La química verde viene, desde hace 25 años ya, marcando un camino de innovación en lo que a productos y procesos sostenibles se refiere. Sin embargo, enfrenta aún un problema tan esencial como el de determinar si un determinado trabajo califica como verde o no. Si bien existen maneras de calificar este grado de verdor mediante la aplicación de métricas, no queda del todo claro si estas son adecuadas o concluyentes.
Elaborado por Jhonatan Arízaga, Rodrigo Cabrera, Erika Llacsahuanga, Juan Pablo Medina.
Hace ya 25 años que la química verde nos acompaña en el desarrollo de proyectos en el ámbito científico. Esta nueva rama de la química se encuentra en la búsqueda del diseño de productos y procesos que minimicen o eliminen el uso y generación de sustancias peligrosas. Entonces, es evidente que el concepto de química verde está relacionado al concepto de desarrollo sostenible. Además, al estar orientada al diseño, se hace necesaria la cuota de innovación que permita plantear nuevas propuestas a los procesos preexistentes. Por contradictorio que pueda parecer, el implementar medidas que armonicen con la idea de química verde trae consigo beneficios económicos además de medioambientales. Estos beneficios no siempre son tomados en cuenta ya que, la estructura de costos usualmente no incluye la destrucción del ecosistema, protocolos de remediación del impacto ambiental, o gastos de salud. Como se ha mostrado, implementar medidas que sigan las pautas de la química verde es positivo en todo sentido. Sigue leyendo