Noticia del pasado: Francia ultima un nuevo proyecto para Europa tras el referéndum británico

Hollande resucitará la idea del núcleo duro de países para reforzar el euro y crear la Europa de la Defensa.

Por: CARLOS YÁRNOZ
París 7 MAY 2016 – 06:27 EDT

Francois Hollande, presidente de Francia. Imagen en elpais.es

Francois Hollande, presidente de Francia. Imagen en elpais.es

Las crisis del euro y de los refugiados, unidas al auge de grupos populistas y xenófobos, han originado en la Unión Europea unos vientos de insolidaridad que por vez primera en su historia soplan a favor de la fragmentación. Francia quiere ponerse a la cabeza de los países deseosos de invertir la tendencia antes de que sea demasiado tarde. Para ello, el presidente François Hollande presentará el mes que viene su proyecto para una nueva Europa “más coherente y solidaria”, en contra del deseo británico, entre otros. Incluirá, dice el Elíseo, la Europa de la Defensa, un pilar tan ambicioso como poco desarrollado.

El mandatario francés presentará su plan inmediatamente después del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE, previsto para el 23 de junio. “No lo hará antes para no influir en la campaña”, añaden las fuentes oficiales consultadas, pero sí lo hará tras la consulta “sea cual sea el voto de los británicos”. El proyecto “será el mismo tanto si gana el sí como si gana el no”.

París quiere “una Europa más coherente y solidaria”, unas palabras utilizadas esta semana por el propio Hollande y que se traducen en medio de esta grave crisis en la reactivación de la idea de crear un núcleo duro de países de la zona euro que quieran avanzar más en la construcción europea aunque suponga nuevas pérdidas de soberanía. Es lo contrario que propugna Londres, líderes de países del Este o los partidos populistas y xenófobos que se extienden por toda Europa.

En el terreno económico, dicen personas próximas a Hollande, París quiere materializar ideas sobre la gobernanza de la eurozona que ya planteó el año pasado a raíz de las tensiones de la UE con Grecia: crear un Parlamento de la zona euro; contar con un presupuesto propio del club de la moneda única “para financiar inversiones paneuropeas”, y tener un gobierno económico para la divisa europea. Ahora, París añade la necesidad de lanzar políticas europeas en el terreno digital y en el de la transición energética.

De mayor calado político y estratégico en un momento en el que Europa afronta graves amenazas externas (al Este y al Sur) e internas (terrorismo yihadista), el socialista Hollande agrega también en estos momentos la necesidad de desarrollar la Europa de la Defensa, aún en mantillas. El presidente francés ha dicho a sus colaboradores que, tras la reciente visita de Barack Obama a Europa y de otros encuentros suyos con líderes estadounidenses, “es obvia” la decisión de Washington de que los europeos asuman una gran parte de su propia seguridad, ahora garantizada por Estados Unidos.

París insiste en que al proyecto de Hollande se sumarán “los países que lo deseen”. En el Elíseo señalan que el plan ha sido consensuado con Berlín. “Solo cuando Francia y Alemania están unidas puede avanzar Europa”, suele repetir el presidente francés. Y dan por hecho que en esa necesaria reactivación de Europa participarán activamente al menos Italia, España, Luxemburgo, Bélgica, Holanda o Portugal.

Tienen “más dudas”, en cambio, con un país clave como Polonia por la deriva antieuropeísta alimentada por sus propios líderes desde hace años y, sobre todo, a raíz de la llegada masiva de migrantes a Europa. “Hay europeos a tiempo completo cuando se trata de recibir, y a tiempo parcial cuando tienen que aportar”, acaba de decir el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en referencia a Varsovia y otras capitales del Este.

“Lo que nos amenaza en este inicio del siglo XXI es el resurgir del nacionalismo”, ha alertado Hollande esta semana. La crisis de los refugiados ha puesto de relieve ese peligro y ha originado una pésima gestión del fenómeno que ha resquebrajado los cimientos del proyecto europeo.

Para el mandatario francés, como ha señalado el martes ante destacados miembros de su partido, ese nacionalismo creciente “que recorre toda Europa” ha provocado rechazos, cierres de fronteras, discursos a favor de la salida del euro o de la UE o “la exaltación de la identidad nacional” para discriminar a quien no es originario de un territorio concreto.

Francia debe estar en primera línea” a la hora de reaccionar ante esta grave situación en Europa, ha dicho el presidente francés. París sostiene que la situación es tan delicada que el plan para reactivar el proyecto europeo debe ser presentado con máxima urgencia.

Para conseguir la reactivación del proyecto europeo, Hollande intenta en primer lugar consensuar posiciones comunes con la canciller alemana, Angela Merkel. Las discrepancias entre París y Berlín se han agravado en el último año por la crisis de Grecia —Alemania se planteó la expulsión de Atenas del euro— y de los refugiados —Hollande vetó de facto el reparto por cuotas impulsado por Merkel.

El presidente francés acaba de hacer un balance de sus aportaciones a la Unión Europea desde que en 2012 llegó al poder y casi todas han sido contrarias a los intereses alemanes: desde el fomento de políticas de reactivación económica hasta el rechazo de la austeridad a toda costa pasando por su apoyo a las extraordinarias medidas de liquidez del Banco Central Europeo.

“Hoy es Francia quien defiende al BCE”, ha señalado el líder francés ante las críticas que recibe de Berlín el presidente de la institución, Mario Draghi.

“Es el momento de París y Berlín de plantear un proyecto positivo y renovado para Europa”, ha escrito en Le Figaro Christian Lequesne, profesor de Sciences Po. La urgencia es tal que ni Hollande ni Merkel quieren esperar a que pasen las elecciones presidenciales y federales, respectivamente, del año que viene en ambos países.

“Francia está lista; ahora Europa debe convencerse”, asegura el jefe del Estado francés.

MÁS DEMOCRACIA FRENTE A LOS EXTREMISMOS
C. Y.
Los peligros de los vientos nacionalistas a los que se ha referido François Hollande se concretan en el auge de la extrema derecha y el populismo en Francia, Alemania, Polonia o, más recientemente, en Austria. En Francia, el Frente Nacional de Marine Le Pen es el partido más votado con un discurso euroescéptico: “La UE no nos aporta nada; queremos recuperar soberanía territorial (no a Schengen), monetaria y presupuestaria”, reitera la líder ultraderechista.

Hollande asume que, para combatir a esos partidos, Europa necesita renovar un proyecto “que naufraga en muchos terrenos”, cuenta uno de sus asesores. La toma de decisiones y las propias instituciones europeas deben democratizarse, añade.

Pese al auge de esos partidos, sigue siendo mayoritario el rechazo a abandonar la UE o el euro. El 71% de los franceses desea seguir en la UE y el 73% en el euro, según un sondeo de Les Echos.

Le Pen aboga por la opción del Franxit y por organizar un referéndum similar al británico. En Francia y en toda Europa “para que cada país tenga la posibilidad de decir lo qué piensa de en qué se ha convertido hoy la UE”, como ha declarado a France 2. Ni los partidarios del Brexit la quieren ver en Londres apoyando la campaña. Todo un dato de las peligrosas derivas que sufre Europa.

En: elpais

Francia se suma a lucha contra el EI

Los países occidentales se sienten cada vez más amenazados por el terror sembrado por Estado Islámico. El lunes (15.09.2014) comienza en París una conferencia internacional para tratar el asunto.

El presidente francés, François Hollande, se muestra especialmente decidido cuando se trata de luchar contra el Estado Islámico (EI). El mandatario viajó a Erbil y a Bagdad, aprobó el envío de armas a los kurdos de Irak y está dispuesto a ofrecer más ayuda al gobierno iraquí para combatir a la organización. Por ese motivo, ha organizado una Conferencia internacional en París, en la que participarán, entre otros, el presidente de Irak, Fuad Masum, y el ministro de Defensa alemán, Frank-Walter Steinmeier.

Este fin de semana, la lucha contra los extremistas sunitas adquirió un carácter de urgencia para muchos países. La decapitación del cooperante británico David Haines, difundida nuevamente en video por EI, ha vuelto a horrorizar al mundo. David Cameron describió este hecho como “un acto de extrema maldad”. Obama expresó su decisión de acabar con los terroristas gracias al trabajo conjunto de la coalición que EE.UU. está terminando de consolidar. El ministro de Exteriores alemán, Steinmeier, calificó el asesinato de Haines como “un aberrante acto de barbarie, que sobrepasa los límites de la civilización”.

Coalición contra el EI

La decapitación de Haines, la tercera difundida en video en tan solo unas semanas, somete a especial presión a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, pues las víctimas procedían de estos dos países. Hollande ha mostrado su disposición a formar parte de la coalición internacional contra los extremistas sunitas. La política francesa en Cercano Oriente no siempre ha estado en sintonía con la estadounidense. Cuando en el año 2003 el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, buscó ayuda para su operación militar en Irak, el gobierno francés se negó a ofrecérsela. Pero en esta ocasión, la reacción de Hollande ha sido muy diligente. El presidente francés insiste en una estrategia a largo plazo en Irak y exige acciones coordinadas contra el Estado Islámico.

Al parecer, Hollande también estaría considerando la posibilidad de tomar parte en los ataques aéreos de EE.UU. en Irak. Según el Pentágono, desde el pasado 8 de agosto, las Fuerzas Aéreas estadounidenses han llevado a cabo más de 150 acciones en aquel país. Obama había ordenado previamente estos “ataques selectivos” para proteger a los militares estadounidenses y a las minorías amenazadas en la región, después de que el gobierno de Irak le pidiera ayuda dos años y medio después de declarar el fin de la guerra en aquel país.

Aliados en Oriente y Occidente

También 10 países árabes han ofrecido a Obama su apoyo para luchar contra EI. Entre ellos se encuentran, además del propio Irak, Arabia Saudita, Baréin, Egipto, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar y los Emiratos Arabes Unidos, que han prometido, entre otras cosas, obstaculizar las fuentes de financiación de los terroristas y tratar de frenar la afluencia de combatientes extranjeros. Turquía se muestra cautelosa al respecto. Estado Islámico secuestró el pasado mes de junio a 49 ciudadanos turcos, que aún siguen en manos de los extremistas. Sin embargo, se acusa al país de ser lugar de tránsito para yihadistas extranjeros. Ankara lo niega.

En París se reunirán entre 15 y 20 países para tratar, entre otras cosas, sobre cómo coordinar la información secreta aportada por cada uno de ellos. Además, se debatirán las posibles consecuencias de la lucha contra Estado Islámico en Siria. Debilitar a los extremistas podría suponer reforzar la posición del presidente sirio, Bashar Al Assad. Esto no interesa a la mayoría de los países que se han aliado contra los extremistas. Pero, para Francia, el mayor problema es cómo combatir a los radicales. Tras la caída de Gaddafi en Libia, el país africano parece haberse convertido en un avispero de yihadistas. Desde allí hasta el Magreb se distribuyen armas y consignas que podrían desestabilizar países como Argelia. Esto tendría consecuencias directas e inmediatas sobre Francia, por lo que el asunto urge al presidente Hollande.

En: DW

Ver: Cameron: “Debemos destruir la amenaza del Estado Islámico”

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