Cambio en la formación de abogados en el Perú – Del conflicto a la prevención.

Los abogados peruanos estamos orientados al conflicto pero nadie nos dijo como poder encontrar la solución.

Todos venimos de una educación escolar en la que no se nos enseñó a solucionar los conflictos de manera directa, y mucho menos nos dieron una cultura de prevenirlos. En el tema social, tampoco es la regla general.

Y con esta educación llegamos a la Universidad y en ésta, tampoco se nos enseño las herramientas que deberíamos utilizar para solucionar un conflicto de manera directa y como dar una asesoría preventiva.

¿Y hoy que ocurre? Tengo la impresión que seguimos en la misma generación de abogados que entiende que el conflicto se soluciona con una demanda judicial o con una denuncia penal para incluir presión en la contraparte; y antes esto, el sistema judicial no puede reaccionar adecuadamente por falta de estructura, por volumen de trabajo, por no tener una logística adecuada y por la conducta de nosotros, los abogados.

Creo que si pretendemos que la sociedad peruana crezca, tenemos que enfrentar la cultura de conflicto con una cultura de prevención y solución directa; en donde sentarse a conversar y acordar sea el medio y el fin, y esto debe comenzar desde la casa, luego el colegio y finalmente, quien se dedique a la profesión de abogado, profundizar y especializar los métodos de prevención y negociación; y más aún si se trata de abogados que se vinculan con el sistema judicial.

Por eso es importante que al lado de ambas partes en conflicto existan abogados que brinden una asesoría que permita llegar a acuerdos, analizando lo bueno y malo de las propuestas y de su posible negativa, sincerando el conflicto, los intereses y las soluciones; evitando un sistema judicial que por ahora, no brinda ni seguridad jurídica ni acceso rápido a la justicia y en el que el error es un elemento en contra de todos.

Nosotros los abogados, más que sólo especializarnos en procesos judiciales o arbitrales, debemos ampliar el panorama, hablar del concepto de prevención y solución de conflictos y comenzar a incluir la prevención y la negociación en las asesorías.

Hace poco le dije a un canadiense que apreciaba que, pese a estar al costado de un país tan violento como EEUU, tenían un índice muy bajo de criminalidad y conflictos y su respuesta fue contundente: Haya no hay culturas homogéneas (hay rusos, croatas, lituanos, franceses, ingleses, la latinos, etc) pero hay tres pilares de esa sociedad: TOLERANCIA, IGUALDAD Y TODO SER CONVERSA, porque para conversar hay que tener primero un concepto de igualdad y mucha tolerancia porque en la primera reunión es absurdo pensar que se llegará a un acuerdo total, pero es el inicio de que en una de las tantas reuniones, se logre el acuerdo final.

¿Parece difícil? Para mi no, entonces conversemos.

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Fideicomiso Deportivo como instrumento de inversión y financiamiento del deporte en el Perú

Los dirigentes deportivos siempre están en la búsqueda de inversiones para lograr el desarrollo del deporte con el que se ha asumido un compromiso. Esta inversión se ve limitada por factores económicos, legales, éticos e imagen del dirigente deportivo.

El factor económico se da porque muy pocas empresas y recursos privados y del Estado se destinan al deporte.

El factor legal se da porque no existen normas que promuevan esta inversión.

El factor ético se expresa en la desconfianza que da la imagen del dirigente deportivo y que desincentiva que las empresas entreguen dinero y asuman proyectos de mediano y largo plazo.

Ante esta realidad, la mayoría de las Federaciones tienen principalmente tres fuentes ingresos: 1) Los otorgados por el Instituto Peruano del Deporte (IPD); 2) Los recursos propios; y 3) Los que provienen del apoyo de la empresa privada.

El primero de los ingresos es limitado, porque el presupuesto y fondos que destina el Estado al IPD para el desarrollo del deporte no son suficientes para todas las necesidades deportivas.

El segundo está limitado a lo que pueda ofrecer como enseñanza del deporte a través de academias, a la creación de registros de deportistas, eventos, entre otros. El desarrollo de un marketing deportivo de nuestras disciplinas es aún limitado.

El tercero se expresa mayormente en el apoyo en bienes y servicios, y muy pocas veces dinero en efectivo. Este apoyo no es constante y más se fundamenta en la buena voluntad de los que dirigen las empresas que en el compromiso de realizar proyectos deportivos como parte de un desarrollo empresarial.

Toda esta situación lleva a analizar que es lo que se tiene que hacer y hacía donde debemos progresar.

2) Ingreso del concepto “empresa” en el deporte

Frente a una situación complicada, con muchas limitaciones, sin la existencia de inversiones para proyectos, con dirigentes deportivos profesionales en formación y con un apoyo limitado del Estado al deporte, desde el año 2001 en que la federaciones se convirtieron en una personas jurídicas de derecho privado (asociación civil sin fines de lucro), la mejor de las decisiones pasa por que las federaciones deben incluir el concepto de “empresa” y orientar toda la organización y manejo de recursos de manera eficiente, transparente, ética y responsable, agregando conceptos de democracia en las decisiones, solidaridad, inversión prioritaria en recursos humanos y ganancias destinadas exclusivamente hacia el deporte.

La falta de esta iniciativa no ha permitido desarrollar organizaciones viables, con crecimiento sostenido y limitados por los recursos; porque si se quiere tener éxitos deportivos a nivel bolivariano, sudamericano, panamericano, Mundial y Olímpico, se debe desarrollar proyectos a mediano y largo plazo; y para esto es necesario la inversión.

3) El fideicomiso deportivo

Las pregunta que hay que formular es ¿Cómo recuperar la confianza de las empresas y la sociedad en el dirigente deportivo y que esto permita a las empresas invertir en el deporte de manera constante?, ¿Qué incentivos debemos dar al sector privado para que el apoyo al deporte sea importante dentro de su estrategia de crecimiento?, ¿Pueden las Federaciones Deportivas y las empresas del sector privado coincidir en una alianza comercial y de desarrollo mutuo?, ¿Estará dispuesto el Estado a dar incentivos para la inversión privada en el deporte?

Nosotros creemos que si es posible responder a todas las preguntas antes mencionadas de manera positiva.

En nuestra realidad existe un instrumento legal y financiero que no ha sido aún utilizado (no sé porque) y que en caso se aplique se puede lograr el desarrollo del deporte nacional. Este instrumento es el contrato de fideicomiso regulado en la Ley del Sistema Financiero (Ley 26702).

Si se analiza como instrumento legal permite que el dinero invertido por las empresas o personas privadas se convierta en un patrimonio autónomo distinto al patrimonio de los inversionistas, de la Federación y del Banco encargado de la administración de este patrimonio.

Si se analiza como instrumento de gestión eficiente y transparente, la administración del dinero en fideicomiso está a cargo de una entidad especializada del sistema financiero y no por la Federaciones, y el dinero únicamente podría egresar del patrimonio con proyectos correctamente elaborados y sustentados en lo económico, administrativo y técnico-deportivo.

En este mismo análisis, el patrimonio estaría destinado exclusivamente a fines específicos pactados en el contrato, que en nuestro caso sería el desarrollo de la alta competencia; apoyo a las selecciones nacionales mayores y juveniles, varones y damas; y desarrollo de infraestructura deportiva.

Si se analiza como instrumento financiero, permite de manera inmediata contar con un fondo en dinero disponible que permitirá elaborar y desarrollar proyectos a mediano y largo plazo, sin que sea en el futuro el recurso dinero el que genere una interrupción de estos.

Si se analiza que beneficios económicos puede traer en el mercado nacional, la inversión en los deportistas e infraestructura permitirá la adquisición de bienes y servicios y promoverá el desarrollo de algunos sectores.

Se puede visualizar que la existencia del fideicomiso deportivo puede tener efectos directos en el deporte nacional: 1) Proyectos deportivos de mediano y largo plazo debidamente financiados, 2) Desarrollo e inversión en infraestructura deportiva y 3) Dirigentes deportivos probos y profesionales (Su labor e imagen será analizada como un elemento de riesgo tanto por los inversionistas como por el Banco administrador de los fondos. En caso el riesgo sea alto, no habría intereses en un fideicomiso o el existente quedaría resuelto)

El desarrollo del fideicomiso deportivo no genera ningún costo para el Estado porque la inversión tendría su origen en el sector privado.

Por eso creo que el rol del Estado y de los Gobiernos, en cumplimiento del deber constitucional de promover el deporte, es dar normas adecuadas para la inversión en los fideicomisos deportivos, principalmente en materia tributaria.

Si el fideicomiso es un instrumento de inversión viable en el deporte y el Estado apoya adecuadamente el desarrollo mediante normas que incentiven esta inversión, el futuro del deporte nacional está asegurado (esto porque no también podría aplicarse al aspecto cultural).

El cambio en el deporte sería total: Se tendría recursos económicos, la administración de estos recursos la tendría una entidad financiera, los inversionistas podrían aportar dinero de manera confiable y transparente, el nivel del dirigente deportivo sería óptimo en conocimientos y ética, se puede masificar el deporte en colegios, universidades y clubes privados, se podría formar atletas de alta competencia y se tendría éxitos deportivos, se abriría nuevas posibilidades de práctica de otros deportes y se harían masivos, se tendría infraestructura adecuada, entre otros muchos efectos sociales.

Debe ser prioridad de la Sociedad y los Gobiernos desarrollar el deporte porque esto significa desarrollar cultura, valores y educación, y la inversión tiene como principal destino el recurso humano, elemento fundamental del desarrollo de nuestra sociedad.

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