Nuevo ‘Celebgate’ mueve a Hollywood

El «hacker» de las celebridades ha vuelto a atacar, y tan sólo dos jornadas después de publicar imágenes de la modelo británica Kelly Brook. Su víctima de este sábado ha sido la exuberante Kaley Cuoco («Penny» en la popular serie «The big bang theory»), una de las más castigadas por el «Celebgate» desde que, el pasado agosto, su cuenta de iCloud fuera pirateada junto con la de otro centenar de famosas.

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Estrellas hackeadas: Kaley Cuoco, Jennifer Lawrence, Kirsten Dunst, Kate Upton, Becca Tobin, Brie Larson, Kim Kardashian, Mila Kunis, Gabrielle Union.

En este caso, el terror de las famosas de Hollywood a sacado a luz a través de varios foros un vídeo el que se puede ver a la actriz, de 28 años de edad, tumbada en la cama. En el cortometraje, que dura menos de un minuto, puede apreciarse como la estadounidense -sin ninguna prenda encima- juega con su perro cubierta únicamente por una manta. Después de unos pocos segundos, la cámara se mueve y muestra su trasero totalmente desnudo.

Según han publicado varios medios locales, se baraja la posibilidad de que la grabación fuese realizada por su marido después de una noche de pasión. Fuera como fuese, lo que es cierto es que el «hacker» ha vuelto a cargar contra Cuoco, de quien ya ha publicado decenas de imágenes y vídeos en posiciones sugerentes.

A más de un mes de que se destapara el celebgate, famosas siguen siendo blanco de “hackers” que roban y difunden sus fotografías íntimas. En la cuarta oleada del también llamado fappening, las afectadas fueron Winona Ryder, Erin Heatherton modelo de Victoria’s Secret, y Nick Hogan, el primero hombre, entre otros.

La filtración llega apenas unos días después de que otras víctimas como Rihanna y Jennifer Lawrence advirtieran a Google sobre una demanda de 100 millones de dólares si no borraba sus fotografías.

En esta nueva oleada de víctimas del hacker, figuran menos nombres estelares que en las anteriores filtraciones, que comenzaron hace poco más de un mes, con la difusión de imágenes íntimas de Kate Upton y Jennifer Lawrence.

Fue el 31 de agosto cuando se dio a conocer el primer paquete de imágenes íntimas, en el que aparecían Lawrence, Kirsten Dunst y Kate Upton, entre otras celebridades.

Desde entonces, decenas de famosas han sido implicadas. Los nombres van de Avril Lavigne a Kaley Cuoco pasando por Kim Kardashian, e incluso la jugadora de futbol soccer, Hope Solo.

Con esta oleada aparecen las imágenes del primer hombre, Nick Hogan. Al parecer, las fotografías del vástago del musculado Hogan son numerosas y muy gráficas. En ellas el joven aparece desnudo, acompañado de varias mujeres o en posturas sexuales. Algunas imágenes pertenecen a su época de instituto.

En: eleconomista.es

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Tu foto en internet puede ir a parar en cualquier parte: Mira la campaña ‘Conéctate Seguro’ en Paraguay

Compartir información personal en redes sociales siempre es un riesgo. Para advertir sobre sus consecuencias, las autoridades paraguayas compartieron un video sobre esta práctica cotidiana en páginas como Facebook, Twitter o Instagram.

La Secretaría de la Niñez y la Secretaría de Tecnologías de la Información y Comunicación de Paraguay tuvieron la iniciativa del clip que supera las 15 mil vistas en YouTube.

La campaña “Conéctate Seguro PY” busca concienciar sobre el aspecto negativo de las redes sociales cuando la información puede ser utilizada para fines delictivos.

En: Publimetro

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Las aplicaciones de Google Drive ponen en riesgo la seguridad del usuario

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El lanzamiento de Google Drive, el ‘disco duro virtual’ del gigante de Internet, vuelve a poner de manifiesto los posibles riesgos legales de almacenar archivos en Internet, en la llamada ‘nube’. ¿Qué pasa con los derechos sobre nuestro material?

Esta pregunta se la han hecho en el sitio web especializado The Verge. En todos los servicios de almacenamiento en red, como Google Drive, Dropbox o Skydrive, de Microsoft, el usuario mantiene los derechos sobre su material salvo en algunas ocasiones, que cede derechos de uso, modificación, reproducción y distribución del material sobre todo para ‘garantizar’ el funcionamiento del servicio.

Esta cesión de derechos se produce con la aceptación de las condiciones de uso de los servicios, algo que sucede con el mero hecho de darse de alta en los mismos. En España, la Ley de Propiedad Intelectual establece que para ceder derechos de autor ‘inter vivos’ es necesario el consentimiento escrito (artículos 43 y siguientes).

“El problema”, comenta Carlos Sánchez Almeida, abogado especializado en tecnología y autor del blog Jaque perpetuo, “es que la aceptación se realiza mediante un simple clic, pocos se leen las condiciones de servicio y esto puede generar indefensión al autor”.

Condiciones de Google

Así, el recién estrenado Google Drive se acoge a las condiciones generales de Google, bastante generosas a la hora de delimitar la licencia que el usuario concede al gigante de la Red sobre su propio material (vídeos, fotos, textos…).

Las condiciones del servicio de Google dicen, literalmente: “Algunos de nuestros servicios te permiten enviar contenido. Si lo haces, seguirás siendo el titular de los derechos de propiedad intelectual que tengas sobre ese contenido. En pocas palabras, lo que te pertenece, tuyo es”. Queda claro que uno retiene la propiedad intelectual de lo que suba.

Sin embargo, al subir contenido a sus servidores “concedes a Google (y a sus colaboradores) una licencia mundial para usar, alojar, almacenar, reproducir, modificar, crear obras derivadas (…), comunicar, publicar, ejecutar o mostrar públicamente y distribuir dicho contenido”. “Google”, puntualiza, “usará los derechos que le confiere esta licencia únicamente con el fin de proporcionar, promocionar y mejorar los Servicios y de desarrollar servicios nuevos”.

En este caso, puntualiza Almeida, lo que plantea el gigante de Internet es “casi un contrato de edición encubierto en forma de términos de uso”, por lo que “con arreglo a la legislación de consumo en España se deberia de tomar estas cláusulas como no puestas”.

Mientras, la compañía insiste en que “no reclamama la propiedad o control sobre el contenido que el usuario almacena en Google Drive”, según una nota, en la que vuelve a defender sus condiciones de uso. “Aconsejamos leer en su totalidad nuestros términos de uso”, insiste. “En ellos se especifica que los usuarios que deciden compartir sus archivos con otros, previamente nos han dado el permiso para mostrar esos archivos a otros y gracias a ese permiso nosotros podemos dar la ayuda técnica (alojamiento, almacenamiento, traducción, etc.) y el formato adecuado, en función de las distintas pantallas donde se vayan a mostrar esos archivos”, puntualiza.

Otros servicios en la ‘nube’

Dropbox es quizá más específico a la hora de subrayar que uno tiene todos los derechos sobre lo que sube a sus servidores. “Usted conservará la plena propiedad de sus pertenencias, no nos atribuimos la propiedad de ninguna de ellas”, afirma en sus condiciones de uso. “Las presentes Condiciones no nos otorgan ningún derecho sobre sus pertenencias ni ninguna propiedad intelectual, con excepción de los derechos limitados que son necesarios para administrar los servicios”.

Este servicio estima que “es posible que necesite autorización para realizar las actividades que el usuario solicite con sus pertenencias, por ejemplo, alojar sus archivos o bien compartirlos a su criterio”, tales como vistas previas de documentos o copias de seguridad. Y este permiso se extiende “a terceros de confianza” a los que subcontratan espacio de almacenamiento, como Amazon. Estas excepciones se mencionan específicamente.

Por su parte, Skydrive de Microsoft también respeta los derechos de autor del material que los particulares suben a la ‘nube’, con similares excepciones. “Microsoft no reclama la propiedad del contenido que usted proporcione en el servicio, excepto de aquél cuya licencia le haya concedido. El contenido seguirá siendo de su propiedad”, se puede leer en las condiciones de servicio de Microsoft.

Asimismo, añade que el usuario “entiende que Microsoft puede necesitar usar, modificar, adaptar, reproducir, distribuir y mostrar contenido publicado en el servicio exclusivamente hasta el límite necesario para prestar el servicio, y por la presente concede a Microsoft estos derechos”.

Box tiene unas condiciones de uso similares. “Al registrarse para utilizar los servicios”, se puede leer en el texto, “usted entiende y reconoce que Box y sus contratas mantienen una licencia irrevocable, libre de ‘royalties’, aplicable globalmente, para utilizar, copiar y mostrar públicamente el contenido con el único propósito de proporcionar a los servicios para los que tiene registrado”, aunque el usuario “sigue manteniendo todos los derechos de propiedad sobre cualquier contenido que proporcione”.

Otros servicios de almacenamiento remoto de datos, como Rapidshare o Minus ni siquiera recogen en sus condiciones de uso apartado alguno sobre los derechos de propiedad de los contenidos, lo que se entiende como que el propietario los conserva todos y no está obligado a ceder ninguno por defecto.

En cualquier caso, Almeida cree que el consejo más efectivo para evitar futuros problemas de propiedad es la realización de ‘backups’ o copias de seguridad fuera de la Red.

La facilidad que ofrece Google Drive a la hora de acceder a archivos y sincronizarlos con nuestros equipos puede ser un arma de doble filo. El servicio de alojamiento en la nube de Google recibe nuevas críticas tras conocerse sus polémicas condiciones de uso.

Apenas llevaba unos días en la Red y ya se topó con dos piedras en el zapato. Tras abrirse las puertas de Google Drive surgió la primera polémica al conocerse las condiciones de uso en las cuales la compañía especificaba que podía tener acceso e incluso utilizar los contenidos que los usuarios albergasen en su disco duro virtual. Días más tarde, Bitelia informa sobre los problemas derivados de la plataforma al intentar facilitar su uso a los usuarios.

El problema es debido a que los archivos generados en Google Docs no se sincronizan directamente con el ordenador. En su lugar se crean accesos directos a éstos, de modo que al abrirlos se inicia el navegador por defecto que el usuario tenga en su equipo y si éste no ha iniciado la sesión en su cuenta de Google, el programa lo hace automáticamente en su lugar. Así pues, ejecutar uno de estos archivos provoca que no sea necesario introducir nuestro login y contraseña.

Una vez cerrado el documento, la herramienta puede seguir funcionando en segundo plano y esto puede traer un problema para la seguridad del usuario, puesto que si alguien tiene acceso al equipo, tendrá plenos poderes para editar cualquier contenido alojado en Drive o Docs así como utilizar los servicios de Google como YouTube, Gmail o Google+. Es preciso cerrar de forma manual la sesión en el navegador puesto que ésta permanecerá abierta aunque la aplicación del escritorio haya sido cerrada. Los riesgos para la seguridad de la privacidad del usuario son evidentes, especialmente si utiliza el servicio en un equipo compartido o público (aunque en este último casi siempre es recomendable cerciorarse de haber cerrado todas nuestras sesiones).

Es probable que Google tome nota y modifique su servicio en poco tiempo para evitar posibles problemas. Uno de sus rivales, Microsoft, ya tuvo una situación similar cuando integró su servicio de correo electrónico, Hotmail, en Windows Live Messenger. Por este motivo, el servicio de alojamiento de la compañía, SkyDrive, sí pide al usuario introducir su nombre y contraseña para acceder al disco duro virtual si no se ha hecho previamente. No obstante, Google Drive no es el único que tiene este problema, puesto que Dropbox también lo tiene. Su “ventaja” en este caso es que no tiene detrás un ecosistema de servicios como el de Google.

Con este panorama es recomendable que no guardemos nuestra contraseña en la aplicación de Google Drive para que no se inicie la sesión de forma automática, aunque esto no resuelve el problema al 100%, puesto que recordamos la necesidad de cerrar la sesión de forma manual en el navegador si queremos evitar posibles intromisiones en nuestras cuentas.

Por: J Gómez
En: ADSL Zone

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Scarlett Johansson y las fotos del escándalo hackeadas de su iphone

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EL FBI INVESTIGARÁ EL CASO…

Que Scarlett Johansson es una superestrella, no hay dudas. Que es glamorosa, linda y exitosa, tampoco.

Sin embargo, todo lo anteriormente mencionado no es impedimento para que ella también tenga sus fotos prohibidas, al igual que Silvina Luna (con su ídem video), Silvina Escudero, Karina Mazzoco, Juana Viale y demás figuras argentinas. Sí, en Hollywood también se consigue.

Al parecer Scarlett Johansson habría sido víctima de un hackeo sobre su iPhone y las fotos se filtraron por ese motivo. Lo cierto es que son muy íntimas y en ellas se puede observar a la rubia totalmente desnuda, de espaldas y también de frente.

Según el sitio TMZ, cientos de celebridades han sido víctimas de estos ladrones cibernéticos y el FBI investiga en busca de los ciberladrones.

Las fotos prohibidas de Scarlett Johansson, la nueva vedette de la Web.

Fotos en: ciudad.com.ar

Actualización: Aparece nueva foto de Scarlett Johansson en:
http://www.subdivx.com/index.php?accion=12&id=117190&tema=116&mayor=1&pg=1 Leer más