Sobre el diseño de productos no puedo dejar de mostrar mi estupor, ante los comentarios de una columna de La Republica, donde se menciona (La Republica, J. Tavara, 11 de mayo 2013) que:

“Una de las prácticas más irracionales del capitalismo es la obsolescencia programada, que consiste en diseñar productos con el propósito deliberado de limitar o reducir su tiempo de vida útil. Como revela el documental “comprar, tirar, comprar” (en Youtube), ha afectado a diversos bienes como automóviles, impresoras, focos de luz, medias de nylon y equipos electrónicos. Hoy prevalece una visión de la ingeniería que ya no busca producir lo mejor, “que dure para siempre”, sino que se especializa en diseñar bienes descartables para la sociedad de consumo”. 

Erronea afirmación, pues la visión de ingeniería actual es la de la reducción del ciclo de desarrollo de producto debido a una acirrada competencia y un mercado avido de nuevos productos. El nuevo producto que sale al mercado tendrá tiempo para recuperar su inversión, no así el que sale segundo, para el que le será más dificil. Es el mercado ante una lógica pos-fordista la que lleva a la obsolescencia de los productos. Ya el mismo Peters clama por “destruya su produto, antes que la competencia lo destruya”. No hay pues ningún proposito deliberado como afirma el columnista.

Pero no queda allí, el columnista continua con sus afirmaciones temerarias expresando:

“El uso irracional de recursos y energía que estas prácticas traen consigo viene provocando crisis ambientales cada vez más graves y evidentes. La única opción viable es el desarrollo sostenible, pues el crecimiento económico infinito no es posible en un planeta finito. Bien decía Gandhi que el mundo es suficientemente grande como para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para satisfacer la codicia”.

Las crisis ambientales no tienen nada que ver con una lógica pos-fordista, la que mas bien busca la optimización de los nuevos productos mediante la innovación; estas crisis más bien se vinculan con rezagos fordistas de producción en masa y obsoletos que para el columnista, al parecer tienen vigencia. Más aun cuando la tendencia lleva a la denominada eco-innovación que incorpora conceptos de diseño C2C, esto es de la cuna a la cuna, propiciando el reciclaje y el reuso.

Y finalmente no entiendo porque cita indebidamente a Ganhdi, cuando en realidad bien podría seguir lo dicho por el Mahatma Gandhi, “Sé el cambio que quieras ver en el mundo”.

[José Alvarez]