El ocio no estructurado en tiempo de pandemia

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Ante la ausencia de actividades convencionales que ocupen el tiempo y desgasten la energía de los niños y adolescentes, en tiempos de pandemia, se crea un espacio de ocio negativo que debe ser materia de atención constante.

Hoy, existe el riesgo de que las redes informáticas y la información electrónica sean utilizadas para realizar actividades ilícitas, como por ejemplo el grooming y el sexting.

En el caso del grooming, adultos se ganan la confianza de niños y adolescentes que luego derivan en exposiciones de carácter sexual que podrían generar el sexting, que deviene en  situaciones ajenas a la voluntad de la víctima, empleando las mismas imágenes o audios creadas por ellos (víctimas) en un momento de ocio, sin supervisión.

Para evitar este factor de riesgo, se debería supervisar el ingreso a las redes sociales sólo cuando la edad esté permitida para ello (13 años) y a partir de ello maximizar el vínculo de confianza entre padres o tutores con los adolescentes para mantener diálogos fluidos, compartiendo preocupaciones e inquietudes, para resolverlos juntos.

Importante, LA CONFIANZA…el ingreso subrepticiamente a una cuenta personal de teléfono o red social, de un niño o adolescente genera DECEPCIÓN ante la natural oposición al control y vigilancia y los podría llevar a ser más reservados, alejándose de quienes podemos ayudarlos.

Podemos ser creativos en la correcta administración del ocio, en estos días de pandemia. Sólo depende de nosotros y la adecuada visión de futuro para los niños y adolescentes que nos han confiado.

 

 

 

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