Las relaciones con Rusia provocan la primera tormenta política sobre Grecia

Los servicios de seguridad europeos escrutan la cercanía de varios ministros al Kremlin. La UE maniobra para suavizar el veto griego a las sanciones a Rusia.

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Colosal error de cálculo o as en la manga a la hora de defender estrategias de negociación en Europa. Entre estos dos extremos basculan las explicaciones que se dan en Atenas al primer movimiento diplomático del Gobierno de Alexis Tsipras, decididamente pro-Rusia, lo que ha desatado la primera tormenta política sobre el nuevo Ejecutivo.

El lunes, nada más tomar posesión como primer ministro, la oficina de Tsipras lamentó que la Unión Europea hubiera incluido a Grecia sin consulta previa en un comunicado que instaba a Moscú a aplicar los acuerdos de alto el fuego de Minsk en el este de Ucrania, y amenazaba con nuevas sanciones. El martes, el número tres de Exteriores dijo que “Grecia no está de acuerdo con el espíritu de las sanciones”, mientras el mismo ministro de Defensa, Panos Kamenos —líder del partido de derecha nacionalista que apoya a Syriza—, abría la puerta “a una mayor colaboración con Rusia en la compra de armamento”. El miércoles, el superministro de Reconstrucción Productiva y Energía, Panayiotis Lafazanis —único representante en el Gobierno de la facción más izquierdista de Syriza—, declaró: “Estamos contra el embargo impuesto a Rusia”.

A todo ello se suma un gesto no por simbólico menos importante. Hasta ahora, el primer embajador que se reunía con el nuevo primer ministro griego era el norteamericano (EE UU tiene una importante base militar en el país, en la isla de Creta; vital para la cobertura del Mediterráneo oriental). Tsipras rompió con esa tradición el lunes, al elegir al embajador ruso en Atenas, Andrei Maslov, para su primer contacto diplomático. Nada pudo entusiasmar más a los medios rusos, unánimes en los titulares: “Grecia da una lección de democracia a Bruselas” o “Syriza es el nuevo aliado de Rusia”. Dos días después, el presidente Barack Obama llamaba por teléfono a Tsipraspara para reiterarle la “tradicional alianza” entre ambos países.

Las relaciones de Grecia con Rusia vienen de lejos, pero nunca habían alcanzado este protagonismo. El año pasado, durante su gira internacional como candidato a presidente de la Comisión Europea, Tsipras visitó en mayo Moscú, donde clamó contra “la presencia de neonazis en [el Gobierno de] Kiev” —el mensaje oficial de los prorrusos de Ucrania y de Moscú— y denunció las sanciones contra el Kremlin. En el viaje le acompañaba su actual ministro de Exteriores, Nikos Kotziás, procedente del Partido Comunista de Grecia (KKE, afín a Moscú). El nacionalista Kotziás mantiene una buena relación con el también nacionalista radical Alexander Duguin, uno de los ideólogos del eurasianismo —y próximo a Vladímir Putin—, a quien ha invitado a la Universidad del Pireo, donde Kotziás era profesor de Relaciones Internacionales.

Pero no es el único que frecuenta Moscú, también lo ha hecho Panos Kamenos. Tanto este como Kotziás han sido cortejados por el círculo más íntimo del Kremlin, donde figuran algunos de los nombres que tienen prohibido viajar a la UE y EE UU por las sanciones. Estas relaciones peligrosas —Dugin es muy conocido entre los radicales populistas europeos— están bajo la lupa de los servicios de seguridad europeos.

De todo lo dicho se desprende “la preocupación” con que el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, visitó este jueves Atenas. En la reunión que mantuvo con Tsipras se abordaron “todos los temas europeos”, incluidas la crisis de Ucrania y la postura hacia Rusia, el único asunto en el que, según fuentes de Exteriores, Tsipras y Schulz no se pusieron de acuerdo. “Estamos trabajando para evitar una ruptura de la UE y Rusia”, apuntó por su parte Kotziás en Bruselas.

“Me sorprende muy negativamente esta actitud del Gobierno hacia Rusia, porque aleja a Grecia de Europa en un momento crítico. Antes de que hayan empezado las negociaciones con la troika, el Gobierno de Tsipras ya ha creado una seria divergencia”, subraya el profesor Dimitri Sotirópulos, de la Universidad de Atenas. “No creo que Grecia vaya a cambiar sustancialmente su discurso pero sí va a utilizar este asunto como herramienta para sus negociaciones. Tsipras quiere ampliar su agenda internacional y abrir otros frentes para poder negociar con Bruselas; algo así como decirle a la UE “ya tienen bastantes problemas con nosotros, pero podemos crearles más”, explica Kostas Pliakos, editor de Internacional del diario Eleutheros Typos. “Las relaciones con Rusia son un tema tabú, porque EE UU aún está muy presente en este país; pero Rusia, por cuestiones estratégicas y energéticas [el trazado del gasoducto alternativo a South Stream], interesa mucho más”, concluye.

En: internacionalelpais

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Syriza gana las elecciones en Grecia y promete acabar con la austeridad

El grupo político que acaba de ganar las elecciones presidenciales en Grecia, Syriza, tiene afinidad con el grupo PODEMOS de España, organización cuya propuesta rompe con lo más tradicional del país y trae preocupados a muchos peninsulares por sus propuestas que lindan con las políticas de gobierno del desaparecido Hugo Chávez y el actual presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Ambos grupos han sabido manejar con maestría el descontento de la población respecto de las políticas económicas liberales que son identificadas con el sector conservador o de derecha y a los cuales ya no quieren en el gobierno.

Y a quien no le preocuparía tener que vivir una crisis económica como la que golpea a argentina hasta ahora, o soportar el tercer mandato de un mismo presidente que utiliza el nacionalismo (reivindicación marítima de Bolivia contra Chile por parte de Evo Morales) para cohesionar y lograr apoyo en su gobierno, o que la prensa esté anulada por Correa en Ecuador (clara violación del derecho fundamental de Libertad de Expresión) o que un presidente tenga que mendigar apoyo económico a países miembros de la OPEP a cambio de no se sabe qué (Nicolás Maduro).

¿El sistema de partidos tradicional desaparecerá definitivamente?, ¿Se formará una coalición de gobiernos populistas en el futuro cercano? ¿Se expandirá la reacción de paises deudores de izquierda? ¿Cómo reaccionarán los países acreedores del norte rico de Europa? El panorama luce interesante y dependerá de la habilidad política de cada grupo representativo principalmente en aspectos de integración económica y social.

Bueno, regresando al tema de las elecciones en Grecia, el tercer lugar lo ocuparán los neonazis de Amanecer Dorado, con un 6,3 % de los sufragios y 17 escaños en el parlamento (no es mucho, pero ya configura una representación que debería preocupar).

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El partido izquierdista Syriza ha ganado las elecciones en Grecia y se sitúa a las puertas de la mayoría absoluta, con el 63% escrutado. Según estos resultados no definitivos, la formación obtendría el 36,09% de los votos y 149 escaños, a dos de la mayoría absoluta. En segunda posición, la conservadora Nueva Democracia del primer ministro Andonis Samarás, rozando el 28,1% de los votos (77 escaños). El partido neonazi Aurora Dorada se sitúa como tercera fuerza, con el 6,3% de los votos, y en cuarta posición, el centrista To Potami, con el 5,9%.

Hacia las 23.30, hora local, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ha comparecido ante los suyos en Atenas y ha prometido acabar con la “desastrosa austeridad”. “Grecia ha pasado página”, ha proclamado.

Horas antes, Samarás, había admitido la derrota y había agradecido a sus electores “la batalla difícil” dada. “El pueblo se pronunció y respetamos su decisión”, ha declarado; el resultado (segunda fuerza política) “no es bueno para nosotros”. “Hoy dejo un país que sale de la crisis, miembro de la Unión Europea y del euro. Deseo que el próximo gobierno mantenga estos éxitos”.

Según los datos con casi la mitad del voto recontado, entrarían en el Parlamento griego también los comunistas del KKE (5,41%), los socialistas del Pasok (4,81%) y los Griegos Independientes (4,69%). El partido del ex primer ministro Yorgos Papandreu, Movimiento de Socialistas Demócratas, se queda fuera. La participación ha llegado a casi el 59%.

El Ministerio del Interior griego ha difundido una proyección oficial tras el recuento del 25% de los votos, según la cual Syriza ganará los comicios pero se quedará al borde de la mayoría absoluta, con el 36,5% de los votos y 150 escaños (la mayoría absoluta se logra con 151 escaños). Los conservadores de Nueva Democracia, del primer ministro Andonis Samarás, obtendrán un 27,7 % de los votos, lo que supone 76 escaños. El tercer lugar lo ocuparán los neonazis de Amanecer Dorado, con un 6,3 % de los sufragios y 17 escaños.

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En una primera comparecencia, a media mañana, el ministro en funciones, Mijalis Theojaridiss, afirmó que la jornada había transcurrido sin incidentes y que los pocos que ha habido estaban relacionados con el mal tiempo. Se trata de algunas localidades del norte del país, con problemas de acceso debido a la nieve caída en las últimas semanas.

Tras depositar su voto en un colegio en un barrio popular de Atenas,Tsipras ha declarado que el pueblo griego “va a recobrar la dignidad”. Tsipras, a quien las encuestas durante la campaña han dado como claro favorito, ha advertido a la Unión Europea de que el futuro de Europa “no está en la austeridad, sino en la dignidad y la cohesión”.

Por su parte, Samaras ha votado haciendo un llamamiento a los indecisos, el 11% de los electores según las encuestas, para consolidar un futuro griego unido a Europa. “Estas elecciones determinarán el futuro del país y de nuestros hijos. Hoy decidiremos si seguimos adelante, fuertes, con seguridad, o si nos veremos inmersos en problemas”, ha explicado a su salida del colegio electoral de Messinia, en el Peloponeso . “Hay un número sin precedentes de indecisos, y creo que son ellos quienes terminarán determinando el resultado. Me siento optimista, de todas formas, porque nadie quiere detener el rumbo europeo del país”, añadió.

El sistema electoral griego es muy complejo y el dato más reseñable es el bono de 50 escaños que la ley electoral otorga al partido más votado en un intento de garantizar una gobernabilidad que no parece asegurada tras los comicios de este domingo. Para obtener mayoría absoluta, un partido o coalición necesita sumar al menos 151 diputados. En caso de que ninguna fuerza lo logre sola o en una coalición, Grecia se vería abocada a nuevas elecciones, como ya ocurriera en 2012.

Entre los aliados destaca To Potami, que surgió antes de las europeas de mayo y ha ascendido como la espuma. Su ambigüedad programática le deja como partido bisagra tanto para Syriza como para Nueva Democracia. La terna la completan Aurora Dorada, de imposible pacto con Syriza, una alianza que tampoco sería posible con el Partido Comunista. Hay más dudas sobre el Pasok y Griegos Independientes.

En: elpais.es

Ver: “Grecia puede provocar una reacción simétrica en el norte de Europa”

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