No es un libro para alegrarte la mañana, no. Pero empeñados como estamos siempre en someter a crítica lo que hacemos, me parece una lectura de lo más recomendable. Cierto que se ha puesto este hombre, Byung-Chul Han, un tanto de moda. Curiosa su trayectoria desde Corea del Sur hasta Alemania. Y curioso que empezara estudiando Metalurgia y haya acabado en manos de la literatura germana, la teología y la filosofía. En fechas recientes se han publicado varios “libritos” suyos (en torno a las 100 páginas cada uno) que parece se leen relativamente fácil. Llevo dos hasta la fecha y tengo otros tres esperando.

BANNER LA SALVACIÓNHoy toca post de citas, que hacía tiempo que no escribíamos ninguno. Allá van las referidas a Psicopolítica, con un breve comentario introductorio en cada caso.

Comienza el libro hablando de libertad, de una libertad que a lo mejor no es lo que parece.

El sujeto neoliberal como empresario de sí mismo no es capaz de establecer con los otros relaciones que sean libres de cualquier finalidad. Entre empresarios no surge una amistad sin fin alguno. Sin embargo, ser libre significa estar entre amigos. […] El neoliberalismo es un sistema muy eficiente, incluso inteligente, para explotar la libertad. Se explota todo aquello que pertenece a prácticas y formas de libertad, como la emoción, el juego y la comunicación.

Y enseguida recurre al paralelismo entre el actual panóptico digital y el panóptico benthamiano.

A los reclusos del panóptico benthamiano se los aislaba con fines disciplinarios y no se les permitía hablar entre ellos. Los residentes del panóptico digital, por el contrario, se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad. […] La sociedad del control digital hace un uso intensivo de la libertad. […] La dominación aumenta su eficacia al delegar a cada uno la vigilancia. El me gusta es el amén digital. cuando hacemos clic en el botón de me gusta nos sometemos a un entramado de dominación. El smartphone no es solo un eficiente aparato de vigilancia, sino también un confesionario móvil. Facebook es la iglesia, la sinagoga global (literalmente, la congregación) de lo digital.

Las disciplinas cambian, de un sometimiento de ordeno y mando se pasa a una aceptación mediante la manipulación mental.

El capitalismo actual está determinado por formas de producción inmateriales e incorpóreas. No se producen objetos físicos, sino objetos no-físicos como informaciones y programas […]. Para incrementar la productividad no se superan resistencias corporales, sino que se optimizan procesos psíquicos y mentales. El disciplinamiento corporal cede ante la optimización mental.

Surge, cómo no, la comparación con el modelo orwelliano.

Aquí no se tortura, sino que se tuitea o postea. Aquí no hay ningún misterioso “Ministerio de la Verdad”. La transparencia y la información sustituyen a la verdad. […] En lugar de confesiones obtenidas con tortura , tiene lugar un desnudamiento voluntario. El smartphone sustituye a la cámara de tortura. El Big Brother tiene un aspecto amable. La eficiencia de su vigilancia reside en su amabilidad.

Y de ahí a la sociedad de consumo donde las emociones son la llave de la compra compulsiva.

No el valor de uso, sino el valor emotivo o de culto es constitutivo de la economía del consumo. […] Es ahora cuando la emoción se convierte en medio de producción.. […]
La aceleración de la comunicación favorece su emocionalización, ya que la racionalidad es más lenta que la emocionalidad. La racionalidad es, en cierto modo, sin velocidad. De ahí que el impulso acelerador lleve a la dictadura de la emoción. […]
Las cosas no se pueden consumir infinitamente, las emociones, en cambio, sí. Las emociones se despliegan más allá del valor de uso. Así se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito.

Pero las emociones nos conducen a lugares donde las decisiones abandonan la racionalidad.

Las emociones, en cuanto inclinaciones, representan el fundamento energético, incluso sensible de la acción. Están reguladas por el sistema límbico, que también es la sede de los impulsos. Constituyen un nivel prerreflexivo, semiinconsciente, corporalmente instintivo de la acción, del que no se es consciente de forma expresa. La psicopolítica neoliberal se apodera de la emoción para influir en las acciones a este nivel prerreflexivo.

Mientras, surge una corriente que extiende la idea de “gamificar” o “ludificar” el acceso a productos y servicios donde las recompensas son inmediatas.

En el juego habita una temporalidad particular. Se caracteriza por las gratificaciones  y las vivencias inmediatas de éxito. Las cosas que requieren una maduración lenta no se dejan ludificar. La duración y la lentitud no son compatibles con la temporalidad del juego.

En los últimos capítulos se introduce el autor en las profundidades del Big Data y lo que supone respecto a la concepción de la persona.

El lema del Quantified Self es: Self Knowledge through Numbers, autoconocimiento por medio de los números. Los datos y los números, por mucho que abarquen, no proporcionan el autoconocimiento. Los números no cuentan nada sobre el yo. La numeración no es una narración. El yo se debe a una narración. No contar sino narrar lleva al encuentro con uno mismo o al autoconocimiento.

El individuo se convierte en producto, en mercancía. Surgen empresas que ya ofrecen esa mercancía, a precios diferentes según cuál sea el perfil con el que se mercadea.

Hoy se trata a los hombres y se comercia con ellos como paquetes de datos susceptibles de ser explotados económicamente. Ellos mismos devienen mercancía. El Big Brother y el Big Deal se alían. El Estado vigilante y el mercado se fusionan. […]
Acxiom sabe más de los ciudadanos estadounidenses que el FBI. En esta empresa, los individuos son agrupados en 70 categorías. Se ofertan en el catálogo como mercancías.

Y, por fin, una reflexión oscura sobre lo que aporta el “dataísmo”, la preeminencia del enfoque Big Data.

Las correlaciones que descubre representan lo estadísticamente probable. Así, el Big Data no tiene ningún acceso a lo único. El Big Data es totalmente ciego ante el acontecimiento. No lo estadísticamente probable, sino lo improbable, lo singular, el acontecimiento determinará la historia, el futuro humano. Así pues, el Big Data es ciego ante el futuro.

Puntuación: 5 / Votos: 1