MAYORES TASAS DE RETORNO EN EE.UU. PERMITEN, HASTA AHORA, FINANCIAR SUS DEFICITS

Los mercados financieros mundiales se encuentran atravesando un contexto de bastante incertidumbre. Entre los principales factores que vienen contribuyendo con generar este escenario, se puede mencionar a los siguientes: i) creciente déficit fiscal y en cuenta corriente en EE.UU., ii) lenta recuperación de las principales economías del mundo; iii) encarecimiento de las materias primas.

Respecto al déficit comercial norteamericano, entre enero y agosto de este año éste fue de US$463.366 millones (+17%). En cuanto al déficit fiscal, hasta septiembre de este año éste se ubicó en US$318.600 millones, menor a los US$412.800 en que se ubicó en similar periodo del año anterior, aunque la cifra sigue siendo elevada y, en particular, preocupa que ésta sería financiada a una tasa de interés más alta.

No obstante, hasta el momento el mayor requerimiento de financiamiento de EE.UU. ha podido ser financiado gracias al incremento de las tasas de interés de referencia en dicha economía (actualmente en 3,75%), que se mantienen por encima de las correspondientes a las vigentes en la Unión Europea (2,0%) y en Japón (0,10%). Adicionalmente, los débiles indicadores económicos en estas dos últimas economías, respecto a EE.UU., han contribuido a generar un mayor ahorro en las mismas, las que sumadas a las de economías emergentes, particularmente de Asia, también se habrían destinado al financiamiento del déficit norteamericano. Así, en los últimos meses se ha apreciado un mayor flujo de capitales hacia instrumentos de deuda, nominados en dólares, particularmente a plazos largos (los demandados mayormente por fondos de pensiones).[1]

Sin embargo, la pregunta es hasta cuándo esta situación puede continuar ya que si bien en EE.UU. se espera que siga subiendo la tasa de interés referencial para contener presiones inflacionarias, ello podría ocasionar un fuerte debilitamiento de su economía. Al respecto, cabe señalar que si bien el índice de precios al consumidor, sin considerar alimentos ni energía, acumula en el año un incremento de 2%, el índice de precios general acumula un incremento de 4.7% (el mayor valor desde mayo de 1991), lo que refleja que los productores estarían absorbiendo los mayores costos de materias primas, situación que no necesariamente será sostenible de manera permanente.

[1] Un efecto secundario ha sido la mayor fortaleza del dólar frente a otras monedas. Así, en lo que va del año, el euro viene perdiendo 11.2% frente al dólar, mientras que el yen lo hace en 12.5%.

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