Sobre desnutrición y leche que no es leche
Dos importantes noticias de salud y nutrición se dieron a conocer la semana pasada en el Perú. La primera, los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2016 y la segunda -originada en Panamá- la suspensión de la importación del producto Pura Vida del grupo Gloria por vender como leche evaporada una mezcla alquimista de agua, ingredientes lácteos, soya, aceites vegetales y sustancias químicas.
ENDES 2016
Con relación a los resultados de ENDES, se revela que en el año 2016, el 13,1% de la población menor de cinco años de edad sufrió desnutrición crónica, en la que por falta de una alimentación adecuada, el niño no crece en armonía con su edad cronológica. Ese porcentaje representa a 373,000 niños y niñas peruanos que no tendrán el mas brillante de los futuros. La distribución de la desnutrición crónica difiere de acuerdo al lugar en que se vive, afectando al 7,9% de niños en áreas urbanas (155 mil) y al 26,5% de niños en áreas rurales (218 mil). Sabiendo que el 75.9% de los peruanos vive en las ciudades y solo el 24.1% vive en zonas rurales, se ve claramente que la prevalencia de desnutrición crónica infantil golpea desproporcionadamente a los niños de zonas rurales, desnudando la existencia de los dos Perú, el abandonado y el muy abandonado. Si bien es cierto que la desnutrición crónica infantil se ha reducido en 1,3 puntos porcentuales con respecto al año 2015, es importante decir que ha disminuido en 6,4% en los últimos cinco años (2011-2016).
En el caso de la anemia, las cifras son mas desmoralizadoras, habiéndose revelado que el 43,6% de niños peruanos entre 6 y 35 meses de edad tuvo anemia el 2016, documentándose nuevamente que es mayor en el área rural (53,4%) que en el área urbana (39,9%). Mas perturbador es el hecho que la anemia aumentó en 2,0 puntos porcentuales con respecto al 2015. Los mas anémicos son los niños de Puno (75,9%), Loreto (60,7%), Pasco (60,6%), Huancavelica (58,1%) y Ucayali (57,1%).
Los datos de la encuesta ENDES son por tanto muy claros: la sociedad peruana esta descuidando la alimentación de sus niños y las consecuencias de ese descuido se van a manifestar en las próximas décadas.
El caso de la leche
Es importante entender que el nombre leche solo puede ser aplicado al producto líquido secretado por las glándulas mamarias de una hembra de la clase de animales mamíferos.
Debido a que el 87% del contenido de la leche de vaca es agua y que antes de la refrigeración era difícil mantenerla en condiciones saludables, el norteamericano Gail Borden inventó el proceso industrial de evaporación en 1856. Gracias a la evaporación, se obtienen leche evaporada (con 67% menos de agua), leche condensada (mucha menos agua y azúcar) y leche en polvo (que no tiene absolutamente nada de agua).
Note amable lector, que esos tres productos tienen todo los nutrientes de la leche completa, excepto el agua. Por lo tanto, llamar leche –como lo están haciendo las denunciadas Grupo Gloria y Nestlé- a un producto que se le parece por su aspecto o por tener algunos constituyentes de la leche mezclados con otros elementos es una falsedad, de la cual ya la Defensoría del Pueblo y la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC) han tomado nota. Se pide que los fabricantes de Pura Vida (Grupo Gloria) y Reina del Campo (Nestlé) sean sancionados, eliminen la palabra leche de la etiqueta del producto y eliminen imágenes de vacas, pasto y niños saludables. Sin duda que debido a que Pura Vida tiene soya, grasa artificial de palma y saborizantes y Reina del Campo tiene suero dulce de leche y aceite de palma, el haberlas vendido como leche evaporada significa que a los peruanos les han estado dando gato por leche.
Corolario
A pesar de que no hay ninguna duda de que la alimentación de los niños peruanos merece una atención especial por parte del estado peruano, llama la atención de que el único esfuerzo serio, científico, avalado por la Organización Mundial de la Salud y aprobado ya por el Congreso de la República, sigue sin aprobar su reglamento. Nos estamos refiriendo a la Ley 30021 de Alimentación Saludable de Niños y Adolescentes, que corrige ambos elementos de la nota de hoy: la deficiente alimentación y la publicidad engañosa de alimentos procesados.
El reglamento de la ley, que debió haberse publicado en octubre del 2016, ha sido ya redactado por el Ministerio de Salud y ha sido elevado a la oficina del Premier Fernando Zavala, en donde ha quedado estacionado. Coincidentemente, y sin duda ante la presión del lobby de la industria de alimentos procesados y bebidas azucaradas, el congresista de Peruanos por el Kambio Salvador Heresi ha presentado un sesgado proyecto de ley que busca neutralizar la ley original y nos devuelve al pasado.
Debido a que Chile entendió que un desarrollo sostenible depende de tener una niñez saludable, ese país aprobó en junio del 2015 una avanzada ley de alimentación saludable, que incluye un sistema muy claro de etiquetas para el consumidor y que cuenta con el apoyo del 92,4% de los chilenos. Sin duda que esa política de estado explica en parte el desarrollo de nuestro vecino del sur, la cual se expresa en el reciente Reporte de Competitividad Global del Fórum Económico Mundial en la que Chile ocupa el puesto 33 entre 138 naciones, mientras que el Perú esta en el puesto 67. Nuestros gobernantes deben entender que la protección de la niñez debe estar por encima de cualquier interés comercial.
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