing, que ayudan a mostrar las bondades del producto, siempre y cuando exista tal y además efectivamente cuente con las bondades ofrecidas, pero lo que vemos es que los candidatos nos intentan vender un producto inexistente o que no cuenta con las bondades ofrecidas, y eso es una estafa.