EL PERÚ Y SU PARTICIPACIÓN EN LOS MERCADOS DE CARBONO

El Protocolo de Kyoto fue suscrito en 1997 con el objetivo de reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Uno de los mecanismos de descontaminación creados fueron los bonos de carbono. Pero, ¿en qué consisten? ¿Existen desventajas?

Por medio de este mecanismo, se ofrecen incentivos económicos a las empresas privadas que llevan a cabo proyectos con una significativa mejora en la calidad ambiental. La reducción de los GEI es medida en toneladas de CO2, y se traducen posteriormente en Certificados de Emisiones Reducidas (CER), los cuales pueden ser negociados en el mercado de carbono a los países industrializados. Por lo tanto, se puede generar un ingreso no esperado dentro del proyecto, una mejora en la rentabilidad, menor riesgo y mejores condiciones para el financiamiento. De esta forma, se crea un beneficio económico al inversionista, incluyendo por fin el tema ambiental como potencial generador de ingresos para ellos, e indirectamente un beneficio para la humanidad.

Sin embargo, existen críticas, las cuales se centran en que éste mecanismo no promueve un real cambio en el uso y producción energética. ¿Esto realmente fomentará las energías más limpias y renovables en la región? o sólo se cambia el lugar donde se realizan las reducciones de las emisiones, sin reales beneficios ambientales o sociales para los países huéspedes de estas empresas.

La importancia del desarrollo de estos mercados de carbono, para el caso peruano, radica en que nuestro país se comporta como un ofertante de proyectos con mecanismos de desarrollo limpio dentro del mercado de carbono. Por ejemplo, en el año 2006 el Perú participó en la “Carbon Expo”[1], presentando un portafolio de 50 proyectos, los cuales ascendían a US$ 1,400 millones en inversiones por la venta de certificados. De esta forma, en lo que respecta a estos mercados, nuestro país se estaría perfilando como uno de los principales países para invertir, a nivel de Latinoamérica[2].

[1] Convención anual que tiene por finalidad brindar al sector público y privado de países en desarrollo la oportunidad de ofrecer sus carteras de proyectos directamente a inversionistas, fondos de carbono, etc.
[2] PROMPERÚ. Boletín de Servicios. Número 05 Año 3

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