Pese a las protestas, Al Sisi ratificó un acuerdo y Egipto cedió dos islas del mar Rojo a Arabia Saudita

El presidente aseguró que las islas de Tirán y Sanafir estaban bajo tutela egipcia, pero siempre habían pertenecido al reino saudita. Las redes sociales estallaron con el hashtag #AlSisiTraidor

Abdel Fatah al Sisi. Imagen: http://img.informador.com.mx/biblioteca/imagen/242×323/1028/1027847.jpg

El presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, ratificó el sábado el polémico acuerdo de cesión de dos islas en el mar Rojo a Arabia Saudita, después de que el Parlamento lo aprobase el 14 de junio, un asunto que ha desatado las protestas en el país.

El Cairo ha defendido en todo momento que las islas de Tirán y Sanafir siempre han pertenecido a Arabia Saudita, pero estaban bajo tutela egipcia porque el fundador del reino, Abdelaziz al Saud, pidió a este país protegerlas, debido a que él carecía entonces de una fuerza naval.

En base a esto, ambos países firmaron en abril de 2016 un acuerdo para la devolución de esos dos territorios al reino saudita. La oposición sostiene que existen documentos y mapas del siglo XIX que demuestran que Tirán y Sanafir pertenecen a Egipto.

El hecho de que el régimen de al Sisi haya recibido miles de millones de dólares en asistencia financiera por parte de Riad, enemigo jurado de la Hermandad Musulmana, ha llevado a algunos egipcios a considerar la cesión de las islas era una compensación.

El 21 de junio, durante un discurso en el “iftar” (comida tras el ayuno diurno del ramadán), Al Sisi dio por zanjada la polémica al decir que “se ha acabado el tema” con la aprobación del pacto en el Parlamento.

El mandatario aseguró que “las patrias no se venden ni se compran” e indicó que “los países están liderados por la ley y las realidades”, en aparente respuesta a los que le acusan de vender o regalar territorio nacional a Arabia Saudita.

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Tras la decisión parlamentaria, las redes sociales se volcaron con el asunto, con la etiqueta de “Al Sisi traidor” en Twitter

La aprobación en el Parlamento se produjo después de varias sentencias judiciales contrarias que frenaron el acuerdo porque las consideraban que las islas de Tirán y Sanafir, situadas en la entrada del golfo de Aqaba, eran egipcias.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional decidió suspender el 21 de junio de forma temporal la aplicación de estos fallos porque algunos eran contradictorios, hasta que dicte sentencia en el caso.

Los partidos políticos de oposición, movimientos de izquierda y activistas egipcios han rechazado la “venta” de las islas y se han movilizado, en las mayores protestas en contra del Gobierno de Al Sisi desde su llegada al poder en 2013.

La Comisión Egipcia de Derechos y Libertades informó de que 146 personas fueron detenidas la semana pasada tras la convocatoria de protestas en contra el pacto.

Las dos pequeñas islas se encuentran en una posición estratégica a la entrada del golfo de Aqaba, desde donde se puede bloquear el paso al puerto israelí de Eilat y al jordano de Aqaba.

Con información de EFE

En: infobae 

Abdel Fatah Al Sisi, el exaliado de Mursi en el recambio militar de Egipto

Las Fuerzas Armadas de Egipto, con Abdel Fatah el Sisi a la cabeza, dieron un ultimátum de 48 horas a las fuerzas políticas para que asuman su responsabilidad y logren un acuerdo, tras las masivas protestas que pedían la renuncia del presidente, Mohamed Mursi.

El jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, fue la pieza que el presidente Mohamed Mursi utilizó para cambiar a la cúpula militar hace menos de un año y que ahora se ha vuelto contra él, demostrando que en Egipto el Ejército actúa de forma autónoma.

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EL CAIRO.- El ministro de Defensa de Egispo Abdel Fattah al-Sisi, durante una conferencia de prensa sobre la liberación de siete miembros de las fuerzas de seguridad egipcias secuestrados por militantes islamistas en el Sinaí, el 22 de mayo del 2013. REUTERS

Al Sisi es la cabeza visible de un Ejército que este miércoles anunció la salida del poder del islamista Mursi, que apenas ha gobernado el país un año tras ganar las primeras elecciones democráticas desde la revolución que desbancó al presidente Hosni Mubarak en febrero del 2011.

El pasado agosto, Mursi ordenó en un movimiento sorpresa el pase al retiro del mariscal Husein Tantaui, que había dirigido las Fuerzas Armadas desde 1991, y de su “número dos”, Sami Anan, que pasó a ser su consejero en asuntos militares.

En su lugar colocó a Al Sisi, un hombre más joven que todos sus antecesores en el cargo, lo que fue interpretado en su momento como una reforma en toda regla del estamento castrense.

Ahora, parece que la historia se repite en sentido adverso: el Ejército comandado por Al Sisi devuelve el golpe y retira el poder a los Hermanos Musulmanes en un choque de impredecibles consecuencias.

Entre los que han orquestado esta nueva maniobra destaca el comandante en jefe, que durante los meses previos como jefe de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa había mantenido un perfil relativamente bajo.

Nacido en El Cairo el 19 de noviembre de 1954, Al Sisi se graduó en la academia militar en 1977 y pasó a ser oficial de Infantería.

También cursó varias maestrías de Ciencias Militares en Egipto en 1987 y el Reino Unido en 1992, así como estudios en una academia militar de Estados Unidos en el 2006.

Casado y con cuatro hijos, Al Sisi ha ocupado distintos puestos de responsabilidad en las filas del Ejército. Fue comandante del batallón de Infantería Mecanizada y jefe del departamento de Información y Seguridad de la Secretaría General del Ministerio de Defensa.

En su ascenso, también ocupó el cargo de agregado militar en Arabia Saudí, lo que le dio proyección internacional entre los países del Golfo.

Fue comandante de brigada y de división de Infantería Mecánica, y jefe del Estado Mayor y comandante de la región militar norte, correspondiente a la zona que abarca la ciudad mediterránea de Alejandría.

Antes de convertirse en ministro de Defensa, dirigió el departamento de Inteligencia Militar de las Fuerzas Armadas.

Se incorporó a su puesto actual cuando el Ejército lanzaba una operación en la península del Sinaí para perseguir a grupos armados tras la muerte de dieciséis soldados en un ataque yihadista en la zona. Los secuestros y el contrabando de armas en el Sinaí le llevaron a aumentar la vigilancia en esa zona.

En los últimos meses, se había mostrado inquieto por la división política que atraviesa Egipto, llegando a declarar en enero pasado que el Estado corría el riesgo de colapsar y ofreciendo mediar entre el gobierno y la oposición.

Figura alejada de los medios de comunicación, el jefe militar saltó a la primera plana en junio del 2011 cuando reconoció que miembros del Ejército habían sometido a las llamadas pruebas de virginidad a mujeres detenidas en marzo de ese año en la plaza Tahrir de El Cairo.

Amnistía Internacional se reunió con Al Sisi, que reconoció que ese tipo de test se realizó para “proteger” a los militares de las acusaciones de violación, al tiempo que prometió que no se volverían a poner en práctica.

Durante los once meses que ha estado al frente del Ministerio de Defensa, el ministro ha tenido también que mantener las relaciones militares con los responsables de los diferentes países aliados.

Entre estos últimos destaca Estados Unidos, que cada año proporciona a Egipto ayuda militar por valor de 1.300 millones de dólares y que sigue muy atento el desarrollo de los últimos acontecimientos.

En: eluniverso.com