En suma, se puede afirmar …

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A los 15 días de acontecido el fatidico terremoto en Pisco el año 2007, asistí en una camioneta de la PUCP llevando viveres y ayuda humanitaria al distrito de San Andres. Lo hice por encargo y en coordinación con la PUCP que proveyó los alimentos y el medio de transporte (hay pruebas). Fui el unico profesor de la especialidad de Ingeniería Industrial que participó en estas labores. Y obviamente que no había ningún cálculo de obtener algún beneficio por ello. Pero al ser injustamente acusado de no realizar proyección social, para tener pretextos para expulsarme de la PUCP, en honor a la verdad tengo que manifestarlo.

Ya anteriormente también había participado en un proyecto de comercialización de miel de abeja para la comunidad, con altos indices de pobreza, de Pampa Cangallo. Esta actividad fue decorrencia de una visita – diagnóstico donde participó el entonces Rector Dr. Salomon Lerner y que contó con la participación del Ing. David Chavez Muñoz, las coordinaciones se realizaron con el Padre Jorge Beneito.

Sin embargo, mediante la resolución No 211 el Consejo Universitario de la PUCP – formado por reconocidos intelectuales como Pablo Quintanilla, José Tavara Martin, y Carlos Garatea Grau, entre otros, afirma que no he realizado actividades significativas de responsabilidad social, tal como aparece en el siguiente extracto de la misma. Esta resolución implicó mi injusta expulsión de la PUCP. El accionar de estos tres intelectuales,  ¿acaso no daña el capital social?; ¿será el suscrito el unico perjudicado por su accionar?. Quiero dejar en claro también, que estos tres reconocidos intelectuales, pregonan la honestidad, la excelencia académica, los derechos de las personas, entre otros.

 

“Que, en cuarto lugar el profesor Alvarez Merino no ha acreditado debidamente la realización de actividades de responsabilidad social en el periodo evaluado, precisándose que ha calificado de manera errónea una presentación de un libro como actividad de proyección social y, asimismo, no ha establecido detalladamente en qué ha consistido su apoyo a una actividad realizada en Pisco, la cual además ha sido realizada sin haber solicitado la licencia correspondiente de acuerdo al Reglamento de personal docente, en suma, se puede afirmar que el referido profesor no ha realizado actividades significativas en este rubro”

¿Por qué?

Considero que la universidad además de labores de investigación y transferencia tecnológica, hacia las empresas, tal como es preconizado por Etzkovitz (2000) dentro de la triple helice, debería proyectarse a la sociedad. Pero al parecer, por lo menos en mi caso, se niega, se cuestiona, se denigra, se maltrata, se censura y finalmente se expulsa a quien lo hace.

Sin caer en la soberbia – dado los pergaminos de estos tres intelectuales, los invitaría a debatir sobre el tema – es decir sobre la injusta (o tal vez justa para ellos) expulsión de la que fui objeto.  El debate podría ser en forma conjunta y/o individualmente; el debate – caso fuera aceptado – podría ser en la misma PUCP, de ser el caso. No creo que se nieguen, pues ellos (aunque no la propusieron) avalaron la expulsión.

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