El pensamiento crítico es un proceso activo, distinto al proceso en el que solo se recibe la información de alguien (proceso pasivo) (Fisher 2007:10). Un alumno que piensa críticamente sabe pensar ideas por sí mismo, crear preguntas y encontrar información relevante para él. Asimismo, esta habilidad es una forma de pensar razonable y reflexiva que se enfoca en decidir lo que se debe creer y hacer. Además, es un modo de pensar acerca de un determinado tema (sujeto, contenido o problema) en el cual la persona mejora la calidad de su pensamiento al aprender los mecanismos que este sigue y al someterlos a una evaluación intelectual.
Por lo tanto, podemos afirmar que este es un proceso de autoreflexión, ya que se exige una análisis sobre el propio pensamiento y el de los otros. Por otro lado, el pensamiento crítico exige un esfuerzo persistente para examinar cualquier creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de la evidencia que la sustenta y la conclusión a la que más tiende.
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