De plaga gris a plaga verde

La nanotecnología se tiñe de verde: peligro

A medida que retrocede la amenaza de la “cosa gris”, surge una nueva amenaza nanotecnológica: la cosa verde. Pero aunque no se tuvieran en cuenta escenarios apocalípticos, una empresa de seguros dice que los actuales nanomateriales plantean riesgos desconocidos, y que ese hecho es inaceptable.

(Wired News) Primero fue la “cosa gris”, la amenaza de máquinas autorreplicantes que cubrieran el planeta. Ahora un centro de estudios ambientales plantea el fantasma de la “cosa verde”, en la que la biología se emplea para crear nuevos materiales y nuevas formas artificiales de vida.

En su informe, publicado el 8 de julio, el Action Group on Erosion, Technology and Concentration (ETC, Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración) dijo que los riesgos de la cosa verde hacen necesaria la mayor previsión y precaución. “Con la nanobiotecnología, los investigadores cuentan con el poder de crear organismos totalmente nuevos que jamás existieron en la Tierra”, decía el comunicado del ETC que acompaña el informe.

Es nuevo para algunos especialistas dedicados al tema. “Jamás oí de esto en ningún otro lugar, quiero decir en ningún otro lugar”, dijo Christine Peterson, presidente del Foresight Institute, una organización sin fines de lucro dedicada a promover los beneficios potenciales y anticipar los potenciales riesgos de la nanotecnología. “Creo que es porque la gente ya está al tanto de las cuestiones de la biotecnología. No creo que aquí haya un problema nuevo”.

Pero incluso sin una visión apocalíptica, muchas personas están preocupadas por las amenazas que plantea la nanotecnología, es decir, por los aspectos comerciales de la ciencia de lo pequeño. Swiss Re, la segunda empresa de reaseguros —seguros para las compañías aseguradoras— más importante del mundo advirtió en un informe publicado en mayo que los riesgos desconocidos de la toxicidad o la contaminación asociados con las nanopartículas son inaceptables.

El autor del informe no se encontraba disponible, pero en un comunicado de prensa la experta en risgos de Swiss Re, Annabelle Hett, dijo: “No se ha llevado a cabo suficiente investigación para decir con alguna certeza si las nanopartículas o los productos que contienen nanopartículas implican una amenaza, ni tampoco, si así lo fuera, cuáles serían las dimensiones de la amenaza”.

Eso no es para nada bueno. Hett de Swiss Re recomendó que las empresas de nanotecnología adopten un abordaje cauto: mejor tomar los recaudos necesarios que lamentarlo más tarde. “No se debe reparar en gastos para dar respuesta a las actuales incertidumbres vinculadas con los riesgos de la nanotecnología”, escribió. Swiss Re teme que se presente una situación similar a la provocada por los asbestos, en la que la salud humana, las grandes empresas y las aseguradoras recibieron un duro golpe que tardó años en manifestarse.

“Cualquier informe de Swiss Re merece respeto —dijo Peterson de Foresight—. Pero se debe recordar que hay dos tipos de principio de cautela. En la versión más extrema, no se avanza hasta que no se conocen todos los riesgos. Esa versión es verdaderamente extrema y haría imposible la innovación. La forma menos extrema implica tomar todas las precauciones posibles y sopesa todos los riesgos a medida que va avanzando el desarrollo. Para eso existe Foresight. Tenga presente que este informe se refiere sólo a las nanopartículas y que eso es solo una parte de la industria de la nanotecnología.”

Jim Thomas, gerente de programa de ETC está de acuerdo. “Pero en la actualidad, la inmensa mayoría de la nanoindustria son las nanopartículas y esos productos ya están en circulación aunque no sepamos qué riesgos entrañan”.

ETC está instando por el establecimiento de un estricto marco legal que gobierne la producción y comercialización de nanomateriales. También quiere que se disponga la creación de un cuerpo internacional en las Naciones Unidas para supervisar la innovación científica. En el pasado, exigieron que se dispusiera una moratoria total sobre la nanotecnología hasta que los gobiernos dispusieran normas que regularan la práctica.

El tema es polémico en gran medida porque es muy complejo. Las nanopartículas están presentes en el aire desde que el hombre descubrió el fuego, y probablemente desde antes. Pero las nanopartículas nuevas, producto de la ingeniería, tienen propiedades singulares, y ese es el motivo por el que hay capitalistas de riesgo dispuestos a gastar fortunas en su desarrollo.

El fenómeno se demuestra a las claras en los bloqueadores solares. Los óxidos de metal son opacos y se utilizan en las cremas para bloquear el sol. Pero las nanopartículas de óxido de metal son transparentes y de todos modos bloquean los rayos ultravioleta.

La nanotecnología promete muchos beneficios, desde mejores productos hasta nuevas formas de curar las enfermedades. Pero junto con esos beneficios vienen los riesgos, mayormente desconocidos.

“Parece que a medida que las partículas se vuelven más pequeñas, se tornan más reactivas desde el punto de vista químico y, por lo tanto, posiblemente más tóxicas”, dijo el doctor C.V.Howard, un toxicopatólogo de la Universidad de Liverpool, a Wired News en enero.

“Sólo hay un puñado de estudios toxicológicos sobre nanopartículas, pero están apareciendo banderas rojas no tan ‘nano’ por todos lados”, dijo Thomas de ETC, en alusión a un reciente informe de que las nanopartículas causan daño cerebral a los peces en sólo 48 horas. Peterson agregó que hay serios cuestionamientos respecto de la aplicabilidad de ese estudio.

En lo que se refiere a normas regulatorias, ya existen, indicó Kevin Ausmandel Center for Biological and Environmental Nanotechnology (Centro de Nanotecnología Biológica y Ambiental). “Ya hay normas que regulan los materiales peligrosos; la pregunta es cuándo se empieza a categorizar un nuevo material como peligroso y ese no es un tema que deba cubrir la regulación. Sí, es posible que sea necesario reinterpretar algunas normas regulatorias, pero el marco regulatorio actual es suficiente para cubrir esos materiales una vez que se lo haya reinterpretado”.

Ausman agrega que, en cualquier caso, se ha puesto en marcha la evaluación del impacto potencial de las nanopartículas que son producidas a través de procesos de ingeniería. “Sé de fuentes directas que existen al menos 20 grupos que están trabajando en este tema y es posible que haya cinco más. Además, la comunidad de los negocios ahora es más tímida. Ya vieron lo que sucedió con los organismos genéticamente modificados, denominados ‘frankenalimentos’ por quienes están en contra de ellos. No quieren que vuelva a pasar lo mismo”.

Entre tanto, los críticos pueden predecir posibles desastres y los promotores de la nanotecnología pueden tratar de minimizar los riesgos, pero es muy probable que en el largo plazo sea el capital -empuñado por personas como los “tímidos” empresarios o por las aseguradoras cansadas de correr riesgos-quienes decidan la cuestión.

En: Axxon.com.ar

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