Nostradamus: El hombre que vio el futuro

Si bien tiene muchos sesgos de guerra fria para la época en la que esta cinta se estrenó, me encantaba verla cada vez que la pasaban en TV. Con un hosting como Orson Welles, la propaganda norteamericana es patente en el objetivo de escribir la historia de los vencedores y su victimización en estos escritos que tienen mas de 500 años de antigüedad.

Los sucesos en la historia de la humanidad como el surgimiento y derrota de Napoleón Bonaparte, la aparición de Hitler y la Segunda Guerra Mundial, el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, la llegada de un líder negro en los Estados Unidos, y últimamente, el conflicto contra Daesh (ISIS, EI, Estado Islámico) pueden encajar casi perfectamente con las profecias de Michel de Nostradamus. Sin embargo, en el caso de los anticristos, ¿no pudo haber sido Stalin uno de ellos?, ¿Qué hay de los otros líderes mundiales bajo cuyo mando actualmente también se cometen actos atroces contra la humanidad.

Las profecías de Nostradamus son sólo un escrito peculiar, con visiones hacia un relativo futuro que siempre es dinámico y en constante evolución. Particularmente considero que nosotros hacemos nuestro destino, nosotros decidimos y determinamos nuestro destino. El futuro siempre está en constante movimiento porque es la consecuencia de nuestro presente. Las posibilidades del futuro son muchas.

Asimismo, la interpretación de sus profecías puede ser de todo tipo, desde académica hasta popular, y cada uno le dará el significado que mas le convenza de acuerdo a sus experiencias y conocimientos. Muchos de nosotros tendemos a generalizar y asumir situaciones, lo cual nos hace prejuzgar a los demás. Esta serie de videos que se presentan a continuación son una interpretación más de esas “visiones”.

Por otro lado, la Astrología, como una práctica que señala que la posición de los cuerpos celestes determinan o influyen en el comportamiento de las personas pues, sí, eso si lo creo, aunque no doy cabida a que determine nuestro futuro. Nostradamus fue astrólogo y por ese último lado si le puedo dar una cierta credibilidad.

Bueno, ahí les van los videos: 

El plan Putin para Siria

Hasta ahora las informaciones sobre una presunta expansión de la presencia militar rusa en Siria no se han podido confirmar. Sin embargo, expertos no descartan que Putin esté planeando una futura intervención militar.

El presidente ruso, Vladímir Putin.

El presidente ruso, Vladímir Putin.

Desde principios de septiembre aumentan los informes de los medios de comunicación según los cuales Rusia aparentemente habría enviado tropas a Siria para apoyar la lucha del Ejército de ese país contra el Estado Islámico (EI). Sin embargo, hasta ahora estos no se han podido comprobar.

No es ningún secreto que desde hace décadas Rusia tiene presencia militar en Siria. “Es completamente normal que haya militares rusos en Siria”, dice Alexei Malashenko, experto en Cercano Oriente del Centro Carnegie de Moscú. “Los rusos están en Cercano Oriente desde 1955, ya que el Ejército sirio está equipado completamente con armas rusas, y estas necesitan mantenimiento”, explica.

Los Gobiernos de Moscú y Damasco son viejos aliados. En el puerto sirio de Tartús, en el Mar Mediterráneo, Rusia mantiene una base de reparaciones para su Marina. Y desde el comienzo de la guerra civil en Siria en 2011, Rusia ha apoyado al régimen en Damasco suministrándole armas. Ahora, Moscú justifica su apoyo con la lucha contra el EI.

Expertos: intervención rusa sería “gran error”

El experto ruso Alexander Golz duda que Rusia esté interviniendo militarmente en Siria, pero no lo descarta para el futuro. “Puesto que en Rusia un solo hombre toma todas las decisiones, todo es posible”, dice Golz a DW. Una intervención militar solo tendría sentido si pudiera cambiar radicalmente el desarrollo de la guerra, pero actualmente Rusia no podría enviar suficientes tropas para vencer al EI en Siria e Irak, cree el experto.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el presidente sirio, Bashar Al Assad, en Damasco (2012): viejos aliados.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el presidente sirio, Bashar Al Assad, en Damasco (2012): viejos aliados.

También Alexei Malashenko opina que una intervención militar rusa en Siria sería “un gran error”. Tendría pocas perspectivas de éxito y la sociedad rusa probablemente no la aprobaría, señala el experto.

En la segunda mitad de septiembre, el jefe del Kremlin viajará a Nueva York. Desde agosto se especula en Rusia sobre un “plan Putin”, que el mandatario ruso anunciaría en EE. UU. Hasta ahora solo se sabe que Moscú pretende crear una coalición internacional contra el EI que apoye al presidente sirio, Bashar Al Assad. Si bien ya existe una alianza contra los yihadistas liderada por Washington, esta no apoya al mandatario sirio. Occidente exige la dimisión de Al Assad, haciéndolo responsable de la guerra civil en su país.

¿Fin de las sanciones a cambio de ayuda contra el EI?

En los medios rusos también se especula sobre otro motivo del Kremlin. Según el renombrado periódico moscovita Novaya Gazeta, a cambio de su ayuda en la lucha contra el EI Putin esperaría concesiones en lo que respecta a la crisis ucraniana, ante todo, que se levanten las sanciones de Occidente. Asimismo, Alexei Malashenko, del Centro Carnegie de Moscú, cree que en primer lugar Putin pretende apoyar a su aliado Al Assad y no tanto combatir al Estado Islámico.

En: DW

Video: Así comenzó el tiroteo en el Museo del Bardo de Túnez

Un grupo de turistas visitaba el Museo del Bardo el miércoles 18 de marzo cuando hombres armados irrumpieron abriendo fuego.

Una pareja italiana filmó el pánico de los visitantes al escuchar los primeros disparos.

Maria Rita Gelotti y su marido Marcello Salvatori asistían a una visita guiada cuando escucharon los estruendos.

Su grupo consiguió huir del museo mientras por los pasillos resonaban los disparos.

El ataque, reivindicado por Estado Islámico, dejó al menos 22 muertos.

En: BBC

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Quiénes son los kurdos y por qué todavía no tienen un Estado

Son la minoría étnica sin Estado propio más importante de todo el Medio Oriente. Más de 30 millones de personas –según los cálculos más conservadores– repartidas en un territorio que hoy se dividen Turquía, Siria, Irak e Irán.

Pero unidos por una lengua propia y una cultura milenaria, el pueblo kurdo nunca ha dejado de soñar con un Kurdistán independiente.

Y algunos creen que la amenaza del grupo autodenominado Estado Islámico podría contribuir a hacer ese sueño realidad.

Por un lado los kurdos se han erigido en una de las más importantes líneas de defensa contra los avances de los yihadistas en el norte de Irak y Siria, obligando a Occidente a reconocerlos como aliados clave en la batalla contra EI.

Y también han aprovechado el debilitamiento de los gobiernos de Bagdad y Damasco para expandir el territorio controlado por las autoridades del Kurdistán iraquí y ganar mayor protagonismo en Siria, donde aspiran a obtener un nivel de autonomía similar al que ya tienen en Irak.

Aunque la reticencia de Turquía a involucrarse directamente en la defensa de Kobane también da una idea de las fuerzas que a lo largo de la historia han evitado la unificación e independencia de la nación kurda.

Unas fuerzas que siguen vigentes en la actualidad.

Ajedrez de siglos

En la esta estratégica ciudad siria de Kobane, ubicada al sur de la frontera turca, un puñado de milicianos kurdos apenas ha logrado resistir a los embates de EI, en buena medida gracias al apoyo de los bombardeos de la coalición occidental.

“Los kurdos de Turquía, sin embargo, están furiosos con las tropas turcas que les impiden cruzar la frontera para pelear al lado de las milicias kurdas en Siria, el YPG”, cuenta el corresponsal de la BBC en Turquía, Mark Lowen.

“Creen que a Turquía le alegraría ver caer a Kobane si eso también significa el fin de las esperanzas kurdas para una entidad autónoma en Siria”, explica.

Y ese sólo es un ejemplo del complicado ajedrez político que lleva décadas –cuando no siglos– evitando la existencia de un Kurdistán independiente.

Esa posibilidad tomó especial fuerza luego de la conclusión de la Primera Guerra Mundial.

Historia milenaria

La historia del pueblo kurdo, sin embargo, empieza mucho antes.

En el año 612 a.C., según los historiadores que consideran a los kurdos descendientes directos de los medos, el imperio que dominó la zona desde esa fecha hasta su anexión por el imperio persa en 6 a.C.

Y durante las posteriores invasiones árabes-musulmanas los kurdos terminarían convirtiéndose al islam, pero sin perder su lengua e identidad distintiva y a pesar de estar divididos en numerosos principados.

Esos principados kurdos se los disputaron por mucho tiempo el Imperio otomano y el persa, que tenían sus capitales en lo que hoy son Turquía e Irán.

Y, en esa pugna, los kurdos terminarían alineándose con el Imperio Otomano por razones religiosas y a cambio de una importante dosis de autonomía que sólo empezaría a ser cuestionada a inicios del siglo XIX.

Esa es una de las razones por las que con el desmembramiento del imperio turco, al final de la Primera Guerra Mundial, algunos kurdos –no todos– empujarían con fuerza la idea de un Kurdistán independiente.

Y la idea sería incluso recomendada por el Tratado de Sèvres, que certificó la rendición del Imperio otomano en 1920.

Un conjunto de factores, sin embargo, terminarían haciéndola impracticable.

Por un lado, los sectores más conservadores de la sociedad kurda, más interesados en la protección de su religión que en un incierto proyecto nacionalista, no veían con buenos ojos la separación de la naciente Turquía, que prometía un Estado islámico de turcos y kurdos y terminó quedándose con la mayor parte del Kurdistán.

Y las potencias occidentales también redibujarían las fronteras para darle partes del territorio habitado por los kurdos a sus protegidos: Siria, en el caso de los franceses, e Irak, para la que Reino Unido reclamó la rica zona petrolera de Mosul.

“Los aliados dibujaron las fronteras en función de sus intereses”, explica Murat Nisancioglu, del servicio turco de la BBC.

“Y ya luego los proyectos nacionalistas a lo interno de los nuevos países, como Turquía, hicieron todo lo posible por aplastar cualquier oposición”, agregó.

Luchando por la independencia

Movimientos independentistas kurdos surgirían luego, inevitablemente, en Turquía, Siria, Irak e Irán.

Pero nunca conseguirían el apoyo real de Occidente, más preocupado por lo que las pretensiones kurdas podía significar para la estabilidad regional.

Y la orientación comunista del PKK –el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, la principal fuerza independentista kurda en Turquía, considerada una organización terrorista por el gobierno de Ankara y sus amigos occidentales– tampoco le ayudaría a los nacionalistas kurdos a granjearse la simpatía de EE.UU. y sus principales aliados.

En la actualidad, Turquía está inmersa en un proceso de paz con el PKK marcado por un acuerdo de cese del fuego alanzado en marzo de 2013, el que muchos esperan represente el final de una lucha armada que inició en 1984 y ha causado más de 40.000 muertos.

Pero el objetivo declarado no es independencia, sino autonomía.

Y el máximo líder el PKK –Abdullah Ocalan, en la cárcel desde 1999– ya advirtió que si Turquía deja que Kobane caiga en manos de Estado Islámico, las conversaciones llegarán a su fin.

En ese contexto, las cada vez más fuertes protestas de los kurdos en Turquía y los recientes ataques del ejército turco en contra de posiciones del PKK –los primeros en dos años– no auguran nada bueno para las negocaciones en Turquía.

Mientras en Irak y Siria el cada vez mayor protagonismo de los kurdos, y las menciones cada vez más frecuentes a la posibilidad de su independencia, también ha generado nerviosismo entre las poblaciones no kurdas con las que comparten algunas áreas y ciudades.

Porque la posibilidad de un Kurdistán independiente está de nuevo en el tapete, con más fuerza que nunca.

Aunque está por verse si esta vez las fuerzas se alinearán del lado de los kurdos, por primera vez.

En: BBC

Ver: ¿Por qué Turquía se resiste a intervenir frente a Estado Islámico?

Ataque químico a Halabja

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Kobani and the Future of Turkish Democracy

Why the Military May Get the Upper Hand

Turkey has anticipated Syrian President Bashar al-Assad’s downfall ever since protests first broke out in Syria in 2011. It has been disappointed at every turn, though, and now it is not only Assad who is in trouble but Turkey as well. The way in which Ankara has responded to the violence across its border has upended its own political balance and re-empowered its military. It has also brought the peace process that Turkey started with the Kurdish movement to the brink of collapse.

On October 2, the Turkish parliament voted to allow Turkey to send troops across its southern borders into Syria to deal with “risks and threats against our national security along Turkey’s southern land borders.” The decision was widely interpreted as signaling that Turkey would be going to war with the Islamic State in Iraq and al-Sham (ISIS), the terrorist group that has overrun much of Iraq and Syria. Yet the preamble of the troop authorization neglects to mention ISIS and, instead, refers to the Kurdistan Workers’ Party (PKK), the militant group that has fought against the Turkish state since 1984. On October 4, Turkish President Recep Tayyip Erdogan defended the authorization by stating that “ISIS and PKK are the same” and rhetorically asking why the world is not as enraged about PKK activities as it is about ISIS. In one fell swoop then, he raised serious doubts about his government’s intentions of taking the necessary steps to accommodate the Kurds and the PKK as part of ongoing negotiations

Kurds in Turkey and Syria even believe that Ankara is still offering covert aid to ISIS in its efforts to cleanse the Kurdish population of Syria from areas adjacent to Turkey’s borders. Such accusations first arose in 2012, when Rojava — the Kurdish region in Syria — declared autonomy. In response, the Turkish government retorted that “We are not going to allow any fait accompli in Syria” and then sent support to Jabhat al-Nusra, an al Qaeda affiliate that attacked the Kurds. And now, as ISIS has laid siege to the Kurdish town of Kobani, which is held by a PKK-affiliated party, Turkey has come to face new accusations of complicity for failing to intervene. Last week, Abdullah Öcalan, the jailed leader of the PKK, warned that the fall of Kobani would end the peace process in Turkey. Cemil Bayik, the co-leader of the PKK’s civilian arm, said that if Ankara were to look the other way as Kobani fell, the war would restart in Turkey. He remarked that a “buffer zone (which Turkey plans to establish) would be targeting us. We cannot pursue [peace] with a power that crushes what has been achieved in Rojava.”

So far, at least, Erdogan and the Kurdish movement are still implicitly allied. Indirect Kurdish support has been, in many ways, crucial for Erdogan. The relative peace since the PKK agreed to a unilateral cease fire last year has benefited his regime. And it mattered that the Kurdish movement remained neutral, with a pro-government tilt, during the Gezi protests 2013. If the Kurds had also joined in, Erdogan would have faced a much more difficult challenge.

Öcalan hopes that accommodating Erdogan will pay off — that the Kurds will get what they covet, namely some form of autonomy for the Kurdish-dominated parts of Turkey and that he himself will be released from jail. Yet that logic was always flawed. After all, it makes little sense that Erdogan would be prepared to (or could somehow be induced to) devolve power to the Kurds while he is otherwise concentrating all power into his own hands. The Kurdish leaders must know that Diyarbakir, the Turkish Kurds’ unofficial capital, will not get more democracy while Ankara gets less; however, they have had no choice but to put their faith in Erdogan.

Erdogan, for his part, has a continued interest in stringing the Kurds along. But the turmoil in Syria is forcing both sides’ hands. The Kurds have had to deal with growing anger among their younger generation, who are incensed at what they see as Turkish complicity in the assault on Syrian Kurds. That pushes the Kurdish leadership into a more radical stance. Meanwhile, the growing insecurity on Turkey’s southern borders is pushing Erdogan to be more attentive to the views and recommendations of the military.

On August 30 this year, the Turkish military high command went public with its displeasure with the peace process. Necdet Özel, the Chief of the General Staff, expressed dissatisfaction at not having been consulted by the government. He reminded the country that the military’s red lines — the unity and the territorial integrity of the nation — remain unchanged. He vowed that the armed forces will “act accordingly” if those red lines were to be crossed. Özel’s thinly-veiled message to the government was that Kurdish self-rule would not be tolerated.

Before the Turkish parliament voted to allow troops to intervene in Syria and Iraq, Özel and the army and air force commanders held a briefing — the first of its kind in years — for the government. The generals requested that the government move quickly to establish buffer zones at four points in Syria — one of them including the Kurdish town of Kobani — in order to preserve Turkey’s security interests. They said that this should be done even if the United States disapproves. The details of the briefing were reported in the main pro-government daily Yeni Safak, which observed that “The presidency, the military and the government nowadays speak with one voice.”

The last time the Turkish military was in a similar position to shape the policies of a civilian government was during the 1990s, when the war between the PKK and the Turkish state escalated. It is now set to wield power once more as security threats mount. The AKP had supposedly domesticated the military by jailing hundreds of officers and by asserting the authority of the elected government in the National Security Council, which used to be dominated by army generals. But the officers were freed earlier this year after the country’s constitutional court ruled that the officers’ rights had been violated. Perhaps in trying to make lemonade out of lemons as the military grows stronger, Erdogan has come to see military support as crucial to help him root out supporters of his erstwhile ally turned enemy, the U.S.-based cleric Fethullah Gülen, within the state bureaucracy.

And, at any rate, Erdogan is a rightist, so it is not a terribly big step for him to embrace the generals’ views on the Kurdish issue. Historically, democratically elected rightist governments have been just as prone as the military to curtail freedoms and liberties. In this light, the anti-Kurdish alliance of Erdogan and the generals is but the latest affirmation of the nationalist–conservative identity at the core of the Turkish republic; civilian rightist governments and the military alike have subscribed to it.

But the effects of the Syrian turmoil could also be a catalyst for a political realignment that would put Turkey on a different, more democratic trajectory. For the Kurds, restarting hostilities is a dead end: They simply cannot defeat Turkey. The alternative for the Kurdish movement is thus to explore the possibility of an alliance with the social democratic Republican People’s Party (CHP). A de facto alliance did in fact emerge during the vote to authorize the military incursion into Syria and Iraq. Against the pro-war camp — which included the AKP and the anti-Kurdish Nationalist Action Party — stood an anti-war coalition composed of the CHP and the pro-Kurdish People’s Democratic Party (HDP).

The CHP and HDP share a common social democratic ideology, but they are also divided by nationalism. CHP has become more consistently social democratic under the leadership of Kemal Kilicdaroglu, but the party still has a vocal, Turkish nationalist wing that would not be comfortable with a broad Turkish–Kurdish social democratic coalition. Still, the strong showing of HDP co-chairman Selahattin Demirtas during the recent presidential election might change some minds. Although the pro-Kurdish party does not usually attract more than six percent of the votes nationwide, Demirtas received nearly ten percent. He did so by highlighting liberal and leftist themes that resonated with urban liberals and Turkish and Kurdish social democratic constituencies.

The HDP and CHP are in the process of exploring the possibility of some form of cooperation in the upcoming parliamentary elections slated for 2015. For that to happen, though, both parties would have to undergo significant changes and distance themselves from their respective nationalist strains That is, in all probability, a long shot, especially in the case of the CHP. But if Turkish and Kurdish social democrats were to present a united front, Turkey would get what it has lacked since the 1970s, a strong social democratic alternative to the dominant, authoritarian right.

Unfortunately, given Turkey’s history, it is more likely that growing insecurity and heightened conflict is going to further entrench authoritarianism.

By: Halil Karaveli

En: foreignaffairs

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Como para dedicarles un meme: Se unieron al Estado Islámico, las embarazaron y quieren volver

Dos jóvenes austriacas de 15 años viajaron a Siria y se casaron con dos terroristas chechenos. Ahora viven una pesadilla

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Dos jóvenes austriacas que viajaron en mayo a combatir junto con el Estado Islámico en Siria ahora están desesperadas por volver a su país, debido a que están embarzadas y al brutal y represivo trato que reciben de parte de los yihadistas.

Identificadas como Samra Kesinovic (15) y Sabina Selimovic (15), ambas huyeron a principios de año de su casa en Viena con la intención de “servir a Alá y morir por él”, según indicaba la nota que les dejaron a sus padres.

Una vez instaladas en la ciudad siria de Raqqa, las jóvenes se casaron con dos terroristas chechenos y al poco tiempo quedaron embarazadas.

Hace pocos días, las niñas contactaron a sus familiares para rogarles que gestionen su regreso pues se habían arrepentido de aquel viaje y ahora planeaban volver a sus tranquilas vidas en Austria. Una petición que parece imposible, pues las leyes impiden su retorno y la comunidad internacional incrementa el rechazo hacia ellas.

¿CÓMO LLEGARON?

La historia de las jóvenes inició en abril, cuando escaparon de sus hogares para viajar a Siria para unirse al Estado Islámico.

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Inicialmente, la Interpol emitió una orden de búsqueda para encontrar a las menores antes de que llegaran a Raqqa. Ellas habrían sido reclutadas en la mezquita de Altu-Alem, en Viena, por Ebu Tejma, uno de los salafistas más radicales de Europa.

Una vez que llegaron al Medio Oriente, sus cuentas de redes sociales fueron controladas por los terroristas, quienes empezaron a difundir imágenes de las menores empuñando armas y vistiendo el tradicional niqab, en clara intención de reflejar que disfrutaban de su estadía junto al Estado Islámico.

“Eso no lo han escrito ellas, han tenido que ser otras personas”, afirmó el tío de Sabina en aquella oportunidad. Su padre también se pronunció con un comunicado que decía: “Estamos desesperados. Pedimos a todas las personas que nos ayuden a encontrar a nuestras niñas”.

Samra y Sabina habrían viajado el 10 de abril a Estambul y desde allí se trasladaron a Adana, ciudad al sur de Turquía, a 100 kilómetros de Siria. Las autoridades les perdieron el rastro a las jóvenes en ese punto.

En: elcomercio

Ver: Isis’s Austrian poster girl jihadi brides ‘have changed their minds and want to come home’

Interpol busca a dos adolescentes austríacas que querían “luchar por el islam” en Siria

La británica que decapitará cristianos con cuchillos sin filo

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‘Estado Islámico utiliza la violación como arma de guerra’

La milicia terrorista Estado Islámico habría secuestrado y abusado de miles de yazidíes. Un intento deliberado de destruir la comunidad religiosa, asegura el periodista alemán Thomas von der Osten-Sacken.

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DW: Varios miles de yazidíes fueron presuntamente secuestrados en agosto por la milicia terrorista Estado Islámico (EI) en las montañas Sindschar, en el norte de Irak. ¿Qué significa esto para las mujeres y las niñas?

Von der Osten-Sacken: Para las mujeres y niñas secuestradas significa que han sido vendidas o sexualmente abusadas y maltratadas por miembros del EI. Algunas han conseguido huir en las últimas semanas de este cautiverio. Lo que cuentan supera la imaginación. Los testimonios parecen sacados de una película de terror. Desde mi propia experiencia sé que algunos combatientes del EI dejan que las niñas se queden con sus teléfonos móviles para que, en caso de que logren escapar y consigan llegar a algún campo de refugiados en el Kurdistán iraquí, puedan llamar a sus hermanas, madres o hijas. O bien hablan directamente con los afectados, o un miembro de la milicia coge el teléfono y describe con detalle lo que les están haciendo a esas mujeres o niñas. Yo mismo he hablado varias veces con miembros masculinos de las familias en los campos de refugiados quienes, a su vez, están en contacto con las mujeres de sus familias. Obviamente es una parte de la campaña de terror que están ejerciendo los miembros del EI en Irak.

Dicen que un par de mujeres jóvenes fueron capaces de escapar. ¿Cómo se las arreglan y dónde están en este momento?

Hay algunas que lo han conseguido después de convertirse al islam. Es necesario saber que los yazidíes son seguidores de una tradición zoroástrica de Oriente Próximo en la que sus miembros no se consideran musulmanes. De esta forma, para los terroristas del EI tampoco son seguidores de una religión ya que, al no pertenecer a una creencia tradicional, se encuentran en la parte inferior de la jerarquía social y, por lo tanto, son considerados como “presas legítimas”. Los hombres que no se convierten son ejecutados en el acto. Las mujeres, por su parte, son consideradas un botín del que abusar sexualmente.

Mientras que algunos logran escapar tras asegurar a los terroristas que se han convertido, otros han sido rescatados de los mercados de esclavos de la ciudad de Mosul. Algunos prisioneros, asimismo, han sido liberados durante los bombardeos llevados a cabo por las tropas de la coalición. Aunque, a decir verdad, no han sido muchas. Hasta ahora sólo han sido capaces de rescatar a unas pocas docenas. Tras la liberación las mandan al Kurdistán iraquí, y si sus familias sobrevivieron a los desastres de agosto y son identificables, se las envía de vuelta con sus parientes.

¿Cómo son recibidos allí?

En términos de comportamientos relacionados con el matrimonio y la sexualidad, los yazidíes son conservadores y mantienen actitudes similares a las de sus vecinos musulmanes. Se considera que un yazidí ha deshonrado a su familia si mantiene contacto sexual fuera del matrimonio o con personas no yazidíes, lo que se traduce en mayores conflictos. En el pasado, tanto en Irak como en Alemania, estas violaciones han sido catalogadas como crímenes al honor. Y es que este tipo de abusos sexuales sistemáticos tienen un componente adicional: para las familias es tremendamente difícil tratar las violaciones desde un punto de vista tradicional y religioso. Los clérigos yazidíes, sin embargo, se han apresurado a enfatizar que este tipo de abusos no son culpa de las mujeres, y han pedido a las familias que acepten a sus chicas de vuelta. Usted entenderá que existe un conflicto potencial en aquellos casos en los cuales se producen embarazos no deseados. Al igual que en Bosnia en los años 90 y en Bangladesh en los 70, la violación se utiliza como un arma de guerra.

Thomas von der Osten-Sacken es director de WADI y trabaja en Irak desde principios de los años 90. Su organización ofrece apoyo a proyectos que fortalecen los derechos humanos y de las mujeres en Oriente Próximo.

En: DW

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Un rehén británico aparece en un nuevo video de ISIS diciendo que ‘mostrará la verdad’

El grupo extremista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) difundió hoy un video en foros yihadistas en el que el fotoperiodista británico John Cantlie, secuestrado en Siria desde 2012, dice que va a revelar la “verdad” sobre la organización yihadista y critica a los gobiernos de Estados Unidos y de Gran Bretaña por no negociar las liberaciones de sus ciudadanos, “que son abandonados”.

En el video titulado “Lend me your ears” (Préstenme sus oídos) de más de tres minutos, aparece Cantlie sereno y ataviado con un uniforme naranja de prisionero como el que usan los acusados de terrorismo en Guantánamo.

http://www.youtube.com/watch?v=2SVHUm94h0I

A diferencia de los videos anteriores de ISIS, donde los rehenes aparecían de rodillas, subyugados por un verdugo y en medio del desierto, el fotoperiodista aparece sentado detrás de un escritorio con un telón negro de fondo. El video está subtitulado en árabe y pareciera que Cantlie leyese una guión frente a él.

El título del video recuerda al libro titulado del mismo modo (Lend me your ears) escrito por William Safire, que incluye grandes discursos en la historia, donde cita al expresidente de Estados Unidos George W. Bush.

En la grabación, también publicada en YouTube, el excolaborador de los diarios Sunday Times, The Sun y de la agencia AFP, Cantlie afirma que algunos gobiernos europeos sí han negociado con ISIS la liberación de sus ciudadanos retenidos.El periodista explica que a dos años de su secuestro muchas cosas han cambiado en relación con el Estado Islámico, incluida su expansión por el territorio del este de Siria y el oeste de Irak.

“Ahora, ustedes deben de estar pensando: él lo está haciendo porque es un prisionero, tiene una pistola en su cabeza y lo están forzando a hacer esto, ¿verdad? Bueno es verdad. Soy un prisionero, no lo puedo negar. Pero al ver que he sido abandonado por mi gobierno y mi destino reposa en las manos del Estado Islámico, no tengo nada que perder”, agrega Cantlie.

Y añade que “tal vez sobreviva, tal vez muera, pero quiero tomar esta oportunidad para transmitir algunos datos que ustedes pueden verificar. Datos que si ustedes contemplan, pueden ayudar a preservar vidas”.

El británico anuncia que dará a conocer una serie de programas digitales en los que demostrará la verdad sobre ISIS para contrarrestar las informaciones de los medios occidentales que, según dice, tratan de manipular al público para apoyar la nueva guerra contra el Estado Islámico.

“Les demostraré la verdad detrás de los sistemas y la motivación del Estado Islámico, y cómo los medios occidentales -en donde yo solía trabajar- pueden voltear y manipular la verdad al público. Hay dos partes en cada historia. ¿Creen que están mirando la imágen completa?”, dice Cantlie.

Cantlie también se pregunta cómo es que después de dos desastrosas e impopulares guerras en Afganistán e Irak, los gobiernos están tan dispuestos en involucrarse en otro conflicto difícil de ganar.

Cantlie afirma también que “parece que la historia se repite una y otra vez”, aunque asegura que todavía “hay tiempo para cambiar lo que parece una inevitable secuencia de acontecimientos, pero solo si ustedes, el público, actúan”.

“Únanse a mí en los siguientes programas, y creo que se sorprenderán mucho de lo que aprenderán”, concluye en la grabación.

El nuevo vídeo del Estado Islámico en el que muestra al rehén John Cantlie se produce solo unos días después de que en la noche del pasado 13 de septiembre difundieran otra grabación en la que mostraban la decapitación del cooperante británico David Haines, que había sido secuestrado en Siria el pasado año.

El 2 de septiembre pasado, ISIS había dado a conocer el video en el que mostraban la decapitación del periodista nacido en Miami Steven Sotloff, y amenazaba con matar a David Haines.

Dos semanas antes, el 19 de agosto pasado, ISIS había decapitado también a otro periodista estadounidense llamado James Foley.

Ahora, tras ejecutar a David Haines, ISIS amenazó de muerte a otro británico llamado Alan Henning, quien, según publicó una fuente en Twitter, se trata de un trabajador humanitario que fue secuestrado por los yihadistas tras haber tomado la ciudad siria de Al Dana.

En: ©Univision.com y Agencias

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