Reflexion de una mente oprimida y relegada en la esquina de un viejo aparador

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Tengo un vestido rosado, como de niña antigua, el cabello marron en ondas, y un lazo del color de mi vestido, no tengo zapatos, no se por que…

Todos los dias veo a una chica medio tonta, arreglarse para irse a trabajar o a estudiar, su mama le grita que limpie su cuarto que parece una pocilga, y ella le responde que lo hara mas tarde, la conozco demasiado, jaja, no hara nada mas tarde.

Aunque es medio tonta e ingenua, creo que le va bien en los estudios, tiene un novio cariñoso y una familia que la quiere, la envidio.

Estoy cansada de estar en este aparador, de ser una muñeca de adorno, regalo de 15 años de su abuela, para esta niña, ahora ya adulta.

Cansada de ver su felicidad y yo no poder obtenerla, con ganas de salir, de estudiar, de arreglar ese cuarto que en verdad parece una pocilga, de tener su vida, su posibilidad de vivirla como ella quiera, sus sueños, su amor, todo…

Me quito el vestido, dijo que esta sucio y polvoriento, claro si nunca me observa, no me presta atencion, me tiene relegada a una esquina sucia, esperando…

Esperando a que las piernas me respondan y pueda moverme y vivir, siiiiii, vivirrrr, salir de este mundo de muñecas y ver el mundo alla fuera, detras de esas persianas que no me permiten ver la realidad…

Ahora, desnuda, sin vestido, al costado del aparador, sigo esperando!

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2 pensamientos en “Reflexion de una mente oprimida y relegada en la esquina de un viejo aparador

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