El poderío militar ruso que hace temer una guerra a los países del Báltico

Katya Adler
BBC News, Lituania

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Un tanque militar estadounidense recorre las calles de Vilnius durante un reciente desfile militar.

“Occidente habla mucho de la imposibilidad de que Rusia ataque el Báltico. Pero nosotros tememos que sea eso lo que más impulse a Putin a hacer algo”.

Lukas Borusevicius, estudiante de derecho, y su amigo Laurynas Juozapaitas se reúnen conmigo en un bar de Vilnius, la capital de Lituania, para discutir las relaciones con Rusia y su país después de la reintroducción del servicio militar.

La violencia en Ucrania y el miedo regional a un desbordamiento de la situación en los países vecinos de Europa del Este ha causado una fuerte conmoción en la ciudad y en el país.

Desde la separación de la Unión Soviética hace 25 años Lituania ha sido un territorio relativamente pacífico. Hasta ahora.

Rusia ha venido incrementando, de manera sostenida, los ejercicios militares cerca de las fronteras con sus vecinos del este, sin mencionar los sobrevuelos nocturnos y los ejercicios navales en el mar Báltico.

Un “manual de guerra” lituano ha sido publicado de forma precipitada. Ahora se puede conseguir en todas las librerías públicas.

“Hay que mantener la mente sana, no dejarse llevar por el pánico y no perder la claridad de la razón”, explica el manual. “Los disparos afuera de la ventana no son el fin del mundo”.

Guerra cibernética

Lukas y Laurynas han estado ocupados en los últimos años planeando su vida profesional, pero tal vez ahora deban hacer un giro hacia la rutina militar.

“Todos mis amigos están hablando de eso, por teléfono, por Facebook. De hecho hay un nuevo sitio en internet que se llama “¿Cuándo serás reclutado?”, dijo Lukas.

“Pero yo iré. Yo pienso en eso cuando escucho a alguien que me dice que no irá si la agresión ocurre. Mi abuelo luchó por la libertad. Mi padre combatió por la independencia de Lituania, así que está en mi corazón luchar por mi país”, añadió.

Sin embargo, a los que están asustados les gusta más el sonido de los aviones de la OTAN vigilando los cielos de Vilnius que el sonido de la libertad.

Lo que sí es cierto es que parece improbable que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, impulse sus tanques hasta las calles de los países del Báltico en el corto plazo.

El primer ministro de Estonia, Taavi Roivas, me dijo que sería una “locura” para cualquiera que los ataque de una forma militar convencional, porque “Estonia, Letonia o Lituania son tan importantes en la OTAN como Reino Unido o EE.UU.”.

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Recientemente se lanzó un “manual de guerra”, donde se pueden leer consejos sobre qué hacer ante un inminente conflicto.

Pero las naciones en la región del mar Báltico dijeron que ya están siendo atacadas desde Rusia de forma no convencional con actos de ciberguerra y propaganda, la mayoría de las veces transmitida por los canales de televisión que ve la minoría rusoparlante en Letonia y Lituania.

El dinero manda

No puedo dejar de pensar que todos estamos cayendo por algún elemento de esa propaganda.

Putin está asustando a Europa con su audacia, agresión e imprevisibilidad.

Invadir y anexar los tres países bálticos podría ser costoso y muy peligroso para él, mientras que esparcir el miedo es mucho más fácil: exacerbar las divisiones entre los rusoparlantes que habitan la región y el resto de la población no supone tanto riesgo.

Y no es solamente aquí, en los límites de Europa, donde el presidente ruso se está entrometiendo.

Él nunca se ha rendido acerca de cuál debe ser el área de influencia de Rusia, a pesar del desplome de la Unión Soviética.

Putin no ve o siente como una amenaza a cada país de Europa de forma independiente, pero sí a la Unión Europea como bloque, del que algunas exrepúblicas soviéticas hacen parte ahora.

Entonces ha explotado esas grietas, esas divisiones y busca apalancar su influencia en el continente con sus exportaciones de gas y cultivando relaciones con partidos populistas de extrema izquierda y derecha -como el Partido de Libertad de Austria o el Frente Nacional que dirige Marine Le Pen en Francia- a través de fuertes inversiones rusas.

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Muchos analistas dudan que el presidente ruso, Vladimir Putin, intervenga en los países del Báltico.

Y el dinero manda particularmente en países pequeños como Chipre y Eslovaquia. Putin tiene muy claro que la Unión Europea necesita el voto unánime de sus países miembro para declarar nuevas sanciones contra su país.

Pero no solo es eso. Rusia acusa a Occidente de propaganda y expansionismo. Ha dicho en reiteradas ocasiones que la OTAN ha utilizado como excusa la situación en Ucrania para instalarse más cerca de su frontera.

Este viernes, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunieron en Letonia para discutir el conflicto entre Ucrania y Rusia.

Mientras tanto, el ejército ruso realizó una serie de ejercicios militares en la recién anexada Crimea así como en algunas zonas de Georgia, y la OTAN también hizo un simulacro de ejercicios de combate en el Mar Negro.

Todas estas acciones, por supuesto, no hacen sentir precisamente más cómodos y seguros a los habitantes del Báltico.

En: BBC

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‘Pornografía en los billetes’: La excusa para asegurar la anexión de Crimea a Rusia

Un congresista ruso está haciendo un escándalo porque el billete de 100 rublos muestra el órgano genital del dios Apolo. Para él esto es pornografía. Falsa pacatería. En reemplazo de ello propuso que mejor se coloque alguna imagen de la anexionada Crimea. Si claro.

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Transnistria solicita adhesión a la Federación Rusa

El Comandante Supremo de la OTAN, general Philip Breedlove, advirtió a Rusia contra todo intento de «anexar» Transnistria.

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En ocasión del referéndum de autodeterminación realizado en Crimea, la bellísima ministra de Relaciones Exteriores de Transnistria, Nina Shtanki (ver imagen), saludó el resultado obtenido en la península y recordó que, el 17 de septiembre de 2006, el 97,2% de la población de Transnistria también se pronunció por la adhesión a la Federación Rusa.

El presidente del Parlamento de Transnistria, Mijaíl Burla, ya escribió a su homólogo ruso para solicitar la adopción de una ley que apruebe la adhesión de Transnistria a la Federación Rusa, como acaba de hacerse en el caso de Crimea.

El presidente de Moldavia, Nicolae Timofti, solicitó a la Unión Europea que acelere la firma de un acuerdo de asociación para hacer irreversible el estatus jurídico de Transnistria como parte del territorio de Moldavia.

El presidente de Transnitria, Evgueni Chechtchuk, viajó a Moscú para conversar sobre la situación de los rusófonos de su país a raíz del cierre de la frontera ucraniana decretado por Kiev.

Moldavia proclamó su independencia el 19 de agosto de 1990. Como en el caso de Crimea, territorio agregado a Ucrania en el plano administrativo, el territorio de Transnistria dependía de Moldavia.

El 1º de septiembre de 1990, o sea sólo una semana después de la proclamación de independencia de Moldavia, la República de Transnistria se proclamó a su vez independiente de Moldavia. Pero Moldavia fue aceptada como miembro de la ONU mientras que, 24 años después, Transnistria sigue viviendo en condiciones de Estado autoproclamado pero no reconocido por la ONU.

En junio de 1992, la OTAN quiso resolver el asunto recurriendo a la fuerza, y provocando así la muerte de más de 1 000 personas, pero tuvo retroceder ante la resistencia armada de la población de Transnistria [1]. Desde entonces, una fuerza de paz de Rusia garantiza la seguridad de ese territorio.

[1] «En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de abril de 2007.

En: redvoltaire

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Rusia: ¿será Transnistria la próxima Crimea?

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La anexión de Crimea a Rusia ha provocado que algunos se pregunten si ahora los planes de Moscú incluyen otras antiguas repúblicas soviéticas.

Redacción
BBC Mundo

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) advirtió el domingo que está particularmente preocupada por la región de Transnistria, un territorio separatista ubicado al oriente de la República de Moldavia, en la frontera occidental de Ucrania.

El comandante supremo de la OTAN en Europa, general Philip Breedlove, declaró que la presencia militar de Rusia cerca de la frontera de Ucrania es de enorme magnitud y disposición.

Transnistria declaró su independencia en 1990 y es gobernada por una administración de habla rusa, pero la República de Moldavia y la comunidad internacional no reconocen su autoproclamada autonomía.

Rusia, sin embargo, mantiene una fuerza de unos 1.000 soldados en el territorio desde 1992 y dice que esto cumple con los acuerdos internacionales.

Después de los eventos en Crimea, el gobierno proruso de Transnistria envió una solicitud a Móscu expresando sus deseos de unirse también a la Federación Rusa.

Por eso la advertencia de la OTAN.

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“Grande y dispuesta”

“La fuerza (rusa) que ahora está en la frontera oriente de Ucrania es muy muy grande y está muy muy dispuesta” dijo el general Breedlove en un evento en Bruselas.

“Tienen una fuerza absolutamente suficiente colocada en la frontera oriental de Ucrania capaz de desplazarse rápidamente a Transnistria si se toma la decisión. Y eso es muy preocupante”.

“Rusia está actuando como un enemigo y no como un socio”, dijo.

Rusia por su parte niega tener más planes de expansión.

El viceministro de Defensa ruso Anatoly Antonov, dijo el domingo a la agencia rusa Itar-Tass: “El ministerio de Defensa ruso stá cumpliendo con todos los acuerdos internacionales que limitan el número de tropas en las zonas fronterizas con Ucrania”.

Y antes, el embajador ruso para la Unión Europea, Vladimir Chizhov le dijo a la BBC que la “reunificación” con Crimea no había sido planeada pero que ese es el fin de una “anormalidad” que duró 60 años.

Chizhov también señaló que Moscú no tiene una “visión expansionista” y que “nadie debe temer Rusia”.

Pero en Transniestra, una franja estrecha de tierra entre el río Dniéster y la frontera occidental de Ucrania, reina el nerviosismo, como explica Humphrey Hawksley, enviado especial de la BBC en la capital, Tiraspol.

“Este es un pequeño Estado no reconocido que vive en una era del pasado” dice.

“En las calles hay equipos de trabajadores plantando flores. Una estatua de Lenin se yergue en la plaza principal y una bandera nacional rojo y verde con un pequeño martillo y una hoz amarillos ondea en el techo de un feo edificio parlamentario, conocido como el Supremo Soviético”.

El corresponsal agrega que “esta semana el Supremo Soviético envió una solicitud oficial a Moscú indicando que, dados los hechos en Crimea, deseaban que se le permitiera a Transnistria unirse a la Federación Rusa. Pero no ha habido celebraciones y ni siquiera un anuncio”.

Situación “confusa”
Anna es madre de dos niños y vive en Tiraspol. Dice que en los últimos meses la situación en el territorio ha empeorado.

“La situación es confusa” dice. “Si tuviera que elegir, elegiría a Europa. Pero hay muchas cosas que aquí son mejores. Hay más oportunidades en Rusia. Los salarios son similares, pero nuestras pensiones son mucho más altas: casi US$180 al mes, comparadas con US$75 en la República de Moldavia” señala.

“Y el gas aquí es mucho, mucho más barato” agrega.

Transnistria, cuyo nombre oficial es República Moldava Pridnestroviana, es una región árida agrícola donde abundan los puntos de control manejados por tropas rusas, que también se encargan de controlar los puestos de inmigración en la frontera con Moldavia.

Es hogar de unas 300.000 personas.

No lejos de la ordenada tranquilidad de Tiraspol, está Chisinau (anteriormente por su denominación en ruso, Kishinev), la capital de la República de Moldavia.

Aunque la distancia geográfica entre Tirsapol y Chisinau es corta, dice Humphrey Hawksley, ésta última “presenta todas las diferencias de una nueva democracia de mercado, con tráfico caótico, salas de venta de autos de lujo y calles salpicadas de baches, todo mezclado en el país más pobre de Europa”.

Su ambición es convertirse en miembro de la Unión Europea pero algunos temen que Rusia intentará evitarlo con la anexión de Transnistria.

Oazu Nantoi es político veterano de la época del colapso soviético. “Si Putin continúa avanzando n Ucrania, particularmente a lo largo del Mar Negro hasta Odessa, donde hay vínculos con Transnistria, veríamos un escenario muy triste” dice.

“Si se detiene en Crimea, entonces tendremos posibilidad de sobrevivir”.

Algunos temen, sin embargo, que los hechos en Ucrania se repitan en la República de Moldavia.

El primer ministro Iruie Leanca quiere firmar, lo más pronto posible, un acuerdo de asociación con la Unión Europea similar al que desató las violentas protestas en Kiev que condujeron al derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich.

Su objetivo es unirse a la UE en 2019. Y también desea consolidar la posición de Moldavia en la OTAN, a pesar de su política oficial de neutralidad militar.

Pero Leanca, quien se graduó en una de las universidades élite para diplomáticos en Moscú, sabe lo que le espera si llegara a enfrentarse de forma directa con el poder de Rusia.

“Mi propia experiencia me dice que hay que tener un diálogo muy bueno e intenso con Rusia. Y entre más podamos discutir más progreso veremos” dice el primer ministro moldavo.

“En una situación como la nuestra, no hay otra alternativa más que el diálogo”.

En: BBC Mundo

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