Rige la ley marcial en Tailandia

Tras siete meses de manifestaciones masivas en Tailandia, el Ejército impuso en la mañana de hoy, martes, la ley marcial, lo que le otorga a los militares el control total del mantenimiento de la paz en el país.

20140520-soldados_en_canal_de_tv_tailandes.jpg

La medida es necesaria para “mantener la paz y el orden”, dice el comunicado firmado por el jefe del Ejército Prayuth Chan-ocha. Grupos “con malas intenciones” usaron armas de guerra contra el pueblo, añadió.

En un mensaje emitido por la televisión, Prayuth llamó a los habitantes a no entrar en pánico y continuar normalmente con su rutina. Emisoras afirmaron, citando al Ejército, que no se trata de un golpe militar y que el Gobierno sigue en el poder.

Prayuth disolvió el Centro para el Mantenimiento de la Paz y el Orden del Gobierno y estableció uno controlado por el Ejército. El jefe militar tiene la autoridad de declarar la ley marcial sin el consentimiento del gobierno.

El actual jefe de Gobierno, Niwatthamrong Boonsongpaisan, no se manifestó al respecto ni emitió declaraciones. El lunes se había negado a abandonar el poder voluntariamente. Prayuth, quien en unas pocas semanas se jubila, rechazó durante meses un golpe de Estado. La semana pasada amenazó con tomar medidas, luego de que en una manifestación volvieron a registrarse muertos.

Durante las protestas fueron lanzadas varias granadas. Desde noviembre perdieron la vida más de 25 personas. Soldados desfilaron frente a varias redacciones de diarios y emisoras de televisión, indicaron los medios.

¿Golpe de Estado “lento”?

“Sólo podemos esperar que el Ejército no cometa el mismo error que en el pasado”, dijo el comentarista independiente Verapat Pariyawong en la televisión. “Sólo podemos esperar que éste no sea un ‘golpe de Estado lento’, en el que el Gobierno siga en su puesto pero el poder esté en manos de los militares”, añadió.

“¡Queremos democracia, no ley marcial!”, tuiteó el conocido comentarista del diario “Nation” Pravit Rojanaphruk. Seguidores del gobierno anunciaron protestas masivas en caso de que sea derrocado el gobierno elegido por amplia mayoría en 2011.

Desde noviembre, opositores intentan derrocar al Gobierno tailandés, al que acusan de corrupción y hambre de poder.
CP (dpa, rtr)

Leer más

Abdel Fatah Al Sisi, el exaliado de Mursi en el recambio militar de Egipto

Las Fuerzas Armadas de Egipto, con Abdel Fatah el Sisi a la cabeza, dieron un ultimátum de 48 horas a las fuerzas políticas para que asuman su responsabilidad y logren un acuerdo, tras las masivas protestas que pedían la renuncia del presidente, Mohamed Mursi.

El jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, fue la pieza que el presidente Mohamed Mursi utilizó para cambiar a la cúpula militar hace menos de un año y que ahora se ha vuelto contra él, demostrando que en Egipto el Ejército actúa de forma autónoma.

20130703-abdelfattahalsisi.jpg

EL CAIRO.- El ministro de Defensa de Egispo Abdel Fattah al-Sisi, durante una conferencia de prensa sobre la liberación de siete miembros de las fuerzas de seguridad egipcias secuestrados por militantes islamistas en el Sinaí, el 22 de mayo del 2013. REUTERS

Al Sisi es la cabeza visible de un Ejército que este miércoles anunció la salida del poder del islamista Mursi, que apenas ha gobernado el país un año tras ganar las primeras elecciones democráticas desde la revolución que desbancó al presidente Hosni Mubarak en febrero del 2011.

El pasado agosto, Mursi ordenó en un movimiento sorpresa el pase al retiro del mariscal Husein Tantaui, que había dirigido las Fuerzas Armadas desde 1991, y de su “número dos”, Sami Anan, que pasó a ser su consejero en asuntos militares.

En su lugar colocó a Al Sisi, un hombre más joven que todos sus antecesores en el cargo, lo que fue interpretado en su momento como una reforma en toda regla del estamento castrense.

Ahora, parece que la historia se repite en sentido adverso: el Ejército comandado por Al Sisi devuelve el golpe y retira el poder a los Hermanos Musulmanes en un choque de impredecibles consecuencias.

Entre los que han orquestado esta nueva maniobra destaca el comandante en jefe, que durante los meses previos como jefe de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa había mantenido un perfil relativamente bajo.

Nacido en El Cairo el 19 de noviembre de 1954, Al Sisi se graduó en la academia militar en 1977 y pasó a ser oficial de Infantería.

También cursó varias maestrías de Ciencias Militares en Egipto en 1987 y el Reino Unido en 1992, así como estudios en una academia militar de Estados Unidos en el 2006.

Casado y con cuatro hijos, Al Sisi ha ocupado distintos puestos de responsabilidad en las filas del Ejército. Fue comandante del batallón de Infantería Mecanizada y jefe del departamento de Información y Seguridad de la Secretaría General del Ministerio de Defensa.

En su ascenso, también ocupó el cargo de agregado militar en Arabia Saudí, lo que le dio proyección internacional entre los países del Golfo.

Fue comandante de brigada y de división de Infantería Mecánica, y jefe del Estado Mayor y comandante de la región militar norte, correspondiente a la zona que abarca la ciudad mediterránea de Alejandría.

Antes de convertirse en ministro de Defensa, dirigió el departamento de Inteligencia Militar de las Fuerzas Armadas.

Se incorporó a su puesto actual cuando el Ejército lanzaba una operación en la península del Sinaí para perseguir a grupos armados tras la muerte de dieciséis soldados en un ataque yihadista en la zona. Los secuestros y el contrabando de armas en el Sinaí le llevaron a aumentar la vigilancia en esa zona.

En los últimos meses, se había mostrado inquieto por la división política que atraviesa Egipto, llegando a declarar en enero pasado que el Estado corría el riesgo de colapsar y ofreciendo mediar entre el gobierno y la oposición.

Figura alejada de los medios de comunicación, el jefe militar saltó a la primera plana en junio del 2011 cuando reconoció que miembros del Ejército habían sometido a las llamadas pruebas de virginidad a mujeres detenidas en marzo de ese año en la plaza Tahrir de El Cairo.

Amnistía Internacional se reunió con Al Sisi, que reconoció que ese tipo de test se realizó para “proteger” a los militares de las acusaciones de violación, al tiempo que prometió que no se volverían a poner en práctica.

Durante los once meses que ha estado al frente del Ministerio de Defensa, el ministro ha tenido también que mantener las relaciones militares con los responsables de los diferentes países aliados.

Entre estos últimos destaca Estados Unidos, que cada año proporciona a Egipto ayuda militar por valor de 1.300 millones de dólares y que sigue muy atento el desarrollo de los últimos acontecimientos.

En: eluniverso.com